Respiro más hondo aún al sentarme a su lado, me intento calmar de todas las maneras posibles. Ya al sentirme completamente calma sin haber pronunciado ni una palabra, lo miro. Sus ojos los tiene clavados en los míos como si me quisiera  indagar el alma, y temo. Temo que pueda descubrir que aún no estoy curada, que aún estoy rota y que después de todo...Duele.

-Charlotte-cierra sus ojos respirando profundo, para volver abrirlos-Tal vez parezca un maldito acosador, pero yo solo quiero...¡¡Que cumplas el maldito trato!!-espeta lo último con molestia, tanta que brinco de la sorpresa.

-Creo que tienes problemas al controlar tu enojo-intento cambiar el tema.

-A ti eso no te importa, solo cumple el maldito trato-habla entre dientes.

<<¿Qué tanto lío con los malditos papeles?>>

-¿Por qué tanta insistencia con el trato?-pregunto llena de curiosidad.

-Lo sabrás cuando llegue el momento, ahora solo cumple, ¿o me harás llevarlo ante lo legal?-responde sin paciencia.

-Es que no se cuál es el misterio, ¿por qué debes hacerte tanto el misterio?-interrogo con exigencia.

-Porque lo misterioso siempre atrae, incita a la curiosidad que llevan oculta a cometer el mayor suicido de todo, además me haces pensar que ese collar no es tan importa para ti-Me señala el cuello con una sonrisa.

-si es importante-afirmó.

-pues me estás dando a entender lo contrario-Mira hacia la ventana para volver a mirarme-No parece importante porque no quieres pagar lo que debes por haberte conseguido el collar, cuando algo es valioso para uno. Uno se arriesga con tal de proteger lo que más quiere, por darle valor a lo que es importante. Y tú mi querida Charlotte me demuestras que la persona que le pertenecía ese collar no era valiosa para ti-pronuncia confiado y seguro.

Las palabras se reproducen continuamente en mi cabeza, los recuerdos de él se repiten. Ese dolor en medio del pecho vuelve atacar, el nudo en la garganta y las lágrimas se intentan acumular en mis ojos con la idea de salir una detrás de la otra. Muerdo mi labio aguantando las gana incontrolables de llorar, miro hacia otro lado para que no me vea así. Porque por más que odie la idea tiene la razón, cuando uno aprecia algo le da valor. Y si ese es el valor de el collar, yo debo pagarlo. Respiro profundo mirando hacia arriba para aguantarlas, para mirarlo.

-Clay...aceptó-afirmo con firmeza.

Una sonrisa triunfal se ilumina en su rostro, esta vez hay algo en su mirada que no logro descifrar. Sin decir ni una palabra cuando el bus se detiene se baja. Al verlo bajar y el chofer continuar su camino las lágrimas salen con un mar sin fin, coloco las manos en mi rostro para que nadie me vea. Siento  a Carolina abrazarme pero solo quiero llorar, el dolor regresa y su recuerdo duele. Y yo no puedo parar de sentirme culpable, porque si tan solo esa noche yo no hubiera discutido, él aún estaría aquí.

-Char...suéltalo, no fue tu culpa-sus manos bajan y suben por mi espalda.

Lloro hasta quedarme vacía, hasta quedarme dormida en sus piernas. Porque hasta que el dolor pase será imposible.

(...)

Llegamos a mi casa que por casualidad de la vida mi madre y mi hermana no están. Carolina me pidió que fuera a darme un baño en lo que prepara algo de almorzar, acepte sin rechistar.

Dentro de la ducha el agua cae en cabeza y en mi espalda, el frío de esta no se compara con el frío de aquella noche. Mi mente reproduce la escena como si ahora estuviera ahí.

<<Aquella noche fría en que mis brazos abrazaban su cuerpo frío que se iba quedando sin vida, que su sangre mojaban mis manos, mi ropa. Que sus ojos  azules miraban un punto exacto, a mí. Que las palabras intentaban salir de sus labios, que mis gritos no eran escuchados. Que el dolor y las lágrimas nublaban mi vista,  y caían en su rostro como las gotas de la lluvia que caían sobre nosotros. Mi dolor más grande era verlo morir ante mis ojos sin poder hacer nada, no dolían mis heridas abiertas sino verlo a él así. 

