Capítulo 26
Flashback
Dentro del grupo se corrió la historia que la sobrina de William había encontrado al jefe con una mujer dentro del auto. Sucedió en las rejas de una de las entradas del fuerte, Vryzas llevó hasta allí a una puta, Alexandra los vio y le hizo escándalo.
—Nunca creí capaz de pagar los servicios de una —comenta Tom —la chica es hermosa, pero bastante gastada ¿Recuerdas cuando quiso con los dos? —le pregunta a su compañero de al lado que afirma sonriente. —es fogosa.
—Eso se esperaba —comenta Nikolái lanzando una piedra a la fogata —la chica era su sombra, él no puso límites.
—Le gustaba la atención. —replica Vladímir —a cualquiera.
—¡Silencio! —Noah los mira a cada uno con reproche.
Estamos en uno de los campos traseros del fuerte alrededor de dos fogatas que nos dan calor y luz. Del griego no hemos sabido en horas, lleva bastante tiempo reunido con el mayor y William.
—No es nuestra incumbencia...
—Fiódor murió —nos interrumpe Carlo, que llega en el momento. —otra vez somos 49.
—¿Cómo fue?
—Una riña dentro del bar —me responde Carlo.
Guardo silencio atrayéndome con los colores de las llamas del fuego y recordando los momentos con él. Esta mañana al arribar habíamos ido directo al bar de siempre, lo abrieron solo para atendernos. Llamé a Anoushka que llegó a mi encuentro, festejamos cinco meses de aniversario de casados. Me lamento no haber hablado con él lo suficiente estos últimos días.
—Borch —la voz de Vryzas se siente detrás de mí —¿Puedes venir por favor?
Dejo las rocas en un costado y me incorporo, Vryzas está detrás de nosotros y apoyado en uno de los autos de sus primos. No soy lo que se dice su gran amigo, tengo claro desde que rompió mi brazo y varios dientes que ese calificativo nunca lo será. Somos compañeros de grupo, aventuras, es mi jefe, me paga el triple por hacer algo que solía hacer algunas ocasiones hasta gratis y solo por el placer de viajar. Nada más.
—¿Qué sucede? —pregunto marcando distancia y me observa serio.
—Te agradezco el interés por mí, pero te aseguro que no soy de los que necesito de un amigo para hacerme a un culo — en un acto de confusión alejo mi dorso y lo veo sorprendido —si tu deseo es que tu amante estuviera dentro del grupo, debes saber...
—¿De qué me estás acusando?
—Anoushka ¿Te dice algo ese nombre? —pregunta y afirmo en silencio. —me dijo que estaba dispuesta a todo para ingresar al grupo, soy un hombre antiguo Stan.
Continúa diciendo que no se trataba de darle espacio dentro del grupo, no era tan sencillo. No se consideraba un tipo machista, pero una mujer siempre sería motivo de conflictos. Sobre todo, una de ese tipo, sabía que era mi amante y no tenía claro que tipo de relación liberal había, no le importaba lo que hiciera con mi vida, si la misma no lo comprometía. De lo único que estaba claro era que no tendría en sus filas a una mujer que cualquiera se podría coger con 100Us.
Lo que sigue son los detalles de lo que ella le insinuó y lo que hizo para ver hasta donde estaba dispuesta a llegar. Su madre se escandalizaría de saberlo y por eso lo hizo.
Cada palabra, frase o momento que describe es un paso atrás que me aleja de ella. Mi cabeza se calienta, mi pecho se oprime y mi alma se oscurece. No lo saco del error, no tiene sentido, no es necesario dar detalles que podrían dañar nuestro ambiente de trabajo. Veré a Vryzas todos los días a Anoushka ya no, ella hace parte en delante de un mal capítulo de mi vida.
—No volverá a pasar —prometo.
—No pasa nada, quería dejarlo claro —al pasar por mi lado apoya su mano en mis hombros y los sacude.
Me quedo allí sin poder reaccionar, uniendo hilos de las conversaciones de hace unas horas, calzándolo con lo dicho por Vryzas. Lo que me da lo uno a mis ausencias y su queja de siempre estar sola o cuando no me tomaba el móvil y decía se había quedado dormida. La presencia detrás de mí no dice nada y se limita a apoyar una mano en mi cuello.
—¿Era ella? —Akim se ubica en mi campo de visión, seguido por Nikolái.
—Regresemos al grupo...
—Stan...
—No quiero hablar de eso Nikolái —les pido —Sucedió y ya. Todo lo que se diga, no importa.
Regresé al grupo, hice todo lo que se esperaba de mí aquella noche, pero no tomé licor. Necesitaba estar sobrio para lo que haría más tarde. Con los primeros rallos del sol opacando a las últimas estrellas ingresé al apartamento que compartíamos. Recogí mis cosas y no volví atrás, ni siquiera para pedir explicaciones.
