<<No quiero alejarte de mi, solo quiero que aprendas a valorarme en tu vida>>
Sali satisfecho del despacho de mi joven amo, me estaba arriesgando a perderlo con mi tonto jueguito, me estaba jugando al todo y nada. Pero solo quiero aclarar las dudas que me atormentan, saber si su amor es verdadero capaz de vencer las barreras de su estúpido orgullo.
No podía evitar sonreír ante el desplante que le hice, aunque una parte de mi me acusaba de cruel ya que el estaba confundido y con esta solo lo podía confundir más.
Estaba inquieto por lo que pasaría, que haría Ciel por mí, aunque todo se arruinaría si el me obliga a hacer algo al ordenármelo por medio del contrato que no une, aunque eso sería una táctica deshonesta, pero conociéndolo no dudo que podría hacerlo.
Parte de la tarde y noche pase ocupado en la cocina, concentrado en el banquete de esa noche para celebrar la feliz noticia del nuevo Phantomhive, por mucho que no le alegraba la buena nueva no podía hacer quedar mal a mi amo presentando un mal banquete.
Las horas pasaron tristemente sin ver a mi amo, debía admitir que lo extrañaba, aunque la problemática en mi vida no era el ocultar estos sentimientos sino al sentir demasiado, en medio de un suspiro pensaba en él, el motivo agridulce de mi vida.
Apostaba mi sucia existencia a que estaba enojado al no requerir mis servicios en esas horas, al no llamarme por alguna tonta petición como simple excusa para verme. Eso me entristecía un poco aun así esperaba que estuviera planeando algo para demostrarme que de verdad me amaba, aunque sea algo pequeño se lo aceptaba.
La noche finalmente llego, en la entrada como era mi deber de mayordomo estaba ahí de pie para recibir atento a los invitados. Cuando una persona se paraba junto a mí en silencio.
—Demonio idiota… Te crees muy listo…
Le escuchaba refunfuñar a mi amo a quien solo me atreví a mirarlo de reojo, le esbozaba una pequeña sonrisa verlo molesto.
—Soy listo joven amo… Lo sabe muy bien sino no estuviera aquí contigo…
Le insinué descaradamente mientras lo miraba de reojo, solo escuchaba como el suspiraba algo de resignado.
—¿Cómo quieres que te demuestre lo que siento por ti? ¿Quieres que grite que te amo? ¿Quieres que mate a Lizzy?
Al escuchar esas dos vagas ideas que no sonaban nada mal sonreí bajito, y volteé a mirarlo.
—No te pediría tales cosas… Pero si quieres hacerla no te detengo tampoco
Le dije con fingida inocencia mientras escuchaba como el carruaje de la familia de su esposa llegaba, yo me prestaba a recibirlos con prisa cuando mi joven amo me detuvo con su llamada.
—Luego hablamos de esto… Su familia está aquí.
Advertí entre dientes al ver como quería decirme algo y no lo deje hacerlo, él apenado solo desviaba la mirada me acompañaba a recibirlos.
—¿Vas a ignorarme toda la noche?
Me cuestionaba cuando me seguía por el pasillo que llevaba a la cocina, me sorprendí al verlo tras de mi… No es que haya querido ignorarlo en toda la velada solo que mantuve distante de la dichosa celebración, no era a propósito lo que hacía, pero no me hacia feliz que todos emocionados hablaran de la llegada de un niño que yo no quería que llegara.
—No es eso Ciel… Solo que…
No me dejo terminar de explicar solo sentí su cálida mano tomar la mía con prisa me halaba encerrándonos en una de las habitaciones de la mansión, él empezó a besarme sin motivo aparente algo que no pude resistir y correspondía igual de ansioso cayendo en la tentación de sus deseos.
<<La intensidad de sus besos, esa ansiedad con que tomaba mis labios, sus firmes manos recorriendo mi cuerpo me hacían sentir deseado, aun así, aquello no bastaba para hacerme sentir amado>>
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