30
Te atreviste a darle un beso al segundo hijo del Rey Demonio y él te correspondió sin dudarlo ni un poco. Eso te sorprendió bastante, pero sólo era un estúpido reto que Meliodas te había puesto y aunque al principio lo tomaste como un juego, nunca te imaginaste que terminarías enamorándote de él...
Ahora no podías dejar de pensar en Estarossa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro