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12

Amy se sentó con un resoplido en un banco de la zona del helipuerto. Se cruzó de brazos, mosqueada. Maldecía de mil maneras a su compañero, hasta que se vió interrumpida por él, saliendo escopetado del interior, buscándola, agitado. Se había quitado la chaqueta que llevaba; ahora sólo tenía su camisa blanca remangada y con varios botones desabrochados, con el pecho subiendo y bajando rápido, mirando por todos lados como un poseso. La imagen, si no hubiera estado enfadada... A quién engañas Amy; Sonic te parece atractivo cabreada o triste. Negó con la cabeza e intentó apartar esos pensamientos de su mente.

Cuando el erizo la encontró, sus pupilas se agrandaron y fue corriendo, con las energías renovadas reflejadas en sus ojos, a su dirección.

—¡Ames!

—Te he dicho que... —intentó decir cuando él ya estaba con ella.

—Tú no me has dejado acabar. Así que ahora me escuchas como yo lo he hecho contigo. —Ahí Amy no tuvo nada que decir en contra. Frunció el ceño sabiendo que tenía razón. El cobalto aguantó las ganas de reír por lo adorable que se veía para no quitar hierro a la situación— Amy, esas palabras las digo siempre porque cuando preguntan acerca de nosotros nunca sé que responder...

—Pues que sólo somos amigos. Lo has dejado claro desde siempre —respondió seca.

—¿Y entonces por qué... Mira, da igual.

—No. Ahora lo dices. —Se cruza de brazos.

—Después no eres mandona...

—¿Qué has dicho? —dijo amenazadora. A Sonic le recorrió un escalofrío y tuvo miedo de que invocara a su martillo.

—¡Nada, nada! —Movió las manos nervioso. Cuando se tranquiliza, suspira y la mira con una sonrisa con un deje de tristeza— Pues que si tan claro lo tenías ¿Por qué seguiste luchando por nuestro amor?

La joven se quedó en blanco en el momento. Él tenía razón ¿Por qué siguió después de todo? ¿Será porque acaso tenía esperanza de que algún día se daría cuenta de que ella era la única que lo entendía, de que era su alma gemela?

—Pues no lo sé... —admitió— Puede que se volviera costumbre...

—Pues me gustaba esa costumbre. —Amy, que miraba al suelo, levantó la mirada con sorna.

—¿Sí? Anda, pues no lo dejabas claro.

—Porque me ponía nervioso al lado tuya. Tienes que reconocer que era invasiva. —Suspiró, admitiendo su derrota— Porque si no me gustaba, ¿Por qué estoy aquí fuera, intentando recuperarte?

—Sonic... Si ya...

—No me refiero a tu amistad, Amy.

—¿Y entonces a qué? —El erizo se puso colorado hasta las orejas. Miró hacia abajo con los puños apretados, sin tener idea de cómo confesarse.

—No sé si tengo fuerzas para decirlo— masculló cerrando los ojos fuertemente.

—Inténtalo —suavizó su tono para tratar de calmar el nerviosismo del contrario. nic inspiró y expiró fuerte. Se incorporó y la miró a los ojos. Amy lo miraba interesada.

«Allá va...»

Levanta la cabeza y la mira. Amy no se mueve del sitio, aunque le sorprende lo serio que se ha puesto, como si lo que iba a decir fuese importante.

—Nunca llegué a pensar antes de conocerte que alguien tendría un gran impacto en mi vida, hasta que llegasteis vosotros; Tails, Knuckles y tú. Desde ese momento mi mundo dió un giro de ciento ochenta grados. Creo que habéis sido lo mejor que me ha podido pasar. —La fémina sonrió conmovida— Desde que te vi supe que ibas a ser importante para mí, y lo eres. Aunque no lo diga, te tengo mucho aprecio, Amy.

—Lo sé, Sonic.

—Me gustas tal y como eres. Con tus defectos y tus perfecciones. —Aspira profundo— Nunca supe que sentir hacia ti, eres mi amiga, pero te veías diferente alrededor de las personas; destacas entre ellas. Y más ahora que has crecido: te has vuelto una persona madura, ya no eres esa niña que me perseguía, ya no me necesitas. —Se toma una pausa— Y aunque eso sea bueno para ti, a mí me quema por dentro. Me araña el pecho y la garganta. Mi corazón se vuelve una carga al ver que vas a volar sin mí, aunque sé que es lo mejor para ti.

—Sonic...

