Entraron al comedor donde Draco, Hermione y Harry estaban comiendo lo que la elfina había preparado para ellos.

Luna iba adelante, caminaba muy rápido, casi corría, se la notaba nerviosa y sujetaba algo entre sus manos, casi completamente escondidas por los puños del sweater, Theo entró detrás de ella, pero se detuvo en la puerta al ver que los demás estaban allí comiendo. Todos miraban a la chica que atravesó casi volando la habitación, y ahora caminaba de un lado a otro. Theo trató de acercarse a ella, pero cada paso que el daba ella lo retrocedía y trataba de alejarse, se la notaba muy nerviosa y sus ojos estaban a punto de desbordarse en lágrimas.

―Luna, por favor, tranquilízate y deja de correr ―la vos de Theo era muy suave, el mismo tono que uno usaría para calmar a un animal herido. La espalda de Luna chocó contra una pared

―Theo, ¿Qué rayos le pasa? ―dijo Hermione poniéndose de pie.

―Hace poco más de diez minutos estaba bien... ¿Qué pasó? ―Draco también se puso de pie algo sorprendido por la actitud de la chica.

Luna no dejaba de temblar, ahora se notaba, mientras caminaba no, los temblores se hacían cada vez más fuertes, y de repente el frasco que tenía entre sus manos resbalo, y se estrelló en el piso salpicando vidrio y liquido azul por todos lados, el ruido pareció afectar más a Luna, que ahora llevaba las manos a su rostro y se lo cubría, las lágrimas habían comenzado a caer, y sin separar la espalda de la pared comenzó a agacharse hasta quedar casi completamente en el suelo. Los presentes no sabían que hacer, se escuchaban los sollozos de la chica y la voz dulce de Theo tratando de calmarla.

Theo se acercó a ella, sin importarle que hubiera vidrios por todo el piso y el estuviera descalzo, se arrodillo delante de Luna, quitó las manos de su rostro, y algo en su interior le dolió al ver las lágrimas y el dolor en su rostro, junto a una mirada ausente. Acuno su rostro entre sus manos y la acerco más a él, y por un momento la sintió como una muñeca sin voluntad. Sus ojos azul eléctrico se centraron en esos ojos celestes, ahora ausentes y tristes... y rogó en un susurro....

―Luna... amor... ¿Dónde estás? Vuelve a mí ―y de repente vio un destello de luz en sus ojos... ella volvía a mirarlo, si allí estaban los ojos que él amaba, pero las lágrimas seguían cayendo. Los brazos de Luna lo rodearon y escondió el rostro en su pecho para ahogar las lágrimas, el sollozo y el dolor. Theo la levanto en sus brazos sin separarla un milímetro de su cuerpo, miró a los demás y caminó con ella en brazos hasta la sala, dejando un rastro de huellas sangrientas tras él, se sentó en un sillón y ella se acurruco más, mientras él la abrazaba y mecía. Cuando sintió que su respiración comenzaba a normalizarse, y como ya hacia un rato que no sollozaba, le dio un beso en la frente y preguntó― ¿Qué te pasó?

―Nada ―su voz salió casi ahogada, y se removió un poco sobre Theo, quien le acarició el cabello y susurró...

―Amor, nadie se altera y tiembla como tú lo hiciste por nada ―esperó una respuesta pero Luna seguía en silencio―... Luna nos asustaste y preocupaste a todos... sobre todo a mi... sonreías por el resultado de la poción y de repente empezaste a temblar y saliste disparada...

―Lo siento... yo no quería... nunca me había pasado así...

―Nunca te paso así ¿qué? ―Luna levanto un poco la mirada y se centró en los ojos de Theo.

―Suelo tener sueños, predicciones, son los únicos que recuerdo, casi siempre se cumplen... y hace un rato tuve una ―Theo sintió como comenzaba a temblar nuevamente...

―Tranquila, tranquila... no importa que sea... nos vamos a encargar de que entre en los que casi se cumplen ―Luna lo miró y esbozó una débil sonrisa, Theo se acercó más a sus labios y deposito un suave y corto beso sobre ellos, esto dibujo en el rostro de Luna una de esas sonrisas contagiosas, y sus manos fueron directo a su vientre, Theo sonrío y susurró―, te amo... corrección los amo.

―Y nosotros a ti ―ahora ella lo besó, pero fueron interrumpidos por unos golpes, al mirar encontraron a Draco golpeando el marco de la entrada y a Hermione y Harry asomándose detrás de él.

―Vuelvo a interrumpir... pero nos preocupábamos, ¿todo bien?

―Luna ¿estás bien, que pasó? ―la chica soltó a Theo y se acercó a su amiga que se veía realmente preocupada, mientras Draco se acercaba a Theo.

―Estoy bien Herms, no sé bien que me pasó, pero estoy bien.

