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Taehyung había salido de su hogar acompañado por uno de sus guardaespaldas de confianza. Al fin se encontraría cara a cara con aquel dulce chico llamado Jungkook.
No había pasado ni una semana desde que conversaron por primera vez pero Taehyung no podía negar que aquel azabache le había inspirado demasiada confianza y en los pocos momentos que pudieron conversar, disfrutaron demasiado de la naturalidad y trivialidad entre ellos.
Si esto seguía así, podrían ser muy buenos amigos.
Lo que el modelo no sabía es que aquello podría escalar aún más alto, porque cuando encuentras a esa persona especial con la que sin importar nada, podrías compartir de todo, no hay vuelta atrás.
El amor llega cuando menos lo esperas.
El castaño había hecho una reservación en uno de sus restaurantes favoritos. Y había pedido una mesa en la parte trasera del local donde por obvias razones no habría nadie y en donde solo su acompañante podría ingresar luego de dar su información.
Se quitó el cubrebocas que llevaba puesto y se acomodó en su lugar, observando como su guardaespaldas se quedaba a una distancia prudente de donde él se encontraba.
Unos minutos después, notó como un chico hacía una reverencia al hombre que siempre le cuidaba. Lo vio acercarse rápidamente y al fin pudo comprobar que se había equivocado.
Sin duda Jungkook era el mismo de la foto y era más atractivo de lo que le había parecido.
Su corazón se aceleró inevitablemente y el color carmín inundó sus mejillas, pero lo disimularía muy bien, ya que talvez, solo talvez ahora no se sentía tan mal de que hubieran estafado al chico.
—Hola... Lamento llegar tarde—se disculpó el menor con una pequeña sonrisa.
—Hola Jungkook-ah, no te preocupes, acabo de llegar—Una pequeña mentira que no hacía daño a nadie, no quería hacerle sentir culpable—. Toma asiento por favor.
El azabache inmediatamente hizo lo que el mayor le pidió. Taehyung lo había escaneado de pies a cabeza. Su vestimenta era semiformal como la suya, su cabello era largo y estaba un poco desordenado. Era jodidamente guapo, tanto que podría ser modelo si quisiera.
—¿Pediste algo Taehyung-ssi? —preguntó un poco nervioso por la mirada profunda que le brindaba el mayor.
—Todavía no, pero en un rato vendrá el mesero a darnos el menú para poder hacer nuestro pedido—comentó y el menor asintió—. ¿Jungkook-ah, en qué habíamos quedado?
—¿A qué te refieres Taehyung-ssi? —Jungkook le observó temeroso. ¿Acaso ya la había jodido sin darse cuenta?
Lo cierto era qué todo esto le parecía irreal, desde el momento uno pensó que aquel etéreo ser rechazaría su tonta propuesta pero aquí estaba frente suyo, compartiendo una mesa y el mismo aire.
El castaño estaba más allá de su imaginación desde que le conoció, pero no solo por su belleza, sino también porque había descubierto un poco más de su increíble personalidad ya que tratarlo por mensaje había sido toda una experiencia de ensueño.
Era divertido, carismático, amable, dulce, inteligente.
—Me estás llamando Taehyung-ssi cuando quedamos en qué podías referirte a mí como Taehyung-ah o solo con el hyung—señaló y ahora Jungkook se ruborizó, lo había olvidado por completo gracias a los nervios qué se habían desatado al tenerle tan cerca.
—Lo siento mucho hyung—se disculpó—. Lo olvidé.
—Está bien, solo que no me gusta cuando las personas cercanas a mí me tratan con tanta formalidad.
—Claro, entiendo.
"Cercanas a él".
Jungkook quería gritar y saltar al mismo tiempo, era el favorito de Dios sin duda. Llamarle hyung ya era un privilegio para él, se sentía tan especial.
—Así me gusta—Taehyung le mostró su sonrisa cuadrada y el menor le observan con un brillo hermoso en la mirada.
Luego de entablar una conversación amena entre los dos, conociéndose un poco más de lo que ya habían indagado por mensaje en días pasados, aprovecharon a pedir su comida.
El mesero que les atendió fue muy amable y ellos estaban contentos con el servicio.
Taehyung estaba encantado con Jungkook. El chico era demasiado para su corazón. Su sonrisita le recordaba a la de un tierno conejito, y su mirada de admiración parecía encerrar una galaxia.
Su voz dulce como la miel le relajada tanto como hace tiempo no sentía. Podía afirmar que conversar con el azabache era como desconectarse del mundo donde él solo era Vante, el modelo de talla mundial que trabajaba sin parar.
Sí, Jimin había tenido mucha razón, ese chico era tan inocente y dulce, que jamás podría hacerle daño a alguien con una mala intención.
Su corazón se sentía en paz, y no quería que el tiempo se pasará tan rápido.
—¿Y no pudiste recuperar el dinero? —preguntó el castaño y el chico negó mientras tomaba un bocado de su comida.
-Como te comenté por mensaje, luego de que mí hyung me hiciera caer en cuenta que podría rastrear la cuenta para saber quién había sido la persona que se quedó con mi dinero, no dude en intentarlo, pero ya había sido demasiado tarde pues la cuenta fue eliminada ni bien se retiró el dinero.
—Son unos desgraciados, me sigue apenando que se den casos como estos.
—Lo sé, pero no es tu culpa hyung—tranquilizó Jungkook al ver el puchero en el rostro del chico—. Igual ya hiciste las advertencias correspondientes y todos los que te siguen en tus redes sociales tendrán mayor cuidado.
—Sí, ojalá no se vuelva a repetir esto.
—Esperemos que no—Jungkook sonrió y Taehyung se contagió por aquel gesto.
—Jungkook-ah, también quería aprovechar a contarte algo.
—¿Mmm? ¿Qué cosa?
—Quiero resolver la duda qué tenías o la persona involucrada se enojará conmigo sí sigo aplazando esto.
—¿Sí? Bueno, soy todo oídos—afirmó y Taehyung tomó una bocanada de aire—. Verás, el chico con usuario mochi10 es mi mejor amigo, y gracias a él fue que me enteré lo que sucedió contigo.
Jungkook abrió la boca en una perfecta "o". Ahora comprendía aquel tweet donde le había citado y le pedía que no gritara, poco después se puso el candado para que nadie se enterara de lo que había sucedido con Vante y ya no se lo quitó.
—Vaya, le debo un gracias... De no ser por él, no hubieras aceptado.
—No acepté por obligación, ni siquiera lo pienses de esa forma. Lo cierto es que me inspiraste confianza y por eso estoy aquí—Taehyung tomó la mano del chico por sobre la mesa—. Gracias por pedirme esta cita, fue muy inesperado, poco convencional debido a la forma en la que nos conocimos, pero te aseguró que puedo decir que me alegra haber tomado esta decisión. Eres un chico increíble, y quisiera seguir siendo tu amigo.
—Sería un placer, hyung. Pues yo también quiero seguir compartiendo momentos tan increíbles con una persona tan maravillosa como tú.
La corriente eléctrica que los invadió con ese simple contacto entre sus manos, caló profundo en ellos.
Aquello no era una simple coincidencia, tan solo el comienzo de una preciosa historia de amor.
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