Ok, hola, no sé qué les parecerá este capítulo, yo lo único que puedo decir de el es "fue un sufrimiento escribirlo" y no porque haya sucesos terribles, sino más bien porque no encontraba la forma de relatarlo.

Este cap fue, literalmente, tiempo, dolor de cabeza, leer, releer, borrar, reescribir... y repetir ese proceso una y otra vez, hasta que más o menos quedo.

Bueno, espero que les guste, y sino... me da igual, no pienso volver a tocar este cap.

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Finalmente llegó el día de la luna roja, habían logrado infiltrarse en Hogwarts y se estaban escondiendo en la sala de los menesteres, los miembros de la orden, iban llegando de a poco, debían tomar el control del lugar para las ocho de la noche, los miembros del ED se ocuparon de esparcir el rumor de que se había visto a Harry Potter en las cercanías de Hogwarts y para la tarde los Carrow y sus seguidores lo buscaban con  desesperación, no podían correr el riesgo de informar al señor tenebroso si no estaban completamente seguros.

Por la tarde antes del horario estipulado la orden del fénix y el ED tomaron el control del castillo, sorpresivamente para algunos Snape los ayudo, la única resistencia que tuvieron fueron los Carrow y algunos Slytherin, de quienes se encargaron fácilmente el mismísimo Snape y algunos profesores... antes de las ocho el colegio ya era suyo, ahora solo debían prepararse para la verdadera batalla, el eclipse seria total a las 23:16, en ese momento debía abrirse el portal.

Luna, Pansy, Neville y Blaise se ocuparían del círculo de varitas, debían cavar un surco, colocar las varitas, cubrirlas y protegerlas con un hechizo. Mientras ellos hacían eso los demás arreglaban los detalles de la defensa, y realizaban hechizos protectores, el señor tenebroso y sus tropas no tardarían en llegar.

Ya la mayoría se habían dividido en grupos, y se les había asignado algún sector o tarea para defender el castillo. Theo y Draco se encargaron de coordinar parte de los grupos, y luego se abocaron al suyo, el grupo del círculo, por llamarlo de alguna manera, lo más importante que tenían que hacer era proteger a Luna, Hermione y Pansy para que pudieran decir el conjuro y mantenerse en su lugar hasta que el portal se abriera, serian tres ocupándose de la seguridad de cada una de ellas Fred, Angelina y Bill protegerían a Pansy, Ginny, Ron y Deán a Hermione y Neville, Blaise y George a Luna.

Theo y Draco ayudarían a Harry para pelear, contener y atraer a Voldemort hasta el círculo, Theo tenía un plan y los tres confiaban en que funcionaria, podrían mantenerlo ocupado allí un rato mientras Luna dice las últimas palabras para abrir el portal. Los únicos que conocían esa parte del plan eran ellos y Theo estaba luchando contra todo su ser, tratando de mantenerse alejado de Luna, en verdad no quería que ella se preocupara más de lo que ya lo hacía.

Todos estaban repartidos en los jardines, como si fuera algo al azar, cuando una voz se escuchó en todo el lugar.

―Harry Potter, tú y este grupo de traidores a la sangre que te acompañan van a morir hoy.

Más de uno sintió escalofrió al escuchar esa voz, y al instante comenzaron a verse los hechizos que surcaban el cielo y chocaban contra la barrera mágica que los protegía, sabían que no iba a resistir  demasiado, pero por ahora lo hacía, los hechizos solo chocaban con ella e iluminaban el cielo, después de unos minutos de ataques constantes, se detuvieron y segundos después se vio solo un haz de luz que choco contra la barrera, pero este era mucho más poderoso que los anteriores, y la barrera cayo...

Al instante comenzaron a aparecer mortifagos y criaturas en los terrenos del castillo... entonces sí... se desato la batalla. Los hechizos y maldiciones volaban en ambas direcciones... las estatuas del colegio peleaban y caían en pedazos ante los gigantes. En cualquier dirección hacia donde se mirara había mortifagos peleando con alguien o algo.

Theo y Draco se mantenían cerca de Harry, los tres lanzaban hechizos a diestra y siniestra, parecía que los mortios no se acababan nunca, volteaban a uno y aparecía otro. De repente Theo se vio desarmado, cuando evadió un hechizo y otro lo golpeo, el mortifago que lanzó el primer hechizo se arrojó sobre él, pero Theo lo venció fácilmente en dos veloces movimientos y antes de que el otro lo atacara volvía a tener la varita en la mano y le lanzaba un hechizo. Trataba de moverse junto a los dos chicos pero se les hacía difícil considerando que cada tres pasos saltaba alguien y atacaba a alguno... vieron las chispas rojas en el cielo, en el mismo sector donde estaban las chicas y supieron que ya habían comenzado con el conjuro, desde donde estaban podían ver como los demás peleaban incesantemente con todo el que se acercaba, asegurándose así de que las chicas pudieran cumplir con su parte. Miraron el cielo y recién comenzaba  a verse una leve sombra sobre uno de los bordes de la luna. Debían encontrar a ese maldito pronto. De repente lo vieron, caminaba entre un grupo de mortifagos y su serpiente iba a su lado atacando a cuantos podía a su paso.

Los vio acercarse y se detuvo, una sonrisa maliciosa se formó en su rostro, pero al instante se borró y les lanzó un hechizo que entre los tres lograron repeler. Ya tenían su atención, ahora tenían que llevarlo hasta en círculo y de alguna forma herirlo. Tal como lo habían planeado comenzaron a atacarlo de a uno, e iban rotando, para que no quedara ninguno desprotegido, mientras trataban de llevarlo al sitio correcto. Él no dejaba de atacar ni un momento, los mortios que había a su alrededor se alejaron, ninguno iba a interponerse entre su amo y su tan preciada "presa".

―Potter eres un cobarde, pero jamás pensé que tanto, ¿Quiénes son? ―dijo con su fría voz soltando una risa maniaca.

Los tres se separaron, miraron de reojo a su alrededor, procurando no perder de vista ningún detalle de ese maldito, habían llegado, sus compañeros cuidarían sus espaldas, así que ahora sí podrían ocuparse solo de él. Theo miró el cielo y la luna ya casi estaba completamente roja, faltaba muy poco y para desgracia de ellos todavía no lo habían herido.

―Bien, tiene que ser ahora ―dijo Theo y los otros dos se alejaron un poco más de él. Los tres atacaron al mismo tiempo, Voldemort se defendió de los tres ataques, ya sabían que eso podía pasar, pero ellos seguirían con el plan sin importar nada, los tres atacaban incesantemente, un hechizo tras otro a tal velocidad que Voldemort solo podía defenderse, todavía no había logrado hacer ningún ataque, pero tampoco parecía que se estuviera cansando o debilitando, no podían permitir que la luna se les pasara, tenían que hacer algo más. Theo se concentró, sujeto la varita solo con la mano derecha y mientras seguía lanzando hechizos sin cesar, estiró su otra mano hacia el piso, extendió sus dedos lo más que pudo y comenzó a levantarla lentamente hasta la altura de sus ojos, cerro el puño y luego extendió el brazo hacia Voldemort como si le arrojara algo... y de repente desde todos los alrededores, comenzaron a lloverle piedras junto con los hechizos de los tres chicos y entonces fue cuando los hechizos lo golpearon, dejándolo tirado en el piso.

Theo al instante movió su mano hacia donde estaban los dos chicos y ambos fueron expulsados de su lugar hacia atrás, terminando también en el piso, y él se alejó hacia atrás tan rápido como pudo, quedando así los tres fuera del círculo.

Vieron a Voldemort levantarse tenía varios cortes que chorreaban sangre, y una sonrisa retorcida y macabra.

―¿Piensas que con eso me derrotaras Potter? Deja de esconderte y enfrenta tu destino.

La luna ya estaba completamente roja y una luz blanca comenzaba a emanar desde el círculo de varitas enterradas, y de las tres chicas con los brazos extendidos... entonces la expresión del señor tenebroso cambio, acababa de comprender que había caído en una trampa, el odio en sus ojos era infinito, apunto con su varita a Theo y gritó.

―AVADA KEDAVRA  ―el rayo verde salió disparado hacia el chico, pero no atravesó el círculo.

De repente aparecieron varios objetos cerca de él, una copa, una diadema, su serpiente y un ser, extraño, feo, pequeño y totalmente repulsivo... Voldemort grito "NOOOO", entonces un círculo negro apareció bajo sus pies y fue creciendo hasta que se lo trago a él y a todo lo que estaba cerca de él... y así como apareció se esfumo, al igual que la luna roja.

Algunos de los mortifagos que vieron lo sucedido desaparecieron, otros se rindieron y otros, los menos, siguieron peleando... no les tomo mucho más tiempo acabar con la batalla. Pero "el grupo del círculo" ya no se metió, ahora estaban preocupados por las chicas que habían perdido el conocimiento, ellos solo tenían algunas heridas, unas leves, otras no tanto, pero Theo se ocupó de ellas lo mejor que pudo. Las chicas no tardaron mucho en despertar, Theo estaba curando un corte en el brazo de Harry cuando escucharon.

―Los voy a matar a los tres ¿Cómo no nos dijeron nada? ―la mirada de Hermione pasaba de Draco a Theo y Harry―  casi me da algo cuando vi a tres Harry peleando ¿Cómo se les ocurrió usar poción multijugos? ―los tres se encogieron de hombres ante la mirada atónita de las tres chicas.

―Podría haber matado a alguno... o a los tres ―dijo Pansy cruzándose de brazos, luego miró a la rubia― ¿Luna no les vas a decir nada? ―Luna camino hasta Theo y lo miró a los ojos.

―¿Por qué no nos dijeron lo que pensaban hacer? ¿Por qué Theo?

―Solo las hubiéramos preocupa, y ya tenían bastantes preocupaciones... además corríamos el riesgo de que se diera cuenta que tramábamos algo, por eso decidimos distraerlo de la mejor manera posible, él quería matar a Harry así que pensamos que si había más de uno podríamos confundirlo un poco y llamar más su atención, para que no las notara a ustedes ―Luna suspiró y sonrío, al parecer esa respuesta la había convencido, y sin más dejo un beso en los labios de Theo.

―Oye... ¿Cómo sabes que él es Theo?

―Simple Draco, veo cosas que ustedes no.

Ayudaron a todos los que pudieron, curaron heridas y cargaron cuerpos y heridos hasta el castillo, todos se estaban reuniendo en el gran comedor, había bastantes cuerpos de ambos bandos.

Theo se acercó a madame Pomfrey para ayudarla con los heridos, que eran muchos, mientras el resto explicaba lo que había sucedido. Algunos profesores y miembros de la orden vigilaban a los prisioneros, Theo dio un rápido vistazo entre ellos buscando a su padre, pero no estaba allí, y rogó con todas sus fuerzas que estuviera entre los muertos.