Ya hacía cuatro días que Luna estaba allí encerrada, y Theo estaba viviendo en la desesperación por ello... estaba allí a unos pocos metros de ella y no podía acercarse para nada, esos últimos días la casa había estado muy concurrida, y no podía escaparse para verla, ni siquiera a Draco le permitían acercarse. Theo trataba de mantener su mente ocupada con otras cosas para no matar a nadie y Draco no lo dejaba en ningún momento, él conocía a Theo, pero no a este Theo enamorado que podía ser capaz de cualquier cosa, incluso de perder la razón con demasiada facilidad... sabia como se sentía porque él en cierta forma se sentía igual por su castaña.

La reunión de mortios había terminado hacia casi una hora y ellos estaban en la biblioteca, la gran mayoría de los "invitados" ya se habían retirado. Habían comenzado a ocupar la biblioteca desde hacía dos días, llevaban días pensando que hacer, intercambiando mensajes con la orden del fénix... pero todavía nada, y Theo no iba a resistir mucho más con Luna encerrada.

Ya tenían un plan, si podían llamarlo así, aunque todavía debían pulirle algunos detalles, y uno de ellos estaba en esa biblioteca, necesitaban un libro, para ser más precisos un hechizo, y la biblioteca de los Malfoy era una de las más completas con libros de magia negra o prohibida y otro tanto de magia antigua.

Ambos estaban muy concentrados en sus libros cuando unos suaves golpes llamaron su atención, miraron hacia la puerta y allí estaba Narcissa, la mujer camino tranquilamente, y se sentó junto a Draco, pero su mirada estaba fija en Theo.

―Necesitamos hablar contigo...

―¿Puedo saber quiénes? ―la mujer apuntó su varita a la puerta y con un hechizo la cerro para luego poner todos los hechizos de seguridad necesarios, entonces volvió a mirarlo.

―Lunaria ―llamó con voz suave, y al instante la elfina apareció ante ellos con un suave PUFF. Miró a Theo y luego a Narcissa.

―La ama llamó... ¿en que la puede ayudar Lunaria? ―la criatura inclino su cabeza ante su ama.

―Quiero que te sientes con nosotros y le cuentes a Theo lo que me contaste, y porque estas feliz ―la voz de Narcissa fue suave y dulce e hizo un gesto indicándole un sillón a la criatura para que se ubicara... la elfina la miraba sorprendida y extrañada, y no era la única, eso era algo que no sucedía a menudo en esa casa. Lunaria seguía dudando―, por favor siéntate y cuéntale a Theo.

La criatura obedeció, y ahora todos los ojos estaban sobre ella expectantes, ella poso sus grandes ojos un segundo sobre cada uno y se detuvo en Theo.

―Fuimos un regalo para la ama Anne Claire, por sus diez años, mi hermana y yo, ella nos dio nuestros nombres... a mi hermana Flora y a mi Lunaria, alguna vez me dijo que mi nombre significaba mucho para ella, era el de una flor que le gustaba mucho de Francia, y tenía otro motivo, pero jamás me lo aclaro, decía que le recordaba a alguien muy importante... cuando vinimos aquí a Londres, la ama decidió dejar a Flora con Pino en Francia... cundo se comprometió con el amo Nott sufrió mucho, él la alejaba de todos a los que ella quería y cuando se casaron, él era muy, muy cruel con ella. Yo la ayudaba a curar sus heridas, él era un hombre muy celoso. Cuando la ama quedo embarazada, trató de irse, pero el señor se lo impidió, sus elfos habían notado, al igual que yo, el embarazo, desde entonces, la tenía mucho más vigilada, lo bueno era que ya casi no la lastimaba, cuando usted nació, el trató de mantenerlo separado de ella, pero allí fue donde intervino el amo Phillip, el señor Nott aceptó que la ama estuviera con usted. Al morir el amo Phillip ya no trató de separar a la ama de usted, pero si volvió a maltratarla. La muerte de la ama fue horrible, el señor se deshizo de mí y él se ocupó de usted. La ama nos dijo que un día usted se encontraría con su destino, nos dejó su diario para ayudarlo a entender, imagino que ya se lo debe de haber pedido a Flora. En verdad me ha hecho muy feliz que haya vuelto a encontrar a la señorita, ella siempre lo hizo feliz, la ama dijo que estaban destinados, o algo así ―la elfina tenia algunas lágrimas en los ojos y no quitaba su mirada de Theo― ¿El amo me permitirá cuidar a la señorita y al bebe? Lunaria es muy buena para ello.

