6
El ánimo de Sonic estaba desde hace días por los suelos, mientras que el de Amy, por las nubes.
El cobalto no tenía idea de por qué le había afectado tanto que su amiga le dijese que le quería superar. Intentaba entenderse, pero acababa aún más perdido. Ahora era él el que no podía de dejar de pensar en la otra. El erizo no se reconocía; se estaba volviendo loco y no sabía qué hacer para remediarlo.
La rosada, por el contrario, cada día se la veía más independiente y sin su querido erizo azul rondando por su cabeza. Se había visto con Draco en más de una ocasión y ahora eran muy cercanos, tanto que varios medio empezaron a especular si eran pareja. Amy ahora era la It girl del momento —desde que salvó a aquel crío estaba en el punto de mira de los medios de comunicación—, por lo que salía en todos lados. Algo que torturaba más a nuestro querido héroe azulado.
Nos encontramos en el bar de Big the Cat, amigo en común de los dos erizos e íntimo de la rosada. Sonic empezó a frecuentar el bar de su amigo; lo encontraba un sitio acogedor y era un buen lugar para reflexionar acompañado de alguna bebida.
—Lo que sea, Big. Me fío de ti. —El gato asiente y va a preparar el pedido.
Sintió que alguien se sentaba a su lado, pero no le dio importancia hasta que esa persona le habló.
—Vaya, vaya. Quién lo diría, Sonic the Hedgehog rondando bares.
El erizo azul se gira para encontrarse unos ojos azules y una sonrisa de tiburón que conocía bien.
—Carga la bebida, Big —se quejó al ver a Scourge, mirando hacia otro lado alterado por su presencia; si el de color moco estaba cerca, los problemas también.
—¿Qué habrá pasado en su vida para que decida volverse como los mundanos que ahogan sus penas en alcohol?
—Scourge, no estoy de humor para tus tonterías. Haz un favor al mundo y cállate —respondió sin mirarle.
—Y tiene malas pulgas. —El de la chupa de cuero estaba disfrutando como nunca el molestarlo. El gato trajo las bebidas a los dos clientes, Sonic dió un largo trago a su bebida— ¿Tan rápido te quieres emborrachar? Si que tienes que estar pasándolo mal. —El cobalto decide no hablar, no le daría el gusto de verle disfrutar haciéndolo enfadar— Oye, ahora que Amy ya no te persigue ¿Eso significa que está abierta a nuevas relaciones? Porque, hombre, es innegable que no tiene experiencia ninguna y además está buena. —Sonic apretó la mandíbula. Al vaso que tenía en la mano le empezaron a salir algunas grietas de la fuerza que estaba aplicando— Podría invitarla a un restaurante caro, llevarla a mi casa y después... —Esbozó una sonrisa lasciva y se echó a reír.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
El héroe se incorporó, agarró por las solapas al otro de un bandazo y lo puso cara a cara frente a él.
—Escúchame bien pedazo de basura: no vuelvas a hablar así de Amy o te desfiguro entero; poniéndote también los huevos como pendientes ¿Me has oído? —rugió sin vacilar.
Su mirada se había vuelto más oscura y su respiración hacía que su pecho subiera y bajase con rapidez, como el de un animal listo para atacar. En un lugar recóndito de su mente, seguían formulándose preguntas que, al parecer, no tenían una respuesta clara.
¿Desde cuándo Amy era objeto de deseo por las personas? ¿Cuándo ese patito se convirtió en cisne? ¿O es que siempre había sido así y él nunca se había dado cuenta?
Pese a que nunca lo admitiría en voz alta, un escalofrío recorrió la espina dorsal de el de color verde. Scourge, para disimular su nerviosismo, se limitó a soltar una carcajada.
—Con que ahora te interesa Amy ¿Eh? —Se vuelve a reír—. Te dejan de prestar atención y te vuleves loco. —Scourge lo mira burlón— Niñato egocéntrico... Amy por fin se ha dado cuenta de que no mereces la pena —escupe sin escrúpulos. Sonic aprieta la tela bajo sus manos y tensa la mandíbula—. Ella se merece algo mejor y lo sabes.
El cobalto lo suelta y el otro se tambalea.
—¿Qué te importa a ti mi relación con Amy?
