Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Marcus Nott - Theo

Ya había pasados algunos meses desde la batalla y todo el mundo volvía a la normalidad. Luna estaba bien, sus visitas al psicólogo continuaron por un tiempo y ya se habían reducido considerablemente, era inevitable que se sintiera triste de vez en cuando, pero Theo y sus amigos la tenían tan ocupada que casi no le daban tiempo, había vuelto a casa con su padre y todo parecía ir muy bien con ella.

Narcissa había despertado y estaba feliz de que todo hubiera terminado, aunque le dolía que Lucius tuviera que estar detenido, en su juicio se decidió que pasaría un tiempo en prisión, y luego podría volver a su casa, porque aunque en un principio ayudo a Voldemort después se arrepintió y trató de ayudar a la orden del fénix.

Theo, volvía a vivir en la mansión Malfoy, Narcissa y Draco lo habían invitado a quedarse con ellos y él gustoso aceptó, en verdad no quería estar en la horrenda casa de su padre y definitivamente no iba a volver a irse solo a Francia. Visitaba todos los días a Luna, y en más de una ocasión también se quedaba, o aparecía durante la noche, pues la rubia era asediada por algunas pesadillas, pero con él a su lado eran menos, el padre de la chica ya lo quería como a un hijo.

Esa mañana lo despertó el picotear de una lechuza en la ventana, se levantó y la abrió, el animal estaba parado en el borde de la misma, le extendió la pata donde llevaba el pergamino que decía con elegante letra "Sr. Nott Theodore" tomó la carta y el animal se fue volando.

Estaba por abrirla, cuando escuchó un golpe en la puerta.

―Pasa ―al instante la puerta se abrió y Draco entró llevando el diario en sus manos, y una expresión extraña―, buen día... ¿nos levantamos de malas?

―Buen día ―ese tono le decía que a su amigo definitivamente le pasaba algo―... ¿Qué es eso? ―preguntó señalando la carta que Theo sujetaba.

―Una carta, la acaba de traer una lechuza, por lo visto muy apurada.

―¿Qué dice, algo importante?

―En eso estaba... ¿Qué te pasa hoy? ―preguntó Theo mientras abría la carta.

―Solo dormí mal ―Draco se sentó en el borde de la cama y esperó a su amigo.

Theo leyó la carta, frunció el ceño y volvió a leerla...

Sr. Nott Theodore:

Por medio de la presente se le informa que su padre el Sr. Nott Marcus fue condenado a muerte por todos sus crímenes cometidos contra el mundo mágico y muggle. La sentencia se hará efectiva el martes 29 de Julio a las 18:30 hs. Por lo que solicitamos su presencia en Azkaban el próximo martes a las 17:30 hs.

También debo informarle que la última voluntad del sr. Nott es hablar con usted, si usted así lo desea se arreglara un encuentro antes de la ejecución.

Agradeceremos una respuesta.

Atte.

Amelia Bones

Jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica

No era posible, ¿Por qué querría eso? ¿Debía hacerlo o no? Estas y muchas preguntas más comenzaron a dar vueltas en su cabeza. Theo daba vueltas en la habitación, con la carta entre sus manos, se detenía la volvía a leer y continuaba caminando.

―Theo vas a hacer un surco en la alfombra, y mi madre se va a enojar ―trató de bromear Draco, pero no dio resultado― ¿Qué dice esa carta que te tiene así?

―Sentenciaron a mi padre a muerte, la ejecución es el próximo martes ―contestó Theo sin dejar de caminar por la habitación.

―Creí que eso era lo que querías...

―Es lo que quiero, todavía no sé cómo me contuve para no matarlo yo mismo... su última petición es poder hablar conmigo ―Draco abrió sus ojos como platos, la sorpresa se reflejaba en su rostro.

―Un momento, ¿seguro que dice eso? ―se levantó y se acercó a Theo, quien le entregó la carta, pera que lo vea con sus propios ojos, momentos después Draco lo miró y preguntó― ¿Por qué querría él eso?

―Eso mismo me preguntó yo.

―Sabemos que ese hombre no puede estar cerca de ti sin tratar de matarte ―Theo solo asintió y siguió caminando mientras Draco volvía a leer la carta― ¿Qué vas a hacer? ―el pelinegro se detuvo en seco al escuchar la pregunta.

Sabía que debía de haber un motivo, todo lo que hacía su padre tenía un objetivo, que por lo general era lastimarlo de alguna manera... pero ahora estaba en Azkaban, él mismo lo metió allí, y solo le quedaba esperar su muerte, ese hombre ya no podía hacer nada que lo lastimara... ¿no?