Fin del flashback
—¿Te sientes bien?—han pasado diez horas, recibido información de todos lados, menos de ella. ¡Por supuesto que no estoy bien!
—No soy yo el que está en cirugía Nikolái —respondo angustiado viendo la puerta frente a nosotros —pero te agradezco la inquietud.
—Sabes por qué lo digo —inclino mi cuerpo hacia delante apoyando las manos en mi rostro — White te ayudó gracias a Anoushka y en este instante está siendo cazado, Anoushka está muerta, Claude corrió la misma suerte, Jeff, Fellón, etc. El único que está vivo en esta historia eres tú y te sientes culpable.
—¿Será por qué lo soy? —alejo las manos de mi rostro y le veo a los ojos —¿NO es así? —insisto y él niega —La traté de la misma manera que Anoushka, cuando no son iguales.
—Tienes una vida para corregirlo Borch —habla Vryzas —recuerda lo que dicen, el único hombre que no comete errores es el que no hace nada. Eres culpable de lo que dejes de hacer en adelante, cuando eres conocedor de la verdad. No vale la pena sumergirte en la miseria, te lo dice alguien que estuvo en ella. —ellos jamás van a entender.
He perdido la cuenta de las veces he leído, los mensajes que ella me envió y los datos de los lugares que visitó. Llego hasta el momento en que ella empezó a cambiar tanto y contemplo el mapa en la pantalla.
El mensaje que me llega del orfanato que visitaba me hace salir del chat y ver lo que me han enviado. Había olvidado llamarles y decirles que la había encontrado. Me distraigo compartiendo mensajes con la desconocida del otro lado a quien le digo que la encontré y su estado.
Lo que sigue es de las conversaciones más difíciles que he sostenido en mi vida. Los detalles que leo, es la forma en que Mia dio con el orfanato. La verdad suele doler al ser descubierta, sobre todo aquellas que has tenido frente a ti y no las has visto.
—Debo salir ¿Me prestas tu auto? —le pido a Nikolái, quien asiente entregándomelas.
—¿Necesitas compañía?
—No es necesario, iré a ver a Carlo —Me levanto de golpe y los veo a todos —Si hay alguna novedad, me llaman—les pido saliendo del lugar.
No podría darle la mano, ni abrazarla, pedirle perdón. Verla a la cara, sería imposible cuando la dejé a su suerte abandonándome al rencor. Jamás podré perdonarme, lo tengo claro, pero puedo aliviar de alguna manera el sentimiento de culpa.
A pasos rápidos cruzo todo el pasillo, llego hasta el ascensor y bajo al sótano. Vryzas la ha llevado a la clínica de los O'hurn, muy a pesar de que no necesito de su dinero, insistió en correr con los gastos. Ingreso al auto de Nikolái y en segundos estoy en la vía.
El primer sitio al que llego es en el sitio en que tuvo la crisis. La mansión frente a mí desborda lujos, con ese ambiente de dinero que parece salirse por las ventanas y puertas.
Su mente empezó a abrirse al ver este lugar y recordarlo como el sitio en que vivió. No tuvo claro las cosas, así que fue a la biblioteca con la dirección y buscó todo sobre la mansión. Encontró lo suficiente para asustarse, pese a todo, sentía que antes de seguir necesitaba vencer sus miedos. No podía seguir siendo una carga emocional para mí.
Se lo dijo a la encargada del orfanato cuando la mujer quiso saber que la motivó a buscar su pasado. Seguía sin recordar los detalles descritos en la prensa encontrada, sin embargo, lo principal lo tenía claro.
No se llamaba Mia Elizabeth Dekker Nowak, ni Miabella Dekker Linden era su madre. Lo más importante y descabellado de toda esta historia, Hacker Nilson Dekker o Igor Dekker, nunca fue su padre. Su padre nunca la registró o le dio un nombre, en el orfanato no estuvo lo suficiente para asignarle uno. El que le dio uno fue su padre adoptivo y basándose en la niña que había perdido.
Al encender el auto pienso que todo sería distinto si le hubiera dicho lo que descubrí de ella. Me llené de miedos y menosprecié su valor, demostró ser fuerte al buscar la verdad por su cuenta y soportar los asaltos de White estos dos meses.
Tomo el móvil y le envió un mensaje narrándole lo sucedido y la respuesta no tarda en llegar. Le doy la dirección de donde estaré, reenvío el mensaje a dos más y giro en la próxima intercepción.
****
La encuentro una hora después en las rejas, cruzada de brazos y en actitud vulnerable, si no supiera de todo lo que es capaz hasta le tendría pesar. Parqueo el auto a un costado y salgo hacia los controles de las rejas. No pensé que sería fácil o ella inocente de caer tan rápido
—Tuve releer tu mensaje para entenderlo —solloza —es increíble que algo así le sucediera, no puedo creerlo.
