Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Los pastelitos

Por Aladeriva-


Los vendedores ambulantes, sean de velas, empanadas o pastelitos, siempre están presentes en las cartulinas de las aulas o los actos escolares que se realizan en fechas patrias. Sobre todo si se trata de la Revolución de Mayo.

Una imagen clásica.

Y si te fijas ahí están los vendedores, entre la multitud, con sus pastelitos calientes sobre la cabeza. Ya sean de membrillo o de batata, estén pintados por crayones o plumas más realistas, no pueden faltar, porque son parte del folclore local:

Pero volviendo un poco a la historia y el colegio y lo que me dijo la maestra, el 25 de Mayo de 1810, un grupo de patriotas se hartaron y dieron el primer paso para independizarnos de la colonia española. Quizá no dijo hartar, pero seguro lo pensó. Todos lo pensamos.

¿Por qué osamos querer ser independientes?

Hay más de una razón. Pero se habla mucho del monopolio que ejercía España sobre el comercio, el interés de los criollos por intercambiar directamente con cualquier territorio y el hecho de que los principales cargos políticos estaban en manos de españoles.

Así, durante la mañana del 25 de mayo, una multitud se concentró en la Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo), liderados por Domingo French y Antonio Beruti (sí, los que repartían escarapelas a lo loco, porque necesitábamos un símbolo) y reclamaron la renuncia definitiva del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y la formación de una junta de gobierno. La cual quedó integrada por calles y billetes:

Si bien todavía faltaba, por algo se empieza. Ya estábamos encaminados. Así que varios años después, durante el Congreso de Tucumán, se declara formalmente la independencia. Hablo del 9 de julio de 1816.

Por eso en esas fechas patrias, y varias otras, se suelen consumir y preparar comidas tradicionales.

En el caso de los pastelitos, los ingredientes eran los típicos de la cocina colonial. Una base de harina amasada con agua y grasa y un corazón de dulce que seguramente sería casero. Es muy probable que su forma fuera más redondeada, como una especie de bolsita y la cocción se realizara en grasa.

En la actualidad existen dos versiones que se diferencian por el tipo de masa utilizada: una es similar a la empanada y otra es hojaldrada, en capas. Ambos pastelitos están rellenos con dulce de batata o de membrillo, incluso dulce de leche, y se presentan cubiertos de azúcar, granas o coco rallado. La masa se corta en cuadrados, dos por pastelito. Un cuadrado se utiliza para la base, donde se coloca el dulce y luego se humedecen las puntas. El otro se coloca como tapa, de forma tal que no coincidan los extremos. Los tradicionales se fríen en aceite, pero hay personas que prefieren hacerlos al horno.

Al finalizar, se pintan con almíbar y miel. Por esta razón hay quienes lo relacionan con el postre de origen oriental llamado baklavá. No hay que olvidar que la gastronomía argentina también es resultado de la fusión de culturas con la que se formó el país.

Los pastelitos tienen hasta su propia fiesta, por algo son un clásico de nuestra cocina.

En el año 1907, en un pueblo ferroviario llamado Gouín, perteneciente al partido de Carmen de Areco a 150 km de Buenos Aires, se celebró un remate importante y el martillero invitó a un gran asado. Fue tanta la gente que llegó que la comida no alcanzó. Entonces un pastelero de la zona apareció, triunfal, con una canasta llena de pastelitos y salvó el día. Panza llena, corazón contento.

Tal acontecimiento (años después) le dio una idea a Ramón Bereterbide, un habitante de origen vasco, que convenció mediante dos docenas de pasteles, al alcalde del pueblo de hacer la «Fiesta Provincial de Pastel». La cual se celebra desde 1995, y hasta el día de hoy, durante la primera quincena de diciembre. No está de más decir que en ese primer encuentro participaron unas dos mil personas. Valió la espera.

La fiesta dura tres días. El día viernes se ponen las manos en la masa, el sábado se entregan al jurado y el domingo se emite el veredicto al mejor pastel. Durante este tiempo se realizan distintas actividades: concursos, destrezas criollas y desfiles. Además se instala un patio de comidas donde se puede degustar y comprar todo tipo de delicias regionales. La actividad central es la elección de la Reina del Pastel y las princesas. Y no está bien ni mal, es sólo una tradición más y si ellas quieren ser reinas y princesas, genial. Cada una debería hacer lo que se le cante. Porque la libertad es individual y no lo que dicta el resto.

La entrada al evento es libre y gratuita. Cualquiera que quiera participar, tanto de la elección de Reina como de los concursos de pastelería, puede hacerlo sólo con anotarse. Cada año el jurado, compuesto por pasteleros, panaderos y cocineros de renombre, corona al ganador del Pastel de Oro. Re dulce todo.

De esta forma los pastelitos se convirtieron en un plato habitual y distintivo del pueblo de Gouín. El turismo se fortaleció y la población creció. En el 2001 la población era de ciento treinta y cuatro habitantes y por varias décadas se mantuvo en el mismo número. Sin embargo, durante la fiesta el lugar recibe a muchísimos turistas y la cifra se agranda hasta llegar las diez mil personas. De no creer.

Y todo por unos pastelitos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro