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“Espero te haya servido el consuelo, y no está de más decirte que esto no tiene que ser divulgado, no nos conviene a ambos”

Es la advertencia que escucho de ese hombre que con seriedad se arregla los pantalones y no se atreve a mirarme, no sé cuales son sus intenciones al “contaminar” su cuerpo al estar en intimidad con un ser que dice detestar, tampoco es como si me importara mucho lo que pase por su mente, seguramente se debe sentir muy solo o nadie le interesa intimar con un frívolo presumido.

Me volteó en la cama para mirar el techo sintiendo como mi interior arde por la reciente entrega, ese fluido blanquecino que me ha regalado siento como lo humedece.

—Ya sé que no debo decir sobre lo “nuestro”, que vergonzoso sería para ti que se enteren de esto… Sexo casual con una alimaña es irónico, es como ir contra su naturaleza… ¿No?

Le digo de forma burlona para no mostrar el remordimiento que sentía, bastaba con la humillación de ser tratado como un juguete sexual para ahora ser un juguete sexual con sentimientos, sarcástico sonreía ante mis propios pensamientos, mientras este se terminaba de arreglar y se acercaba a la ventana.

—Tan irónico… ¿Cómo el demonio enamorado de su alimento? …Que viene a buscar consuelo porque está herido.

Me aclara casi de forma burlona con el evidente afán de molestarme, al oírlo solo me levanto de la cama y empiezo a arreglar también mis ropas.

—Que odioso eres, todavia que te regalo placer te burlas de mi…

Murmuro con una sonrisa para darle a entender que aquello no me dolía aunque si me lastimaba un poco porque era mi triste realidad. Tantos años junto a mi joven amo y nunca tuve la necesidad de estar con alguien más porque sentía que el me llenaba de todas las formas posibles y ahora estaba ahí como buscando migajas de atención.

Veo como el se marcha sin decir más, desvaneciendo su odiosa presencia en la oscuridad de esa fría madrugada.

—Ni un gracias por lo menos…

Murmuro burlón para mi mismo volviéndome a recostar pesadamente en la cama, no quería regresar a “casa”, no así… Sintiéndome un poco asqueado por mis acciones y más solo que antes, al entrar en esta habitación de hotel.

<<Ojalá pudiera apagar mi mente, dejar de pensar tanto… Y mi corazón… Que mi corazón dejara de latir para dejar de sentir.>>

Me pregunto que estará haciendo Ciel… ¿Habrá ido a mi habitación? ¿Se habrá enojado al no encontrarme? Me armo de valor para regresar y así salir de mi curiosidad. A paso lento me dirijo de nuevo a la mansión, ese paseo nocturno bajo el firmamento carente del brillo de la luna y las estrellas, todo estaba tan oscuro, tan oscuro como mi ser.

Pensaba en que decirle a mi joven señor, el dueño de mis pensamientos y emociones, de mi ser entero, luego del autodesprecio que sentía al intimar sexualmente con alguien que no era el, de forma extraña sentía que le pertenecía más, era tan contradictorio este sentir.

Solo quería llegar a mi habitación y si el estaba allí hacerlo mío o que el me tomara daba igual solo quería sentir su cuerpo complementado con el mío en una fusión de placer y amor. De prisa llegaba a ese espacio de la enorme mansión donde anhelaba hallarlo pero tristemente noté que el no estaba y creo que ni siquiera se había molestado en ir.

<<Deambulo en medio de mis confusiones, de estos sentimientos que se contradicen en mi ser y lo único cierto que puedo ver es que te pierdo cada vez más>>