✿03✿
—¿Cómo que viste a Cheong-san? —pregunta Onjo.
Los 5 adolescentes decidieron sentarse a escuchar lo que Su-hyeok tenía que decir, así que, se reunieron en los sillones de la gran sala.
—Desde que salí, mi lobo no dejaba de decirme que sentía a alguien, al principio no lo entendí, pero mientras más me acercaba al lugar donde mi lobo me indicó, pude volver a olfatear el aroma de mi omega, entonces comprendí.
—¿Y dónde está? —Woo-Jin.
—Cuando yo entraba, el iba de salida y chocamos pero no volteó a mirarme y no pude verle a la cara, se fue. Traté de ir por el, pero me ganó, tomó un taxi y se marchó.
—Entonces, ¿No lo viste a la cara? —Su-hyeok negó.
—¿Crees que es divertido? —el tono de Gyeong-su reflejaba enfado —Pudo haber sido otra persona y lo confundiste, nos ilusionaremos por las puras.
—Pero sí era él, yo lo vi.
—No lo viste —Su-hyeok no pudo contradecirlo, era verdad, él no vio la cara del omega ni tampoco el de la pequeña niña, solamente los olfateó.
Sin ganas de discutir, se levantó y caminó para encerrarse en su habitación azotando la puerta, los que quedaron en la sala soltaron un suspiro cansado.
—¿Creen que en serio lo haya visto? —Woo-Jin rompió el silencio que se había formado entre los presentes.
—No estuvimos ahí, no lo sabemos —respondió Nam-ra.
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—Cheong-san, no compraste mis dulces —se quejó la alfa mientras rebuscaba en la alacena — ¿Cheong-san? Te estoy hablan- —sus palabras se perdieron en el aire al encontrar al nombrado sumido en un profundo sueño.
Nadie dijo que la paternidad era fácil y mucho menos cuando tu pareja no está a tu lado.
Eun-ji vió la escena con nostalgia, el cuerpo del omega reposaba cansado en el sillón, al lado de este, la pequeña Mi-suk jugaba curiosa con una varita en forma de corazón.
—Mi-suk —atrajo la atención de la cachorra —¿Te gustaría ir de compras conmigo? —la niña sonrió en respuesta y se bajó del sillón.
Eun-ji le devolvió la sonrisa, agarró una manta doblada en un sofá individual y cubrió con ella a San, luego, cargó en sus brazos a Mi-suk y salió de allí.
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—Bien, veamos, ¿Qué tal esto, Mi-suk? —mostró una bolsa de marshmallows a la cachorra y ella aplaudió y asintió —Okey, creo que eso es todo, si llevamos de más, tu padre nos hará devolverlo.
Eun-ji se quedó viendo que último dulce llevar, en ese descuido, un joven alto y de piel morena captó la atención de la pequeña niña, rió y se encaminó hasta dicho chico.
Cuando llegó a su lado, se aferró a la pierna del extraño con fuerza y con dificultad pronunció —Pa-pá.
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Gyeong-su sintiéndose culpable por haber sido algo duro con Su-hyeok, va a buscarlo a su habitación.
—Hyeokie, lo siento, no era mi intención tratarte así, perdóname.
El alfa recostado en la cama, se sienta y le dirige una mirada tranquila.
—No te preocupes, en parte tenías razón, creo que lo confundí con otra persona —dijo con desilusión.
Gyeong solo atinó a mirarlo con tristeza, luego una idea cruzó por su cabeza.
—Iré a comprar ingredientes para la cena, ¿Me acompañas? No quiero ir solito —hizo cara de perrito regañado, el contrario rió.
—Bien, vamos.
Avisaron a las chicas y salieron.
—¿Qué compraremos primero? —Su-hyeok preguntó, una vez que cruzaron por la entrada del minimarket.
—Mm... —Gyeong-su sacó un papelito doblado de su bolsillo —nos mandaron a comprar para todo un mes al parecer —dijo al ver la cantidad de productos anotados —toma un carrito, esto será largo.
El otro acató la orden y empezó a empujar uno de las cestas con ruedas que ofrecía el lugar, estaban pasando por la sección de golosinas cuando sintió que una fuerza en su pierna izquierda lo detenía.
Paró su andar y llevó su vista hacia abajo, una linda niña con piel morena como la suya, ojos color avellana, su cabello negro y recogido en dos coletas le saludo con una sonrisa.
—Su-hyeok, ¿Qué espe.... ¿Qué es esa cosa? —apuntó a la cachorra.
"Una muy linda y tierna pequeña" —chilló de ternura el lobo de sin calcetines.
—No es una cosa, es una niña —Su-hyeok cargó a la niña que no dejaba de sonreírle, esa sonrisa le recordaba mucho a alguien.
—¿Y que hace aquí? —siguió interrogando Gyeong —¿Te perdiste princesa? —se dirigió esta vez a la cachorra.
Mi-suk ignoró olímpicamente al hambie y le trató de hablar al alfa que la sostenía, pero su condición se lo impedía, por lo que optó por pronunciar algo corto y entendible.
—Pa-pá.
La nostalgia invadió a ambos chicos, Su-hyeok sintió una conexión y deseo de proteger a la cachorra en sus brazos. Gyeong-su miraba la escena con tristeza, esos dos transmitían un aura de inocencia y cariño.
