XIII
ⓒ ⓐ ⓟ ⓘ ⓣ ⓤ ⓛ ⓞ 1 3
⭐. ⭐. ⭐. ⭐. ⭐. ⭐. ⭐. ⭐. ⭐. ⭐
<<La suciedad de mi ser se refleja en este amor que nadie parece merecer>>
Así espero que llegue la mañana con esta sensación de vacio en mi alma más palpable que en la noche anterior, no queda más que retomar la rutina del día a día con resignación, a seguir actuando como el perfecto mayordomo que pretendo ser.
Me levanto de mi cama con bastante desanimo y es que hasta la rutina que antes me parecia divertida e interensante me resulta ahora bastante hostigosa. Comienzo a cambiar mis ropas por un uniforme limpio entonces repentinamente escucho que alguien llama a mi puerta, golpes que eran sútiles.
—Abre la puerta, es una orden.
Escuchaba la voz firme y varonil de mi amo al otro lado de la puerta, no entendía por que debía terminar sus sencillas peticiones con “es una orden” si yo lo iba a obedecer sin necesidad de eso, creo que teme perder su autoridad sobre mi o simplemente lo hace por costumbre.
—Espera un momento me estoy cambiando.
Le doy aquella excusa tonta para solo irritarlo porque el mejor que nadie conoce mi cuerpo desnudo no tenía porque sentir vergüenza de que me viera cambiarme de ropa, ya podia imaginarme su gesto de enojo.
<<Soy como un niño travieso jugando con el amor, es lo único inocente que aún permanece en mi>>
—Abre la puerta de una vez, bastardo… Pueden verme aquí…
Lo escucho como en voz baja pero con certeza me ordena, no voy a negar que me emocionaba un poco que mi amo viniera a buscarme tan temprano, aunque ya estaba casi vestido rápidamente me quitaba mi uniforme a propósito quedando solo en ropa interior y medias.
—Buenos días Joven amo…
Era mi saludo con una sonrisa cuando abría la puerta, el rápido y sigiloso se colaba en mi habitación, al poner seguro se acercaba a mi con seriedad me daba pequeñas bofetadas.
—¿A dónde te escapaste anoche pequeña perra?
Ese reclamo algo celoso me complacía de forma masoquista hasta podía decirse que me sentía halagado con sus insultos, yo solo desviaba la mirada fingiendo que me resentía pero internamente me alegraba saber que si había notado mi ausencia.
—¿Viniste a buscarme anoche?
Cuestioné con una sonrisa mientras el sólo supiraba levantaba los hombros sin dar una respuesta clara.
—No fue necesario, te vi escapándote cuando me asomé a la ventana. Dime… ¿Estuviste con alguien más? ¿Tienes un amante?
Eran evidentes sus celos en esas preguntas pero qué derecho tenía el reclamarme algo así, solo sonreí y negué con la cabeza.
—Los amantes no tienen amantes… Sería extraño…
Le respondía con algo de burla solo noté como el torcía la mirada mientras agarraba mis mejillas y las pellizcaba molesto, parecíamos dos niños peleando, entonces me daba cuenta que por cosas como estas entre nosotros es que me era imposible dejar de amarlo.
—Si tienes a alguien… Solo dilo después de todo no puedo obligarte a guardarme fidelidad si el que está casado soy yo… No voy a enojarme.
Y ahí estaba él con ese semblante triste que parecía sincero haciendo que vulnerabilidad apareciera, mis brazos en un impulso rodeaban su cintura, apretándolo fuerte. Menos ahora podía decirle que si me había acostado con alguien horas atrás aunque el dijera que no le importaba yo sé que me lo reprocharía siempre.
—No me haces tonto, aunque te revuelques con otros o no, sé que eres mío… Me perteneces…
Con gran cinismo me reclamaba como suyo aun cuando yo no podía hacer lo mismo, tomando mis labios los besaba posesivo me llevaba a la cama, por mucho que quisiera no pude resistirme, él me tenía bajo su control y yo caía en sus redes porque lo necesitaba.
<<De alguna forma yo no podía actuar como él lo hacia conmigo, comenzaba a dudar cual era el demonio entre los dos>>
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro