XVIII
<<Creer o no en sus palabras de amor era mi dilema, aun así yo era un poco feliz a pesar de mi gran confusión y tristeza >>
A los pocos minutos mi joven amo bajaba por las escaleras con un gesto malhumorado en su bello rostro, seguramente había discutido con ella por su semblante, me causaba algo de pesar el verlo agobiado de esa forma.
—Sebastian, vamos al centro… Necesito salir de aquí…
Yo solo asentí con mi cabeza confirmando su petición, me alegraba en parte que comenzara a hartarse de ella, eso me convenía para tenerlo cerca de mi y que valorara mi amor como lo hacia antes de que se casara.
Subimos al carruaje que nos llevaría lejos de la mansión, a los pocos metros sentía su abrazo que me estrujaba fuertemente como descargando su frustración y enojo en mi, no me importaba si eso lo hacia sentir mejor… Lo soportaba.
<<Quería ser su refugio, el único a quien pudiera recurrir en sus momentos de aflicción pero… ¿Y en los míos? El no estaba… >>
Correspondiendo más sutil ese abrazo lo acariciaba con todo el amor que le tenía, cuando se comportaba así de vulnerable me recordaba al niño del que me enamoré, ese niño que era solo mío y no se reprimía lo que sentía frente a mi, robándole un beso trataba de calmar esa sensación de ansiedad que su ser reflejaba.
—Quiero que la mates… Desapárecela de una vez así podremos estar juntos como antes…
Me susurraba al oído cuando nuestros labios se separaron, sorprendiéndome ante su petición, no voy a negar que esperaba que me lo pidiera hace tiempo, pero ahora aunque quisiera hacerlo no podía obedecerlo.
No… No con ese niño o niña en camino, pensaba mientras el me miraba fijamente como adivinando mi respuesta.
—Te estoy dando la oportunidad de que elimines a tu rival y me acusas con la mirada como si fuera el peor ser humano… Te lo pido porque es lo mejor para nosotros.
Me reprochaba con molestia y ese cinismo que ahora era más evidente en su persona, seguramente ibamos a terminar discutiendo de nuevo por mi negativa.
—Cuando te lo propuse antes de casarte, dijiste que no era correcto hacerlo… Ahora… ¿Qué ha cambiado? ¿Ya te cansaste de ella?
Le refutaba igual de molesto, su cinismo a veces me hartaba tanto como el se hartaba de ella, ahora apenas se daba cuenta de lo odioso que podía ser un matrimonio luego que gozó de los privilegios que conllevaba esto.
Todavía me quedaba algo de dignidad en medio de todo este estúpido amor que le tenía, no iba a permitir que me viera la cara de idiota, si quería matarla que lo hiciera el mismo.
—Ten claro querido… Que no lo haré aunque me lo ordenes mil veces, no por solo capricho mío o por ella, sino por ese niño que todavía no nace que es parte de ti.
El agachó la cabeza como avergonzado dándose cuenta recién de lo perverso y egoísta de su petición, solo suspiré al verlo porque sabía que mi Ciel no era un hombre malo solo algo impulsivo cuando el enojo lo poseía.
El resto del trayecto nos quedamos en silencio, cada uno mirando el paisaje desde nuestras respectivas ventanas, no nos dirijimos la mirada entre si en esos largos minutos en que tardamos al llegar a la ciudad. Para mi mismo pensaba que no era tan mala su idea lo que odiaba era lo tarde que se dio cuenta en lo que debía hacer.
<<Mi demoníaca naturaleza me justificaba si lo obedecía, si así obtenía de nuevo su amor solo para mi, lo haría>>
Observaba como los guantes blancos que cubrían mis manos se empezaban a empapar de sangre, el olor a muerte podía percibirlo, con mi agudizada vista miraba como el destello de dos almas eran liberadas de sus respectivos cuerpos carentes de vida.
Notaba la sonrisa perversa de mi amo que se complacía en la oscuridad por la travesura que el me había ordenado a hacer y yo que sin mucho reparo obedecí.
~Por eso te amo Sebastian, tu siempre me complaces en todo… Demonio idiota, tú vives por mi y para mi~
Eran las palabras que podía escuchar en su firme voz en ese tono jactancioso que odiaba y amaba a veces, mis manos manchadas en sangre eran evidencia de mi amor por él.
<<El se aprovechaba de mi afán de complacerlo, del amor que le tengo y el miedo por no perderlo… Si… Era un idiota por amarlo con locura y creo que el bien lo sabía>>
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