Estas con amigos...estas conmigo
El nombre de los hechizos están en ingles porque es el nombre que utilizan en el doblaje original y el que más he visto en Fanfics debido a los pocos que hay en español (Y porque por alguna razón me gusta más como suena) Espero que no sea un problema o resulte lioso, de todos modos la traducción suele ser literal.
El ensordecedor sonido de la explosión todavía resonaba en sus oídos cuando Zhalia se giró, todavía arrodillada en la azotea en la que había aterrizado, a mirar lo que había sido su casa, ahora siendo devorada por las llamas.
A pesar del ataque, vigiló con tranquilidad como los agentes que habían ido a por ella habían logrado salir, con quemaduras graves y puede que algún hueso roto, pero sobrevivirían. Bien por ellos, solo son pobres peones...y ella sabia como se sentía ser un peón, había estado allí.
Se permitió tomarse unos segundos para respirar, el estrés constante de saberse en peligro durante días después de haber traicionado a la Organización, sus heridas y quemaduras ahora esparcidas por su cuerpo y la fatiga de su mente comenzaban a pesarle, pero no podía quedarse, ahora la creían muerta pero la encontrarían si no se daba prisa.
- Se acabó...es el fin... - Susurró para si misma, pero una sonrisa adornaba su rostro, era el fin, pero ahora comenzaba una nueva etapa, mucho mejor que la anterior.
Se levantó pesadamente y no pudo evitar hacer una mueca y soltar un quejido por el dolor, las quemaduras y cortes dolían como el infierno, la perdida de sangre comenzaba a hacerse notar y estaba realmente cansada. Le hubiera gustado usar Everfight o Everheal para curarse o aliviar un poco el dolor, pero sabia que no la curaría del todo y el dolor solo se aliviaría por unos pocos minutos, además, le quedaba muy poca energía y la reservaba para un hechizo en especifico.
Pensó en que hacer, realmente no le quedaba ningún lugar al que ir...ya no tenia hogar...de nuevo...
Entonces una imagen repentina se le vino a la mente: Dante, los adolescentes y Cherit.
Le dio una ultima mirada a las llamas que devoraban su hogar, decidiendo que no volvería a mirar atrás y, con una sonrisa salvaje llena de dientes, sintiéndose total y completamente libre por primera vez en mucho tiempo, pronunció su hechizo.
- ¡Thoughtspectre!
Oh, adoraba ese hechizo...
Su figura se distorsiono y en menos de tres segundos ya no estaba, lo ultimo en desaparecer fue su mirada, siempre desafiante y en alto.
Ojalá hubiera podido aparecerse directamente en la puerta de Dante, pero no le quedaba suficiente energía y acabó en uno de los callejones de Venecia. Por suerte para ella, era increíblemente buena orientándose y, a pesar del mareo, pudo enfocarse y saber donde estaba, solo tendría que caminar un par de calles para llegar hasta la residencia de Dante.
Lo malo es que el tiempo en Venecia estaba siendo realmente malo, una tormenta eléctrica en toda regla, la lluvia caía tan fuerte que sentía como si le clavaran agujas por su cuerpo ya adolorido, era de noche y las nubes negras tapaban la luz de la luna y las estrellas por lo que estaba realmente oscuro, ni siquiera la luz de las farolas lograban disipar la oscuridad, pero estaba bien, a Zhalia nunca le ha dado miedo caminar sola en la oscuridad de las calles, estaba acostumbrada.
Se apoyó pesadamente en la pared y se dispuso a llegar a casa de Dante tan rápido como pudiera, solo un esfuerzo más.
Después de un par de pasos vacilantes y temblorosos logró encontrar de nuevo su equilibrio y comenzó su camino, mirando hacia el cielo de vez en cuando, le gustaría poder ver la luna y las estrellas, realmente habría ayudado a sus nervios alterados y a su mente actualmente movida por la ansiedad.
