Felicidades joven amo… Felicidades a los dos

Ante esa inesperada noticia y reacción de mi amo, solo sonrío pronunciando aquellas palabras de felicitación, parecía repetirse la historia de meses atrás cuando deseaba su felicidad al casarse ahora por ese niño que venía en camino a arrebatarme también la atención de mi amo.

—Iré a preparar un banquete especial para celebrar la feliz noticia en la cena.

Propuse sin borrar de mis labios esa sonrisa que ya había aprendido a fingir muy bien, mi joven amo asintió con su cabeza para confirmar mi propuesta pero sin devolverme la mirada eso me entristecía.

<<Ya no merecía ni siquiera su mirada, poco a poco sentía que lo estaba perdiendo>>

Era el efímero pensamiento que en mi mente se cruzaba, esto solo nos iba a distanciar más y más, porque conociendo a su esposa seguramente con su embarazo acapararía la atención de mi amo mucho más que un simple demonio que solo lo satisfacía sexualmente, porque así me sentía ahora, como un objeto que complacía sus deseos.

—Me parece una buena idea Sebastian… Iré a invitar a mis padres a cenar y les daremos la buena noticia… Ahhh ellos se pondrán tan contentos…

Veía como la joven emocionada iba para el despacho de mi amo a llamar por teléfono, tras ella iba su fiel dama de compañía tratando de que caminara más despacio. Entonces ellas nos dejaron solos y ambos no pronunciábamos palabra alguna, ¿no sé que esperaba de el? Que me pidiera una disculpa por embarazar a su mujer.

Si lo pensaba bien el que estaba mal en todo esto era yo, el que estaba de más en esta relación era yo… Ciel sólo cumplía con el rol asignado aun así tontamente esperaba alguna palabra suya, al no oírla creí conveniente mejor retirarme para no decir algo hiriente y salir discutiendo en medio de un lugar donde podrían oírnos.

—Con su permiso joven amo… Comenzaré los preparativos de la cena.

Pensé que al decir aquello y darle la espalda para retirarme el me detendría, pero eso no fue así el dejó que me marchara y a cada paso que daba alejándome de el sentía que mi corazón perdía fuerza.

<<El ya no me amaba…>>

No al menos como antes cuando yo era su todo, tristemente el si seguía siendo el todo para mi oscura  existencia era esa radiante luz que la iluminaba.

<<Me sacaste de la oscuridad para mostrarme la luz de tu amor, me acostumbré a vivir bajo el reflejo de esa luz que ahora apagabas devolviéndome a las penumbras sin contemplación alguna…>>

Era mi triste pensamiento al llegar a la cocina, solo comencé a preparar ese banquete en silencio sin animo alguno, cuando escuché minutos después como la campanilla del despacho de mi amo replicaba, el me necesitaba. Dudé en un momento en ir a su lado, pero mi deber de mayordomo estaba ante todo, arreglando mi ropa me disponía a ir a verlo.

—¿Necesita algo?

Cuestioné sin dar mayor importancia al estar frente a él, a quien solo le veía sentado en su sillón mirando hacia el exterior por la ventana.

—Cierra la puerta con seguro por favor…

Obedecí dudoso ante su petición ya entendía que cuando pedía aquello era para hablar de nosotros o desbaratar el escritorio al tener sexo apasionado, dudaba que fuera lo segundo por la tensión entre los dos ahora.

—Lo siento Sebastian…  Lamento todo lo que te haga pasar… Primero mi boda y ahora esto…

Yo lo escuchaba disculparse pero aun de espalda y ese detalle me molestaba un poco al no mirarme.

—Si te vas a disculpar al menos ten la gentileza de dedicarme una mirada… Sino tomaré tu disculpa como una falsedad.

Le dije con seriedad supongo que mi tono de voz reflejaba lo molesto que estaba, en si no me molestaban los hechos lo que me irritaba era la actitud que el tomaba frente a las situaciones. Cuando bien sabe que conmigo no debía fingir pero lo hacia y eso me fastidiaba.

El volteó a verme yo solo agaché la mirada al notar como esos bellos ojos que me cautivaron en un principio parecían tornarse llorosos.

—No quería que me vieras así… Nuestra relación es imposible, debo ser un ejemplo de padre… Un ejemplo intachable para mi futuro hijo…

Escuchaba lo que seguía hablando con dolor, estaba terminando nuestra relación entre lineas y excusas tontas, poco a poco su voz parecía perder fuerza para mi, porque veía mover sus labios pero ya no quería escucharlo.

<<¿Para qué me sacaste de mi oscuridad al mostrarme una luz que no me pensabas dar?>>