Lo que leerán a continuación, no tiene nada que ver con la historia, es solo un especial.

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—Buenos días, bebé —el alfa le dio un beso en la frente.

—Días, porque bueno me quedó el desayuno, vamos —el omega sonrío y bajó al comedor seguido por Su-hyeok.

—Se ve delicioso, amor.

"Obvio, lo preparamos nosotros, ¿Qué esperabas?" —habló divertido el lobo del omega.

La pareja se sentó a desayunar entre risas.

—Te tengo una sorpresa —mencionó Su-hyeok.

—Yo también te tengo una, pero es para más tarde, así que, vamos por la tuya primero.

—De acuerdo, mi omega —se dieron un besito tierno y suave.

—Ire a cambiarme —avisó el omega.

—Te espero, por cierto, nos encontraremos con Onjo, Nam-ra y el pequeño Soobin.

—Bien —sonrió y desapareció por las escaleras.

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—¡Tío Sannie, tío Hyeokie! —un niñito de 4 añitos saltó a los brazos de su tío omega.

—Binnie, ¿Cómo estás? —preguntó enternecido el alfa.

—¡Bien!

—¿Dónde están mamá Onjo y mamá Nam-ra? —interrogó esta vez el omega.

—Ahí —apuntó con su dedito.

—¡Soobin! —llegó la alfa corriendo —No vuelvas a irte así —regañó.

—Binnie, que susto me diste —apareció Onjo.

—Lo siento, mami —agachó la cabecita el pequeño.

Unos meses después del matrimonio de Onjo y Nam-ra, la omega quedó embarazada y dió a luz a un lindo cachorrito, el cuál llamaron Soobin.

—Bueno, ya no lo regañen que me lo ponen triste —puchereó el alfa —Ven, Binnie, vamos a jugar.

—¡Yeihh! —el cachorro saltó de los brazos del omega al piso para salir corriendo en dirección al parque junto a Su-hyeok.

—¿Aún no le dices, verdad? —preguntó Onjo a su amigo, Nam-ra frunció el seño.

—No, pero hoy se lo diré, ya tengo todo preparado, espero le guste.

—¿Qué traman ustedes dos? —la alfa les dirigió una mirada seria.

—Mm... No es nada malo, no te preocupes, pronto lo sabrás, estoy seguro de que Su-hyeok te lo contará mañana —Nam-ra asintió dudosa.

—¡Oigan! —todos llevaron su atención a Su-hyeok, quien venía solo.

—¿Dónde está Soobin? —preguntó la omega.

—Mm...

—Su-hyeok, ¿Dónde está mi hijo? —Nam-ra alzó un poco la voz.

—Estabamos jugando a las escondidas, me tocaba contar a mí y no lo encuentro.

—¡¿Perdiste a Soobin?! —el alfa asintió y cerró los ojos esperando el golpe que de seguro le daría Onjo pero este nunca llegó.

Cuando abrió los ojos, se dió cuenta de que estaba solo, la alfa y los dos omegas salieron disparados a buscar al pequeño apenas se enteraron, aunque de seguro Nam-ra le daría tremenda paliza cuando encontraran al cachorro.

Luego de una larga búsqueda de treinta minutos, encontraron al pequeño escondido entre los arbustos.

—Soobin, ¿Por qué no saliste cuando te llamé? Estaba muy preocupada.

—Tío Hyeokie me dijo que no saliera hasta que él me encontrara —contestó inocente el niño.

—¡Voy a matarte, Su-hyeok!

—Ay, Nam-ra, tú siempre dices "no a la violencia".

—Contigo haré una excepción —el alfa pegó un grito al cielo y salió corriendo siendo perseguido por Nam-ra.

—¿Va a dejarme viudo? —preguntó con temor el omega.

—No, puede que necesitado de una operación pero nada grave —sonrió Onjo.

—Oh, bueno, ¿Quieren helado? —Cheong-san.

—¡Siiii! —respondieron al unísono los contrarios.

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—¡Nam-ra arruinó mi bello rostro! —chilló enfadado el alfa.

—Solo te hizo un pequeño corte en tu mejilla, no es para tanto, además esa herida te hace ver más sexy —comentó el omega.

—¿En serio? —Su-hyeok se volvió a observar en el espejo.

—Si —el omega desapareció nuevamente por las escaleras al baño.

Luego de la golpiza que le dió Nam-ra a Su-hyeok, llegaron Woo-Jin, Dae-su, Ha-ri, Mijin, Gyeong-su e I-sak, pasaron la tarde jugando y contando una que otra anécdota divertida de sus vidas.

Al llegar la noche, se despidieron y cada pareja tomó rumbo a su casa.

—¡Su-hyeok! —llamó el omega desde la habitación, el alfa fue corriendo preocupado a ver que sucedía.

Al abrir la puerta, no encontró a su omega, divisó en toda la habitación y solo halló una cajita con una nota sobre la cama.

La hojita decía:
"Feliz día de San Valentín, amor"

Su-hyeok tomó la caja entre sus manos y la abrió, sus ojitos se llenaron de lágrimas en ese instante. El omega apareció por detrás.

—¿Te gustó? —preguntó con timidez.

—No, me encantó, ¿Es en serio? ¿Cómo? ¿Cuando... —San puso un dedo sobre los labios de su alfa en señal de que se callara.

—Me enteré hace tres días en la casa de Onjo, estaba pensando como decírtelo y la mejor manera que se me ocurrió fue esta —explicó sonrojado.

—Te amo, Cheong-san, no sabes que feliz estoy, muchas gracias —besó apasionadamente a su omega.

—Yo también te amo, alfa —dijo en medio del beso.

Fotito del regalo:

La imagen no es mía, créditos a quien corresponda.

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¡Feliz día de San Valentín!＼(^o^)／.
Holiss! Disculpen, estaba editando el cap 5, en eso mi gatito saltó sobre mí haciendo que soltara el celular y se publicara el cap T-T, no se preocupen, en una hora la subo :D

ꨄ︎A̶n̶i̶a̶»