Vuelta a Hogwarts (Theo)

El señor tenebroso tomo el poder, ahora Potter, Weasley y Granger eran los más buscados, sabían que estaban en una boda, pero de allí desaparecieron y ahora la gran mayoría de los mortifagos y carroñeros estaban buscándolos con desesperación.

Draco es básicamente un prisionero en su propia casa y Theo le hace compañía, ambos vuelven a tener un humor de los mil demonios y agradecen que a ellos casi no los manden a ninguna misión. La mansión Malfoy es usada para la mayoría de las reuniones así que tienen acceso a mucha información.

Theo agradece que prácticamente no ve a su padre, lo enviaron a buscar algo y todavía no ha vuelto a aparecer.

Ya mañana tenía que volver a Hogwarts, por orden del nuevo “gobierno” todos los jóvenes debían volver al colegio y por lo que se habían enterado allí, Snape sería el nuevo director, mientras los hermanos Amycus y Alecto Carrow serían directores adjuntos, profesores y se harían cargo de los “problemas”. Al enterarse  de esto Theo se terminó de convencer que debía volver al colegio, los conocía, los había visto torturar a brujas y magos solo por placer, y sabía que un colegio lleno de niños a los cuales castigar por cualquier motivo seria el paraíso para ellos.

Draco no volvería al colegio, prefería quedarse en su casa donde podría obtener algo de información, aunque solo fueran rumores, de esa castaña que lo tenía tan preocupado. Theo le insistió todo lo que pudo, pero conocía a su amigo, no iba a aceptar, tenía más posibilidades de enterarse algo allí que en cualquier otro lugar, su tía, cada día más loca, había ofrecido una recompensa extra para quien le llevara información del trio dorado, o a alguno de los miembros del trio en persona, quería ser ella quien le entregara a Potter a su amado señor.

Theo volvía a estar en la estación frente a aquella locomotora roja, por fin podía relajar un poco su mente, miró a su alrededor, el ambiente era completamente diferente al de otros años, los rostros no se veían felices, era como si cada alumno llevara una carga muy pesada, cada uno trataba  de reunirse con sus amigos, con los pocos que habían vuelto.

Divisó a Pansy y Blaise que se acercaban hacia él, y un poco más lejos a esa rubia que lo hacía tan feliz, ella se acercó a la mini Weasley y Longbotton,  los vio saludarse y deseo poder besarla.

―Theo… tanto tiempo, ¿todo bien? ―Blaise sonrío tendiéndole la mano, y Pansy de dio un beso en la mejilla.

―Podría decirse que bien ―dijo apretando la mano de Blaise―… tenemos que hablar, ¿subimos y buscamos un lugar? ―sus amigos asintieron y los tres subieron al tren, entraron en un compartimiento, su ubicaron, lo cerraron y pusieron los hechizos de protección necesarios.

―Bien dinos ¿Qué pasa? ―Pansy, como de costumbre, la primera en preguntar. Ambos miraban a Theo con mucha curiosidad.

―Por lo que me entere en casa de Draco, las sorpresas que nos esperan este año en Hogwarts son… los hermanos Carrow ―los ojos de Blaise se abrieron mucho, y no sonreía… Theo muy pocas veces lo había visto serio, pues es una persona que vive con una sonrisa en los labios y para todo tiene una “broma”.

―No hablas en serio… no eres bueno haciendo bromas Theo y lo sabes…

―Si es en serio ―ambos volvieron su vista hacia Pansy, que ahora estaba completamente rígida en su lugar. Blaise tomó su mano y está recién allí reaccionó.

―Pansy todo estará bien no te hará nada… ¿verdad Theo? ―lo miró en busca de ayuda.

―Claro que no… no pueden tocar a ningún Sly… después de todo serán los futuros mortios…

―A ella eso no le importa… solo sé que por algo odia a mi madre y a la primera oportunidad tratara de hacerme algo para hacerla sufrir ―la rabia se veía en sus ojos. Blaise se acercó más a ella, tomó su rostro entre sus manos, esbozó una sonrisa e hizo que ella lo mire.

―Pansy nada te va a pasar yo me voy a ocupar de eso amor ―y deposito un suave beso en los labios de la chica. Hacía poco se habían comprometido, pero hacia bastante tiempo sus madres lo venían planeando, más precisamente desde que la morocha supero su obsesión por Draco. Pansy trató de sonreír pero no pudo.

―Puedes estar segura de que no dejaremos que te haga nada… además piénsalo eres la prometida de un mortifago no te hará nada…

―Por lo que se a ambos les encanta torturar a la gente… ¿es así? ―ambos chicos se miraron y asintieron…

―Mira no debería decirles esto pero… el señor tenebroso te quiere con nosotros, creo que espera que en algún momento te conviertas en una mortifaga, más estando ahora comprometida con Blaise ―Pansy miró a Theo y se aferró al brazo de Blaise. Mientras el lado frio y calculador de Theo salía a relucir―… no se fijaran en ti cuando tienen un colegio lleno de niños y jóvenes a los que atormente, piénsalo Pansy… y eso es lo que me trae a proponerles algo ―ambos lo miraron frunciendo el ceño, sabían que su amigo no era de los que daban rodeos para decir algo, no hablaba demasiado, pero cuando lo hacía iba al grano―. Blaise nosotros conocemos a los Carrow sabemos de lo que son capaces… por eso creo que tenemos que tratar de hacer algo…

―¿Tú dices que ayudemos a los que estén bajo su mira? ―Theo asintió ante la mirada incrédula de sus amigos.