Se agarraba el brazo derecho, el corte allí no había dejado de sangrar a diferencia de los otros que ya se habían detenido, por lo que aplicó presión con su mano, gruñendo por el escozor que ocasionó y se negó a detenerse. De hecho, no podría haber tardado más de diez minutos en vislumbrar la enrome casa, pero realmente se había sentido como horas.
Le alivió que no hubiera nadie en la calle, probablemente habría sido sospechoso ver a una mujer obviamente herida, empapada, con la ropa desgarrada, tambaleándose, mirando constantemente detrás de ella como si huyera o temiera que la siguieran y que parecía que se desmayaría en cualquier momento y tratarían de llevarla a un hospital, sería lógico, pero estando "Presuntamente muerta" y en "Busca y captura" seria estúpido hacerlo.
Cuando subió los escalones hasta llegar a la puerta se detuvo, repentinamente dudosa de si realmente había hecho bien al venir. La luz dentro decía que Dante estaba en casa y que todavía estaba despierto pero...No quería molestar y no podía sacarse de la cabeza que casi lo había matado y todavía no podía creer que realmente la habían perdonado y aceptado como si nada hubiera pasado, que todavía confiaban en ella...parecía demasiado bueno para ser verdad.
Después de pasar cerca de cinco minutos con la mano apoyada en la puerta, sin animarse a tocar, la naturaleza y/o el universo deberían haber pensado que estaba siendo estúpida porque un trueno la hizo saltar. Zhalia tocó a la puerta, mirando sobre su hombro detrás de ella para asegurarse, una vez más, de que nadie la había seguido.
Siseó una maldición holandesa aplicando más presión en su brazo cuando la puerta se abrió y la cálida luz del interior de la casa de Dante la deslumbró obligándola a entrecerrar los ojos.
- ¡Zhalia! - Jadeó Dante, sorprendido al ver a Zhalia en su puerta, no porque estuviera allí, sino por ver el estado en el que se encontraba en medio de una tormenta tan horrible como esa.
- Hey, se que es tarde pero... - Zhalia no pudo terminar de hablar antes de que Dante le colocara una mano en la espalda y la guiara hacia el interior de la casa.
A pesar de que el toque de Dante era suave y gentil, Zhalia no pudo evitar el siseo de dolor que escapo de sus labios a pesar de haber querido evitarlo. Esto atrajo la atención de Dante hacia sus heridas una vez más y la preocupación lo invadió por completo.
- Zhalia...¿Que ha pasado? - Preguntó Dante, ayudando a su compañera a sentarse en el sofá antes de que se cayera, pero Zhalia solo echó la cabeza hacia atrás para apoyarla en el respaldo del sofá y soltó un suspiro tembloroso - ¿Zhalia?
- Estoy bien... - Trató de sonreírle, pero salió más como una mueca que como una sonrisa, entonces miró hacia abajo antes de fijar su mirada en la dorada de Dante y darle una mirada de disculpa – Te estoy manchando el sofá de agua y sangre...
Trató de levantarse, pero Dante se lo impidió manteniendo una mano su hombro antes de pasarla a una de sus manos para darle un suave apretón, arrodillándose delante de ella para poder verla bien.
- Eso no es importante, lo importante ahora es curarte – Decidió Dante, se levantó y fue hacia uno de los armarios de la cocina donde sacó un botiquín de primeros auxilios y volvió rápidamente al lado de Zhalia, esta vez sentándose a su lado – Y si no es mucha molestia, que me digas que es lo que ha pasado ¿La Organización te a atacado?
Zhalia asintió mientras permitía que Dante comenzara a inspeccionar sus heridas, normalmente se soltaría de su agarre, diría un par de comentarios mordaces y le aseguraría que estaría bien en un par de días como mucho pero...
Estaba tan cansada...y ahora que finalmente había logrado llegar a casa de Dante se sentía tan segura teniéndolo a su lado...
