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Tú y yo - Luna

Tú y yo (Luna)

Ya terminaba ese curso, con todo lo que esto trajo; la visión de Luna se hizo realidad, Dumbledore murió, lo mataron y cayó desde la torre de astronomía; los mortifagos lograron entrar y salir de Hogwarts, todos en el colegio estaban muy tristes por lo sucedido, y la rubia de ojos soñadores no era la excepción, pero a pesar de todo estaba más preocupada por otra cosa... Theo, no lo había visto nada bien ese día, y en un momento simplemente desapareció, sabía que algo le pasaba y una cosa era segura ella no se iría de Hogwarts sin saber que le sucedía a su pelinegro de ojos electrizantes. Se internó en el bosque prohibido, y solo se dejó llevar por sus pies, sus ojos pasaban de un árbol a otro; a un arbusto; a un montón de hojas caídas; su cuerpo conocía el camino, y la guiaba casi instintivamente hacia Theo, siempre había sido así, ella distraída y su cuerpo la llevaba a chocar con él.

En un momento se encontró en el pequeño lago escondido, y allí estaba su pelinegro, perdido en sus pensamientos, lo observo un rato desde su lugar, pero por lo visto él no había notado su presencia, así que se acercó a él lo más silenciosamente posible, el suave pasto la ayudo amortiguando sus pasos, llegó a su lado y plantó un suave beso en su mejilla, cuando él se giró a verla, noto una sonrisa triste en su rostro, eso a la rubia no le gustaba, trató de animarlo, y saber que pasaba, cuando él le dijo lo que pensaba, casi no lo podía creer, como podía llegar a pensar aquello... está bien debía reconocer que pueden ser dudas normales en una situación como la de ellos, pero él la conoce, sabe que ella no es "normal", por decirlo de alguna forma, ella fue quien lo ínsito a volverse mortifago... ¿Acaso él en verdad no sabía lo que ella sentía por él? Si era así, eso no estaba bien y no podía seguir así.

─¿Qué hechizo me hiciste brujita?...No quiero perderte Luna... Nunca me perdonaría que te pase algo ─susurró Theo y borró la distancia con un beso.

─Ningún hechizo... Estaré siempre para ti, tu solo sigue con lo planeado y ocúpate de que no nos descubran... Porque no importa lo que digas, no te voy a dejar ─Luna suspiró y se alejó un poco sin dejar de verlo a los ojos ese era el momento tenía que hacerle saber lo que sentía, y con una de sus mejores sonrisas dijo─. Te amo Theodore Nott.

Por un momento Theo se quedó helado, Luna vio como la inspeccionaba con la mirada, era como si sus ojos buscaran algo que le indicara que no todo era real, la rubia amplió su sonrisa, y al parecer esto le dio a Theo lo que necesitaba, una sonrisa se dibujó en su rostro.

─Te amo, te amo, te amo Luna Lovegood ─la felicidad era más que evidente en Theo, y se extendió a Luna que no pudo evitar abalanzarse sobre los labios del pelinegro, en verdad le encantaba verlo así de feliz, sintió como la rodeaba con sus brazos y el beso se volvía cada vez más apasionado e intenso hasta el punto en que tuvieron que separarse porque ya les faltaba el aire, esa sonrisa y esos ojos azul eléctrico la hipnotizaban, y no podía dejar de sonreír para él─, me vuelves loco, no sé cómo voy a hacer para estar sin verte ─la sonrisa se fue de su rostro, y Luna acaricio su mejilla todavía sonriendo.

─¿Quién dijo que no podremos vernos? ─una sonrisa de lado se formó en el rostro de Theo, esa sonrisa que tanto le gustaba a Luna.

─Tengo un lugar donde podemos pasar unos días ¿si tú quieres? ─sus palabras fueron un susurro lleno de dudas, Luna sonrío, y susurró en su oído.

─Me parece genial ─mordió suavemente el lóbulo de Theo, haciendo que este se estremezca.

─Lunaaa... tenemos que irnos ─a Luna en verdad le encantaba hacer esas cosas y sentir como él se estremecía, le gustaba saber que era por ella.

Después de unos cuantos besos más, y tatar de organizar su próximo encuentro, volvieron cada uno por su lado al colegio.

Ya en su casa no podía dejar de pensar en Theo, se preocupaba mucho por él, y aunque quizás ella no se daba cuenta se le notaba y aunque su padre también era algo distraído, noto que algo le pasaba a su hija desde que había vuelto de Hogwarts.

Ese día Luna había estado recorriendo el jardín y sus cercanías buscando criaturas extrañas, después de unas horas se recostó en el pasto a ver las nubes pasar, los suspiros salían de su boca uno tras otro... ¿Cómo era posible que extrañara tanto a Theo?

─¿Y... hubo suerte Looney? ─la voz de su padre llamó su atención, se incorporó un poco apoyándose en sus codos y lo vio acercarse a ella, negó con la cabeza y volvió a recostarse mientras su padre se sentaba a su lado─ ¿Sabes que decía tu madre?

─¿Nunca destruyas un nido de ditos? ─dijo la rubia soltando algunas risitas y provocando otras en su padre.

─Es un buen consejo, pero no, ella decía "uno suspira cuando el corazón extraña a alguien" ─Luna miró a su padre que le sonreía─ ¿Qué te pasa Looney? Y no me digas nada, te ves algo triste y eso no me gusta ─Luna se mordió el labio inferior y lo medito un momento.

─Mmmm... Estoy preocupada por Theo ─dijo la rubia en un suspiro mientras se sentaba.

─¿Theo? Me suena...

─Él es... mi novio ─miró a su padre a los ojos y se sintió aliviada al encontrarse con una sonrisa y su mirada llena de dulzura─. Theodore Nott... él es... es ─se notaba que la rubia estaba nerviosa y su padre solo negó con la cabeza y levanto su mano indicándole que se detenga.

─Cielo, lo único que me interesa es que seas feliz y estés bien, sé que puedo confiar en tu juicio, no me importa lo que él sea, seguro tiene sus motivos, mientras te quiera y te cuide, todo estará bien ─Luna no se sorprendió por las palabras de su padre, lo conocía bien, y sabía que todo lo que él quería era que ella fuera feliz, lo que Luna no sabía era que Xenophilius ya conocía bastantes cosas sobre Theo, y por eso sabía que ese chico haría cualquier cosa por su hija.

─Gracias papá ─dijo la rubia con una sonrisa todavía algo triste, Xeno acarició la mejilla de su hija.

─Mi dulce niña, siempre preocupándose por los que quiere.

─Es que desde que nos fuimos de Hogwarts no sé nada de él ─dijo haciendo puchero, y antes de que pudiera decir nada más escucho el ulular de una lechuza que se acercaba, la cual se detuvo en el suelo al lado de Luna, esta le saco el pergamino que llevaba atado a la pata y segundos después el animal retomo el vuelo y se alejó dejando a una Luna sonriente, conocía muy bien la letra que estaba en aquel pergamino, y sin esperar demasiado lo abrió.

Hola Luna, lamento no haberte escrito antes, es que hemos estado algo complicados.

No sabes lo que te extraño ¡ahh necesito ver tu sonrisa!... Pero bueno a lo que iba, ya conseguí unos días de libertad, para que podamos irnos como habíamos acordado, este viernes pasare por ti, prepárate, será solo por el fin de semana.

Te amo, estoy muy ansioso por verte.

Besos, siempre tuyo.

T.N.

La sonrisa en el rostro de la rubia se hacía más grande a medida que sus ojos recorrían las palabras escritas en aquel pergamino.

─Ves, hay que ser paciente Luna... ¿Buenas noticias?

─Va a venir el viernes por mí, quiere que pasemos juntos el fin de semana... ¿No te molesta, verdad? ─Luna miró suplicante a su padre, este dudó un momento y luego sonrió.

─Claro que no... Siempre que vuelvas ─sin esperar mucho más la rubia salto sobre él abrazándolo.

─Eres el mejor ─y le dio un sonoro beso en la mejilla.

Faltaban cuatro días para el viernes, y el ánimo de la rubia había mejorado mucho, lo que hacía muy feliz a su padre.

El viernes llego, Luna ya tenía sus cosas listas, unas cuantas prendas en su mochila, su padre estaba arriba revisando algunos de los artículos para su próximo número del quisquilloso. La chica estaba verdaderamente ansiosa por ver a Theo, ya había acomodado la sala y la cocina dos veces, movía muebles y objetos una y otra vez... en un momento se acercó a una de las ventanas, e instantes después lo vio aparecer a unos cuantos metros de la casa, por lo visto él también estaba algo nervioso, lo vio acercarse a uno de los árboles que estaba frente a la casa, Luna se alejó de la ventana y esperó a que el muchacho se acercara a la casa y golpeara la puerta. El tiempo le parecía eterno, era como si se hubiera detenido solo para torturarla, no sabía cuánto había pasado, pero Theo no aparecía, volvió a dar vueltas por la habitación y se acercó a la ventana, para ver la silueta del pelinegro que comenzaba a moverse hacia la casa, una sonrisa se formó en su rostro y se acercó a la puerta... de vuelta la espera, ¿Qué le pasa a este chico? Se preguntó Luna ya algo impaciente, y esto la hizo abrir la puerta... una sonrisa se dibujó en su rostro ni bien lo vio parado frente a ella, con su puño en alto para golpear la puerta.

─¿Me ibas a hacer esperar mucho más? ─preguntó frunciendo el ceño e imitando la expresión de Theo cuando se molesta, con lo que logro sacarle una sonrisa al pelinegro.

Después de hablar un rato, unos cuantos besos y de que Theo conociera a Xenophilius, se despidieron de su padre y desaparecieron. Luna trató de que ese encuentro con su padre fuera rápido, ella lo quería mucho, pero en ocasiones su padre solía hablar de cosas que ni siquiera ella comprendía, y en verdad no quería que abrumara a Theo con algunas de esas cosas, en ocasiones su padre solía hablar de su madre y contaba cosas que no sonaban del todo razonables para las personas normales.

El lugar donde aparecieron era realmente hermoso, la campiña francesa, siempre le había gustado Francia, su madre le hablaba mucho de ese país, su mejor amiga era de allí.

La casa era preciosa, con un estilo muy elegante, escucho la historia que le contaba Theo, aunque se notaba que no le agradaba mucho hablar de ello, pero por lo visto tenía la necesidad de contarle, aunque en un momento el pelinegro trató de desviar un poco el tema, por lo que Luna decidió seguirle la corriente y jugar un poco.

─Wow... ¿A cuántas habrás traído aquí? ─preguntó con mirada maliciosa y una sonrisa de lado, él soltó una suave risa y la acercó a su cuerpo.

─Eres la primera... Este es un lugar demasiado preciado para mí ─susurró acercándose más, ella sonrío e invadió su boca... ese beso era suave y dulce al igual que las caricias con las que Theo recorría su cuerpo, el contacto de su piel hacia que el fuego se encendiera en se interior.

Se separaron un instante, por aire, y al segundo Theo volvió sobre su labios, el beso se volvía más urgente, sus manos se encontraron en la nuca de Theo y sus dedos comenzaron a enredarse en ese cabello negro, mientras las manos de él bajaban por sus costados haciendo que se le erizara la piel, el fuego la consumía y comenzara a sentirse húmeda, esas manos llegaron hasta sus nalgas y apretaron, haciéndola dar un pequeño respingo, a la rubia nunca la habían tocado así, pero algo en su interior le pedía más, sonrío y continuó con el beso, haciéndolo más intenso. Sintió como Theo la levanto y la pegaba más a su cuerpo, sin quitar sus manos de su trasero, y casi sin darse cuenta, por puro instinto, ella rodeó la cintura de él con sus piernas.

El deseo crecía en su interior, sentía que Theo se movía por la casa, pero en ningún momento dejaron de besarse, la excitación crecía, necesitaba más, su mano derecha comenzó a desprender la camisa de Theo, el sonrío sobre su boca y sintió como si una corriente eléctrica subiera por su espalda, ¿Cómo era posible que se sintiera así ante el tacto con Theo? La mano de él recorrió su espalda y luego la depositó suavemente sobre una enorme cama, la respiración de ambos estaba agitada, se devoraban con la mirada. Esos ojos azul eléctrico, se tornaban cada vez más oscuros, por el deseo y la lujuria mientras recorrían el cuerpo de Luna, al mismo tiempo los ojos celestes de ella no perdían detalle de él. La camisa de Theo ya no estaba y sus manos recorrían suavemente sus piernas y comenzaron a quitarle el vestido haciéndola estremecerse, sintió como sus mejillas comenzaban a tornarse rojas y no pudo evitarlo, termino cubriéndose el rostro con sus manos...

─Luna... ¿Qué haces? ─escuchó la voz y risa de Theo, y sintió como su cuerpo se acercaba al suyo, entreabrió los dedos para verlo.

─Ahh es muy vergonzoso ─él sonrió dulcemente y con cuidado, le hizo quitar las manos de su rostro y dejo un dulce y corto beso en sus labios.

