Capítulo 14.
Luego de haber estacionado hace cuatro días frente al conjunto residencial de Stella, salió involuntariamente invitarla a comer a mi apartamento, al ver lo tensa que se había colocado añadí que Sammy y Theo estarían allí... cosa que era una total mentira porque aún no los había llamado; la palabra clave en esa frase es el aún. Por lo que apenas ella bajó del jeep aceptando mi proposición, llamé a Sammy y le dije que sacaría a su esposo del sofá el domingo para una cena en la cual su mejor amiga era la invitada principal. Samantha chilló de felicidad, no les miento cuando digo que un zumbido invadió mi oído luego de que ella soltara aquel grito emocionado.
Por consiguiente a esa invitación ahora me encuentro preparando un pollo a la naranja, sin poder evitar ver la pared mal pintada de rojo, son estos momentos que realmente no aprecio a Marie Lou, ahora puede que pase una gran vergüenza por el estado de mi cocina. Este lugar es mi santuario, amo cocinar, tenga ánimos o no, la cocina es una manera de escapar de la realidad y de la monotonía. Creo y disfruto en el lugar, por eso es que me enoja tanto que Marie Lou no haga uso de su cocina y tenga que venir a la mía para arruinarla.
Luego de aliñar correctamente el pollo lo coloco dentro del horno y fuera arreglo el temporizador, ya para cuando mis invitados estén llegando el señor pollo debe estar dorado y casi listo. Tomo algunos vegetales de la nevera para preparar una ensalada y al estar ya todos los ingredientes debidamente cortados, los llevo al plato especial de ensaladas.
El timbre suena por lo que no presto atención en llevar el plato a la nevera si no que camino rápidamente a la puerta rogando dentro mí que Marie Lou no se le haya ocurrido venir hoy. No la invité, si lo hubiese hecho la muy hija de su padre estaría aquí incomodando a Stella y por supuesto compartiendo cosas vergonzosas sobre nosotros de niños, específicamente más de mí.
No miro por la mirilla, abro directamente la puerta dejando en presencia a mi mejor amigo con su usual sonrisita socarrona pero no hay algún rastro de su esposa.
—¿Y Sammy?
Él me mira ofendido, entrando como Pedro por su casa al apartamento, dejándome atrás.
—Claro, ahora todo se trata sobre Sammy. Amo a mi esposa, pero se supone que tú y yo tenemos una conexión más fuerte.
—Realmente no me interesa nuestra conexión en estos momentos, Theo. Quiero saber dónde está tu esposa porque ella puede tranquilizar mis nervios, tú solo los crisparas más—Cerrando la puerta entro nuevamente en la cocina aprovechando de meter la ensalada en la nevera.
Me volteo hacia mi amigo quien con ojo crítico mira la pared mal pintada de rojo. Está aguantando la risa, no bastaba con habérselo contado, tenía que verlo para seguir burlándose.
—Me encanta lo que le hiciste a tu cocina.
—Por esa razón prefiero a tu esposa, Theo—negando con mi cabeza, vuelvo a mis quehaceres en la cocina.
—Pues dejé a mi esposa con Stella para que ella no se perdiera—se defiende sentándose en uno de los bancos de la isla—. Ese día en el bar me distrajiste con las locuras de Marie y no me hablaste absolutamente nada de Stella y tú.
—No hay un Stella y yo.
—Todavía, pero estoy seguro de que pronto habrá un Stella y tú—declara él tratando de tomar uno de los plátanos fritos que estoy sacando de la sartén, le doy un golpe en seco—. ¡Auch! ¡Animal! Solo quiero uno.
—Espera al almuerzo, hay golosinas en la alacena si quieres amortiguar tu estómago.
Ni siquiera había terminado cuando salta de su asiento escarbando en la alacena, escogiendo de las diferentes golosinas que ahí se encuentran. Siempre mantengo la alacena de golosinas llena, me ayudan cuando estoy trabajando.