Theo solo pudo ver a la elfina con asombro... ¿de qué estaba hablando esta criatura? La elfina lo miraba con adoración.

―Lunaria promete que cuidara muy bien de ellos... Es lo que eh estado haciendo estos días... aunque creo que el amo debería hablar con la señorita, porque está comiendo muy poco y eso no es bueno para él bebe ―la criatura negaba con la cabeza, y Theo solo la miraba con la boca abierta... Podía ser eso verdad, sus ojos pasaron a Narcissa, quien lo miró con todo el cariño de madre, y solo admitió.

―Theo tú sabes que los elfos domésticos pueden saber rápidamente si una bruja está embarazada.

―Un momento, eso no es posible ―Theo miró a su alrededor, y se puso de pie, camino rodeando los sillones, las palabras daban vueltas en su cabeza―... ¿cómo? Luna no...

―Amo... Lunaria no cree que la señorita lo sepa todavía... debe de estar por entrar a los dos meses ―la elfina volvía a estar de pie y seguía cada movimiento de Theo.

La mente del muchacho se negaba a reaccionar... ¿era eso posible? Se repetía una y otra vez en su cabeza... Si era totalmente posible... Ya hacían casi dos meses de su último encuentro en Francia, su memoria volvió a esos dos días que habían pasado juntos, la sonrisa de Luma volvía a gobernarlo todo, y casi sin darse cuenta una sonrisa se formó en su rostro... sabía que no era el momento indicado con todo lo que estaba pasando en su mundo, pero la simple idea de una familia con ella lo hacía muy feliz... Disfrutar de ella y su bebé, cuidarlos, darles y recibir todo el amor que falto en su "familia"... solo pensar eso y ya nada más le imperio, su familia no seguiría un día más allí... sí ya era su familia, amaba a Luna y a ese bebe, existiera o no... No importaba si tenía que enfrentarse al mismísimo Voldemort...

―Theo... Theo... THEOOOO ―sus ojos de fijaron en Draco que ahora estaba a su lado, con su mirada seria― ¿Estás bien?

―Si ―dijo mientras la sonrisa en su rostro se ampliaba―, mejor que nunca...

―¿Seguro? Recién no te veías muy bien... y se entiende con esa noticia...

―Draco, espero que estés listo porque yo no pienso esperar un día más...

―¿Que... estás loco? No podemos tirar todo así como así...

Theo ya estaba listo para replicarle a su amigo, pero la voz de Narcissa se lo impidió...

―Hijo, Theo tiene razón... si ella está embarazada no pueden esperar más, así como nos enteramos nosotros puede enterarse cualquiera, y eso sería terrible, para ella y ni hablar de Theo...

―A mí me da igual lo que me pase, pero que nada le pase a Luna... sabes que si mi padre se llega a enterar la puede dañar mucho, y ahí va a ser cuando yo lo mate ―Draco miraba a Theo y a su madre sucesivamente.

―Bien, ¿qué dices que hagamos con los detalles que nos faltan? ―preguntó señalados los libros que antes leían.

―Se los llevan y terminan en algún lugar seguro... esta noche será su mejor oportunidad para hacerlo... tuve una visión, los traerán esta noche ―ambos sabían a qué se refería Narcissa, Draco se puso algo pálido y los dos la miraron sorprendidos―, solo ustedes los pueden ayudar hoy... Theo, Luna debe irse con ellos, al igual que Draco, y tú debes llevarte todo, todo lo que le han sacado a quienes han secuestrado y matado... Sin peros... acomoden lo que les haga falta ―y diciendo esto Narcissa se puso de pie y se acercó a la puerta―. Theo sigue tus instintos, pero deja que se valla con ellos, tú necesitas encontrar ese hechizo ―y sin más salió de la biblioteca dejando a los dos muchachos con muchas preguntas, pero con una decisión y un objetivo, fuera como fuera esa noche saldrían de esa mansión para no volver mientras Voldemort y sus mortifagos siguieran al mando.