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<<Parecía que el estaba decidido a rehacer su vida con los trozos de la mía que el mismo había roto>>

Traté de disimular con una falsa sonrisa lo que mi corazón torturado sentía en ese instante, el dolor que me embargaba al darme cuenta de cuan  desesperado estaba mi amado señor por deshacerse de mi...

Era como si me restregara de manera cínica su "felicidad" en la cara, tantos años de entrega parecían que eran pisoteados en tan solo unas horas ya que el parecía haberme reemplazado.

<<Y eso estaba bien...>>

Suponía que era lo correcto pero mi egoísmo no me permitía verlo de esa forma, quería tal vez verlo sufrir un poco por mi ausencia, aguardaba la tonta esperanza que el sufriera tanto como lo hacia yo al perderlo, sentía que me hundía en la  desesperación poco a poco pero me tenía a mi mismo prohibido el demostrarlo por eso sonreía.

<<En medio de mi tristeza y dolor aún debía todavía fingir una sonrisa>>

En mi mente divagaba algunos extraños cuestionamientos ¿Si tal vez el solo se estaba vengando de mi? ¿Del mal que le hice al aprovecharme de su desesperación? Cuando el tan solo un  niño indefenso y vulnerable. Si esa era su forma de desquitarse lo estaba consiguiendo porque solo ver la sonrisa de ella me lastimaba, aunque mi amo muy seriamente no comentaba palabra alguna y tampoco parecía reaccionar, su indiferencia me mataba lentamente.

<<Yo había tomado su alma por anticipado a través de un perverso contrato, el tomó mi corazón al haberme enamorado>>

—Entonces no es necesario que nos acompañes Sebastian, te dejo a cargo la mansión. ¿Te parece bien?

Era la voz de mi joven amo que con su seriedad interrumpía mis deprimentes pensamientos, su sugerencia que sonaba más a una orden, aunque sabía que era lo acertado en este momento así que en parte se lo agradecía.

—Si... Tengo asuntos pendientes que atender, espero disfruten su velada...

Les deseaba con una falsa sonrisa a pesar que mis deseos no eran tan sinceros, así terminaba esa incómoda conversación entonces me daba cuenta que había llegado el momento en el que cada cual a partir de ahora seguiría su camino.

Sentía más que nunca que las horas pasaban lenta y dolorosamente, aun así la noche empezaba a asomarse fue cuando observaba a mi amo marcharse junto a su radiante esposa, dejándome en la penumbra de mi tristeza y soledad.

<<El ya no me necesitaba más en su vida... ¿Y yo? lo necesitaba más que nunca en mi oscura soledad>>

Ya la noche había avanzado lo suficiente y ya sin nada que hacer decidí salir a tomar algo de aire fresco, caminando por el jardín unos minutos pensaba en lo que todo ya empezaba a perder sentido, tal vez solo debía marcharme de su lado para acabar con este estúpido juego del mayordomo perfecto que ya no me llenaba como antes.

Estaba pensando seriamente en esa opción decidí sentarme en el césped para contemplar el firmamento que parecía reflejar mi sentir ahora, ya que estaba tan oscuro sin una pequeña estrella que titilara alumbrándolo un poco.

—¡Sebastian...!

Me llamaba una voz que podía reconocer luego de tantos años juntos sirviendo al mismo amo, yo solo lo miré de reojo algo molesto porque solo anhelaba reflexionar en mi soledad y él me interrumpía.

—¿Sucede algo? Ya los mandé a descansar...

—Si... Pero Finny y Snake me mandaron afuera a fumar, dicen que mi humo les molesta, es raro verte por  aquí a estas horas...

Me hablaba con ese tono despreocupado tan propio de el mientras encendía su cigarrillo yo solo suspiraba resignado al verlo como se sentaba también, a una prudente distancia de mi.

—¿Estás esperando al joven amo?

Esa pregunta me desconcertaba un poco porque ya no se me estaba permitido el esperarlo, eso me llenó de tristeza que traté de disimular enseguida.

<<Ya no era el perro que lo esperaría ansioso llegar... Ya no...>>

—La verdad... El no va a venir esta noche se quedará a dormir en la residencia de sus suegros.

Le respondí con seriedad, suponía que mi amo había tomado sus medidas también para poder evitarme, no sabía si tomar aquello como un signo de que aún me amaba intensamente como antes pero era mejor no ilusionarme con tontas suposiciones mías.

—Ah ya veo... Pero ya que el joven amo no está puedes fumar un poco... ¿No?

—No creo que sea correcto...

—¿No te cansas de hacer siempre lo correcto?

Su cuestionamiento me hizo reaccionar mientras pensaba vagamente que aunque hiciera lo correcto o no de todas maneras terminaba mal, tal vez solo debía dejarme llevar por la vida sin pensarlo tanto.

—¡Era broma! No te pongas tan serio.

Se expresaba con tanta naturalidad, a veces envidiaba esa actitud ojalá yo pudiera ser tan despreocupado, pero me adoptó un humano rigido así que me amoldé de alguna forma a su forma de ser, el parecía guardar el cigarrillo que me ofreció y antes que lo hiciera lo tomé de su mano.

—Creo que no me hará daño esto, hace mucho no lo hago.

Él encendió mi cigarrillo mientras me sonreía animado parecía hasta emocionado por haber conseguido que lo hiciera y sinceramente era lo que me hacia falta, en silencio los dos fumabamos.

<<Sentía que mis dilemas existenciales parecían disiparse junto al humo que en la brisa fría de la noche se mezclaban>>