─Eres lo más hermoso que he visto en mi vida... Te amo ¿lo sabes? ─susurró antes de volver a besarla, pegando su cuerpo más al de ella, mientras con sus brazos soportaba su peso para no aplastarla, ella deseaba seguir, pero también sentía algo de miedo.

─Mmm... N o recuerdo si me lo habías dicho ─Theo levantó una ceja y la miró algo serio, esto hizo que Luna riera, antes de volver a adueñarse de sus labios─, te amo, y yo lo dije primero ─ambos sonrieron sobre los labios del otro y continuaron con el beso.

─No tienes una idea de cuánto te he extrañado ─Theo se recostó a su lado y la abrazó, Luna no podía dejar de temblar, nunca se había sentido así, tan excitada y a la vez nerviosa.

─¿Mucho? ─soltó con una sonrisa, sabiendo que ella también lo había extrañado muchísimo.

─Demasiado... No veía la hora de que estuviéramos solos tú y yo... Amor no tengas miedo, conmigo no tienes que hacer nada que no quieras ─ella se relajó entre sus brazos─, te amo y voy a esperarte todo lo que sea necesario.

Luna lo besó, se pegó más a su cuerpo, y noto la erección de Theo, que delataba, que estaba verdaderamente excitado, se alejó de su boca y se mordió el labio inferior, mientras miraba los ojos de él...

─Theo... es verdad tengo algo de miedo, es mi primera vez...

─Luna no te preocupes yo no ─lo calló con uno de sus dedos y sonrío, en verdad lo amaba y su cuerpo lo pedía a gritos.

─Quiero que tú seas el primero, ser siempre tuya... Dejemos todo fuera y seamos solos tú y yo ─susurró casi sobre sus labios, ante la mirada llena de deseo de Theo.

─¿Segura? ─Luna asintió, lo besó y mordió su labio inferior, haciéndolo gemir, las manos de Theo volvían a recorrer su cuerpo y aquella boca no quiso quedarse atrás, iba depositando besos en cada centímetro de su cuerpo, los cuales también le robaban gemidos a ella.

Sintió como una de las manos de Theo se colaba entre sus bragas, y sus dedos comenzaban a tocar su ya húmedo sexo, las manos de Luna comenzaron a recorrer el cuerpo de Theo, marcándolo con sus uñas, se detuvo un momento en el borde del pantalón y con algo de torpeza lo desprendió, metió su mano dentro de su ropa interior y lo sintió estremecerse mientras ella tocaba su erección, era enorme, ¿se suponía que eso entraría en ella? La boca de Theo fue a uno de sus pezones, jugo un poco con él y luego comenzó a succionarlo suavemente, haciéndola gemir cada vez más.

Lo que les quedaba de ropa ya había desaparecido y él estaba sobre ella, sus respiraciones completamente agitadas, los labios rojos y sus cuerpos marcados por uñas, dientes y besos... pero ambos querían más, se notaba en sus ojos y en sus movimientos que se buscaban... la erección de él rozaba el sexo de la rubia, que estaba a punto de explotar de deseo, tanto así que sus caderas se movían buscando que él entrada en ella... la mirada de Theo lo dijo todo, el sería lo más cuidadoso posible, comenzó a entrar en ella lentamente, Luna sentía su propia humedad y como el miembro de Theo entraba lentamente, dolía un poco, sí, pero sabía que él trataba de hacer todo lo posible para que no fuera tanto... ella suspiraba y él entraba un poco más, trataba de atenuar la situación con besos y caricias, en un momento solo se dedicaron a los besos por un rato... sintió que él comenzaba a moverse lentamente entrando y saliendo de ella, ya no dolía, es más era una sensación agradable, y con cada movimiento de él quería más, sus piernas se enroscaron en él y con cada envestida soltada un gemido, no podía despegar sus ojos de los de Theo, y era como si él leyera su pensamiento, sus movimientos iban acelerando y ella también comenzó a moverse más. Sintió como si una enorme corriente eléctrica recorriera su cuerpo, sus gemidos se mezclaron con los de él, luego los cuerpos de ambos se relajaron y él cayó un momento sobre ella, para luego acostarse a su lado sin dejar de abrazarla, Luna se acurruco más a su cuerpo depositó un beso en el pecho de Theo e instantes después el sueño la venció.

Estaba completamente feliz, su corazón brincaba dentro de su pecho, había sido su primera vez, y le había parecido maravilloso, amaba mucho a ese chico de ojos azul eléctrico y expresión seria... y si algo sabía con certeza su corazón es que ella quería ser solo de él ahora y siempre.

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