—Tal vez Stella es lo que necesites para que borres a Alana de tu sistema—me congelo pero rápidamente me recompongo. Miro a Theo para tratar de defenderme pero él me lanza una mirada de advertencia—.Ya discutimos millones de veces esto, Bam Bam, necesitas un corte, no estoy especialmente feliz de que lo hagas con la mejor amiga de mi esposa pero te quiero, hermano, y si ella es la indicada pues que lo sea.
—¿Por qué tanta aversión con que Stella y yo salgamos?
Con los brazos llenos de golosinas, Theo vuelve a su lugar en silencio.
—Porque pienso que si todo esto sale mal Sammy y yo quedaremos en medio de eso, suena egoísta pero siempre miraré por el bien de la familia que estoy formando con Sammy.
—No es egoísta, Theo—le tranquilizo, yo haría los mismo—. Es razonable.
—Sammy me ha dicho que Stella no es ni la quinta parte de cuando ella la conoció, era un desastre. Aprecio a Stella, es una excelente persona y una buena amiga para Sammy, pero también tengo miedo de que ella tengo un toque de locura y tú termines lastimado nuevamente.
Detengo mis movimientos en la sartén y miro fijamente a mi mejor amigo, aprecio que esté preocupado por mí, pero esta es mi batalla y yo solo debo ganarla.
—Mi padre no es el más sabio del mundo, eso tú lo sabes, lo conoces perfectamente bien. A pesar de todas las locuras que ha hecho durante toda su vida ha estado para mí en los momentos necesarios. Te preguntarás por qué te digo todo esto, ¿verdad?
—Algo, cuando me nombras a tu padre mis alertas de peligro se activan, ese viejo está igual de loco que tu hermana... Sin ofender.
—Pues a pesar de sus locuras estuvo ahí ese día de San Valentín. ¿Sabes que me dijo?—niega, me presta su total atención—. "La vida no sería vida si el sufrimiento no fuera parte de nosotros, el dolor es necesario, pero no debemos dejar que esté nos tumbe por completo, así que vive con él, Bam Bam, convirtiéndolo en la felicidad que necesitas."
—El viejo poético, ¿no?
—Mi padre tiene sus momentos—ambos reímos pero nuevamente me pongo serio—. Trato de que ese consejo esté siempre presente en mí. Puedo confesártelo, Alana aún está grabada con fuego en mi corazón, me da miedo admitirlo porque pienso que no he podido superarla y que nunca lo haré, que no he aprendido a vivir con el dolor como mi padre me lo dijo. Solo estoy en otro circulo vicioso en donde por momentos estoy sonriendo pero vuelvo a estar en ese pozo de dolor.
—Necesitas un remedio, Bam Bam, puede que Stella te ayude a curarte pero tú debes hacerlo solo y creo que sabes cómo puedes hacerlo.
—El problema es que aún no estoy listo.
—¿Y cuándo lo estarás Blake? ¿Cuándo ya no haya más oportunidad?
Saco los plátanos de la sartén y apago la estufa, ignorando las preguntas de Theo reviso el pollo y me aseguro de que este ya esté dorándose correctamente. No siento más la presencia de mi amigo por lo que pienso que se habrá ido a la sala.
Posando mis codos en la isla, oculto el rostro entre mis manos y doy paso a los pensamientos. Todos estos años de no aprovechar el momento, de negar todas las oportunidades que se me presentan, de ser solo una persona vacía. Es dolor y molestia mezclándose entre sí, pensar en la causante de todo me da tristeza, pero más tristeza me doy yo mismo.
El timbre nuevamente retumba en las paredes del apartamento por lo que me enderezo, ellas ya están aquí, ¿quién más podría ser?
—¡Theo bonito!
Ay no. No, no, no, no.
¿Qué hace ella aquí? Parece que celebré demasiado rápido.
Con mis brazos cruzados y con mi evidente ceño fruncido, camino hacia la sala encontrándome a Marie Lou abrazando con fuerza a Theo. Ambos se encuentra felices de verse, no se habían visto hace aproximadamente tres meses.
—¡Estás preciosa, pequeña!
—Y a ti, al parecer, te va bien el matrimonio—alaga Marie Lou moviendo sus cejas pícaramente después de cerrar la puerta a sus espaldas—. Se nota que Sammy tiene buena mano.
