San divisó a su alrededor, había comida ahí, de seguro sus compañeros han de tener hambre, salió de la habitación, las miradas de los demás inmediatamente se posaron sobre él.

—Aquí dentro hay comida, es hora de que recarguen energías —todos se limitaron solamente a asentir e ingresan al almacén para sacar los suministros.

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—Tenemos que ir a la azotea para poder pedir ayuda.

—¿Y cómo llegaremos hasta ahí?

—Mm... Con ayuda de esto —toma la cámara.

Siguiendo el plan, arman una barricada en el medio del salón. Una vez lista...

—¿No vendrán de este lado? —pregunta Dae-su —Dejamos un espacio.

Onjo asiente y cruzan del otro lado, ella, Nam-ra y Su-hyeok.

—¿San?

—Alguien debe abrirles —responde frío.

—Bueno —Su-hyeok regresa junto al menor —te ayudaré.

El omega simplemente lo ignora y se dirige a la puerta, sin calcetines lo sigue con unas sillas para ponerlas frente a la puerta.

—¿Por qué Gwi-nam te busca?

El menor detuvo abruptamente sus movimientos, pensó en si decirle la verdad o no.

—Fui el único que lo vió cuando mató al director —trato de hacer como que no le importara, el alfa quedó sorprendido —. Listo.

Terminaron de acomodar los bancos, era hora de abrir la puerta, Su-hyeok la abrió y la música empezó a sonar, alfa y omega cruzaron al otro lado por el hueco en la barricada y después la taparon.

Los zombies no paraban de llegar, los estudiantes hacían ruido con algunos instrumentos para atraerlos.

—Ya está, vamos —avisó Woo-Jin.

De uno en uno empezaron a salir, hasta solo quedar Su-hyeok, Cheong-san y Dae-su.

—Vamos, ¿Qué esperan? —apresuró Woo-Jin, omega con dulce aroma a sandía.

—Cheong-san, ve tú —dijo sin calcetines.

—A la cuenta de tres —contradijo el menor —uno... dos... tres...

El omega sujetó a Dae-su ayudándolo a salir ya que este parecía estar pegado a la barricada. Corrían por los pasillos vacíos en dirección a la última planta. Al llegar, estaba cerrado.

—No, no, no, tiene clave —la desesperación los invadió, no tenían idea de que hacer, comenzaron a empujar la puerta con fuerza más se negaba a abrirse.

Los zombies comenzaban a llegar, Su-hyeok y Cheong-san recogieron palos para defenderse.

—Llegaron —Nam-ra.

Los muertos andantes aparecieron por las escaleras poco a poco, los que iban delante era empujados y atacados por sin calcetines y el menor.

Nam-ra para menorar el trabajo y aumentar el tiempo, tiró un plástico que con ayuda de Onjo, Ji-min, Hyo-ryung y Dae-su sostuvieron, evitando que muchos zombies avanzaran hacia ellos. Joon-young y Woo-Jin seguían intentado abrir la puerta.

La situación empeoró cuando Gwi-nam hizo aparición, el omega se congeló. El matón pasaba por el lado de los zombies como si fuera invisible.

—Te estaba buscando, Cheong-san —habló fingiendo ternura. Su-hyeok gruñó, su lobo estaba listo para salir al ataque si era requerido.

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—Yo vigilaré al bebé y tú a Se-bin, ¿Okey? —el omega hizo un sonido en afirmación mientras terminaba de poner la cinta al rededor del brazo de la pequeña niña.

—Listo —Ho-chul y el detective cruzaron miradas para darse seguridad.

—Andando.

[…..]

—Siiii, lo logramos —festejaban ambos policías luego de lograr escapar con éxito de las calles infestadas en la motocicleta.

—¡Ayuda! —Jae-ik oyó un pedido de auxilio.

—Ho-chul, para —ordenó.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Solo hazlo —el omega obedeció confundido.

—¡Oigan, por aquí! —fijaron su visión en la persona que gritaba, estaba en el techo de un jardín de niños —ayudenme, por favor.

—Lo siento, estamos ocupados, vuelva otro día —dijo Ho-chul, no quería que el alfa estuviera cerca de ese chico porque también era omega.

—Ho-chul —regañó el detective —no podemos dejarlo ahí.

—Tu no puedes, yo sí.

—Toma —le entrega al bebé.

—¿Qué vas a hacer?

—Rescatarlo —empieza a trepar la cerca para llegar al techo.

Para su mala suerte, los zombies reaparecen y asustan al omega.

—Apresúrate.

—¿Te encuentras bien? —Jae-ik pregunta al tipo con gorro naranja.

—No, me torcí el tobillo.

Ho-chul al percatarse que el alfa lo ignoró y los muertos andantes siguen acercándose, decide irse junto a los niños.

—Yo me voy de aquí —gruñe y arranca.

—¿Qué? ¡Ho-chul! ¡Ho-chul! —no recibe respuesta.

—Parece que tú omega te abandonó, no te preocupes, yo te haré sentir mejor —el chico le dió una mirada típica de un tigre cuando está por cazar a su presa.

"Esto te pasa por ayudar a cualquiera" —regaña el lobo del detective y este no puede evitar sentir un poco de temor.

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"¡Oye, detente!" —era turno del lobo de Ho-chul regañarlo —"Dejaste a nuestro alfa."

¿Nuestro? ¿Ese alfa?, por favor, ten mejores gustos.

"Eso debería decir él" —el lobito rodó los ojos.

¿Disculpa? El quiso quedarse.

"No, tú lo abandonaste"

Tenía que ver por los niños, ese omega hubiera tardado un montón en bajar y para eso ya estaríamos zombificados.

"¿Y si ese omega quiere sobrepasarse?"

