VI
<<Tanto amor resumido en posesión.
¿En verdad me amaba o solo temía perderme y que alguien más me tuviera? ¡Cuanta confusión a este aturdido corazón…! >>
Su actitud me confundía a la vez que me daba esperanza de que todavía me amaba, me acercaba silencioso a su lado cuando sentí su abrazo, uno en que parecía usar todas sus fuerzas tanto así que mi cuerpo lo resintió.
¿Cuando mi pequeño creció? ¿Cuando se convirtió en un hombre fuerte? Aun recuerdo cuando de adolescente me abrazaba con todas sus fuerzas y apenas si causaba algo de presión en mi delgado cuerpo. O será… ¿Qué el seguía siendo el mismo? solo que mi cuerpo y mi corazón se volvieron flexibles ante el…
<<El no había cambiado el que había cambiado era yo y no precisamente para bien… Porque este cambio dolía, el amor se volvía una debilidad que juega en contra de quién ama más >>
Casi a mi altura podía sentir como su cabeza reposaba en uno de mis hombros mientras ese abrazo me reconfortaba, solo lo correspondí enredando mis brazos en esa delgada cintura suya.
Lo escuchaba casi sollozar, murmurar algo cerca de mi oído, su cálido aliento que me estremecía y me hacia tiritar… ¿Cómo podía dejarlo si a pesar de todo para bien o para mal le daba el único sentido a mi aburrida existencia?
—Sebastian… Te quiero a mi lado, no estoy confundido solo enamorado… Enamorado de ti… De nadie más…
Así empezaron sus palabras bonitas que trataban de convencerme, era hermosa su confesión pero ¿era real? O solo era un recurso para retenerme a su lado, el sabía muy bien que tipo de manipulación usar conmigo en el que yo rendido caería después de unos minutos.
—Pero… Tu dijiste que empezabas a enamorarte de ella… Yo no lo dije ni lo insinúe siquiera, tu lo dijiste y no te culpo por ello.
Le refutaba algo resentido mientras lo apartaba un poco para así poder ver su rostro, que a pesar de ser ya un adulto era todavía hermoso, para mi seguía siendo un niño… mi niño del que me enamoré…
El sonrió un poco al ver mi actitud, supongo que mi gesto de celos y resentimiento eran evidentes, eso no me causaba gracia así que solo desvíe la mirada.
—Me cuestioné si era lo correcto junto cuando dije que me podía estar enamorando de ella… ¿No entendiste lo que quise decir?
Hizo una breve pausa mientras yo callado no pretendía responderle porque era cierto y me avergonzaba no haberlo entendido, pero admito no soy experto de leer entre lineas intenciones humanas.
—No es algo que quiera sino me siento obligado a asumir por ese niño… Solo me abrumé un poco… Lo lamento por hacerte pasar un mal momento.
Se justificaba mientras no dejaba de abrazarme no podía negarme a ello porque era tan reconfortante y cálido, me sentía amado como un niño consentido a su merced. No era mentira lo que decía ya que yo mejor que nadie conocía bien cuando engañaba, el no podía hacerlo conmigo al menos eso pensaba para poder creerle.
—Entonces… ¿No la amas?
—No… A ti es a quien amo más que nadie…
Me respondía con firmeza mientras sus labios rozaban los mios, no podía resistirme a ello, el esperaba que yo lo besara aun así lo hice.
—Demuéstralo entonces joven amo…
Le susurraba a su oído mientras me alejaba de él con actitud soberbia, ahora era yo quien se haría el difícil, que bien se sentía actuar como mi amado joven amo, sonreí divertido advirtiendo que el seguramente tendría el ceño fruncido tras de mi y me maldecía.
<<Un juego caprichoso esto del amor, nada menos doloroso que jugarlo con algo de dignidad>>
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro