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<<Viviendo un idílico amor a flor de piel, un amor que me quitaba el aliento y aún así me permitía seguir existiendo, en su regazo me sentía complacido a pesar de no saber cuánto duraría esta efímera felicidad...>>

La sensación de felicidad hacía vibrar todo mi ser al estar a su lado, tantas horas sin preocuparnos por si alguien nos descubriera, eramos libres de amarnos sin necesidad de  escondernos, ni poseernos mutuamente en silencio cuando solo queríamos gritar de placer... Tal vez solo eramos un par de lujuriosos disfrutando de nuestra sexualidad a flor de piel, pero en cada entrega nos dabamos el alma también, su bella y amorosa mirada que no se apartaba de mi mientras estabamos juntos me hacía pensar que el no había dejado de amarme.

El dormía abrazado a mí esa madrugada del domingo, era la segunda noche que pasaríamos de esta manera y por ende la última... ¿Quién sabe cuando volveríamos a estar así? En medio de un leve suspiro comienzo a rememorar en mi mente con nostalgia cuando no tenía que compartirlo y era solo mío, dormíamos juntos cada noche sin que yo pensara que estaba interfiriendo en una relación.

Él se ve tan tranquilo al dormir no puedo evitar acariciar con sutileza su cabello y rostro, como estudiando sus rasgos aunque ya me los conozco de memoria... Debo admitir que es un hombre hermoso, desde pequeño siempre lo ha sido... A veces lo comparo con otros pero nadie supera su belleza, me tiene como embobado por eso creo que el se aprovecha de mi.

— Sabes... ¿Es molesto que te admiren mientras duermes? Y más si lo hace un demonio...

Lo escucho murmurar algo malhumorado mientras mantiene los ojos cerrados para pretender seguir durmiendo, yo sonrío al verme descubierto y sólo lo abrazo con fuerza acariciando su cuerpo desnudo mientras lo hago.

— ¿Tú no te cansas?

— Solo quiero tenerte así conmigo... Siempre...

— Ahhh Sebastian... Siempre estaremos juntos, al final devorarás mi alma... Pasaremos la eternidad juntos... ¿No?

No era precisamente a lo que me refería aunque si lo ponía de esa forma tenía razón, después de todo el pacto entre nosotros no había sido disuelto y el asunto de su venganza persistía aunque le dábamos largas por el mismo motivo de querer estar juntos en esta vida.

—Ahora que lo pienso, nuestro contrato es como un matrimonio... ¿No? Unimos nuestras vidas en un beneficio mutuo... ¿De eso trata un matrimonio?

Dije casi sin pensarlo, el me miró extrañado ante mi análisis y comenzó a reir bajito como era característico en su introvertida personalidad, me sentía estúpido por haberlo dicho, era como si de alguna manera patética reclamara mi lugar sobre su esposa.

—Si lo pones de esa manera, tiene algo de razón tu estupidez... Eso quiere decir que desposaste a un niño de diez años... Se nota que eres un demonio perverso...

Me decía burlón con una sonrisa mientras apretaba mis mejillas luego se quedó en silencio solo me miraba fijamente por unos segundos mientras yo masoquistamente disfrutaba su pellizco y su mirada en mí.

—Ojalá lo hubieras dicho antes de casarme, tal vez tu idiota lógica me hubiera hecho postergar aquello. Tu eres el esposo con quien me hubiera gustado pasar el resto de esta vida humana... Te amo... Tanto... Tonto...

Apenado al decir esas últimas palabras me abrazaba y escondía su rostro en mi pecho, yo correspondía a ese abrazo conmovido por lo que sus labios pronunciaron hasta el "tonto" me halagaba viniendo de él.

—Deseo no dejar de amarte... Porque a veces siento que lo dejo de hacer... Y me duele al verte tan enamorado de mi...

Ante esa aclaración me sorprendí, sintiendo como si algo se rompiera dentro de mi o más bien lo que estaba roto antes y que comenzaba a armarse de nuevo volvía a destrozarse lenta y de forma dolorosa... ¿Estaba dudando de lo que sentía por mi? ¿Me amaba por lástima? Si lo sentía así hubiera preferido que no lo dijera y me siguiera mintiendo, vivir la dulce mentira de que me amaba sinceramente...

Me quedé callado a pesar de tener tantas cosas que decirle, el solo suspiró al interpretar mi silencio.

—Lo siento... No tuve que decir eso... Solo es que estoy confundido...

Ahora entendía lo que quiso decir su esposa, las actitudes que había adoptado en los últimos días, no era que la estaba alejando por no amarla sino porque comenzaba a hacerlo...

Eso me dolía... Me sentía como un niño vulenerable ahora, ahogado en mi soledad a pesar de tenerlo a mi lado. Solo me volteé, dándole la espalda no podía evitar llenarme de enojo, tristeza, confusión al sentir que había caído en sus mentiras y el disculpándose me abrazaba pensando que con eso resolvería lo que había causado en mi ser...

<<Humillado a tal punto solo por estar enamorado... ¿Es un castigo enamorarse? Supongo que para mi lo era y lo estaba pagando caro...>>