-Te amare aun cuando tú creas odiarme por abandonarte, aún cuando ya no viva...yo mi cometa, te amare hasta después de la muerte-cada palabra salía de sus labios como si fuera dolorosa de pronunciar, con los suspiros de vida escaparse de él.

-Mi cielo, yo te amaré por siempre y para siempre-susurró sobre sus labios detrás de dejar un corto beso.

Su cabello negro azabache estaba pegado por el sudor a su frente, una sonrisa melancólica pinto en su rostro para mi. El agarre de su mano perdió la fuerza al sus ojos azules mar cerrarse, su corazón dar el último latido y sus labios soltar el último suspiro de vida. Las lágrimas salieron con más fuerza, dolor más presente. Todo dio vueltas y se torno negro por la perdida de sangre de mis heridas.>>

Me deslizo por la pared dejándome caer sentada en el suelo de la bañadera, mientras el agua fría me cae encima mis lágrimas calientes empapan mi rostro.

-¡toc!, ¡toc!-los toques a la puerta me traen de regreso-¿Char, estás bien?-la voz de Carolina preocupada se oye detrás de la puerta.

Respiro mirando hacia arriba, carraspeo aclarando mi voz.

-si, solo un segundo-miento, sonando real.

-vale, no te demores el almuerzo está listo.

-no lo haré-afirmo.

Termino de bañarme y me envuelvo  en la toalla, tomo la ropa y me la coloco cuando mi celular suena.

-digo-contesto.

-Te daré dos días para que pases con tu familia y le cuentes que te irás a vivir conmigo-la voz de Clay suena del otro lado.

-Está bien-voy a colgar cuando.

-No llores más, que te ves fea cuando lo haces-confiesa.

-¿Cómo lo sabes?

-Buenas tardes, Conejita-cuelga.

<<este hombre si que es extraño>>

Suena de nuevo el celular pero esta vez es un mensaje:

Él: Y no, no te espió tabla de planchar. Sé que quisieras pero no.😒

Yo: Eres un grano en el trasero, así que quién quisiera.

Él: ¿Me quieres en tu culo, Charlotte?

Mis mejillas se calientan de momento y ni siquiera se por qué.

Yo: asqueroso, que pervertido eres.😐

Él: la verdad es que si quisiera estar en tu culo.

Yo: ya no te basta con querer llevarme a vivir a tu casa, ahora también quieres estar en mi trasero.🤨

Él: si muy adentro.

Yo: no creo que tengas con que.

Él: tengo exactamente 20cm para llegarte muy adentro, y hacer que te duela.

<<¡¿Qué?!, Eso es un pene o una tercera pierna>>

El celular se me volvió loco de repente, hasta que mando un mensaje.

Yo:😳😱😉😏😈🥵🤤

<<¡¡Mierda!!>>

Él: te lo imaginaste, estás muy pervertida hoy...así que mejor hablamos luego.

Iba a teclear un nuevo mensaje cuando tocan a la puerta.

-¡Ya voy!-grito desesperada desde adentro.

La puerta se abre dejándome ver a una Carolina muy nerviosa, que la callo antes de que hablé.

-¡ahora no!, ¿Que súcede?- digo nerviosa y molesta.

-Clay...está abajo-indica con sus manos.

<<Esto debe ser una puta broma>>

Con que cara le voy a ver ahora a la cara, esto debe ser una mala pasada. Una broma del diablo o un castigo de dios.

<<Ya nada podría ir peor>>

Mi celular vuelve a sonar:

Mamá: tu hermana y yo estamos en la esquina, espero que hallas echo algo de almuerzo. Y me expliques cómo es eso de que hoy faltaste a la escuela.

-¡Dios es una manera de hablar, no era enserio!-suelto mirando al techo.