Solos tú y yo - Theo
Solos tú y yo (Theo)
Se aparecieron en un camino de tierra y graba rodeado de altos y grandes robles, el cielo era hermoso no había ni una nube. Luna se soltó de Theo y miró asombrada a su alrededor, entre los robles se veían plantaciones de vides, hacia un lado del camino solo había más camino y hacia el otro lado a unos cuantos metros de donde estaban había una enorme pared de piedra enmarcando unas fuertes rejas con una enorme D muy trabajada en el centro rodeada de uvas. A través de la reja no se veía más que verde.
Theo miraba a Luna su expresión era hermosa, la sonrisa enorme y los ojos brillantes.
Recordó lo que dijo Xenophilius, y no pudo evitar preguntar...
─Luna... ¿Cómo es eso que tu padre dice, que tú madre le habló de mí? ─ella lo miró de refilón, pero desvió la mirada y el tema.
─¿Estamos en un viñedo?
─Si... en Francia ─comenzó a caminar extendiendo su mano hacia Luna, quien soltó un gritito de emoción y apresuró el paso detrás de él para toma su mano─. La finca Delannoy... pero todavía no me respondes.
─¿La campiña francesa? ─su sonrisa seguía siendo enorme, pero su mirada lo seguía esquivando y Theo decidió dejar el tema de su madre para más a delante.
Llegaron a la reja y esta se abrió por sí sola, Luna no dejaba de ver todo asombrada. Una vez adentro las rejas volvieron a cerrarse solas, ahora se encontraban frente a un hermoso jardín lleno de árboles, arbustos, flores, estatuas, fuentes y caminos recubiertos de piedras que llevaban hacia una enorme mansión. Theo sonrió al ver la expresión de sorpresa de Luna, al parecer si le gusto el lugar.
─¿Te gusta?
─¿Si me gusta?... Estamos en Francia... Me encanta ─sonríe y deja un sonoro beso en la mejilla de Theo antes de comenzar a tirar de él, sin lograr moverlo un centímetro, mientras hablaba muy rápido─, siempre adore Francia... Este lugar es hermoso debe estar lleno de narggles, neelas, lalas ─y finalmente desistió al notar que Theo no se movía.
─¿No te parece poco agradecimiento, ese beso? Estamos en Francia ─dijo el pelinegro poniendo cara de inocente, pero rápidamente su expresión se transformó a una llena de deseo y lujuria, Luna sonrió cómplice y él tiró de ella pegándola a su cuerpo, se acercó y la besó intensamente, ella respondió de la misma manera, diciéndose así, ambos, cuanto se han necesitado y extrañado en ese tiempo. Separan sus bocas porque sus pulmones piden aire, sus miradas no se alejan de los labios del otro, Theo vuelve a acercarse y susurra─, ya tendremos tiempo de buscar lo que tú quieras, pero ahora te quiero solo para mí ─ella asintió y él volvió a acercarse a su boca...
─Amo Theodore bienvenido ─una vocecilla chillona los sobresaltó a ambos, rápidamente miraron hacia abajo a la derecha, de donde venía la voz, y allí estaba una elfina delgadita, de largas orejas, nariz algo puntiaguda y una enorme sonrisa, vestía una túnica a medida estampada con flores. Theo suspiró y sonrió a la criatura.
─Hola Flora, gracias, no hacía falta que vinieras por nosotros.
─Pino y yo hemos estado preparando todo para su llegada desde que nos dijo que vendría amo.
─Bien, gracias ─volvió a ver a Luna─, bueno ¿entramos? ─ella solo asintió sonriendo. Antes de empezar a saltar hacia la casa, da dos saltos y Theo la detiene, vuelve a ver a la elfina y dice─. Flora, ella es Luna y de ahora en más cualquier cosa que ella pida será como si lo pidiera yo ¿bien? ─su expresión era seria y la elfina solo asintió.
─Como el amo ordene, se lo diré a Pino ─y diciendo esto desapareció con un sonoro CRACK.
La mansión era enorme, luminosa y llena de lujos, los muebles grandes y pesados de estilo barroco y con muchos detalles de color.
Decidieron comer algo en la sala mientras Theo le contaba un poco sobre el lugar.
─Esta es la casa de la familia Delannoy, Phillip, Desiree y Anne Claire, su única hija... vivieron aquí hasta la muerte de Desiree, un año después cuando su hija cumplió 16 años, Phillip decidió mudarse a Londres y dejar todo esto en manos de su hermano Rupert. A los pocos meses de estar en Londres decidió comprometer a su hija con... el señor Nott ─eso ultimo salió en un susurro─, él era mucho mayor que ella, nadie sabe cómo convenció a Phillip, pero lo hizo... antes que ella cumpliera los 18 ya estaban casados y a los 20 esperaba a su único hijo ─se detuvo y vio la sorpresa y curiosidad en los ojos de Luna.
─Theo... no es necesario que me cuentes esto si no quieres.
─Alguna vez tendrás que saberlo... Anne Claire era mi madre, este lugar y todo lo que era de los Delannoy me pertenece desde su muerte, gracias a mi madre él no pudo tocar nada de esto, y ¿sabes qué? Nadie más conoce este lugar, y a menos que yo lo desee ninguna persona puede entrar aquí ─ahora trataba de desviar la conversación, cosa que Luna noto...
─Wow... ¿A cuántas habrás traído aquí? ─preguntó con mirada maliciosa y una sonrisa de lado, algo característico de Theo, se le estaban pegando sus gestos. El soltó una suave risa y la acercó a su cuerpo.
─Eres la primera... Este es un lugar demasiado preciado para mí ─susurró acercándose a sus labios, ella sonrió e invadió su boca... ese beso era suave y dulce al igual que las caricias que él estaba dejando en aquel cuerpo que adoraba.
Ninguno quería terminar ese beso, pero el aire hacía falta, separaron sus bocas un segundo y al instante Theo volvió sobre ella, el beso se volvía más urgente, los brazos de ella rodeaban su cuello y las manos de él bajaban por sus costados haciendo que se le erizara la piel, llegaron hasta sus nalgas y apretaron, Luna dio un pequeño respingo, sonrió y continuó con el beso, estaba de puntitas pues él era demasiado alto. Theo sin quitar sus manos la levanto para que quedara más a su altura y ella rodeó la cintura de él con sus piernas.
Sintió como Theo se movía por la casa, sin bajarla, y sin dejar de besarla, enredó sus dedos en el negro y corto cabello de él, sentía el hormigueo del deseo que se extendía por su cuerpo y con su mano derecha comenzó a desprenderle la camisa, el sonrío sobre su boca y subió una de sus manos por la espalda de ella levantándole el vestido hasta llegar al sujetados. Quitó su mano y la acomodo sobre una enorme cama, la respiración de ambos estaba agitada, se devoraban con la mirada. Esos ojos azul eléctrico comenzaron a recorrer las curvas de Luna, mientras los celestes de ella no perdían detalle de lo que él hacía. De pronto la ropa comenzó a molestarles... Theo acaricio las piernas de Luna, sus manos comenzaron a subir, sin dejar de rozar delicadamente su piel, y en el camino fueron quitándole el vestido... noto como ella se estremecía, sus mejillas comenzaron a tomar color y repentinamente la rubia estaba cubriéndose el rostro con las manos...
─Luna... ¿Qué haces? ─preguntó soltando una risita y acercándose más a ella.
─Ahh es muy vergonzoso ─dijo entreabriendo sus dedos para verlo, él sonrió dulcemente y la instó para que quite sus manos... dejo un dulce y corto beso en sus labios.
─Eres lo más hermoso que he visto en mi vida... Te amo ¿lo sabes? ─susurró antes de volver a besarla, pegando su cuerpo más al de ella, mientras con sus brazos soportaba su peso para no aplastarla.
─Mmm... No recuerdo si me lo habías dicho ─Theo levantó una ceja y la miró algo serio, a lo que Luna respondió riendo y volviendo a adueñarse de sus labios─. Te amo, y yo lo dije primero ─ambos sonrieron sobre los labios del otro y continuaron con el beso.
─No tienes una idea de cuánto te he extrañado ─se recostó a la par para no aplastarla y la abrazó pues ella temblaba y no era de frio.
─¿Mucho? ─soltó con una sonrisa.
─Demasiado... no veía la hora de que estuviéramos solos tú y yo ─los ojos de Luna volvieron a encontrarse con los suyos, y su cuerpo se tensó un poco, Theo supo que estaba feliz pero a la vez tenía algo de miedo─... amor no tengas miedo, conmigo no tienes que hacer nada que no quieras ─ella se relajó entre sus brazos─... Te amo y voy a esperarte todo lo que sea necesario ─su voz era completamente dulce.
Luna lo besó, se pegó más a su cuerpo, y noto que Theo estaba verdaderamente excitado, se alejó de su boca y se mordió el labio inferior, mientras miraba los ojos de él...
─Theo... es verdad tengo algo de miedo, es mi primera vez...
─Luna no te preocupes yo no ─lo calló con uno de sus dedos y sonrió...
─Quiero que tú seas el primero, ser siempre tuya... Dejemos todo fuera y seamos solos tú y yo ─susurró casi sobre sus labios, quitó su dedo y miró su expresión seria pero llena de deseo.
─¿Segura? ─Luna asintió, lo besó y mordió su labio inferior, haciéndolo gemir, siendo ese el primero de muchos gemidos.
Theo fue todo lo delicado, suave y cuidadoso que jamás fue con nadie, ella no era como las otras con las que había tenido algún encuentro, era diferente, y no porque fuera virgen, sino en todos los sentidos, Luna era dulce, inocente, inteligente, bella, amable, valiente, siempre pensaba en los demás antes que en ella, veía el mundo de una manera que nadie más lo hacía, todos decían que estaba loca pero él sabía que no era así y la amaba tal cual es.
Desde la primera vez que la vio casi desnuda ya no pudo volver a estar con ninguna otra, la quería a ella, y ahora era feliz porque sabía que ella también lo quería y que sin importar lo que sucediera en el futuro, desde este momento se pertenecían el uno al otro.
Sus cuerpos estaban marcados por sus besos, sus manos se recorrían aprendiendo cada detalle del cuerpo del otro, cada movimiento terminaba en un gemido de placer que pedía una nueva envestida, entregándose por completo mutuamente.
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