04
Al final de clases
Solo sentía un nudo en su garganta, pronto iba a llegar a los baños y ahí vería a Yashiro (si no faltaba de nuevo). Cuando estuvo delante de los baños, tomo aire y entro, viendo a su mayor mirando el atardecer.
Debía actuar con normalidad, tal vez lo que le dijo la de pelo morado fue una broma de mal gusto. Sonrió y entro a los baños.
—Disculpe la demora, senpai —la rubia volteo.
—Descuida (T/N)-chan, acabo de llegar —
sonrió y volvió a ver el paisaje—. No tienes que fingir, (T/N)-chan —la nombrada se tenso y trago en seco cuando Yashiro la miro de una manera demasiado fría—. Quería guardar un poco mas el secreto pero he de suponer que quieres respuestas, ¿No? —asintió—. Cuando sea el momento te lo diré todo —se acerco a Nishimoto y estiro su mano, alzando su meñique±, por ahora, solo confía en mi, ¿de acuerdo?
—Sí, Nene-chan —entrelazó su meñique con el de la contraria.
Vaya que era ingenua.
Al día siguiente
Durante el receso
Esta vez, Nishimoto estaba decidida a hacerle frente al ente ya que tal parece que no había cumplido su deseo y solo se burlo de ella.
Al llegar a los baños, se dirigió a la tercera puerta.
—Hanako-san, Hanako-san, ¿estas ahí? —el silencio fue quien respondió. Suspiro, tal vez debía ser ruda y enfrentarse a ese espíritu—. Mire, usted dijo que cumpliría mi deseo, pero veo que solo es un mentiroso. Voy a decirle a todos aquí que usted solo miente para que lo olviden.
—Oh~ No es como si te fueran a hacer caso, Nishimoto-san —volteo, encontrándose con la sonrisa burlona del fantasma—. Además, tu no has venido, así que no es del todo mi culpa, ¿sabes? —se burlo.
—Se supone que cumple deseos, no es necesario que este aquí —frunció el ceño—. Usted tomara algo muy preciado a cambio de mi deseo, ¿no? Es todo para lo que me necesita.
—Bueno, conmigo no funciona así, Nishimoto-san —en ningún momento borro su sonrisa socarrona—. Tienes que estar aquí porque yo cumplo de otra manera los deseos.
—¡Bien! Gana por esta vez —bufo, no quería verse ridícula al pelear con el fantasma cuando alguien pasara por ahí—. Dígame, ¿que piensa hacer teniéndome con usted?
—Primero: Deja de ser tan formal, se que estoy viejo pero no lo aparento, además de que es incómodo —suspiro y dejo de sonreír, mirándola con seriedad—. Segundo: por favor cámbiale el "san" por "kun". Por último: debes venir todas las tardes al jardín de la escuela, ahí te ayudaré.
—¿Por que allá? Se supone que aquí es tu "hábitat", por así decirlo.
—Digamos que alguien me espía, así que será nuestro escondite —sonrió de nuevo—. Nos vemos en la tarde, Nishimoto-san.
En un parpadeo el azabache desapareció, sin dejar rastro alguno.
—Deberé decirle a senpai —suspiro. De seguro creería que se estaba alejando de ella.
En la salida
—Entiendo... Procura venir a verme (T/N)-chan, si te hace algo, me dices.
—Gracias Nene-chan, debo irme. Hasta mañana —se despidió y salio de los baños para dirigirse al jardín de la escuela.
Cuando llego vio a Hanako mirando los cultivos. (T/N) se acerco y puso a su lado, esperando a que hablara.
—Es muy triste que no apreciemos las cosas hasta que desaparecen, ¿no crees? —lo miro de reojo y suspiro—. Lo siento, solo digo tonterías —volvio a sonreir—. Iniciemos la primera fase, deberás hacerlo sin rechistar, o sino no funcionara.
—¿Acabas de hacer una rima? —se encogió de hombros—. ¿Por que siento que es algo malo? —achico sus ojos, en clara sospecha.
—Descuida, no corre riesgo tu vida.
—Bien, te escucho, Hanako-kun.
—Iniciaremos cambiando tu estilo —se acerco a la contraria y le quito los lentes—. No te ves mal sin ellos, exceptuando que achicas mucho tu ojos —volvió a ponérselos—. Los lentes te los dejaremos, tal vez un peinado.
—¡Espera un minuto! —cubrió su cabello con sus brazos—. ¿Por que quieres cambiar mi apariencia?
—Créeme, un simple deseo no hará que las personas te acepten, debes pasar por más cosas. Además, dijiste que no te quejarías, déjame hacer mi trabajo.
—De acuerdo, espero sea cierto —se rindió, no tenía caso que peleará.
Por otro lado, Yashiro miraba como Hanako ayudaba a Nishimoto.
Sonrió y luego negó—. Sigues igual, Amane —volteo al escuchar la risa del gemelo—. ¿Sucede algo, Tsukasa-kun?
—¿Los extrañas? Pero si te abandono en el territorio del número cuatro~ —fingió pena. La chica apretó sus manos. Odiaba cuando le recordaban eso.
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Marintia-chan
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