—Oh, no sabes cuánto, tiene las mejores manos del mundo.
—Eres tan cerdo como mi hermanito, Theo—Ella vuelve a abrazarlo. Theo y Marie se llevan muy bien, Sammy y Marie... ni les cuento, parecen hermanas encantadas de avergonzar a sus hermanitos menores—. Perdóname por no haber ido a la boda.
—Tranquila, sé que estuviste full de exámenes. Por cierto, ¿cómo te fue?
Mi hermana resopla dramáticamente antes de responder—: Fue una pesadilla pero creo que el esfuerzo valió totalmente la pena—Ella al percatarse de mi presencia, me mira con precaución formando ese puchero estúpido que siempre trae a reconciliarme con mi hermana por más enojado que esté—. Bam Bam...
—¿Qué haces aquí?——Voy al punto, mientras más rápido ella se disculpe, más rápido ella se irá.
—Sé que no debí usar tu cocina y mucho menos quemarla, sé que tampoco debí entrar a tu apartamento sin permiso en varias ocasiones y muchos menos pintar tus paredes de otro color que no sea blanco... perdóname, no me gusta que estemos peleados.
—Perdonada, ahora, ¿puedes irte? Theo y yo estamos ocupados.
Ella me mira ofendida y no pasa mucho tiempo antes de que empiece a llorar, Theo la mira divertido, él sabe tan bien como yo que son sus famosas lágrimas de cocodrilo. Esa niña no debería estar estudiando ingeniería, no entiendo como no aplicó para una escuela de actuación, lo más seguro es que ya estuviese trabajando en Hollywood.
—No seas así de malo conmigo—dice entre hipidos—, me estoy disculpando contigo.
—Ya estás perdonada, Marie Lou—me armo de paciencia para no salirle con una patada.
—¡Claro que no, no me estuvieras echando!
—Te estoy echando por algo importante.
—¡¿Qué es eso tan importante que hace que eches a tu hermana del apartamento?!
Como respuesta, ella obtiene el sonido del timbre, miro a Theo asustado, pero él no cabe en el regocijo. Su sonrisa me demuestra que está riéndose en lo más profundo de su ser.
—Eso es lo importante por lo que tu hermano te está sacando de su apartamento.
Marie Lou, deteniendo sus lágrimas, se dirige a la puerta y la abre con brusquedad mostrando a las dos hermosas mujeres detrás de ella, y yo deseando entre mí que hubiese sido el portero, mis deseos no fueron escuchados.
—¡Sammy!
—¡Marie!
Las dos mujeres se funden en un fraternal abrazo, dan un par de saltitos y sueltan uno que otro gritito, pero luego de eso no puedo captar nada a mí alrededor porque esos ojos marrones toman toda mi atención. Mordiéndose su labio inferior, Stella me hace un ademán con su mano en modo de saludo, se lo devuelvo con una sonrisa.
—¿Quién es ella?—interroga a mi hermana mirando a Stella con especial atención. Sammy toma de la mano a su amiga introduciéndola en el apartamento.
—Marie Lou, te presento a Stella Foster, Stella, ésta es Marie Lou Anderson.
Stella no le sonríe, solo extiende su mano esperando que Marie la tome pero mi hermana la mira con sus ojos completamente extendidos, deja caer su mandíbula y luego da paso de observarme.
—¿Ella es Stella?
No respondo de ninguna manera. Stella por su parte frunce un poco su ceño, algo típico de ella. Marie Lou vuelve su mirada a ella pero esta vez no es recibida por la mano extendida de Stella sino por su usual ceño fruncido. Marie Lou sonríe felizmente, da dos pasos al frente tomando desprevenida a la castaña cuando la abraza efusivamente.
—¡En serio no tienes los ojos claros!
Sammy se carcajea al lado de su esposo y éste le sigue, pero puedo captar cuando mi mejor amigo forma con sus labios la frase "Esa mujer está loca".
Stella a pesar del episodio extraño que está viviendo, ha relajado su ceño y le devuelve un poco reacia el abrazo a mi hermana. Marie Lou se separa de ella sonriéndole con sus ojos brillantes, cosa que me asegura que ella no se irá por nada del mundo, ni que la saque a patadas, ella no perderá la oportunidad de hablar con la mujer que me ha dado los ánimos de salir en citas nuevamente.
