¿Puedes guiarlo? (Luna)
La sonrisa en el rostro de Luna era radiante, simplemente no podía dejar de sonreír, así como tampoco podía quitarse a Theo de la cabeza, en verdad no se esperaba nada de lo que acababa de pasar en ese lago y menos que la besara o le dijera todo aquello... el problema del chico era bastante grave y por más vueltas que le diera al tema, en el fondo sabía que siempre le respondería lo mismo... por algún motivo no quería que nada le pasara a ese chico.
Rozó sus labios con la punta de sus dedos, y sintió como la sangre subía hasta sus mejillas, ese fue su primer beso, jamás lo había imaginado así de perfecto y mucho menos que sería él quien se lo daría. Fue a su parecer hermoso y natural, de alguna forma su cuerpo sabía qué hacer y parecía amoldarse muy bien al de Theo.
Su mente seguía totalmente perdida en ese beso, caminaba sin prestar atención por uno de los pasillos del colegio, cuando de repente chocó con alguien, la morocha no se veía feliz, sus ojos destellaban furia y parecía que en cualquier momento saltaría sobre Luna.
─Ivonne, lo siento, estaba distraída y no te vi ─las amigas de Ivonne soltaron una risita...
─No me viste... tu nunca ves a nadie acaso eres estu... Theo ─la expresión en el rostro de la chica cambió y al instante mostró una sonrisa. Luna escuchó los pasos del chico y lo sintió detenerse a su lado, lo miró algo sorprendida, él la estaba mirando, o mejor dicho inspeccionando.
─Lovegood ¿Cuándo vas a usar esos ojos que tienes? ─su tono fue algo desdeñoso, pero Luna notó que sus ojos tenían un brillo diferente, al normal de ese tono, este era el mismo que acompañaba a sus sonrisas, lo cual hizo que Luna se sintiera aliviada por dentro, por lo visto no la despreciaba. Él solo inclinó su cabeza al pasar junto a las otras chicas y siguió con su paso elegante sin mirar atrás. Cuando Luna volvió a fijarse en Ivonne, la chica la miraba con más furia que antes.
─Quita esos ojos de cordero degollado... no quiero que lo mires así, no te le acerques. Él es mío... que te quede claro ─la chica se había abalanzado sobre Luna, arrinconándola contra la pared, apuntándola con su varita mientras decía todo eso y sus amigas reían.
─Ivonne por favor... ¿en verdad crees que hace falta esto? Él jamás se fijaría en ella, solo mírala ─dijo una de las amigas de la chica.
─No me importa... solo no te acerques a él ─diciendo esto, la soltó y le lanzó una de sus miradas de desprecio antes de alejarse por el pasillo.
Luna se quedó en el lugar, pensando en ello... ella no tenía nada con él, hablaron y se besaron, pero eso no cambiaba nada... ¿o sí? Él difícilmente le había hablado antes de ese día... en verdad no sabía si eso se volvería a repetir, pero desde lo más profundo de su ser deseaba que sí, algo la hacía preocuparse mucho por él y todavía no sabía bien porque, pero lo que si sabía Luna era que esa chica no iba a hacer que eso dejara de pasar.
Decidió que ya era suficiente de darle vueltas a ese asunto, tenía tareas que hacer, y estaba bastante atrasada, pero no se arrepentía, porque ahora sabía que aquel sueño no se haría realidad... eso sí le parecía raro, tendría que investigar sobre eso y simplemente se encaminó hacia la biblioteca. Ya llevaba casi tres horas allí, rodeada de libros y pergaminos, nunca le había costado tanto concentrarse para terminar una tarea, pero hoy su mente seguía perdida en el lago escondido del bosque prohibido, las palabras de Theo sonaban una y otra vez en su cabeza... y una pregunta apareció y no se alejaba "¿si en verdad cambie su futuro... que será de él ahora?" Estaba tan pérdida en su mente que no había notado a la pelirroja que se había parado a su lado.
─Luna, Luna... reacciona ─dijo levantando un poco la voz y sacudiéndola de un hombro, la rubia se giró a verla y sonrió como lo hacía siempre.