—¿Y sabes por qué es? Porque mi corazón vive atormentado, agonizando por el cariño de su dueña, como un perro. Te has apropiado de mi corazón, Amy Rose: desde el primer momento te lo ganaste y no lo he sabido ver hasta que fue demasiado tarde. Amy Rose... —Tú puedes, erizo— Me he enamorado de ti.

Nadie dijo nada durante un rato. Hasta que la joven empezó a partirse el pecho de la risa. Cuando vió a su amiga dándole ese ataque, la miró consternado; no entendía la gracia del asunto.

—Un momento ¿Es enserio, ahora yo te gusto? —Se volvió a carcajear— Ay... Que buena broma, Sonic. —Se seca una lágrima mientras se agarra el estómago —Casi cuela.

—No es broma...

—¡Já! Ya puedes dejar de hacer el numerito, le diré a con quién hayas apostado que me lo he creído. —Se levanta de su sitio y va hacia el interior, pero Sonic la coge del brazo.

—Amy, me gustas —dijo sin vacilación.

Sólo se escuchaba el cantar de los grillos y el sonido de la vegetación al moverse. Los dos no cambiaban de posición: la joven se quedó con las pupilas contraídas, con la cara petrificada. No se lo podía creer; era imposible que esto estuviera pasando.

Amy no se atrevió a girarse, porque eso significaría ver la realidad a la que se estaba enfrentando. Empezó a temblar.

—Esto no puede estar pasando... —habló para sí misma.

—Odiame si quieres, porque yo también lo hago.

—¿Ahora, después de todo y justo cuando me voy? —Seguía sin mirarlo. Él no dijo nada— Esto es increíble... —empezó a andar.

—¡¿No vas a decir nada?! —contestó consternado. No le parecía bien después de todo el esfuerzo que había empleado para no morir internamente en el intento.

—¿Tú acaso lo hacías? —Se gira hacia él. Tenía los nervios a flor de piel.

—Tú eres dulce y linda. Una chica maravillosa. No vayas en contra de tu naturaleza.

—Lo dices cómo si me conocieras bien...

—Por favor, Amy...

—¿Acaso te lo mereces?

—Ni me merezco una simple mirada tuya después de todo. —Se sinceró. La mirada de la joven se suavizó un poco.

—Pero... No puede ser que yo... No puede... ¿Por qué me haces esto?

—Como si yo...

—¡¿Por qué?! —La subida de tono hizo que el cobalto se asustara— ¡¿Por qué después de todo el esfuerzo que he hecho para superarte?! ¡¿Por qué ahora, después de que te haya querido dejar ir?! ¡¿Por qué, joder, por qué?! —Las lágrimas rodaron por sus mejillas— ¡No es justo, no es justo! —Empezó a gimotear— ¡Eres un cabrón! ¡Imbécil! ¡Hijo de puta! —Elevaba la voz con cada insulto, dando rienda suelta a su rabia. Al erizo no le quedaba otra que respetar ese momento de inestabilidad de su amada— ¿¡Es enserio?! ¡¿Ahora cuando todo me va bien?! ¡Y tienes que venir para alterarlo todo!

—Amy...

—¡Estoy harta! —Se tiró ligeramente del pelo, despeinándose— ¡Harta! —Seguidamente gritó, soltando así todas las malas emociones acumuladas, se puso en cuclillas apretándose la cabeza. Sonic se agachó y la abrazó. Amy se aferró a su hombro y lloró en él. El joven decidió no hablar, porque no conseguiría algo si lo hacía, por mucho que él quisiera— ¡¿Por qué tengo que ser tan desgraciada?!

—No lo eres —replicó con una voz melosa. La contraria se separó de él con los ojos hinchados.

—No mientas...

—No lo hago. Eres una persona con un gran físico y personalidad, que tiene un futuro brillante por delante y unos amigos maravillosos. —Pasa su pulgar por debajo de las mejillas de su compañera para limpiarle las lágrimas—  Si eso es ser desgraciado, pues qué decepción. —La rosada dió una sonrisa débil— Siento de verdad sentir esto ahora. Si hubiera sido por mí...

—Lo sé... No te culpo. Da rabia, pero no lo hago.

—Vas a hacerlo genial en la universidad; serás una gran diseñadora.

—¿Eso cómo lo sabes?

—¿Cuándo me he equivocado? —Amy alza una ceja— Bueno, pero he acertado también. —Ella se ríe— Sólo te pido un favor. —Posa su mano en la mejilla de la muchacha.

—¿Cuál?

—Dime si me merece la pena esperar. —pidió, desde lo más profundo de su pecho, para así poder apaciguar los sentimientos que sufría desde hace meses. La cara de la joven cambió a una de tristeza.

—Sonic, yo... No lo sé —admitió. Mira hacia abajo, porque no se atrevía a mirarlo a la cara.

—Sólo dilo, Amy, por favor; lo he pasado muy mal y estoy harto de sufrir. —confesó, estrujando así más el corazón de la rosada. Puso su frente contra la de ella— Dímelo —susurró, acunando la cara de la contraria.

—No puedo. —dijo con un hilo de voz. El erizo frunce el ceño y se aparta de ella.

—¿Después de todos estos años ahora dudas de esto por un tipo cualquiera?

—No hables así de él.

—Increíble... Simple increíble. —Se pasa la mano por la cara alterado. Amy lo mira apenada.

—Yo... Lo siento. Ojalá poder decírtelo, pero... —Su amigo le sonríe resignado; sabía que no era justo cabrearse con ella y que no tenía sentido, pero las emociones son difíciles de controlar.

—Déjalo...

—Yo también tengo derecho a vivir mi vida como quiera, Sonic. —decretó— Tienes que entender que Draco ha hecho mucho más que en pocos meses que tú en años. —El joven apretuja sus puños.

—Eres muy inocente ¿Cómo estás tan segura de que lo conoces bien?

—No sé, ¿Cómo estás tan seguro de que me amas o simplemente haces esto porque ya no tienes mi atención? —contraataca cruzándose de brazos.

—Porque mi corazón revive al verte, me pongo nervioso y me pareces el ser más maravilloso que hay en la faz de este planeta ¿Te vale o no? —verbalizó molesto. La chica se sonrojó ligeramente al oír la confesión— Pero claro ¿De qué sirve enamorarme si te lo dice otro cualquiera y vas a reaccionar igual, dejándome de lado?

—No puedo controlar lo que siento, como tú en un pasado me decías también.

—¿Sabes? puede que haya sido una mala decisión enamorarme de alguien tan egoísta ¿No ves que nos haces daño a los dos con tu indecisión? ¡Nos haces daño y nos tenemos que aguantar viéndote jugar a dos bandas!

—¡No hago eso!

—Oh, por supuesto que sí. Te quejas de que adoro tu atención, pero ¿Y tú? Te he suplicado que me dijeras si debo esperarte porque estoy harto de quererte y que ni siquiera yo esté en tu futuro porque me has echado de tu vida.

—¡Tú has hecho lo mismo siempre! ¡No es justo que me reclames ahora!

—Ya no sé si visualizar un futuro contigo Amy. Creo que ya no me merece la pena después de este esfuerzo.

—¡A mí sí que no me merece la pena escucharte; eres un egoísta! ¿Qué pasa, la chica que te gusta no te corresponde? ¡Oh, qué gran drama para Sonic the Hedgehog, que siempre ha tenido a alguien detrás suya y al que nunca lo han rechazado! ¿Qué se siente al ser un animal normal por una vez en tu vida, eh? Jodido ¿No? Bienvenido al club, maldito egocéntrico. No te creas la gran cosa, Sonic, porque seas el héroe de Mobius; si te conocieran de verdad, muchas girarían la cara con sólo verte de la vergüenza que das, aplastando los sentimientos de las personas que amas. La que se ha cansado de esperar soy yo a alguien que lo único que le preocupa es si va a comer chilli dogs o no, sabiendo las desgracias que ocurren afuera. Siendo un niñato, claro que nunca funcionó y nunca va a funcionar lo que ha pasado entre nosotros, porque eres un inmaduro de mierda, y por ello no te contemplo en mi futuro porque estoy harta ¡Estoy harta de ti! —Amy no se había dado cuenta de lo dirá que estaba siendo hasta que vió como una lágrima rodaba por la mejilla del erizo— Mierda... Sonic, no quería decir eso, yo...

¿Qué había hecho?

Había herido a su amigo.

A su amor.

¿Qué había pasado para que hubieran llegado a esta situación?

—Está claro que sí. Perdoname Amy, espero que algún día lo puedas hacer. Tienes razón: he sido un insensible contigo, una mierda de persona y no te lo merecías. Lo siento tanto —Se le rompe la voz. Ya lo había arruinado todo de verdad. Ahora era consciente de todo el daño que le había hecho—. He herido a una de mis mejores amigas ¿Por qué siempre hago lo mismo? ¿Por qué? —Estaba aguantando las ganas de echarse a llorar. La otra lo miraba impactada, sin notar cómo también el agua bajaba por sus mejillas—No debería nunca haberme enamorado de ti. Lo siento mucho. —Asumió su fracaso.

Había llegado demasiado tarde.

Se giró y fue andando hacia el interior.

—¡Sonic! —Su grito no se escuchó por la reciente explosión que se había dado.

Un misil impactó contra una de las más altas torres de la ciudad. Una plaga de distintas aviaciones inundaron el cielo lanzando más bombas, volviendo todo un caos.

Los erizos se miraron y el resto de los invitados salieron afuera para ver lo que ocurría.

—¡¿Qué mierda?! —gritó Jet. Tails sacó unos binoculares y miró hacia el armamento que tenían un sello bastante familiar.

—Eggman... —Todos se tensaron al oír el nombre.

—¡¿Tan pronto?! —Se asombró el comandante.

—Está claro que el mal nunca descansa —respondió Blaze.

—Y menos ahora —añadió Rouge.

—Pues manos a la obra —Se cruje los nudillos el cobalto. Todos asienten y vuelven su vista al cielo, asimilando lo que se viene encima. Amy lo mira sin creerse ese cambio de actitud tan brusco.

—Prepárate para tu fin, maldito loco —dictaminó Shadow.

Dicho eso, todos se fueron dentro a preparar la contraofensiva, llamando a todos los que habían reclutado y sacando las armas que tenían.

Mientras trabajaban, el vulpino mira a la pareja preocupado, se movían lentos y parecía que tenían la cabeza en otro lado.

«Chicos ¿Estáis bien? ¿Qué ha pasado aquí fuera?»

—¡Tails, ayúdame con esto! —Le dijo su novia.

—¡Voy! —dió un último vistazo a la pareja y se fue con la suya.

No había tiempo que perder.

Sus vidas estaban en juego otra vez.

Knuckles llevó a los civiles presentes a un búnker para que no sufrieran daños. Antes de eso, se despidieron de sus compañeros.

—Volveré a por ti sano y salvo.

—Más te vale, Tails. —Se besaron y estuvieron unidos en un abrazo durante un tiempo hasta que fue la hora.

—Shady... Cuidate; sabes de lo que son capaces de hacer.

—No te preocupes por mí. —María le puso la mano en la mejilla y seguidamente lo estrechó entre sus brazos. El erizo escondió su cara en el pelo de la contraria rezando a todo lo que hubiera en el cielo para que no le pasara nada.

—Por favor, no corras peligros innecesarios, Amy. —La joven lo miró con pena, pero no sólo por la despedida, sino también por todo lo ocurrido.

—No te preocupes por mí. Volveré antes de que te lo esperes. —Se abrazaron y estuvieron así durante largo rato. Draco tuvo el atrevimiento de darle un beso fugaz, cosa que la dejó petrificada. Sonic apartó la mirada y se fue a ver la pantalla donde emitían las noticias, intentando reprimir sus emociones.

—Más te vale... —Y se metió en la cabina con el resto.

Todos suspiraron cuando las puertas se cerraron y se miraron entre ellos, desanimados.

—Hoy es el final de algo —empezó a decir Knuckles—: El final de nuestro plan que llevamos ideando desde hace mucho tiempo, el final de una etapa para algunos... —miró a la eriza y al zorro— Pero también el comienzo de una nueva era, donde brillaremos y mejoraremos pese a todo lo ocurrido. Van a haber bajas, pero no podemos dejar que eso nos afecte ahora. Demos lo mejor de nosotros para que todo salga bien. —Todos asienten.

—¡Podemos equipo! —rugió Amy siendo seguida por todos.

—¡Pateemos la cara de huevo de Eggman de una vez por todas! —Los presentes le vitorearon.

Esta batalla va ser dura.

¡Vamos, Resistencia, estamos todos con vosotros, mucha suerte!

Porque la vais a necesitar.

༺༻

No me morí, no se preocupen.

Aún no acaba su sufrimiento 😈

¡Gracias por todo vuestro apoyo, cada vez somos más! Me emociono de verdad cada vez que veo vuestras leídas, votos y comentarios ¡Os quiero mucho mucho muchísimo! 😩💕

Estaré leyendo vuestros comentarios y respondiéndolos cuando pueda.

¡Besos!

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