—¡Blake me ha hablado tanto de ti! Eres tan linda como me dijo que eras. ¿Es cierto que eres organizadora de eventos? ¡Eso es genial!—No le da tiempo a responder a Stella siguiendo con su efusividad—. ¡Amo las fiestas! Tal vez necesite una organizadora para mi fiesta de cumpleaños. Blake siempre me consiente y él lo pagará, pero no le digas, él aún no sabe.
—Marie, puedo escucharte a la perfección—intervengo pero ella no me presta ni la más mínima atención, ella sigue dando su diarrea verbal a la pobre Stella.
—¡Quiero que todo sea rosa! Amo el rosa con todo mi ser. El donador de esperma me regaló a los dieciocho un auto muy rosado. ¿Cuál es tu color favorito? ¡No me digas, no me digas! ¡Es azul! No ¡Verde! Mentira, es amarillo, o puede ser...
—¡Marie!
Al escuchar mi grito ella por fin se calla dejando solo escuchar las risitas de la recién pareja de casados. Me disculpo con la mirada con Stella pero ella solo me lanza una sonrisa reconfortable. Me acerco a ella para besar su mejilla saludándola correctamente.
—¿Cómo estás?
—Muy bien, Bam Bam, ¿Y tú?
—¡Ella te llama Bam Bam!—exclama sorprendida. Theo y Sammy parecen estar igual de conmocionados.
Tratando de evitar que la incomodidad se siga propagando, me encojo de hombros antes de cerrar la puerta del apartamento.
—No es gran cosa—digo restándole importancia al asunto, sé que debo despejar su atención sobre ello por lo que me preparo para formular la pregunta con la cual luego me arrepentiré—. Ahora dinos, ¿te quedarás o finalmente te irás de mi casa?
—Duh, hermanito, obvio me quedo—contesta con obviedad, se aleja de Stella finalmente acercándose a Sammy quien la sumerge en un nuevo tema de conversación. Miro a Stella aun situada a mi lado, ella hace lo mismo divertida.
—Ella sacó el mismo don tuyo de hablar de más cuando están emocionados o asustados.
—Mi padre dice que ella es mi viva imagen pero con tetas y buen trasero—cuento con algo de pesar—. La única diferencia entre Marie Lou y yo podría ser que yo soy el tranquilo y ella es la bomba que podría detonar en segundos.
—La quieres demasiado a pesar de todos sus arranques—no es una pregunta.
—Esa chica es una de las luces de mi vida, una de las que más brilla y no deja que me hunda.
Stella sonríe con tristeza ante mis palabras.
—Como daría por tener una hermana como la tuya. Valórala, Bam Bam, disfruta cada locura que ella haga, no sabes cuándo vas a necesitar de eso y no lo puedas tener a tu alcance.
Me inquieto un poco, sus palabras han tocado ese lugar recóndito de mi cuerpo que me hace sentir empatía hacia los demás. Voy a preguntar sobre si ella ha necesitado de esas acciones locas pero mi hermana nos interrumpe mirándome con preocupación.
—Bam Bam, la cocina huele como cuando yo estoy cocinando.
—¡Mierda, el pollo!
Holaaaaa, hoy hubo un cambio de planes y publiqué aquí porque ya tenía el capítulo listo, en #ENYL estaré publicando el jueves, lo digo si eres lector de allá. No publiqué hoy porque estoy enferma del estómago y estoy haciendo el esfuerzo de sentarme en la computadora a editar el capítulo.
Ustedes se dirán, Simy vive enferma xD Si, señores, vivo enferma ah.
Igual espero que disfruten de este capítulo <3 que por cierto está dedicado a forevah_ioung una de mis lectoras del alma <3
Una cosita antes de irme, los invito a pasarse por una trilogía corta que estoy escribiendo, publicaré todos los días, así que... Vayan a mi perfil y pásense por "Por todo lo que me hizo ser culpable"
Sin más que decir, nos leemos.
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