─Ginny disculpa estaba pensando en algo ─la chica rodó los ojos, seguro creía que su amiga pensaba en alguna de esas extrañas criaturas mágicas.
─Seguro... no importa, Dumbledore quiere verte, llevo un buen rato buscándote.
─¿Me ayudas con esto? ─y sin más las dos chicas guardaron todas las cosas de Luna en su mochila, tomaron los libros y los dejaron sobre el escritorio de la señora Pince, antes de salir del lugar hacia la oficina del director.
─Luna ¿Dónde estuviste toda la tarde? Y no me digas que en la biblioteca, porque te busque allí tipo cinco y no estabas... y tampoco fuiste a cenar.
─Estuve en el bosque prohibido con los thestrals y luego sí en la biblioteca, no fui a cenar porque estaba bastante atrasada con algunas tareas ─dijo la rubia como si nada. Ginny ya conocía a su amiga y sabía que eso era más que probable.
─¿Por qué te llamara el director? ─la rubia solo se encogió de hombros─... quizás sea por tus constantes visitas a los thestrals.
─No lo sé... pero si fuera por eso ya me habría llamado hace mucho ¿no? ─ambas rieron, ya estaban ante la gárgola que abría la escalera hasta el despacho del director.
─Si tienes razón... bueno luego me cuentas ─la pelirroja miro a la gárgola y dijo─, caramelos de limón ─sin más se despidió de Luna que ahora subía las escaleras.
Golpeó suavemente la puerta e ingresó al escuchar un "pase". En el lugar solo estaba el director sentado detrás de su escritorio mirando un libro, Luna entró, observando cada detalle del lugar y cerró suavemente la puerta, el hombre la miró y dijo con su voz suave.
─Señorita Lovegood, que gusto que haya podido venir, por favor tome asiento ─señaló con una de sus manos la silla frente a él, Luna sin dudarlo tomó asiento y continuó mirando todo lo que había a su alrededor─, seguramente se pregunta ¿Por qué la llame? ─la chica solo asintió y se centró en el anciano director─... bien, recibí una visita, con una noticia, realmente inesperada para mí, más por la persona, que por la noticia... ¿por casualidad sabe usted a quien me refiero?
─Puede ser, pero la verdad nunca he sido buena en adivinación ─respondió como si nada con una de sus sonrisas, lo que hizo sonreír al director.
─Claro, aunque eso no es del todo cierto, sus sueños se hacen realidad, creo que con eso calificaría en adivinación...
─Casi ─Luna interrumpió y la sonrisa del director se hizo más grande.
─Hace una hora y algo, casi dos, vino a verme Theodore Nott, me contó lo que le pasaba y llegamos a un acuerdo y ahora yo quiero preguntarte algo Luna ─la chica solo asentía con la cabeza─, tú lo ayudaste, ¿confías en él?
─Disculpe señor, ¿pero eso importa? Cuándo una persona pide ayuda, es porque la necesita ¿no?
─A veces sí, a veces solo tratan de tendernos una trampa y en estos tiempos se hace difícil saber en quien confiar, por eso mi pregunta ─Luna miró al director algo confundida.
─Señor creo que es usted quien debe juzgar eso, no yo...
─No... tú debes responderme, porque tú acabas de salvarle la vida hoy ─Luna solo lo miró sorprendida─. Luna... mira esto, lee esta página ─dijo el hombre acercando un trozo de pergamino a ella.
"[.....] Harry Potter es parte de la respuesta, dependiendo de lo que suceda.
Hay otro chico, todavía no se bien quien es, sus ojos son de un azul eléctrico y su cabello negro, está relacionado con los mortífagos, eso es seguro y dependiendo de lo que suceda puede ser parte de la solución o del problema.
Su futuro es demasiado confuso, lo veo en el bosque prohibido pero después surge más de una posibilidad... puede ser un gran aliado y asegurar la desaparición del señor tenebroso o... un gran obstáculo, muy, muy difícil de sortear.
A. F.
PD: pronto lo veré y podré darle más detalles sobre esto."
El pergamino no decía nada más, Luna lo giró, pero no había nada.
─¿Qué quiere decir esto?
─Creo que la descripción es más que precisa, no hay demasiados magos con esos ojos, y tan relacionado con los mortios como él... ahora ¿puede ser un problema o no? ¿Por qué lo salvaste Luna? ─la rubia dudó por un momento.
─Porque él ya me había salvado a mi... y cuando vi lo que podía llegar a hacer, me sentí, mal, muy mal... no podía dejar que lo hiciera... me pregunta si confió en él... sí, totalmente ─Dumbledore sonrió y entrelazó sus dedos sobre el escritorio.
─Bien, tengo una misión para usted señorita Lovegood... voy a necesitar que sea una guía para el señor Nott, no se arriesgue demasiado, solo trate de estar cuando la necesite... ¿puede hacer eso?
─Señor, como poder puedo, pero no creo que él quiera que me entrometa.
─Eso no te impidió esperarlo durante tanto tiempo en el lago ─Luna se sonrojo al verse descubierta por el director─, Luna... ¿tu visión cambió, verdad?
─Siempre creí que eso era imposible... pero...
─Hay una leyenda entre un grupo muy especial de brujas, las cuales desde que pueden utilizar magia tienen visiones del futuro, ven muchas cosas, cosas que no pueden cambiar... a menos que se trate de su alma gemela... viven tratando de ayudar a todos y cambiar sus visiones, pero las únicas que pueden cambiar son las que se relacionan con aquellas personas que realmente las complementan, aunque no es nada fácil, se cree que es una leyenda, porque prácticamente no hay registro de ello.
─¿Usted quiere decir que él...?
─Yo solo soy un viejo cansado que ha vivido, leído y escuchado demasiado... solo te pido ayuda para guiar a un muchacho... pero solo tu corazón puede decirte que hacer y revelarte la verdad.
Dumbledore se puso de pie y acompañó a Luna hasta la puerta, se despidió de ella y le dijo que volverían a hablar pronto. La chica salió más confundida de lo que ya estaba, lo único que sabía con seguridad era que tenía que ayudar a Theo en lo que pudiera guiándolo por el buen camino, algo que no sabía cómo resultaría.
Los días pasaban y todo seguía como si nada, él no se acercaba a ella y ella tampoco se atrevía a acercarse a él, para ser sincera, ni siquiera podía mirarlo sin sentir como la sangre subía a sus mejillas.
Ese día, como tantos otros se disponía a desayunar con sus amigos en la mesa de Gryffindor, cuando lo vio entrar, sus amigos iban delante y colgada de su brazo iba Ivonne, por un momento se sintió triste y escuchó a Lavender que hablaba con una muchacha cerca de ella "escuché que Rockman ha estado amenazando a la mitad de las chicas del colegio, por lo visto no quiere que nadie se acerque al bombón de ojos eléctricos", "por mí que haga lo que quiera, si ese guaperas quiere algo de mí, gustosa se lo doy" las dos muchachas soltaron una carcajada y siguieron hablando, los ojos de Luna seguían cada movimiento del pelinegro, que no tenía muy buena cara, por lo visto no le agradaba mucho la presencia de esa chica, pues le quitaba el brazo cada dos segundos y se notaba que la ignoraba olímpicamente, pero ella no se daba por aludida, hasta que Pansy, por lo visto bastante molesta, la miró y le dijo más alto de lo necesario "quieres hacer el favor de irte a molestar a otra parte" ambas se miraron molestas y Theo susurró algo, Ivonne miró con algo de odio a todos los que la rodeaban, se levantó y se ubicó entre sus amigas unos cuantos lugares más adelante.
Luna escuchó que Ginny le decía algo, pero no estaba muy segura de que le hablaba.
─Perdona Ginny ¿qué? Estaba algo distraída.
─Ahhh ¿Luna que vamos a hacer contigo? ¿Te preguntaba si ibas a venir con nosotras a Hogsmade mañana?
─Supongo que sí... no creo que alguien más quiera que lo acompañe ─dijo la rubia con una sonrisa.