- Era cuestión de tiempo que vinieran a por mi – Comenzó Zhalia, mientras Dante sacaba un poco de alcohol y algodón para desinfectar el corte de su brazo que era el más preocupante – Desde que...desde que convertí a Klaus en piedra ya se me declaró como traidora...razón no les falta pero bueno, sabía que los tendría en mi cola en poco tiempo, no podían dejarme con vida, se demasiado y encima irme con sus enemigos. Por lo que estaba haciendo la maleta para largarme a algún otro lugar que rápidamente se volvería invisible para ellos, pero me han alcanzado antes y...¡Aaahhh! Muy bien...eso a escocido... - Gruñó.
- Lo siento, trato de ser lo más cuidadoso que pueda – Se disculpó Dante, a lo que Zhalia negó suavemente con la cabeza.
- No pasa nada, gracias por arreglarme...por un momento no sabía a donde ir – Agradeció Zhalia – necesitaba un lugar seguro.
- Siempre eres bienvenida en mi casa Zhalia, ya lo sabes – Dante sonrió antes de volver a parecer preocupado – ¿Los agentes te han hecho esto? Me cuesta de creer, deberían haber sido muchos contra ti para haber conseguido acorralarte.
Dante no era ni tonto ni ciego, sabia reconocer a alguien poderoso cuando lo veía y Zhalia era una de las buscadoras más poderosas que había conocido, sabía que ella sola podía con varios agentes y era lo suficientemente astuta como para salirse con la suya fácilmente.
Zhalia sonrió ante sus palabras.
- Lo tomaré como un halago de quien a venido – Dijo.
- Por supuesto – Sonrió Dante.
- En realidad me deshice fácilmente de ellos, no eran más de cinco, pero ya habían llegado muchos otros y estoy segura que habían más por venir, realmente me querían muerta – Zhalia asintió apreciativamente y Dante solo pudo negar con la cabeza con un suspiro, pero la sonrisa no abandono su rostro – De todas formas ya me lo imaginaba así que cuando llamaron a la puerta antes de romperla, muy cortés de su parte, yo...esto no te va a gustar... - Zhalia suspiró ante la mirada confusa de Dante, ella sabia que probablemente montaría un escándalo por esto – Active la bomba en mi armario para hacer volar por los aires mi apartamento.
- ¡¿Que tú que?! - Exclamó.
- ¡Ay por favor, sabía que harías un drama de esto!
- ¿¡Drama!? ¿¡Como demonios puedes vivir con una bomba en tu casa!?
- Muy fácil, colocándola en mi armario - Zhalia sonrió.
- ¡Zhalia! - Se quejó Dante.
- Soy una espiá, Dante – Explicó Zhalia con calma, como si Dante no lo supiera ya – Y como tal tengo muchos aliados y enemigos repartidos por todo el maldito mundo, algunos saben quien soy, otros solo saben mi nombre, otros solo podrían reconocer mi voz, otros tantos solo reconocerían un nombre en clave y para la gran mayoría soy un fantasma. Sabiendo que podrían venir a por mi en cualquier momento decidí que un seguro estaba bien...y mi seguro es una bomba en el armario – Se encogió de hombros.
Dante suspiró, no pudiendo evitar la ola de pánico al darse cuenta de lo temeraria y suicida que era Zhalia.
- No más bombas en los armarios ¿De acuerdo? - Antes de que Zhalia pudiera replicar con algún comentario ingenioso, Dante continuó - ¡Ni en ningún otro lado! Prométemelo.
Después de soltar un suspiro melodramático, Zhalia decidió complacerlo.
- Te lo prometo.
- Bien – Sonrió Dante – Porque no quiero bombas en mi casa. Y ahora ¡Everheal! - Ahora que había acabado de tratar sus heridas, el hechizo funcionaria mucho mejor y en menos de lo pensado Zhalia estaría como nueva.
Zhalia soltó un gemido de alivio al notar como el dolor que había permanecido se adormecía y las heridas comenzaban a sanar, la calidez del hechizo también logró disipar un poco el frio que se había calado en sus huesos, aunque no del todo, solo entonces se dio cuenta de las palabras de Dante.
- Espera...
- No creías que dejaría que te fueras y escaparas de nuevo ¿Verdad? - Dante sonrió, levantándose y agarrando su gabardina amarilla de la silla y la dejaba caer suavemente sobre los delgados hombros de Zhalia – Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, ya te lo he dicho, siempre eres bienvenida, así que, si no te importa hacerme compañía, me encantaría tenerte aquí conmigo.
Dante se sintió extrañamente orgulloso y se sonrojó al ver a Zhalia acurrucarse en su abrigo, le quedaba enorme, estaba despeinada, la ropa rota y obviamente agotada, pero para Dante era hermosa. Zhalia por su parte también se había sonrojado por las palabras de Dante ¡Por supuesto que quería quedarse! ¡Quería quedarse y no separarse de él nunca más!
- Todavía tiemblas – Notó – Ven, estaba a punto de hacer té.
En poco tiempo Zhalia tenia una humeante taza de té en sus manos, disfrutando de la calidez, pero a pesar de todo, todavía había un sentimiento de culpa en su corazón.
Dante era tan amable...tan cariñoso...confiaba en ella a pesar de que prácticamente había intentado matarlo no hace ni un mes. Lo normal sería que se enfadara y no quisiera saber nada de ella, mucho menos dejarla entrar en su casa y cuidar de ella, pero Dante Vale no era un hombre normal, y Zhalia Moon se consideraba una mujer afortunada de haberse topado con él en su vida.
Zhalia también notó que sus manos habían comenzado a temblar a pesar de que ya no tenia frio, el shock finalmente había pasado del todo y ahora realmente necesitaba sacarse esto del pecho.
- Dante, lo siento muchísimo – Suspiró Zhalia, acercándose a Dante y apoyándose en su pecho.
Dante chasqueó, mirando a la mujer asustada y angustiada a pesar de tratar de esconderlo, y la abrazó acurrucándola en su pecho.
- Zhalia, no pasa nada, todo saldrá bien, estas con amigos – Le dijo con seguridad, abrazándola un poco más fuerte pero no lo suficiente para que se sintiera confinada.
- Dante... - Zhalia se alejó lo suficiente como para poder verlo a los ojos.
Dante le sonrió con ternura a la mujer en sus brazos y Zhalia sintió que su corazón se aceleraba al ver el amor en los ojos de Dante.
¿Era posible que Dante se sintiera igual que ella? ¿Que la amara de la misma manera que ella lo amaba a él?
Se miraron fijamente unos segundos antes de que comenzaran a acercarse un poco vacilantes, pero finalmente sus labios se rozaron.
No eran dos adolescentes inexpertos y, después de unos segundos donde se correspondieron, el beso vacilante se convirtió en un beso apasionado en el que volcaron todo lo que sentían y cuanto se amaban. Desgraciadamente ambos necesitaban respirar y se alejaron unos centímetros, apoyando la frente en la del otro, respirando pesadamente pero sonriéndose como los bobos enamorados que eran.
Zhalia había mantenido los ojos cerrados, queriendo saborear el momento y temiendo que esto no fuera real, pero cuando finalmente los abrió y vio los ojos dorados de Dante estaba convencida de que él estaba tan encantado como ella.
- Dante, yo...
- Te amo – Dijo Dante, sin atreverse a que Zhalia pudiera cambiar de opinión – Me llamaste la atención nada más verte, pero comencé a enamorarme de ti antes de la misión de Jason y los Argonautas. Eres una mujer maravillosa, astuta, inteligente, hermosa y con un corazón de oro aunque no puedas verlo, se que tu vida no a sido fácil pero te suplico que me des la oportunidad de demostrarte cuanto te amo, de darte la vida que mereces.
Zhalia solo podía miralo embelesada y con un adorable sonrojo en las mejillas, finalmente pudo recobrar un poco de sentido y encontró su voz de nuevo.
