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Destino - Theo

Hijo, me alegra que hayas llegado hasta aquí, en verdad espero haber despejado alguna de tus dudas hasta el momento.

Bueno creo que de lo que te voy a hablar ahora te va a interesar mucho, si ya la encontraste, te va a aclarar mucho y si todavía no... espero que también.

Mis sueños han ido aumentando, y la verdad cada día me aterran más. Tú con tus seis años eres un amor cuando estás conmigo, y un señorito, todo serio y respetuoso con el resto del mundo, casi no sonríes y eso me duele, sé qué haces todo lo posible para hacerme feliz, y te adoro por eso.

Quizás ahora siendo mayor no lo recuerdes, pero nos hemos escapado en más de una ocasión para visitar a Amelia, ella me está ayudando mucho con todo lo de mis sueños, y tú, te estas llevando muy bien con su niña, Luna, es un año más chica que tú, pero irradia alegría, y al igual que en su madre, es totalmente contagiosa, hasta tú sonríes con ella.

La primera vez que nos aparecimos a verlas, ellas estaban en un campo lleno de flores silvestres, frente a su casa, y Luna corría, giraba y saltaba por todo el lugar, estaba descalza, eso te llamó la atención, a ti no te gusta eso. Ella cortaba las flores y las tiraba hacia arriba. No tardo nada en tomar confianza contigo y tratar de sacarte una sonrisa, y no se detuvo hasta que lo consiguió, fue una sonrisa pequeña y algo tímida, pero para ella fue suficiente.

Después de esa visita, les hicimos varias más, en verdad se te veía feliz con ella, reías y jugabas como cualquier niño... pero tanto Amelia como yo sabíamos lo peligroso que era aquello, así que por el bien de los dos decidimos alejarlos y quitarles esos recuerdos... quizás me odies por ello, pero era lo mejor, algún día ambos los recuperaran...

Te estarás preguntando ¿Por qué era peligroso?

Bien desde antes que tu nacieras Amelia y yo sabíamos que Luna y tú estaban destinados a estar juntos, sin importar lo que cambiara terminaban juntos, predicciones, runas, cartas, sangre en la luna... todo nos terminaba mostrando lo mismo, ustedes están destinados a estar juntos, sin importar cuanto sufran, se van a buscar y encontrar una y otra vez... ella se sentirá completa solo contigo y tú solo serás feliz con ella.

Los separamos, porque Luna estaba tan bien contigo, que en un momento, te necesitaba siempre junto a ella, lloraba y vivía triste lejos de ti, y en tu caso no era muy diferente, pero a diferencia de Luna, tú no mostrabas nada en público, y la única que notaba cuanto la necesitabas era yo... verte feliz con ella me hacía feliz a mí también, pero eso a tu padre no le gustaría nada.

Si ambos se olvidaban podrían vivir normalmente, y al volver a encontrarse en el futuro, ambos sabrían controlarse mejor.

Recuerdo lo que le dijiste la última vez que se vieron, verdaderamente me pareció increíble, que siendo tan pequeño pudieras ser así, "nos veremos pronto Looney, prometo que estaré siempre para ti" esa fue la primera vez que te atreviste a darle un beso en la mejilla.

Sé que, quizás, ya la encontraste, y entiendes todo lo que acabo de contarte. Cuídala y no la pierdas... recuerda que muchos no se encuentran nunca con su alma gemela.

[.........]

Theo simplemente no podía creer lo que acababa de leer, a tal punto que leyó el mismo fragmento tres veces.

Ahora todo comenzaba a tener sentido, sus sueños, eran parte de aquellos recuerdos donde se encontraba de niño con Luna, y lo mismo con el sueño que ella había tenido, sí, ese niño era él... en verdad el destino quería que estuvieran juntos y solo se tardó seis años en volver a juntarlos... eso podría explicar esa tendencia que tenía ella a chocar con él y esa fascinación que siempre había sentido él por su sonrisa... ese deseo que no pudo contener, en aquel lago, de tomar sus labios... y todo lo que ambos sentían desde entonces.

Miró a su alrededor, la biblioteca estaba alumbrada por unas cuantas velas y el fuego que crepitaba en la chimenea, por la ventana se veía que el sol estaba a punto de salir, había dejado de llover hacia al menos tres horas... y con eso ya hacía más de 24 horas que pasaba sin dormir, realmente había sido atrapado por los relatos de puño y letra de su madre, pero el cansancio comenzaba a sentirse en su cuerpo. Tomo el libro y camino hasta su habitación, la misma donde había tomado a Luna por primera vez, el recuerdo de ella trajo una sonrisa a su rostro, se metió en la cama, sin siquiera quitarse la ropa, dejo el libro sobre la almohada de al lado y se dejó llevar por Morfeo, a ese lugar donde solo él y Luna habitaban.

Unos golpes en la puerta lo despertaron, algo sobresaltado, en la mano derecha apretaba la varita de Luna, salió de la cama silenciosamente y se acercó a la puerta.

―Theo ―reconoció la voz de Draco a través de la puerta. Por supuesto, ¿a quién esperaba? Nadie más que él o Luna podían entrar a la propiedad...

Abrió la puerta y allí estaba su amigo, se lo veía algo cansado, pero sonreía, ambos se miraron de pies a cabeza, tratando de verificar que el otro estaba bien.

―¡Qué cara hermano! Cualquiera diría que no has dormido nada ―Theo le hizo una seña con la cabeza para que entre, y miró el reloj, eran las diez...

―Consecuencia de haber dormido solo cuatro horas... igual tú no te ves mucho mejor que yo ―dijo sonriendo de lado mientras volvía a tirarse en la cama.

―Estos dos días no han sido lo mejor que nos ha pasado, ¿verdad? ―preguntó Draco mirando por la ventana, y como respuesta recibió un "aja" algo ahogado por la almohada―, solo vine por un rato, debo volver ―las palabras de Draco lo terminaron de despabilar, y como impulsado por un resorte saltó de la cama y se acercó a su amigo.

―¿Cómo esta Luna?

―Bien, algo afectada por la desaparición... estuvo algunas horas descompuesta, mareada y con vómitos... eso es normal en las mujeres en su estado... creo que eso lo confirma.

―¿Dijo algo sobre eso? ―Draco se giró a ver a su amigo.

―No, por lo visto Lunaria tenía razón, ella todavía no sabe que está embarazada... ¿deberíamos decirle?

―No lo sé... tráela aquí

―En verdad no creo que sea bueno que se vuelva a desaparecer, y lo sabes, el embarazo es muy resiente y ella está bastante débil.

―Ok... voy contigo, a donde sea que este ―los ojos de Draco se oscurecieron, y él conocía esa mirada...

―No ―Theo lo miró serio―... creo que lo mejor va a ser que te dediques a ese hechizo... les conté nuestro plan y todos creen que es bueno, y que puede funcionar, la verdad es que ahorraría mucho trabajo...

―Draco ―algo le decía que su amigo no le estaba diciendo todo―... ¿Qué me ocultas? ―su mirada, y su voz, era cada vez más seria y firme.

―Theo ―el platinado lo miró a los ojos y suspiró―, bien se lo prometí a Luna...

―¿Qué le prometiste? ―Theo se pasó una mano por el cabello, ya comenzaba a ponerse nervioso.

―Que no te llevaría ―Theo solo lo miró sorprendido―... no quiere que vallas y te preocupes...

―¿Qué no me preocupe? ¿Qué rayos le paso? ―su voz era cada vez más fuerte...

―Tranquilo... tuvo un... desprendimiento en el brazo izquierdo, durante la desaparición ―Theo sintió que el terror se apoderaba de él, palideció al escuchar a Draco... si pensaban que él simplemente se iba a quedar allí, estaban muy equivocados―, Theo no... sé lo que piensas pero no... no puedes... ¿crees que le hará bien verte mal y preocupado por ella? Ni siquiera debía decírtelo, te aseguro que está bien, enseguida la curaron, va a tardar un poco en estar completamente bien y para que desaparezcan las heridas...

―¿Cómo mierda pasó? ―Theo miró por la ventana, sentía un enorme deseo de correr y no detenerse hasta encontrar a su Luna.