—Ni me va ni me viene, sólo te digo tu realidad: que eres un egocéntrico que nunca tomó en cuenta sus sentimientos para nada y que ahora, te toca joderte por imbécil que no supo valorar lo que tenía.
Lo que dijo el erizo verde era algo que deseaba que no fuera verdad. Si ya le dolió el sentirse identificado con ella cuando le daba plantón, cuando el otro le dijo esto se sintió como un ser despreciable. Amy, su Amy, lo había pasado mal por él y nunca le había importado tanto porque huía de sus problemas amorosos por no saber gestionarlos; el amor no era una pelea con Eggman o tener que salvar una ciudad, era algo que tenía que trabajarse y cuidar para que a la larga diera sus frutos, un proceso que requería paciencia y cuidado.
Pero eso... ¿Cómo se lo pides a alguien que vive todo con velocidad?
Sonic, aunque no dijese nada, se veía afectado, para la satisfacción de Scourge, el cual sonrió realizado al ver la tristeza apoderarse de la mirada de su némesis. El azulado suspiró y volvió a sentarse en la barra, terminando con pequeños sorbos su bebida.
—Big, dame otra. —pidió con voz apagada. El gato se la trajo y se la bebió de un trago.
—Oye... el novio que tiene ahora ¿Cómo se llama, Draco? —Scourge no sabía el significado de parar. El azulado no aguantaba más; le volvía a hablar y saltaba. Lo que Sonic no percibió ya que estaba cegado por la furia era que el verdoso se fue a la esquina del bar porque había llegado su novia y que otra persona muy importante para él se había posicionado a su lado.
—¿Sonic?
—¡CIERRA LA BOCA DE UNA PUTA VEZ! —ladró, tornándose con enfado hacia quien pensaba que era el erizo. Al girarse, pudo ver a una eriza rosada sorprendida por cómo se había dirigido su amigo a ella—. Amy... —A Sonic le cambió la cara completamente, pasó de la absoluta furia a la máxima vergüenza de haberle gritado así.
—Vaya... —replicó la eriza algo perpleja, nunca había visto a su amigo tan irascible. Daba miedo.
—Perdóname, Amy; pensaba que eras Scourge.
—Vaya... —volvió a decir cambiando el tono a uno más sorprendido para soltar una risa—. Anda que comparame con ese... —Se cruza de brazos con una sonrisa burlona— Así no lo arreglas. —Sonic sonrió avergonzado mientras se rascaba la nariz, pero enseguida tomó una postura más relajada y decidió ser galante.
—¿Y cómo podría arreglarlo? —preguntó siguiéndole el juego, apoyanado el mentón en la palma de su mano, mirándola interesado. Su voz se tornó aterciopelada cuando dijo eso.
—Invitándome a una bebida —dijo con picardía mientras se sentaba en el taburete de al lado.
—Hecho. —Le guiñó el ojo coqueto y se giró a la barra— ¡Big, algo para Amy y que corra a mi cuenta! —la joven se rió y él erizo la miró feliz.
La risa de su amiga siempre fue melodiosa y él adoraba escucharla. Sus carcajadas eran música para su corazón, que empezaba a bailar en su pecho y mandaba corrientes de felicidad a su cerebro. Estos momentos, donde Amy quería charlar sin agobios y Sonic estaba receptivo, siempre fueron los que hicieron que su relación se mantuviese intacta durante muchos años. Eso y muchas cosas más.
—Bueno... ¿Y qué haces por aquí? —inquirió la eriza.
—Lo mismo te puedo preguntar yo.
—Vine a tomar algo; no tengo nada que hacer hoy y quería ver cómo estaba Big. —el gato le sonríe desde la distancia y ella le corresponde.
—Pues yo... —Obviamente no le iba a decir: "Pues he estado aquí casi todos estos días porque no puedo sacarte de mi cabeza porque me dijiste que me querías superar. Soy un idiota egocéntrico que adora la atención y sobretodo la tuya, porque eres un ser fantástico del que no merezco ni una simple mirada. Debería darte las gracias por tu admiración ya que hacía que mi autoestima no estuviera por el subsuelo", porque eso dañaría su fachada de héroe y se vería débil, y eso no se lo puede permitir, además de que complicaría las cosas—. Estaba paseando y pensé que hacía mucho tiempo que no veía a Big, así que dije "¿Por qué no hacerle una visita?" y aquí estoy —dijo al fin, intentando sonar natural. Amy asintió.