- Dante, yo también te amo – Sonrió – Probablemente comencé a amarte después de que afirmaste que confiabas en mi a pesar de no tener motivos claros, nadie me había dicho algo así...nadie me había entregado su confianza.
Dante le sonrió y la abrazó suavemente de nuevo, disfrutando de la sensación de tenerla en sus brazos, antes de que un pensamiento le cruzara la mente.
- ¿Entonces...somos pareja? No quiero apresurar nada pero... - Y realmente no quería apresurar nada, sabía que la mujer en sus brazos no era muy dada a relacionarse y no quería presionarla o asustarla por ir demasiado rápido o darse un nombre, pero se calmó al ver que dicha mujer no se había apartado ni un milímetro y que seguía sonriendole.
- Me encantaría ser pareja – Dijo tranquilamente – Ahora cállate y bésame.
Dante no pudo evitar soltar una carcajada antes de inclinarse y volver a capturar sus labios con los suyos ¡Esa era la Zhalia que él conocía y amaba! Ya decía él que había sido muy cariñosa y suave, debía de haber sabido que no duraría mucho, pero no le importaba, él la amaba de cualquier forma.
Podrían haber estado besándose por unos segundos, unos minutos o unas horas, no estaban seguros, pero en ese momento la puerta principal se abrió de golpe asustando a los dos Buscadores mayores y haciendo que se separaran de un salto.
Lok había entrado como una furia, hablando rápidamente y empapado de pies a cabeza debido a la tormenta que todavía azotaba Venecia.
- ¡Dante! ¡Zhalia! ¡Sophie a dominado el poder Findshape y a arreglado el diario de mi padre y había una nota que decía...! - El joven buscador parecía haberse dado cuenta de las miradas de Dante y Zhalia porque se detuvo y se miró a si mismo - ¿Porque me miráis así? ¿Tengo monos en la cara? - Dijo, completamente confundido.
Zhalia suspiró, negando con la cabeza mientras Dante le sonreía suavemente a su protegido.
En menos de un minuto Lok también había sido cubierto con un abrigo amarillo y tenia una taza de té en las manos. Sophie ya estaba en camino a la mansión de Dante y, mientras se sentaba, Lok miró a Zhalia con preocupación al ver el mal estado de su ropa y el cansancio en sus ojos.
- Zhalia, ¿Estas bien? - Preguntó con preocupación.
Zhalia le sonrió al joven Buscador, se alegraba de que sus heridas ya no fueran visibles para no preocupar de más a su compañero. A sus ojos, Lok era una especie de mezcla entre un hermano pequeño y un cachorro de labrador, era imposible que no te gustara, era parte de su encanto.
- No te preocupes, Lok – Dijo – Estoy bien – Zhalia miró de reojo al buscador de pelo castaño rojizo y este le sonrió, asintiendo con la cabeza.
Finalmente llegó Sophie junto a Cherit y se sentó en uno de los sillones, pero por supuesto, su mirada se posó en Zhalia y frunció el ceño.
- Zhalia, ¿Estas bien? - Preguntó.
- Estoy bien – Suspiró Zhalia – Para ser breve, la Organización a atacado mi casa y esta a desaparecido así que...aquí me tenéis – Explicó vagamente.
- Y nos encanta tenerte aquí – Comentó Dante, sentándose en el sofá a su lado.
Obviamente ni Lok ni Sophie estaban del todo conformes con la falta de detalles, pero Zhalia los interrumpió antes de que pudieran intentar interrogarla
- Por favor, chicos – Suplicó – Estoy muy cansada.
Lok suspiró, decidiendo no presionar a la mujer y cambiar de tema, explicándoles lo que encontró en el diario de su padre antes de que otra pregunta asaltara su mente hiperactiva.
- Oye, Dante – Llamó Lok, con una mirada entre confusa y divertida, señalando a Zhalia y a si mismo - ¿Cuantos abrigos tienes?