―Bueno supongo que vas a tener que pensarlo... ahora te recomiendo que te vistas y bajemos, las chicas deben de estar por llegar ―y sin más el rubio salió de la habitación.

Theo no podía dejar de pensar en los motivos de su padre para pedir hablar con él, algo le decía que ese hombre todavía tramaba algo... estaba tan ensimismado en sus pensamientos que ni cuenta se dio que la puerta se había abierto y la rubia de ojos soñadores, pero algo tristes, lo miraba desde allí.

―Si tanto quieres caminar puedo acompañarte a hacerlo en los jardines ¿si quieres? ―la dulce y suave voz llamó su atención, Theo se detuvo y miró hacia la puerta, la rubia lo miraba con curiosidad―, el aire te hará bien.

―Hola ―dijo él tratando de sonreír, pero solo pudo mostrar una leve mueca, a lo que ella frunció el ceño y se mordió el labio.

―O ¿si quieres estar solo?... puedo irme ―ahora era él quien fruncía el ceño mientras se acercaba a ella y la tomaba por la cintura.

―No... no me dejes ―susurró apoyando su frente sobre la de Luna, y en un momento sintió la mano de la rubia en su mejilla.

―¿A qué le temes amor? Puede ser importante, deberías ir...

―¿Qué? Draco no puede quedarse callado ―sentenció soltando una risita.

―Draco no me dijo nada ―Theo solo levantó una ceja para luego sonreír y besar a Luna.

―A veces olvido que puedes ver muchas cosas.

La rubia no necesito mucho más para convencerlo, dudaba de las intenciones de Marcus, pero una cosa era segura ya no podía hacerle nada.

Ese martes más allá de lo que creía, estaba muy calmado, era como si hubiera vuelto a ser un niño, el mismo que no sonreía, no sentía, al que todo le daba igual y tenía la misma expresión ante golpes, sonrisas, sorpresas, preguntas... ante todo.

Llego a Azkaban acompañado de un grupo de aurores, estos retuvieron su varita, por seguridad, y lo guiaron hasta la celda de su padre, el lugar era oscuro y frío, y todo lo que se escuchaba eran los gritos y lamentos de los prisioneros. La celda de su padre era como las otras, oscura y no muy grande. La poca luz que entraba, iluminaba al hombre que estaba dentro de una especie de jaula, donde solo había espacio para él y la silla donde estaba sentado, era casi imposible que se moviera allí adentro. Los aurores le abrieron la celda, Theo solo dio un paso dentro de la misma y miró al hombre dentro de la jaula, sabía que su rostro no demostraba ninguna emoción. Marcus levantó la mirada, el cabello le caía en los ojos y estaba bastante desarreglado para lo que es él, pero al parecer no estaba tan mal como se podía llegar a pensar, le ofreció a Theo una de sus sonrisas, que lucio bastante macabra por la poca luz y las sombras en su rostro, junto a una de sus miradas, que extrañamente no estaba cargada de desprecio.

―Valla, en verdad no creí que vendrías... hola hijo ―esa última palabra salió con algo de ¿dulzura?, Theo no contesto, permaneció impasible, no entraría en su juego―, pero me sorprendes, siempre lo hiciste... más te conozco y más me impresiono ―se detuvo y miró al pelinegro inclinando la cabeza. Theo sabía que esperaba una respuesta, pero al diablo con él, si quería decirle algo, que lo hiciera de una maldita vez―... ¿sabes? tu madre era tan hermosa, casi no lo creo cuando supe que era una bruja de la luna, sé que nunca tuve buenas intenciones, por lo que nunca espere que llegara a amarme locamente, me conformaba con que me aceptara y quizás me quisiera un poco... pero cuando tu llegaste, desde el primer momento que te vi en sus brazos lo supe, ella jamás me miraría así, y eso me molestaba lo que no ayudo a mi humor, lo sé ―¿Qué rayos le pasa? ¿Por qué le estaba diciendo todo eso? Ese no podía ser su padre, Marcus Nott nunca se había portado así con él. Su expresión seguía igual, si Marcus buscaba afectarlo no se lo pondría fácil―, pero todo lo que hice fue para que el señor tenebroso no te matara, aunque la muerte de tu madre no estaba en mis planes ―la ira dentro de Theo comenzaba a crecer, ¿Cómo se atrevía a hablar de su madre?―, sé lo que crees y probablemente no creas nada de lo que te voy a decir, pero, por favor, por favor, escúchame... luego haz lo que quieras ―la súplica se veía en los ojos del hombre, Theo nunca lo había visto así, verdaderamente lucia indefenso y dolido―... había recibido un mensaje de los mortifagos más fieles al señor tenebroso querían usar a tú madre y a ti para traer de devuelta al señor tenebroso, la necesitaban por su poder y a ti por ser su "otra mitad"... tenía que deshacerme de uno de los dos, ibas a ser tú, pero ella se interpuso, y me rogó que la mate... se metió en mi mente, y no pude negarme...