Las clases esa mañana fueron más lentas que de costumbre, pero gracias a Merlín ya habían acabado, Luna se dirigía al gran comedor, iba por uno de los pasillos menos transitados del segundo piso, pero se detuvo ante una de las ventanas. En la parte superior del lado de afuera había un pequeño nido sobrevolado por unas diminutas criaturas que cambiaban de color para camuflarse, en el rostro de la chica se formó una sonrisa enorme, hacía mucho que no veía ditos, eran criaturas muy difíciles de ver, pero se decía que traían suerte y si los ayudabas ellos te devolverían el favor. La chica se pegó al vidrio, buscó en sus bolsillos y encontró una galleta, que le había quedado del desayuno, abrió la ventana y la dejó en el borde para que los ditos pudieran agarrarla, volvió a cerrarla y sintió que alguien la observaba, miró a su alrededor y se detuvo en el muchacho de cabello negro y ojos azul eléctrico que la miraba, apoyado contra la pared cerca de una estatua, y no pudo evitar sonreírle.
─Puedo preguntar ¿Qué haces? ─dijo acercándose a ella.
─¿Si es pregunta por pregunta? Sí
─¿Cada cual tiene la opción de responder o no? ─Luna asintió─, bueno... pregunta por pregunta... yo ya pregunte.
─Bien, les dejaba una galleta a los ditos que viven en ese nido en la ventana ─dijo señalando el nido, que parecía una tela de araña llena de ramas y moscas muertas, sabía que lo más probable era que él no los viera y no le creyera, pero qué más daba, ya todos creían que estaba loca.
─¿Ditos...?
─Son como duendecillos, solo que más pequeños, cambian de color para camuflarse y traen suerte ─respondió con una sonrisa, ante el rostro algo incrédulo de Theo─, bien mi turno... ¿Qué haces tú aquí?
─Solo trato de evitar a alguien y por este pasillo no anda mucha gente.
─¿Se puede saber de quién te escondes?
─Yo no me escondo...
─Claro que sí, acabas de decirlo ─dijo la chica riendo, mientras él se acercaba más a ella.
─Claro que no, para su información señorita, evitar a alguien no es esconderse ─Theo se detuvo en seco, el escuchar unos pasos que se acercaban, tomó a Luna de la mano, se metieron en un aula vacía y cerraron la puerta. Theo le hizo una seña con la mano para que hiciera silencio y ambos se apoyaron en la puerta para escuchar.
Parecía que era más de una persona.
─Hermione por favor... sabes que no hay nada que quiera más... pero todos corremos peligro ─Luna conocía esa voz, pero no caía de quien era...
─Draco no puedes hacer esto solo y lo sabes... hablemos con Dumbledore.
─Ya te dije que no... vasta, déjalo así, por ahora... luego nos vemos ─y se escucharon unos pasos alejándose.
─Malfoy, ten por seguro que esto no se queda así ─y más pasos.
Luna y Theo se miraron, era evidente que Luna estaba sorprendida, pero él chico no.
─¿Hay algo entre Hermione y Malfoy?
─Eso deberías preguntárselo a ella, disculpa será mejor que me vaya y te deje ir a almorzar ─abrió la puerta miró a los lados y salió al pasillo
─Pero no me respondiste ─dijo ella saliendo también al pasillo y haciendo un puchero a lo que él sonrío.
─La próxima, lo prometo... ahh hazme un favor y come, que te vas a enfermar ─y sin más se fue siguiendo el pasillo.
Luna se quedó en su lugar un momento, una sonrisa enorme se formó en su rostro, en verdad los ditos le traían suerte, hacía un poco más de una semana desde la última vez que había hablado con él. Le parecía increíble la forma tan familiar con que la trató y aún más increíble que él se preocupara por ella y que haya notado que casi no había comido en esos días... de repente volvió a sentirse muy feliz y como si nada salió dando saltitos hasta el gran comedor.
Con el paso del tiempo siguieron teniendo encuentros casuales, o al menos eso aparentaban, en diferentes lugares del colegio, al menos una vez a la semana se veían en algún lugar, ya podía decirse que eran amigos, él se preocupaba por ella y trataba de ayudarla en lo que podía, pero algo que habían acordado era que nadie se enteraría de su amistad. Así se mantuvieron con encuentros secretos, contándose cosas de su vida, hasta que llegaron las vacaciones navideñas... solo se despidieron y prometieron volver a verse a la vuelta.
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