Neville (Theo)

Las semanas pasaban y los castigados comenzaban a acumularse, cualquier cosa podía ser tomada como ofensa meritoria de un castigo. En su mayoría los Slytherin no se preocupaban pues los Carrow no se molestaban en castigarlos.

Los castigos eran variados, pero por lo general los alumnos castigados eran usados como conejillos de india para practicar hechizos y maldiciones, y eso a muchos de los Slytherin les gustaba, cosa que no se puede decir del resto de los alumnos, los cuales si se negaban a castigar a sus compañeros, también entraban a la lista de castigados.

Ese día había cuatro alumnos para “castigar” o más bien practicar. Ya lo habían hecho dos Slytherin y un Hufflepuff, ahora era el turno de Longbotton.

Miró al chico que estaba de rodillas frente a él, era un Hufflepuff de segundo año, se veía que estaba aterrado, eso hizo hervir la sangre de Neville, recordó cuantas veces  él había estado aterrado por algo y eso lo hizo enfurecer. Se giró hacia Amycus.

―NO…

―¿Qué dices?

―NO… yo no voy a ser la mano de sus atrocidades.

Antes de que pudiera decir algo más Amycus lo sostenía del cuello con su mano derecha y con la izquierda agarraba un cuchillo con el que le hizo un corte en la mejilla. Los alumnos los rodeaban.

―A mí no me hablas de esa forma Longbotton… esto te ayudara a recordarlo ―soltó su cuello y lo empujó, haciéndolo caer y una vez que el chico estaba en el suelo le lanzó una serie de crucios hasta que el Gryffindor quedó inconsciente―, a ti y a los demás.

Alecto y unos cuantos Slytherin apuntaban a los otros alumnos asegurándose de  que ninguno intentara nada. Theo y Blaise simplemente no se movieron de su lugar.

―TODOS A SUS HABITACIONES ―gritó Amycus―, y a este déjenlo así… no lo lleven a la enfermería, si sobrevive bien… sino también ―todos miraron con tristeza a Neville y comenzaron a salir de la habitación lentamente. Los hermanos Carrow salieron cuando solo quedaron los Slytherin, sabían que ninguno de ellos tratarían de ayudar a Longbotton. Theo y Blaise salieron con ellos, pero se entretuvieron charlando en un pasillo.

Cuando ya no quedaba nadie, volvieron a entrar en la habitación, allí seguía Neville tirado, aunque ya había vuelto en sí, y emitía algún que otro quejido. Blaise se quedó en la puerta vigilando y Theo se acercó al chico, sacó su varita y curó los cortes provocados por los crucios, luego rebusco en uno de sus bolsillos, sacó un pequeño frasco y le hizo beber a Neville el contenido del mismo.

―Lo mejor será que te quedes un momento quieto mientras hace efecto la poción.

―Rayos es un maldito ―se quejó Neville al intentar sentarse.

―¡Que te quedes quieto! ―lo regañó Theo elevando un poco la voz.

―Si hermano la amabilidad es lo tuyo ―dijo Blaise entre risas, mientras miraba por la puerta entreabierta, pero de repente se calló y eso llamó la atención de Theo, quien le hizo una seña a Neville para que se quede quieto mientras se acercaba a su amigo ―¿Qué hacen aquí?

―MUÉVETE ZABINI ―se escuchó en el pasillo. Blaise soltó la puerta  y se acercó a Theo lentamente, mientras entraba la pelirroja con su varita en la mano seguida por Luna, quien dio una mirada rápida al lugar, y corrió hacia su amigo― ¿Qué rayos hacen ustedes dos aquí? ―Ginny no dejaba de verlos y apuntarlos― ¿Qué querían, rematarlo? ―Ambos chicos se miraron,  de repente un torbellino rubio salto al cuello de Theo y le dio un sonoro beso en la mejilla, ante la atónita mirada de su amiga.

―Gracias, gracias, gracias ―repetía la rubia entre beso y beso.

―¿Luna? ¿Qué…?―preguntó Ginny en un susurro bajando la varita.

―¿Y para mi nada? ―dijo Blaise entre risas, Luna soltó a Theo y se acercó al moreno para depositar un beso en su mejilla, cosa que hizo que Theo le lanzara una mirada asesina a su amigo.

―Gracias a los dos ―Ginny seguía mirando a la rubia sin poder creer lo que pasaba. Les habían contado lo sucedido a Neville y sin importarles nada salieron a buscarlo, pero no esperaba encontrarse con esto, de repente sintió a alguien a su lado y al ver allí estaba Neville, como si nada, con un corte en la mejilla.

―Gracias Nott… no sé qué me diste pero me siento mucho mejor ―dijo Neville sonriendo.

―De nada, te sugiero que de ahora en más tengas cuidado, ellos no van a dejar las cosas así ―el chico se tocó la mejilla―… eso déjalo, si saben que alguien te curó será peor…

―UN MOMENTO… que alguien me explique qué rayos pasa aquí ―la pelirroja ya no se aguantaba.

Blaise los ignoro y se acercó a la puerta, miró a los lados y volvió a mirar a su amigo.

―Theo creo que mejor ya nos vamos ―él asintió y miró a Neville.

―Longbotton busca un poco de poción para heridas y úsala en ese corte, madame Pomfrey la guarda en el tercer estante del mueble azul… y ten algo de cuidado la poción que te di puede que te haga dormir en un rato ―sin más que decirle al chico volvió la vista a Luna y se acercó a ella―, estará bien… cuidado con lo que haces ―ella asintió y él la besó…

―Theoooooo ―se separaron con la interrupción de  Blaise, y los dos amigos salieron de la habitación como si nada, dejando a una Luna sonrojada, un Neville algo magullado y una pelirroja sorprendida y llena de preguntas… no alcanzaron a cerrar la puerta que se escuchó…

―LUNAAAA… no puedo creer que no me hayas contado esto… quiero todos los detalles.

Theo sonrío al pensar en Luna y siguió su camino junto a Blaise, pero se detuvo en una esquina y  lo miró serio…

―¿Qué fue eso de “y para mi nada”?

―OH  Merlín… nunca creí ver el momento en que Theodore Nott estuviera celoso de mí me siento tan alagado ―soltó entra carcajadas y haciendo ademanes.

―Yo no estoy celoso de ti… solo no vuelvas a hacer eso ―dijo apuntándolo con un dedo,  pero no pudo evitar reír junto a su amigo que no se detenía.

Desde ese día Longbotton comenzó con una pequeña rebelión, cada vez que podía se oponía a lo que fuera que los Carrow ordenaran. Parte de los que habían formado el ED, ejercito de Dumbledore, hacía dos años, volvieron a formarlo pero ahora los lideres eran Neville, Ginny y Luna, si Luna, para pesar de Theo.

Cada día eran más, hacían pintadas por las noches, durante el día desafiaban cada orden que podían y ayudaban a los más pequeños… los profesores hacían la vista gorda y trataban de ayudarlos desde las sombras, al igual que Theo, Blaise y Pansy, que seguían apoyándolos a pesar de que Theo ya había discutido en más de una ocasión con Neville, por hacer las cosas tan evidentes y arriesgar a todos. Aunque en el fondo sabía que Neville solo arreglaba las cagadas que se mandaban algunos de los integrantes del ED, demasiado “efusivos”, por llamarlos de alguna forma que no sea IDIOTAS.

Theo estaba en la biblioteca cuando de repente apareció Blaise, su mirada le decía que había pasado algo…