¡No, eso no! —detuvo la motocicleta.

"Lo ves, debes volver, además, ¿piensas cuidar tu solo a estos niños e ir a la escuela Hyosan por tu cuenta? Te conozco y déjame decirte que no llegarás ni a la entrada del instituto."

Bien, como tú digas, ¿Qué hago?

"Debes buscar otro vehículo, en este no se podrá, algo más seguro."

El omega buscó a su alrededor, ¡Bingo! Encontró lo que necesitaba.

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Tiró al alfa al piso y se acercó amenazante al omega, pero fue interrumpido por Nam-ra, la presidenta entró en un estado medio zombie pero conservando la razón, empezó a ahorcar al matón y lo aventó junto a la horda de zombies.

—¡Se abrió! —exclamó alegre Woo-Jin, la puerta de la azotea por fin estaba abierta pero para su mala suerte, cuando salieron, el helicóptero militar había partido del lugar.

Por mas que gritaron, no fueron escuchados, Cheong-san y Su-hyeok fueron los últimos en salir cerrando la puerta tras de sí.

Estaban agotados, pero no se rendirían, decidieron hacer una señal de ayuda por si otro helicóptero se aproximaba.

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—Ven, precioso alfa, te haré olvidar tu nombre.

—¡No, aléjate, pervertido! —el detective trataba de alejarse de aquel tipo raro que por alguna razón decidió salvar, desearía haber hecho caso al omega.

—Vamos alfa, no seas malito.

—¡No!

"¡Ayuda! ¡Ese omega está loco!" —chillaba el lobo del detective en su interior. De pronto, llegó su salvación.

Una bocina se oyó, Ho-chul apareció con un bus.

—¡Suban! —exclamó.

El detective no dudó en saltar.

—¡Listo, vámonos!

—No, esperen, falto yo —se quejó el omega de gorro naranja.

—¡No! Ho-chul, arranca —ordenó.

—Pero déjalo que suba, tú fuiste el que quiso salvarlo —al omega le divertía la situación.

—Allí voy —se tiró al techo del bus.

Luego de esto, no volveré a ofrecer ayuda a nadie —le dijo a su lobo.

Los zombies aparecieron de nuevo y Ho-chul arrancó el vehículo.

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Comenzaron a cantar alrededor de la fogata siguiéndole a Dae-su, por un momento todos sus problemas desaparecieron, sentían que nada de lo sucedido había pasado, el sentimiento no duró mucho.

—Juguemos verdad o reto —sugirió Hyo-ryung.

Giraron la botella.

—Va, Onjo, ¿verdad o reto? —empezó Woo-Jin preguntando a la omega.

—Mm... Reto.

—Te reto a que nos cuentes algo muy malo que hayas hecho, después de todo, nada saldrá ya de aquí.

—Mm... yo... yo... —iba a admitir sus actos frente a todos —Traicioné la confianza y revelé el secreto íntimo de una de las personas más importantes para mí —llevó su vista a San —y todo por un capricho.

El lugar se tensó. El menor estaba confundido, ¿Se refería a él? Pero el único secreto que tienes es... Es...

—¿Es... lo que creo? —preguntó con temor, su amiga asintió con culpabilidad —¿A quién? —su voz se volvió fría.

—Nam- Nam-ra —confesó y la mencionada supo de que hablaban, los otros miraban confundidos y con curiosidad.

A Cheong-san se le vino a la mente el único momento en el que estuvo cerca de la alfa, el día que bajaron a la sala de transmisión y la presidenta lo abrazó, no podía creer que fue solamente para confirmar si era omega o no.

Se levantó molesto y se alejó de la fogata para ir al balcón, estaba empezando a tener calor y un dolor se instalaba en su abdomen. Onjo lo siguió.

—Cheong-san, lo siento —exclamó triste.

—¿Por qué lo hiciste? ¡¿Quién te dió permiso de contarlo?!

—Sé que estuvo mal y me arrepiento, perdóname ¿Si?

—No puedo decirte que te perdonaré así nada más, te confíe un secreto porque pensé que éramos amigos de confianza, no creí que correrías a contárselo al primer alfa que se te cruzara en el camino —sin más, se alejó dejando sola a la omega.

Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos, sabía que estaba mal lo que hizo y ahora se arrepentía, si tan solo pudiera regresar el tiempo y evitar todo mal que intentó hacerle a su amigo.

En medio de su lamento, no se percató de una presencia peligrosa, Gwi-nam apareció por el balcón.

—Hola, pequeña —sonrió y la omega soltó un grito alertando a todos. La agarró del cuello y apretó para ahorcarla.

—¡Onjo! —Cheong-san separó como pudo a su amiga del matón y esta vez fue su turno de ser ahorcado. 

—¡Cheong-san! —Su-hyeok corrió al rescate de su omega.

Una pelea empezó, la ventaja era para Gwi-nam hasta que... Una flecha impactó en la espalda del amenazador y alguien con la misma fuerza que él, lo aventó provocando que se estrellara fuertemente con el piso.

Eran Ha-ri, Mijin y ........

—¿Gyeong-su...?

—Cheong-

Su mejor amigo trató de acercarse pero un fuerte aroma a vainilla con miel se disparó por todo el lugar, el olor empezó a marear a los omegas y enloquecer a los alfas. Cheong-san entró en celo.

"¡Mío!" —exclamaron todos los lobos de los alfas presentes.

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Disculpen si el aroma no resultó ser lo que esperaban, me puse a buscar todos los aromas posibles para un omega y ese fue el único que me convenció :c.

Vamos cerca al final, dos capítulos más y se acaba la historia (ᗒᗩᗕ).

ꨄ︎A̶n̶i̶a̶»