Después de algunas horas ayudando a madame Pomfrey, ya habían atendido a la gran mayoría de los heridos, a muchos otros los habían llevado a San Mungo, y como ya casi no quedaban heridos Theo decidió que era hora de buscar a sus compañeros e irse a descansar.

Los encontró entrando al gran comedor, pero a la que no vio fue a Luna. En verdad estaba cansado y quería irse.

―Hermione, ¿dónde está Luna? ―la chica se giró y miró hacia atrás

―Venía detrás de nosotros ―la castaña estaba a punto de volver sobre sus pasos, pero Theo la detuvo.

―Deja, yo la busco, gracias.

Salió al pasillo y se detuvo ante la gran escalera, un escalofrío recorrió su cuerpo, algo andaba mal, subió la escalera en cuestión de segundos, caminó por un pasillo y nuevamente estaba frente a unas escaleras, y en el rellano de estas, estaba su rubia, agachada, buscando algo entre los escombros, de repente algo llamó la atención de la ravenclaw, se puso de pie y miró a su alrededor, entonces vio a Theo y sonrío... él chico sintió que su corazón se detenía, ya había visto esa escena, y sin perder un segundo comenzó a subir las escaleras, estaba a dos escalones de su rubia, extendió su mano para que Luna la tomara, pero en ese momento sintió que algo lo golpeaba en el pecho y lo empujaba hacia atrás... cayo en el piso al pie de las escaleras, le dolía todo pero no hizo caso de ello y se puso de pie al instante, volvió su mirada hacia su rubia... y volvió a maldecir al destino.

El hombre de cabello gris y ojos azul eléctrico con mirada furiosa sujetaba a Luna por la espalda rodeándola con uno de sus fornidos brazos, mientras con la otra mano apuntaba su varita al cuello de la chica.

―Increíble lo que una capa de invisibilidad puede hacer ¿no? ―la mirada de Theo reflejaba el mismo odio que la del hombre.

―Suéltala... tu problema es conmigo ―soltó Theo, escupiendo parte del odio que crecía en su interior, mientras apretaba su varita.

―Creo que mejor no... si te importa ven por ella ―dijo escondiéndose un poco más tras el cuerpo de Luna, comenzando a tirar de ella y alejándose por el pasillo.

―THEO ―se escuchó el grito de Luna mientras el sr. Nott la tironeaba para que se mueva por el pasillo, Theo subió corriendo las escaleras y siguió por el pasillo, veía como su padre casi arrastraba a Luna que no dejaba de forcejear y tirar patadas tratando de liberarse, Theo lo apuntó con su varita, pero al instante la bajo, era imposible lanzarle un hechizo que no dañara a Luna, corrió detrás de él, pero cuando estaba por alcanzarlo, una silueta apareció cerca de su padre y le lanzó un hechizo, alcanzó a esquivarlo, pero al instante otro hechizo, y otro y otro... quien fuera, el que lo estaba atacando no era tan bueno, pues Theo pudo esquivar todos los hechizos que le lanzaba, pero gracias a eso lograron alejarse un poco más... escuchaba los gritos de Luna llamándolo.

Theo llegó hasta la esquina donde el pasillo doblaba a la derecha y al girar vio como su padre abofeteaba a Luna, dejando su mano claramente marcada en el rostro de la rubia, pero ella se seguía retorciendo, entonces la apuntó con la varita, la durmió y se la hecho al hombro... sonrió maliciosamente al escuchar el grito de Theo, y sin esperar más siguió avanzando con el pelinegro pisándole los talones.

Llegaron al borde de una escalera y el sr. Nott se detuvo, bajo a Luna de su hombro e inconsciente como estaba la sostuvo casi en el aire, aferrándola a su cuerpo y usándola a la vez como escudo. Su rostro estaba cerca del cuello de Luna, miró a Theo y dijo.

―Se parece mucho a su madre, Amelia Fay... ¿sabes algo?, ella era mi primera opción como esposa, pero cuando tu madre llego, cambie de idea, sabía que me iba a ser mucho más fácil convencer a Phillip, los Fay no me querían...