—Ni yo —confieso ingresando la clave. —¿Qué haces en New York? ¿Regresaste?
—El padre de Jeremy —la miro por encima del hombre y niega —solicitó la custodia total de nuestro hijo, alegó que no era buena madre y estaba impedida para educarlo.
—¿Es así? —niega indignada—Me alegra que así sea. La mía lo fue —recuerdo haciéndome a un lado invitándola a ingresar primero que yo.
—¿Cómo está ella?
—Está en cirugía. No hay muchas esperanzas, pero yo las tengo todas —se detiene y ella le sonríe.
—Es una chica valiente —lo es —¿Fueron los hombres de Fellón? Ella siempre tuvo temor por él.
—Fellón nunca fue una amenaza, la última vez que lo vi estaba dispuesto a venderla a un buen precio. Un precio que nunca le dieron a Jeff ¿Por qué seria? —ella tensa sus hombros, pero no responde. Llegamos a la entrada de la puerta que ella encuentra abierta, se sorprende y se detiene a verme intrigada. —olvidé cerrarla —recuerdo —ver su guardarropa, su móvil y a Bruna, me hicieron caer en cuenta de mi error.
Bruna fue sacada de la casa y llevaba a la de Noah con sus tres cachorros. Allí un veterinario iría a verificar su estado y el de sus crías, no tengo conocimientos en animales. Pero doy fe que estaba delgada en exceso, no sé cómo ha logrado sobrevivir sin comer. Bruna es tan valiente como su perra.
—No me has dicho, como diste con ella.
Ella avanza a pasos lentos delante de mí y se detiene al notar que cierro la puerta y paso seguro. Por un instante no hace ningún movimiento y gira hacia mí.
—Llama a tu hermano Madeline —ordeno retirando el arma de la pretina.
—No eres tan imbécil ...
—Puedo sorprenderte —le interrumpo sacando la segunda debajo de mi brazo izquierdo. —no soy un hombre de pedir explicaciones. —avanzado hacia ella que retrocede asustada —las odio —le hago un guiño —pero, tú lo sabes ¿Me equivoco? —niega.
Narrador
A Madeline le asusta la seguridad con la que habla y acciones. Es tanta la fe que se tiene que se ha desarmado y deja sus armas en la mesa de centro, no sin antes desarmarla. Inclina su cuerpo dándole la espalda, pero no cae en ese juego. Ha escuchado tantas veces los audios de la mujer que lo describe, que está segura lo conoce tanto o mejor que ella. Ella debería estar en otro país, pero que a última hora decidió aplazarlo. Recibir el mensaje de Stan le dio curiosidad, sobre todo cuando le narró los detalles de todo explícito y sin mezclarla. Fue tonta al pensar que estaba salvada y no había necesidad de alejarse de su madre.
—Puedes deshacerte del papel de víctima Madeline, revelemos máscaras. No eres tan estúpida para llegar hasta aquí sin armas o un plan. —regresa la vista a ella y nota ya no sonríe — ¿Lo llamas tú o lo hago yo? —exige.
—No asesinas a mujeres, ni a niños —dice en un intento de ganar tiempo.
No le gusta su tranquilidad, tampoco que esté desarmado y sin hacer nada. No gana nada llamando a Kevin, no es como su hermano Lukas. Ella no es capaz de entregar a uno de los suyos, sería lo mismo a tener que enterrar a su madre. Ella moriría al saberlo, la pena moral la mataría.
—Anoushka describió al hombre que conoció entre los 16 y 28 —cierra los ojos y sonríe alzando la cara —ya no soy ese hombre Madeline, algunas cosas han cambiado.
—Lo dudo —su respuesta lo hace abrir los ojos y bajar el rostro —¿No está ella al borde de la muerte por todo cuanto dijo tu ex dolida? No estuvo difícil, por lo menos para mí —sonríe lanzándose en un sillón y cruzando sus piernas —habló de tu falta de valor para afrontar la verdad, no eras de los que pedias explicaciones. Te sentías menos que los demás, por eso tu vestimenta sencilla, no tienes ambición y muy mediocre. Te describió bastante bien, ayudó mucho. Es una lástima que muriera —se alza de hombros viéndolo como intenta parecer fuerte, cuando sabe está roto por dentro.
Mia resulto aún más fácil, lo difícil lo tuvo ella al enterarse de la verdad. Jeffrey Clark Lewis, era su esposo con quien formaba lo que ella creyó era un maravilloso hogar, con planes en un futuro inmediato y muchos a largo plazo.