- Si, en mi trabajo necesitas tener un amplio fondo de armario – Se giró y le guiñó un ojo a su pareja que, antes de tomar un sorbo de su té, no pudo reprimir la carcajada que sonó desde lo profundo de su pecho al no esperar tal comentario, pero se recompuso rápidamente ante las miradas desconcertadas de los dos adolescentes y Cherit que no entendieron la broma entre los dos Buscadores mayores. Viendo la incomodidad de Zhalia, Dante se aclaró la garganta para recuperar la atención de sus alumnos – Yo conozco la zona que mencionaba tu padre.
- ¡Somos Buscadores, vallamos allí a buscar! - Exclamó entusiasmado y ansioso.
- ¡Lok! - Dijo Sophie, sorprendida.
- Tu padre escribió esa nota hace diez años, entiendes lo que eso significa ¿No? - Dijo Dante, levantando una ceja.
- Tenemos que encontrarlo, o al menos buscarlo – Dijo, cierta suplica se filtro en su voz.
- Lok, no olvides que aún queda el pequeño asunto de descubrir la Atlántida – Razonó Sophie.
- Yo...no lo he olvidado – Dijo Zhalia de repente. Sacó su propio Holotomo y presiono para que aparecieran los datos y las imágenes del lugar – Me alegro de que lo olvidara en tu casa la ultima vez, sino ahora seria un montón de ceniza... - Le sonrió a Dante.
Internamente, también estaba agradecida de siempre llevar a sus titanes encima.
- Buscadores, tenemos una misión – Sonrió Dante.
Estuvieron hablando de los planes de la misión hasta muy tarde...o bueno, hasta aún más tarde. Hacia rato que Zhalia había comenzado a cabecear, acurrucándose aún más en el abrigo amarillo y no tardaría en caer completamente dormida por lo que Dante decidió que era hora de ir a dormir.
Movió suavemente a Zhalia para despertarla cuando Lok y Sophie subieron las escaleras a sus propias habitaciones de invitados que reclamaron cuando se quedaban en casa de Dante.
- ¿Humm...?
Dante la miró con ternura, sonriendo con dulzura.
- Es hora de dormir – Le dijo cuando finalmente abrió los ojos.
Zhalia se estiró lentamente y dejó que Dante la acompañara hasta su habitación de invitados.
- Buenas noches – Susurró Dante, dándole un beso en la frente.
- Buenas noches – Murmuró Zhalia. Nada más tocar la almohada ya estaba dormida...lamentablemente su sueño no fue tan tranquilo o pacifico como le hubiera gustado.
En poco tiempo todos en la casa estaban dormidos...bueno, todos menos Dante, por alguna razón no podía dormir, sentía que algo no iba bien. Sabiendo que no podría dormir hasta que se asegurara se levanto y salió de su habitación para ir a revisar a su equipo.
- Parezco un padre preocupado por sus hijos – Pensó Dante mientras se acercaba a la habitación más cercana que era la de Lok.
Abrió la puerta lentamente y sin hacer ruido para no molestar al niño adentro. Lok dormía tranquilamente, echado por toda la cama como una estrella de mar con Cherit acurrucado en su pecho, tenia un brazo a su alrededor, abrazándolo como si fuera un peluche y roncando suavemente.
Dante no pudo evitar sonreír ante la imagen y volvió a cerrar la puerta para dejarlo en paz, la siguiente habitación fue la de Sophie, al igual que con Lok abrió lentamente la puerta y se asomó. Sophie dormía acurrucada en una bola, tapada con la manta y una expresión de inocencia y paz. Suspiró y cerró la puerta.
Ya más tranquilo, finalmente se detuvo frente a la habitación de Zhalia, vacilo durante unos segundos, no era tan fácil como con los adolescentes, Zhalia era una mujer adulta y sabía cuanto atesoraba su privacidad, pero no pudo desacerse del mal estar por lo que decidió tocar suavemente, ante todo él era un caballero.
- ¿Zhalia? - Llamó, pero no hubo respuesta, lo intentó un par de veces más antes de abrir la puerta.
La imagen que encontró dentro le destrozó el corazón. Zhalia se removía incomoda en las sabanas, apretándolas en las manos y soltando quejidos en medio de suplicas murmuradas.
- L...lo siento...por favor...lo siento – Una lagrima se deslizo por su mejilla – Dejame en paz...por favor...no volveré a esta calle...lo...lo siento...no...no lo sabia...es tu territorio...no lo sabia...lo siento...
Era una pesadilla, una relacionada en su tiempo en las calles, o un recuerdo a forma de pesadilla.
Entonces Dante se dio cuenta de que realmente no sabía mucho de Zhalia, y menos de su tiempo en las calles. Siempre había admirado como Zhalia no tenia tapujos en decir que había sido, es y será una niña de la calle, a pesar de todo, estaba orgullosa de ello y de su supervivencia. Aún así Dante no pudo evitar una mueca cuando Zhalia se llamaba "Rata Callejera" a si misma. No podía imaginar como debía haber sido para una joven Zhalia tratar de sobrevivir en las sucias y frías calles de Holanda hasta que Klaus la encontró.
Se acercó a ella y se sentó en la cama a su lado, pasándole una mano amorosamente por el pelo azul oscuro.
- Zhalia, nena, todo esta bien – Le susurró con ternura – Todo esta bien, es solo una pesadilla, estas a salvo. Zhalia vamos, despierta – La sacudió un poco, logrando despertarla.
- ¡Ahh! - Jadeó, levantándose de golpe y abalanzándose contra Dante para inmovilizarlo contra la cama. Necesitó unos segundos para reconocer al Buscador de pelo rojizo - ¿Dante?
- El mismo – Sonrió, tratando de tranquilizarla - ¿Estas bien?
- Si, yo... - Entonces se dio cuenta de lo que había hecho y sus mejillas se encendieron – Oh, dios...lo siento mucho, Dante. Es instinto...yo... - Se levantó, sentándose para permitir que Dante también lo hiciera.
- Oye, esta bien, no pasa nada – Dante se preguntó si ese había sido un instinto callejero o de espía, probablemente ambos – Estabas teniendo una pesadilla y me preocupé.
- No...no es nada – Dijo Zhalia, tratando de restarle importancia – Solo un mal recuerdo...- Zhalia se mordió el labio y volvió a escanear la habitación.
Dante no dijo nada, no era necesario, solo se acostó en la cama y abrió los brazos en una invitación silenciosa. Después de unos segundos de incertidumbre Zhalia aceptó el gesto y se acostó juntó a el, apoyando su cabeza en su pecho, dejando que las suaves caricias de Dante en su espalda la calmaran y, en poco tiempo, volvió a sentirse adormilada, arrullada por los latidos del corazón de Dante.
- Gracias... - Murmuró Zhalia.
- ¿Gracias porque? - Preguntó Dante.
- Por aceptarme...por protegerme y por amarme.
- Y siempre lo haré – Dijo Dante – Estas con amigos...estas conmigo y eras amada Zhalia, no te imaginas cuanto.
- Te amo – Dijo Zhalia, quedándose dormida de nuevo.
- Yo también te amo – Respondió Dante, acurrucando a la hermosa mujer más cerca de él y tapándolos a ambos con las mantas antes de dormirse. Ambos en un sueño tranquilo y pacifico.
Afuera, la tormenta finalmente había terminado y las nubes se dispersaron para dejar ver la luna llena que brillaba en todo su esplendor y dejo entrar su luz en la habitación, acunando a los dos amantes y vigilando su sueño felizmente.
Decidme si os gustaría una historia más larga de Huntik, tengo algunas ideas que serían de una especie de tercera temporada (La cual todavía ansiamos) con un giro en torno a la familia Moon de la que de hecho, no sabemos nada, con Zhalia como protagonista.
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