—¿Scourge te estaba molestando? —la rosada se puso seria —¿Hay que ir a hablar con él?
—¡No! —dijo para calmar los instintos de justiciera de su amiga; tenía miedo de que el erizo revelase algo de lo que estaban hablando. Su respuesta había sonado casi como una súplica. Amy abrió los ojos con sorpresa— Osea... Scourge no merece la pena. Sólo estaba molestando, como siempre, no estaba haciendo nada —explicó con una sonrisa nerviosa.
Si "nada" es decirte las cosas como son, pero algo más hirientes de lo que son en realidad, pues vaya "nada".
—Está bien... —No quiso presionar el tema; veía a su amigo alterado y no quería molestarlo más— ¿Cómo te ha ido?
—Pues... Bien. Ya sabes; ayudando a Tails, corriendo de aquí para allá, salvando gente, estando con mis fans... —acotó con altanería fingida.
—Lo de siempre, vaya.
—Sí...
«Básico, básico, básico... —Se repetía en su mente el erizo—. Normal que pase de tu cara»
—¿Y tú? —preguntó ahora él— No te he visto en estos días.
—Oh —dió un suspiro—, pues la verdad es que han sido unos días de locos. No estoy acostumbrada a tanta atención. Creo que mejor te lo dejo a ti.
—¿Sí? —sonrió divertido— Pues eso es lo que conlleva ser una heroína, Ames. Tranquila, son etapas.
—Eso espero... —Tomó un sorbo de la bebida que acababa de llegar a su sitio. Sacó su móvil y empezó a chatear con una sonrisa con alguien.
—¿Hablando con amigas? —Amy negó con la cabeza.
—Con Draco. —Sonic abrió los ojos, pero enseguida relajó la mirada; tenía que mantenerse bien por Amy. La joven guardó el móvil— Perdón, era un asunto que teníamos que hablar y sólo tiene hueco ahora.
—¿Qué era?
—Para la reserva en el restaurante que tenemos en unos días.
—Oh. —Eso le había pillado desprevenido. No quería saber si se habían vuelto a ver otra vez. Al parecer sí y además van a comer juntos. El erizo aprieta el puño disimuladamente— Qué guay... ¿A cuál vais?
—Al Ritz serendipia.
El restaurante más vanguardista de toda Central city. Allí iban a cenar celebridades de todo tipo. Hasta la familia Real había ido varias veces. Sonic soltó un silbido de sorpresa, sentía cómo lo estaban dejando por los suelos, aunque no sabía en qué y por qué.
—Guau...
—No sé ni cómo ha podido conseguir mesa. Me ha dicho que ha sido por contactos, pero aún no me lo creo. —Su cara se iluminó— Siempre he querido ir allí.
«Yo podría llevarte todas las veces que quisieras»
—Pues, genial ¿No? —dijo con una sonrisa falsa.
—Lo estoy deseando —dice con los ojos brillantes, mientras que a Sonic le crecía una opresión en el pecho.
Su conversación se vió interrumpida; a los dos les llegó un mensaje. Era de Knuckles.
Reunión. Tornado está arreglado. Venid ya.
Los dos se miraron y sonrieron de manera cómplice.
—¿Como en los viejos tiempos? —El joven extendió su mano.
—Como en los viejos tiempos. —La rosada se la aceptó.
Sonic la cargó en sus brazos. La pegó a su pecho y ella pasó sus brazos por su cuello, lo que causó que los hombros del erizo se tensaran y que la acercase más a él. El olor de su amiga inundó sus fosas nasales, actuando como calmante.
—¿Lista? —la mira a los ojos.
—Contigo siempre. —el joven tensó su agarre.
—¡Vamos! —dijo emocionado.
Sonic empezó a correr y Amy soltó un chillido de sorpresa mientras se apretaba más a él; se había dejado de acostumbrar después de tanto tiempo alejada del cobalto. Él se empezó a reír con cuidado de no abrir mucho la boca para que no entrasen bichos en ella.
Al llegar juntos, el equipo se sorprendió, pero nadie dijo nada, se limitaron a quedarse perplejos o a mirarse entre ellos. En el fondo, todos se alegraban por ellos, de que por fin tuvieran una relación normal, pero, podían ver por su lenguaje corporal, que la pareja no estaba satisfecha con la situación.
—Gracias por venir tan pronto, chicos —anunció el equidna—. Tristemente, no podemos contar con el equipo G.U.N esta vez por misiones, pero pronto estarán aquí. Pero nos las apañaremos, somos buenos. Os he hecho llamar porque ya está arreglado el avión, por lo que podemos poner en marcha la expedición que teníamos pendiente a la base encubierta de Eggman.
Ese era un plan que llevaba siendo organizado desde hace muchos meses. Se cree que allí Eggman ha replicado los experimentos de la Space Colony ARK de su abuelo, Gerald Robotnik, acerca de crear vida —como lo hizo con Shadow—, y de armas tan poderosas que no podrían ser testeadas en un lugar común por las consecuencias tan devastadoras que tendría. Se supone que la base se encuentra en un archipiélago de islas completamente remoto.
—Gracias a las habilidades de cartografía de mis robots, hemos podido localizar el lugar secreto —habló Tails mientras exponía los planos—. Parece un lugar inofensivo, pero recordemos que estamos hablando de Eggman.
—Es una misión de alto riesgo, por lo que tenéis que estar seguros de dónde os estáis metiendo —añadió el equidna, mirando alrededor de la habitación. Visualizaba ojos con destellos de temor, pero a la vez con un brillo de determinación. Knuckles hinchó el pecho de orgullo por el gran equipo que poseía—. Como veo que no hay ningún tipo de objeción, Amy, te encargo organizar las provisiones y las tiendas de campaña.
—No hace falta que ni lo menciones, Knux. —La eriza le guiña el ojo y el rojizo sonríe cómplice.
—Tails, pon a punto las máquinas con Sonic.
—Dicho y hecho —responde Tails mientras Sonic asiente sonriente.
—El resto, incluidos los que he nombrado, entrenad; hay que estar preparados para lo que sea. Eso es todo, hasta el próximo día.
Todos empezaron a hablar entre ellos a la vez que Knuckles miraba los mapas y debatía con Amy sobre la comida y los sitios de dormir.
Sonic se giró al sentir cómo le tocaban el hombro.
—¡Mighty, Ray! —Abrió sus brazos para recibir a sus amigos— ¡Cuánto tiempo! ¿Vais a participar en esta misión?
—¡Por supuestísimo! —garantizó el armadillo separándose de un salto junto con su compañero— Ni nos lo pensamos dos veces cuando Knuckles llamó.
—¡Todo por la Resistencia! —añadió la ardilla voladora. El erizo sonrió feliz, hacía mucho tiempo que no veía a sus amigos; vivían en distintos extremos de la zona y tenían ritmos de vida distintos, por lo que fue una verdadera alegría verlo allí.
—Oye... Y ahora que estamos solos... —dijo en voz baja Mighty mientras se acercaba a Sonic. El nombrado bajó la cabeza curioso— ¿Qué pasa entre Amy y tú?
—Eso, eso ¿Estáis juntos? —inquirió la ardilla amarilla
Oh queridos, os habéis perdido toda la historia.
Sonic hizo una mueca al escuchar las preguntas.
¿Su relación con Amy? Sólo son amigos, pero su corazón hace cosas extrañas cuando ella está cerca: acelera su ritmo, se encoge y causa que su cuerpo se altere por completo.
—No... Somos amigos, como siempre.
El dúo se miró preocupados. La voz de su amigo denotaba tristeza y sus ojos lo decían todo.
—Oh... —dijeron los dos con cierto tono de desilusión—. Vaya... Pues perdónanos; pensábamos que si, habíais llegado tan felices juntos que, bueno, tú sabes...
—Ya... No pasa nada —dijo para que no se preocupasen. Pero sus amigos seguían angustiados; nunca habían visto a Sonic tan decaído. Por el contrario, Amy se encontraba perfectamente, lo normal hubiera sido que fuese al revés. Algo andaba mal.
Si vamos con las cabezas del equipo, podemos ver que la rosada y el rojizo discutían sobre el día de partida.
—Nos iremos el viernes.
—¿Por qué tanta prisa? Hay que organizar las cosas y dejar que entremos ¿Por qué no el viernes de la semana que viene?
—Muy tarde, llevamos meses preparando esto y el daño que sufrió Tornado ha hecho que nos retrasemos. Tenemos que ir cuanto antes, además, allí podremos entrenar.
—No estoy segura de eso... Es una isla en la que Eggman ha estado durante meses ¿Crees que no se la sabrá de pe a pa?
—Por eso vamos a estar donde menos se lo espera. Hay un inmenso archipiélago de islas ¿Quién dice que vayamos a la suya? Eggman pensará que queremos hacer la misión rápido para acabar con todo de una vez, como hacemos siempre. Pero esta vez queremos también recopilar información por si acaso se deciden hacer ataques o simplemente destruirla para el bien de nuestras especies. Hay una islita al borde del archipiélago, allí nos alojaremos bajo tierra, sólo habrá que hackear las cámaras de seguridad y los sensores que tenga Eggman esparcidos por allí y todo seguro. Para hacer todo con tiempo, hay que ir poco a poco; por eso mejor ir cuanto antes para empezar a crear la base subterránea con los robots de Tails y tantear el terreno por si hay alguna anomalía. —Su compañera aún no se veía convencida. El Equidna da un suspiro, dando un poco su brazo a torcer— ¿Y si atraso la salida al sábado? —dijo para contentarla, obteniendo el resultado contrario.
—¡No! ¡Imposible!
—¿Y eso?
—Emm... —La joven se ruborizó— Porque tengo una cena...
—¿Una cita? —Alza la ceja sugerente— Vaya, vaya...
—¡Que no es una cita! Sólo vamos a comer, nada más.
—Sí, sí. Lo que digas.
—Que sí, que es sólo una comida.
—¿Dónde?
—En el Ritz —Knucles miró a Amy divertido mientras se cruzaba de brazos— ¿Qué?
—"Sólo es una comida" —dice imitando su voz de forma burlona. Amy hace un puchero enfadada y le pega un leve empujón. El equidna se empieza a reír. La eriza se resiste pero al final, también se contagia de la risa de su amigo— Puedo apurar la salida hasta las 0:00, conviene salir los viernes y sábado porque hay más aviones en el aire y podemos pasar más desapercibidos ¿Te parece?
—Si no te importa verme arreglada...
—Claro que no. Es más, me alegrarás la vista. —Amy le dió un puñetazo sin mucha fuerza en el hombro con una risilla —Me alegro mucho por ti, Amy.
—¿Eh?
—Te veo feliz. Más animada que cuando hablé contigo. —La joven no se había dado cuenta de eso hasta que lo remarcó su amigo. Es cierto, se ve más feliz y segura de sí misma y eso causa que se sienta orgullosa de su evolución— No sé si habrá sido ese chico u otra cosa, pero te veo bien y eso es lo que importa.
—Gracias, Knux.
Se juntaron los dos en un tierno abrazo. Sonic los miró desde lejos abatido. El equipo Chaotix y el dúo con el que estaba hablando se acercaron a Amy, ella reía y hablaba; se desenvolvía bien. El erizo esbozó una sonrisa triste al ver que se había olvidado completamente de él cuando cruzaron el umbral de la puerta de la sala de reuniones y también lo feliz que se veía hablando con el zorro antes por mensaje en el bar.
Amy cada vez menos pensaba en él y más en otros.
«¿Estás bien, Amy? ¿Desde cuándo pasas más tiempo con otras personas?» reflexionó mientras observaba la escena.
Una mano se posó en su hombro, sacándolo de sus pensamientos
—¿Vamos a mirar las máquinas? —cuestinó su amigo Tails.
—Claro. —El héroe azulado se movió despacio hacia el desgüace, siendo seguido por su amigo, el cual le miraba de reojo preocupado.
Sonic ¿Qué te ha pasado?
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¡Hey! ¿Qué tal? Me estoy dando cuenta de que cada vez escribo más por capítulo, eso me enorgullece. Espero que estéis disfrutando la historia como yo escribirla. Perdón si el ritmo a veces es algo lento, pero me gusta ver el desarrollo lento de los personajes.
Por ahora me despido. Gracias por leer y comentar. Estaré leyendo vuestros comentarios y respondiéndolos cuando pueda.
¡Besos! ♡
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