—¿Murió tu hijo en ese accidente en que te lesionaste? —Stan alza el rostro hacia ella y se sienta en la silla, apoya una pierna sobre la otra y espera su respuesta —nunca hubo un hijo y el que estaba en tu celular, fue una de las víctimas que tu hermano robó. —ella sigue en silencio, ya no hay sorpresa al ver todo cuanto sabe—Akim buscó tus registros, resulta que tus compañeros fueron ...—calla un instante —bastante generosos al describir tu trabajo.
—Dudo que sepas todo de mí...
—Sé lo suficiente —responde indiferente —tu fecha de nacimiento y hora de muerte —sonríe —lo básico. —le hace un guiño.
—Sé lo que me depara la vida, lo supe desde qué me dijeron quien eras —le confiesa en calma reclinando su cuerpo en el sillón —me preparé para morir, pero también que ella se entere de que se casara con un asesino...
—No me convertiré en asesino Madeline, resulta que soy un hombre nuevo. El de ahora puede pagar para que algunas cosas sucedan sin manchar sus manos.
Lo observa levantarse y sonreírle, toma el móvil marca y sin dejar de sonreír retrocede. Sin entender su actitud se incorpora, pero unas manos en sus hombros la devuelven al sillón, al girar se encuentra con un par de ojos fríos viéndola.
—¿A dónde crees que vas? —le pregunta — Si la fiesta apenas empieza. ¿Tienes un último deseo? Sé complacer a mis víctimas...
Lo observa dar media vuelta y recoger las armas a su paso, no mirar atrás en ningún momento. Lo último que dice es sobre la casa y su deseo de comprarla para demolerla.
****
Kevin se dispone a tomar el vuelo clandestino, había tomado el móvil y se disponía a apagarlo para destruir el chic e ingresar otro. No hay manera que sea encontrado, convencer a su hermano fue difícil, pero lo logró. Lukas se había encargado de destruir su rastro y el de su hermana. Ella en este instante tendría que estar en algún lugar de Latinoamérica donde reiniciaría su vida. No se verían jamás, pero valdría la pena.
La llamada que ingresa en ese instante le impide apagarlo, llevado por la furia que lo acompaña desde que ese miserable destruyó todo le levantó con esfuerzo. Gracias a él y su maldita curiosidad, la policía halló toda la mercancía y tanto él como su hermana estaban siendo buscados.
—¿Te gustó mi obsequio y llamas a agradecerme? —bromea viendo a la avioneta empezar a deslizarse por la pista. —no era necesario Borch.
—En realidad, llamaba a otra cosa —su buen humor le va a durar poco, sabe que no hay manera que su mujer viva. —tengo a alguien que desea despedirse —continúa en silencio pese a lo delicado de lo que sigue —creo que Madeline no desea despedirse de ti Kevin ¿Qué le hiciste?
—Buen intento Borch, pero Lukas la envío lejos...
—Y a ti te obsequio un vuelo clandestino, lo sé.
Su sonrisa se esfuma cuando siente la avioneta despegar y de la parte delantera un hombre en traje oscuro, con una cinta en su brazo negra, se detiene a pocos pasos de la puerta de la avioneta.
—¿Qué es peor que morir a través de otro cuerpo Kevin? —ante su silencio sigue hablando —te lo diré. Saber que vas a morir cuando tu cuerpo impacte el suelo, al ser lanzado de una altura considerable. Fue de mis primeras lecturas en inglés... —se aclara la garganta, mientras Kevin se ha quedado en una pieza, viendo al hombre avanzar a la portezuela del pequeño aeroplano —"tu velocidad en ese momento será de unos 193 kilómetros por hora, y llegarás a ese punto tras una caída sorprendentemente breve: solo 460 metros, más o menos la misma altura que la Torre Willis de Chicago. La misma velocidad significa que golpeas el suelo con la misma fuerza. La diferencia es el reloj. El cuerpo se encuentra con la acera en 12 segundos."
—Tengo dinero para pagarte —le ruega al hombre frente —el triple —el individuo lo observa sin decir nada y quien le responde es el hombre detrás de la línea.
—Disfruta el viaje al infierno White, cada metro que desciendas rogaras morir de miles de maneras, no así. Querrás que el tiempo regrese y no podrás —calla un instante y se escuchan dos detonaciones y cierra los ojos. Madeline... —mientras lo haces, recuerda que todo sería diferente si me hubieras invitado a un café u obedecido. Les dije que Mia era de mi propiedad ¿Por qué no obedecer?
Cuelga la llamada en el momento justo en que es tomado por el cuello y apoyado en la portezuela del objeto. Una mirada por la ventana observa los árboles como pequeñas hormigas justas debajo de ellos.
¿Cuál fue la última vez que oró?
—¿Qué sucedió con Madeline?
—Te espera abajo —le dice el miserable en un mal manejo de su idioma y lanzándolo al vacío.
Hola, chicos.
La historia que sigue es la de Akim, la de NIkolái es la última y el final de esta saga
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