―No sabemos bien... puede que haya sido que ella en verdad no quería irse ―Draco apoyo su mano en el hombro de su amigo―, va a estar bien, Bill Weasley y su esposa se están ocupando de ella... verte allí la puede alegrar, pero también le puede hacer mal... sabes bien que se preocupa más por ti que por ella... estoy aquí porque ella insistió, y... no te traje tu varita porque soltaba chispas cada vez que alguien que no fuera ella la tocaba.

―Si lo sé... lo de la varita es raro ―miró a Draco y salió de la habitación―. Ven.

Escuchó a Draco detrás de él, recorrió varios pasillos... entró en una habitación bastante oscura, movió la varita y todas las cortinas se abrieron dejando entrar la luz, al enorme lugar. Una de las paredes estaba ocupada solo por las enormes ventanas, otra repleta de estantes ocupados por libros y las otras también tenían estantes, pero todos estaban ocupados por frascos de pociones e ingredientes y elementos para hacerlas, lo único que interrumpía los estantes eran dos puertas, en el centro de la habitación había dos grandes mesadas de trabajo, con calderos, morteros y demás, el lugar recordaba en cierta forma la clase de pociones.

Theo entró, camino hacia un estante a la derecha y comenzó a rebuscar en el... tomó un frasco con un líquido azul y se giró hacia Draco, quien lo miraba recostado en el marco de la puerta.

―Para las heridas de Luna ―dijo mostrándole el frasco a Draco―, usa algunas gotas y las heridas cerraran más rápido, va a doler.

―Increíble lugar, creo que ni Snape tiene una habitación así en su casa ―Draco tomó la poción y la guardo en su bolsillo―, bien lo primero que haré será ocuparme de ella.

―Eso espero...

―Tratare de hacerlo como si fueras tú ―Theo frunció el ceño―, ok, seré un poco más delicado... ¿bien? ―dijo Draco sonriendo de lado, con lo que solo obtuvo una expresión seria de su amigo―, admítelo hermano te gusta hacernos sufrir.

―Si sufren es porque se lo merecen ―y una leve sonrisa se formó en el rostro de Theo―... en serio cuídala por mi... yo veré si encuentro ese condenado hechizo...

―Lunaria te traerá todo lo que necesites de la mansión.

―Seria genial que me trajera a alguien que me pueda ayudar ―diciendo esto ambos emprendieron el camino hacia la entrada...

―Tratare de volver pronto y si puedo traeré a alguien que pueda ayudarnos ―llegaron a la puerta, Draco se despidió, y comenzó a caminar hacia la reja de entrada, para poder desaparecerse, dio unos cuantos pasos y se giró para decirle algo a Theo―. Descansa y cuídate, no preocupes más a esa loca rubia ―Theo solo pudo sonreír, al pensar en ella, y sin más Draco siguió su camino hasta atravesar la reja y desaparecer.

En verdad quería ir con Draco, y ser él quien curara a su amada, pero su amigo tenía razón, él sabía bien que Luna se preocupaba mucho porque él estuviera bien, y no le gustaba mostrarle sus heridas, siempre que podía las escondía... según ella, le dolía más verlo mal a él por ella, que la herida en sí.

Quizás estaban destinados a amarse y estar juntos... pero hay que reconocer que él destino no se los está haciendo fácil... quizás es verdad que se aprecian más las cosas cuando hay que pelear por ellas... y él estaba dispuesto a pelear con quien fuera por esa rubia... con esa idea dando vueltas en su cabeza, entró en la biblioteca y llamó a Lunaria, con un PUFF la elfina apareció con una caja en sus manos y una sonrisa en su rostro.

―Lunaria esperaba que el amo la llamara... la ama Narcissa le manda esto ―la criatura sonrió y dejo la caja en el piso―, si necesita algo más solo llame ―y diciendo esto hizo una reverencia y desapareció con otro PUFF.

Theo se acercó a la caja, la abrió y en ella había muchos libros encogidos, comenzó a sacarlos y parecía que aquella caja no tenía fondo, tranquilamente podría tener allí casi todos los libros de la biblioteca Malfoy, definitivamente tendría mucho trabajo, y no se detendría hasta encontrar ese hechizo.

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