―¿Acaso alguien te quiso alguna vez? ―Theo lo interrumpió, el desprecio era más que evidente en su voz.

―¿Esa es forma de hablarle a quien tiene la vida de tu querida en sus manos? ―dijo apretando la punta de su varita sobre el cuello de Luna... Theo se tensó aún más―, en verdad es linda ¿sabes qué? me gustan así, lindas y jóvenes ¿Qué tal es en la cama? ―Marcus miró con desprecio a Theo, luego acercó su boca al cuello de Luna y dejó un beso allí.

La furia creció en el interior de Theo, los cuadros y escombros a su alrededor comenzaron a temblar, y de repente Marcus comenzó a verse extraño, era como si no pudiera respirar, su rostro comenzó a cambiar de color, de a poco bajó a Luna hasta que cayó al suelo, todavía inconsciente. Marcus estaba de rodillas, su rostro ya morado, y en su cuello comenzaron a aparecer marcas como si alguien lo estuviera ahorcando.

―NUNCA LA TOQUES MALDITO DESGRACIADO ―Theo era solo furia en ese momento, Marcus soltó algunos gemidos más y de repente la sombra en su cuello desapareció, el hombre tocio al recuperar el aire, pero ya no pudo hacer nada más, estaba petrificado, Theo ya no correría ningún riesgo con él, se calmó y se acercó a Luna, cuando estaba a un paso de ella... salió disparada y comenzó a caer por las escaleras.

Theo no podía creerlo, ¿qué rayos acababa de pasar? Quería hacer algo para detenerla, pero no podía moverse, «¿qué mierda está pasando?». Vio a Luna en el suelo al pie de la escalera y alguien se acercó a ella, tenía el cabello negro y largo, y Theo pudo ver una fea cicatriz en su rostro... apuntó a Luna con la varita y con una voz muy chillona gritó "CRUCIO, CRUCIO, CRUCIO" y seguía gritando casi sin respirar, parecía que no quería detenerse, la desesperación se apoderó del pelinegro, sí no hacía nada Luna moriría ante sus ojos, con un gran esfuerzo centró su mente un momento... por el rabillo del ojo vio una silueta apuntándolo con una varita, quien quiera que fuera lo estaba paralizando, de alguna manera logro concentrarse en su mano y la movió, haciendo así que aquella persona quedara estampada, e inconsciente, contra una pared, supo que era una mujer por el grito, al instante recupero el control de su cuerpo y ya estaba lanzando un hechizo que impactó en la mujer, que atacaba a Luna, con tal fuerza que la impulsó varios metros hacia atrás. Theo ni siquiera noto cuándo bajó las escaleras, ahora estaba de pie delante de Luna, pero miraba con odio a la mujer que ahora estaba volviendo a ponerse de pie entre quejidos.

―Debí hacer esto cuando pude ―su mirada y su voz daban verdadero miedo, la chica lo apuntó con la varita, pero antes de que pudiera decir algo Theo extendió su mano hacia ella y cerro él puño... una luz blanquecina comenzó a emanar del cuerpo de la chica y, como el humo, se esfumo en el aire―, no más magia para ti Ivonne ―y sin más la ignoró, se agacho y comenzó a curar las heridas de Luna, mientras le imploraba que se quedara con él, la rubia estaba casi toda cubierta de sangre, se escuchaba algún que otro quejido de Luna y de fondo la voz desesperada de Ivonne gritando un hechizo tras otro, pero nada sucedía.

Las heridas eran demasiadas, al igual que las fracturas, no podría hacerlo todo, así que tomó a Luna entre sus brazos, tratando de ser lo más cuidadoso posible, vio que Draco y Blaise se acercaban, pero no los esperó y se desapareció. Ni bien apareció en San Mungo, una enfermera se acercó a él y lo guio para que dejara el cuerpo de Luna en una camilla, así lo hizo, la mujer solo le dijo «espere aquí» y se internó en un pasillo empujando la camilla, para luego desaparecer tras unas puertas llamando a un medimago... y Theo solo se quedó allí petrificado, esperando y rogando...