Una joven de cabello castaño oscuro caminaba hacia su salón, no tenía ninguna expresión en su rostro y lo único que la incitaba a asistir a clase era la amenaza de su madre.

No le importaba mucho de hecho.

Todos los que estaban en los pasillos la miraban con repulsión: ¿por qué tenían que estar con alguien como ella?

Su cara estaba regordeta al igual que su cuerpo, su cabello mal cuidado pero siempre lo traía amarrado a una coleta además de que usaba lentes. No era ni alta pero tampoco baja, estaba en la estatura promedio.

Les daba asco a sus compañeros que andara por el plantel.

Ante las miradas de todos, solo se limito a encogerse en su lugar y apurar más el paso, la mejor opción era que fuera al baño, cuando todos la miraban así, siempre se acercaba el típico grupito carente de amor en sus hogares a molestarla.

Cuando llegó a los baños, cerró la puerta principal, escuchando un chillido bastante agudo, molestandola.

Suspiró y volteó, acomodando sus anteojos encontrándose con la atenta mirada de una chica de cabello rubio cenizo con las puntas acua, ojos rojos como cerezas, piel de muñeca, delgada...

—H-hola —saludo la de cabello claro—, soy Yashiro Nene de segundo año, clase A.

—Hola... Mucho gusto, senpai —hizo una leve reverencia.

—¡Oh! Por fin conozco a una chica menor que yo —sonrió y se acerco a la de cabello oscuro—. ¿Cómo te llamas?

—Nishimoto (T/N)... De primero A.

—¡Que alegria! !Podemos ser amigas! —al tomar de golpe las manos de (T/N), ella solo las aparto bruscamente—. Oh... Yo...

—¿No le doy asco, senpai? —Nene ladeo la cabeza.

—¿Por qué debería? —sonrió—. Tu eres hermosa tal y como estas, Nishimoto-san.

Sintió que las lagrimas estaban a punto de salir de sus ojos cafes.

—¡¿Eh?! ¡L-lo siento! ¿Dije algo malo? —pregunto, alarmada al ver los ojos cristalinos de la menor.

—Gracias, senpai —limpio las lagrimas que salieron con el dorso de su mano y sonrió. Eso calmo a Yashiro.

Una semana después

—Entonces, ¿dice que hay siete misterios? ¡Genial!

—Y puedes invocar a uno en este lugar —se había hecho costumbre que ambas se reunieran al final de clases en los baños antiguos de la escuela—. En la tercera puerta del baño de mujeres, ahí la encontraras: Hanako-san del baño —abrazó a la chica de los hombros y señaló la puerta—. Para poder invocarla, deberas estar sola y tocar la puerta tres veces, seguido dirás... Hanako-san, Hanako-san, ¿estas ahí?

—¿Que pasa si aparece? ¿Te matara?

—Nop, te cumplira cualquier deseo —«aunque mas bien parece un amigo dandote consejos». Pensó, mientras sonreía—. ¿Lo intentarías?

—¿Esta retandome, Yashiro-senpai? —asintió—. Acepto el reto.

—De acuerdo —dejo de abrazarlay se levanto del "asiento" que tenía la ventana—. Te dejo, debo ir con el profesor de quimica —se despidió, moviendo su mano y caminando a la salida—. Ya deberías irte, Nishimoto-san, empezara a oscurecer en un rato.

—Claro, hasta mañana senpai —Nene asintió y salió del baño, quedando a un lado de la entrada.

—Haber si me dejas de molestar, Tsukasa-kun —murmuro viendo al ente delante de ella que solo sonreía.

—Por supuesto, solo quiero jugarle una pequeña broma. Amane no se enterara que eras tu la que estaba con ella. Después de todo... —sonrió de una manera que daba miedo— No sabe que estás aquí...

Con (T/N).

Tomó aire y miro la puerta, de seguro Yashiro solo bromeaba.

Se levantó y acercó a la puerta, quedando dalente de ella.  Con algo de miedo, tocó tres veces.

—Hanako-san... Hanako-san... —tragó en seco, sólo era una broma de su mayor, se repetía mentalmente— ¿Estas ahí?

El lugar se quedo en total silencio.

Suspiró con calma «Creo que exagere un poco las...». Sus pensamientos se vieron interrumpidos al ver la puerta del baño abrirse.

Sintió su cuerpo paralizarse. Cuando se recupero del susto, abrió la puerta, pero no había nada.

—Debió de haer sido la mala condición de aquí... —murmuró.

—No, no lo fue —volteo con miedo, viendo a una persona que no estaba ahí hace unos segundos.

Termino por desmayarse.

-------

Marintia-chan