―¿Piensas qué soy un idiota, qué voy a creer lo que dices, después de que trataste de matarme tantas veces?... ¿Después de lo que le hiciste a Luna? ―dijo Theo tratando de mantenerse calmado, cosa que se le estaba empezando a dificultar.

―Tenía que saber si era verdad que puedes usar la magia "Djinni", lo sospeche cuando esa chica llena de cicatrices apareció ante mí y me conto lo que le hiciste, por lo visto tu madre logro dejarte otro regalo con su muerte, por eso quería que la matara en ese momento... Sabes que algunos de nosotros eliminamos y encerramos partes de nosotros para servir al señor tenebroso, generalmente lo que se elimina es todo lo que nos hace "buenos" o débiles, por decirlo de alguna forma... bien, esta es la parte que ha estado reprimida y oculta en mi durante todos estos años... ¿Sabes porque te he odiado y tratado de matarte? ―esperó una respuesta, pero al ver que Theo no pensaba soltar palabra continuó―... Porque tú estás aquí y ella no, porque te amo a ti y a esos elfos domésticos más que a mí, porque cuando tú me ves lo haces igual que ella ―se notaba la desesperación y el dolor en la voz del hombre, mientras sus ojos comenzaban a nublarse, Theo no podía creer lo que escuchaba y veía ese no podía ser Marcus Nott―. ¿Sabes porque trate de llevarme a Luna? Porque Bellatrix la quiere, y te puedo asegurar que no se va a detener, creí que me matarías, debiste hacerlo.

―¿Por qué me dices todo esto?

―Porque Anne Claire siempre tuvo razón, nunca fui bueno, y tú eres la única cosa buena que hice, lo único que va a quedar de mí, tú vas a volver a levantar el apellido de los Nott... es más ya lo hiciste... no puedo decir que me voy a ir con la consciencia limpia, pero un poco más tranquila puede ser.

―No te mereces eso después de todo lo que hiciste...

―El cuerpo de Anne Claire está bajo el enorme roble en los jardines de la mansión... siempre le gusto ese árbol, creo que era lo único que le gustaba de la casa ―la sorpresa se notó en los ojos de Theo.

―¿Por qué haces esto? De verdad, no creo que te interese demasiado tu consciencia...

―¿Me crees si te digo que tu madre me lo pidió en un sueño? ―Theo frunció el ceño―, y dijo algo más... que abras el libro azul con Luna durante la luna llena ―en eso los aurores entraron a la celda.

―Lo siento, ya es hora ―y ambos apuntaron con sus varitas la jaula en la que estaba Marcus Nott, la cual comenzó a levitar, Theo se movió a un lado para que pudieran pasar.

―Bellatrix no se va a quedar tranquila, es más es muy probable que esté haciendo algo en este momento... suerte con eso Theodore ―dijo Marcus mientras se alejaba en esa jaula flotante.

Todas las palabras de ese hombre comenzaron a girar en la mente de Theo, ¿Era posible que todo aquello fuera verdad? ¿Por qué decirle todo eso? Uno de los aurores se acercó a él.

―¿Desea presenciar la ejecución? ―Theo solo negó con la cabeza ya había dedicado suficiente tiempo a ese hombre― ¿Sabe algo? Él nos ha dado mucha información muy útil, y fue él quien pidió esta fecha, su ejecución debía ser más adelante, nos dio información a cambio de que adelantemos la fecha ―¿Por qué haría eso? de repente Theo sintió un pinchazo en la palma izquierda, la miró y pequeñas manchas rojas, como la sangre, comenzaron a aparecer en ella, y él simplemente se quedó helado... esa era una técnica que usaban con Draco para informarse si algo iba mal, él auror a su lado lo miró, podía ser su respuesta, aunque tampoco sabía que podría estar sucediendo... Entonces las palabras de Marcus volvieron a aparecer en su mente «Bellatrix quiere a Luna» y al instante lo que le dijo Narcissa antes de irse «pasare por Luna para ir de compras, seguramente cuando vuelvas estaremos aquí»... la mente de Theo comenzó a trabajar muy rápido, maquinando posibilidades, y sus ojos se clavaron en el auror a su lado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro