"Estás en nuestro juego"

Lucho contra el arlequín con toda la fuerza de mi espada. Me duelen los brazos y el hombro. Nos balanceamos sobre las losas rojas y blancas, saltan chispas entre las hojas de las espadas. El payaso es muy hábil, y esquiva mis movimientos con velocidad. Seguro que tras la máscara se ríe de mí.

"Estás en nuestro juego"

No me importaría morir, porque lucho por mi hija. La han capturado, y llevaré al infierno a este payaso si hace falta. Todo por recuperarla. Ellos me la han quitado, y pretenden que juegue por ella. Así lo haré.

"Estás en nuestro juego"

Mis pies resbalan por el suelo, Su defensa falla y me sobresalto: resbalo, pero mi espada se encaja con maestría en donde debe estar el corazón del arlequín.

"Estás en nuestro juego"

Ha caído. Me acerco lentamente al payaso y, con la punta de la espada, tiro su máscara al suelo. Para verle la cara, para saber quién es.
Al final sólo veo unos ojos conocidos. Los ojos de mi hija vaciados por la muerte.

"Estás en nuestro juego"