―Acaso ¿se te pego la locura?... o… ¡¿estás loco?!...

―Lo siento amigo pero concuerdo con Pansy… es una locura nos van a matar.

―Claro que no… solo debemos ser cuidadosos, piénsalo, nadie sospechara de dos mortifagos… ¿Cuándo algún Slytherin ha ayudado a alguien?

―Bueno eso te lo acepto ―dijo Blaise sonriendo…

―Además nos han entrenado toda nuestra vida, podemos hacer más hechizos y maldiciones que cualquiera en el colegio, estamos casi al nivel de un profesor

―Sí y tú ya podrías tener media carrera de medimago hecha ―Pansy sonrío.

Los tres sabían que todo aquello era verdad y si se lo proponían y eran cuidadosos podrían ayudar a más de uno ese año, que apuntaba a ser el peor de todos. Después de discutir y planear durante un buen rato llegaron a la conclusión de que lo harían, aunque sus amigos no lo hacían por los mismos motivos que él, ellos esperaban que cuando el señor tenebroso fuera derrotado consideraran todo lo que habían hecho y no los mandaran a Azkaban… a Theo eso no le importo, estaba feliz porque no iba a estar solo en la misión que se había auto impuesto, ayudar a todos los que pudiera a sobrevivir Hogwarts, y entre eso asegurarse que Luna este bien…

Una vez en el gran comedor, sentados en su mesa, notaron que ese año habían vuelto poco más de la mitad de los alumnos, y eran muy pocos los que ingresaban a primero. Los profesores ocupaban sus lugares en la mesa central. En la silla del director estaba Snape, serio como siempre, murmurando algo a Amycus que estaba a su derecha, mientras Alecto los observaba desde el lugar a su izquierda, el resto de los profesores se mantenían en silencio, sus expresiones indicaban que no querían estar allí. Theo sabia el motivo por el que la mayoría de ellos habían regresado a dar clases ese año, y era el mismo que el suyo… ayudar a los alumnos en lo que pudieran.

―Bienvenidos alumnos a un nuevo año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. Como la mayoría ya sabrá, yo soy el nuevo director Severus Snape, pretendo ser breve en mis palabras hoy y que quede todo muy claro… las cosas aquí cambiaran, si no respetan las reglas habrá castigos… a mi lado se encuentran ―señala a su derecha― Amycus Carrow, nuevo profesor de Artes Oscuras y la señorita ―señala a su izquierda― Alecto Carrow, profesora de estudios Muggles, ambos serán directores adjuntos y quienes se encargaran de imponer las penas para aquellos que rompan las reglas… por lo tanto espero que la mayoría tenga sentido común. Disfruten de la cena ―así termino su discurso y volvió a sentarse en su lugar.

Una mirada alrededor mostraba que esas palabras habían afectado a más de uno, sobre todo a los más pequeños, pero algunos de los mayores se mostraban mucho más decididos.  Y allí estaba ella, nuevamente en la mesa que no le correspondía, entre la pelirroja y Longbotton, cuchicheando como solían hacer. De repente levantó sus ojos y su mirada choco con la de Theo por un momento, le sonrío y volvió a centrarse en sus amigos.

Ya hacía un mes de su encuentro en Francia, y desde que la dejo en su casa no se habían vuelto a ver, se habían escrito unas cuantas cartas, y en ese momento Theo se moría de ganas de acercarse a ella y besarla…

Saco un trozo de pergamino de su túnica y su varita, lanzó un pequeño hechizo al pergamino, luego hizo un bollo con el y lo arrojo al piso. La pequeña bola empezó a rodar por el piso del gran comedor esquivando a los alumnos y el mobiliario, hasta chocar con el pie de Luna, cosa que hizo una y otra vez hasta que la chica lo vio, entonces tiro su tenedor y se agacho con la excusa de recogerlo, tomó el tenedor y el pergamino abollado…y  en un momento de distracción de sus amigos desarmo el bollo y vio que estaba completamente en blanco y de la nada comenzaron a aparecer las palabras escritas con una hermosa caligrafía…

“En la torre de astronomía al salir de aquí.

T. N.”

Volvió a hacer un bollo con la nota y la guardo en su túnica, luego levantó la vista y lo busco en la mesa de Slytherin… allí estaba hablando con Blaise… insistió con su mirada hasta que él la noto, entonces le sonrió y asintió con su cabeza levemente,  a lo que él respondió devolviéndole la sonrisa.