De repente, una voz gritó, los tres se vieron obligados a buscar el lugar de procedencia. Una chica furiosa y preocupada apareció frente a ellos, Gyeong-su jaló a la cachorra y a Su-hyeok detrás de él en señal de protección, la chica era un hambie, no dejaría que los dañara.
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—Lo encontré —chilló alegre Eun-ji al tener en su poder una caja de sus chocolates favoritos, lo metió en su carrito —listo, vámonos, Mi-suk —volteó a ver a la niña, para su sorpresa, no estaba —¿Mi-suk? ¡Mi-suk!
Dejó el carrito de lado y comenzó a buscar a la cachorra, para su suerte, alcanzó a divisarla en los brazos de un alfa, el rostro de este se le hizo conocido, ¿Dónde lo había visto?
—¡Mi-suk! —gritó mientras se aproximaba al chico que tenía a la hija de su amigo, vio como un hambie los puso detrás de él evitando que ella se acercara a la niña.
—¿Qué quieres? —le preguntó Gyeong-su.
—¿Qué quiero? Son unos secuestradores, devuelvanme a la niña —pidió.
—¿Secuestradores? Pero si la niña vino sola, a mí me parece que usted la perdió —Su-hyeok.
—Si la perdí o no, no es asunto suyo, démela.
—¿Cómo sabemos que la secuestradora no eres tú? —acusó el otro hambie, Gyeong-su.
—¿Disculpa? O me devuelven a la niña o llamo a la policía.
—Bueno, llámala —Su-hyeok por alguna razón se portaba protector con la cachorra.
—Ti-a U-Ji —dijo Mi-suk atrayendo la atención de los tres jóvenes.
—¿Lo ve? Ven, pequeña —le arrebató a la niña —Sukie, no vuelvas a irte así, tu papá va a matarme si se entera de que te perdí.
Y como si lo hubiera invocado, el celular de Eun-ji sonó, pronto se convirtió en el centro de atención de ambos alfas. Contestó la llamada.
-Eun-ji, dime que tienes a mi bebé —era San.
-Si, está aquí conmigo.
-¿Como se te ocurre salir sin avisarme?
-Ya, no te preocupes, vamos de regreso.
-Bien —la llamada finalizó.
—Bueno, con permiso —dijo a los alfas enojada, pero antes de poder dar siquiera un paso, Mi-suk volvió a hablar.
—Pa-pá —Eun-ji recordó en ese momento, el chico moreno frente a ella era el mencionado en la segunda etiqueta que traía consigo San cuando lo encontró.
—Su-hyeok... —susurró no tan bajo.
—¿Lo conoces? —preguntó Gyeong-su, su audición aumentada era una de las ventajas y desventajas de ser hambie.
—No, a- —estaba por despedirse cuando olió el dulce aroma de la sangre, venía del chico moreno, el olor sacudió todos sus sentidos y antes de hacer algo inapropiado frente a la niña, salió corriendo hacia su carrito y directo a la caja para pagar.
Aquella acción hizo a Gyeong-su alertarse y fruncir el seño, intercambio miradas confusas con su amigo.
—Mejor, terminemos con las compras —sugirió y sin calcetines asintió.
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—Por fin llegan, ¿Como se les ocurre irse así? Me puse como loco a buscar a mi bebé por toda la casa —San tomó a su niña en brazos y esta solo rió.
Por otro lado, el cuerpo de Eun-ji daba pequeños temblores, estaba sumergida en sus pensamientos con la mirada perdida.
—Voy a salir —dijo de repente y regresó a la puerta ignorando el saludo de Sunny -quién iba de llegada- al salir.
—¿Qué le pasa? —preguntó la mayor, el omega solo frunció el seño.
—¿Puedes cuidar a Mi-suk un rato? ya vuelvo —le entregó a su hija, tomó su abrigo y salió detrás de la chica.
—Parece que tenemos la casa sola, pequeña —la niña sonrió alegre y comenzó a dar pequeños saltitos en los brazos de su cuidadora.
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Gyeong-su y Su-hyeok iban de regreso a casa con las bolsas en mano cuando escucharon la voz de una mujer pedir ayuda en el fondo de un callejón.
—¿Escuchaste eso? —le dijo al hambie.
—Eso debería preguntar yo —respondió.
Ambos amigos se adentraron en la oscuridad de aquel sitio, al llegar al final, chocaron con una pared, el camino no tenía salida y no había nadie.
Giraron para regresar cuando una presencia se hizo notar empujando a Gyeong-su y acorralando a Su-hyeok.
El hambie se levantó rápido para ayudar a su amigo, una pequeña luz los alumbró dejando ver el rostro de aquel desconocido, era Eun-ji.
Los dos hambies comenzaron a pelear, la chica llevaba la delantera, ella se había alimentado de algunas personas en ciertas ocasiones, en cambio, Gyeong no.
Cuando el hambie cayó al piso inmovilizado por un momento, la chica aprovechó para acercarse a Su-hyeok, pero otro cuerpo se interpuso en su camino.
—Detente, Eun-ji.
—Cheong-san, no te metas —ordenó.
Los otros dos alfas quedaron desconcertados y en shock.
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ꨄ︎A̶n̶i̶a̶»
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