―¿Segura? ―Hermione abrazó a su amiga, y Luna solo rio para que viera que estaba bien.

―Hermano... déjame ver esos pies así te curo ―esto llamó la atención de Luna, que soltó a Hermione y se volvió hacia Theo, sus manos cubrieron su boca al ver la sangre correr lenta y débilmente por los pies del muchacho.

―Theo ¿qué te pasó?

―No te preocupes Looney no es grave ―diciendo esto levantó un pie mostrándoselo a su amigo, quien agitó su varita, y todos los trozos de vidrio salieron de la planta del pie, para luego lanzarle un hechizo que desinfectara y cerrara las heridas, proceso que al instante repitió en el otro pie, una expresión de dolor se plasmó en el rostro de Theo―, ese hechizo es genial, pero duele...

―Lo sé, recuerda tú me lo enseñaste y lo has usado muchas veces en mí.

―¿Sabes qué? Ya sé de donde salió ―la expresión de Theo se relajó, pero al ver a Luna, se tensó un poco, se puso de pie y la abrazó, ya sabía lo que estaba pasando por su cabeza, sus ojos volvían a estar nublados―, lo siento amor, pero estoy bien, te lo aseguro... no me fije, perdona.

―Eres un tonto Theodore Nott ―dijo sobre el oído de él, pero sin cortar el abrazo.

―Si... muy, muy tonto... ¿ves lo que me haces? ―y diciendo esto sonrío y volvió a besarla.

―Bueno, bueno... tenemos cosas que hacer, así que ¿les parece si terminamos de comer? ―dijo Draco volviendo al comedor y todos lo siguieron. Una vez ubicados en la mesa, Hermione no le quitaba los ojos de encima a Luna.

―Luna ¿nos vas a decir en verdad que pasó? ―la muchacha paso su mirada por todos, y a diferencia de Theo, todos se veían expectantes ante su respuesta. Luna pensó un momento y suspiró.

―Bien... es algo que herede de mi madre, ella tenía visiones en sueños, premoniciones... y yo también... y hoy mientras estaba buscando una poción, con Theo, de repente tuve una visión, y eso fue lo que me... altero ―la mirada de Luna pasó por los rostros de todos, y como al parecer nadie tenía nada que decir continuó―, nunca había tenido una visión estando despierta... y fue como si de repente me apareciera en otro lugar ante una situación horrible y muy real ―su voz comenzó a temblar en esa última frase, y sin demasiadas vueltas Theo la interrumpió...

―Luna ya... déjalo así ―dijo envolviendo la pequeña mano de Luna con la suya.

―Pero... ¿Cómo es posible, tienes visiones que se hacer realidad?

―Si Harry, casi todo lo que he visto se ha hecho realidad, digamos que siete de diez.

―Un momento... Luna, ¿tu estas diciendo que eres una adivina? ―preguntó Hermione con un tono incrédulo.

―No lo sé, no creo, no es algo que controle, y nunca fui buena en adivinación, solo se da cada tanto...

―¿En verdad ves esas criaturas que tú dices? ―Draco la interrumpió, y todos lo miraron con curiosidad, menos Luna.

―Claro que los veo pero todos creen que estoy loca.

―Puede ser que seas una de ellas ―las miradas seguían en Draco a excepción de Theo que se giró para ver a Luna...

―Una "bruja de la luna" ―dijo Theo concluyendo la frase del platinado.

―¿Qué cosa? ―Draco y Theo miraron con una sonrisa a Harry y luego a Hermione, que habían hablado al unísono, increíblemente habían llegado a un tema del que la chica no sabía nada.

―¿Qué son las brujas de la luna? ―preguntó la castaña.

―¿Cómo saben ustedes de ellas? ―preguntó la rubia mirando con curiosidad a Theo.

―Tu madre era una de ellas, la mía y la de Draco también...

―Las brujas de la luna, son mujeres de sangre mágica muy especial, generalmente de sangre pura, con unos antepasados "especiales", podría decirse, y teniendo la suerte de nacer mujer y en una etapa especifica de la luna, te conviertes en una de ellas...

―Son brujas con habilidades mágicas especiales, por ejemplo las visiones perece ser bastante común entre ellas ―las dos chicas y el niño que vivió, los miraban entre sorprendidos e incrédulos.

―¿Cómo sabes que su madre era una de ellas? ―preguntó Draco con una expresión seria.

―Encontré el diario de mi madre... no creerías todo lo que dice ―de repente Theo se quedó como tildado por un momento, y antes de que alguien pudiera decir algo se levantó de golpe, tirando la silla y se encamino hacia el pasillo diciendo entre dientes―... soy un idiota, idiota... gran, gran idiota ―y sin más desapareció por el pasillo, dejando a todos sin entender absolutamente nada...