🥂Capítulo 4🥂
Horas atrás...
Jimin citó a Magdalena, Apolo y Taehyung en su oficina para reclamarles la falta de información de su nueva víctima. Hasta pareciera que eran novatos, como si no tuvieran más de diez años en el negocio. Los tres se veían el uno al otro hasta que Apolo rompió el silencio.
—Mi culpa. —Levantó la mano avergonzado—, Namjoon Montalbán te dejó todo a ti, pero también ha dejado una carta que cambiaría el nombre del dueño de tu fortuna...
—¿De qué me estoy perdiendo, papá? —Jimin tenía los brazos cruzados.
—Montalbán indicó que sus bienes eran todos para ti, pero siempre y cuando su hijo los rechace. Dicha carta la tengo en mi posesión y no pienso entregársela a...
—Déjame ver si entiendo, ¿Jungkook es el hijo de Namjoon?
—Hijo adoptivo ya que Montalbán es primo hermano de su padre biológico.
Jimin se tocó el puente de la nariz tratando de mantenerse serena.
—¿¡Y estoy a punto de perder la herencia que me costó tanto trabajo quitarle a ese viejo asqueroso?!
—¡No la vas a perder! Por eso es imperativo que seduzcas a Jungkook, para que te ceda todos tus derechos. Te quedarás con la fortuna de Montalbán y con la de los Jeon. ¡Premio doble!
—¿Qué pasará cuando Jungkook descubra la existencia de esa carta?
—El notario que la posee soy yo. ¿A caso crees que voy a dársela? Si lo haces firmar el contrato donde te cede todos sus derechos se termina el problema porque le será inútil incluso al querer reclamar las posesiones de Montalbán.
—Veo que deberé tomar yo las riendas de este desfalco porque gracias a su insensatez me veo en aprietos. ¡Jungkook me detesta por el simple hecho de haberme casado con Montalbán! Es que realmente parezco una cazafortunas.
—Y lo eres —dijo Taehyung en tono de burla—, ¿me equivoco, hermanito?
—Cierra el pico y mejor ayúdame a encontrar un buen barman que se deje comprar.
—¿Un barman? —preguntó Magdalena.
—Voy a hacer las cosas a mi manera, para que Jungkook coma de mi mano debe tener una deuda conmigo y eso iniciará hoy mismo.
—¿Qué deuda? —cuestionó Apolo.
—Lo citaré en su bar, el Maguellal. ¿A que tampoco investigaron eso, zopencos? Namjoon le regaló ese bar cuando estaba con vida. Voy a hacer que un barman ponga algo en mi bebida, luego amenazaré con denunciarlo a él y a sus empleados.
»Será fácil si me ve vulnerable. —Jimin suspiró—. En fin. Yo sé mi cuento y voy a lograr domar a Jeon. Pero no se metan en mis asuntos.
—¿Cómo que poner algo en tu bebida? ¡¿Vas a dejar que te droguen?! Eso no lo voy a permitir —dijo Apolo.
—Eso lo hubieras pensado antes de enviarme a la cacería sin armas. ¡Ahora tengo que usar recursos desesperados para atar a la bestia! —Jimin miró a Taehyung directo a los ojos—. ¿Tú qué esperas? ¡Consigue a alguien que ponga algo en mi bebida y llévalo al Maguellal! ¿O también tengo que hacer eso yo mismo?
—Ya voy, ya voy... —Taehyung refunfuñó al ponerse de pie y salir de la oficina.
—Y ustedes dos... —Jimin señaló a Magdalena y a su padre.
—¿Qué? —preguntaron al mismo tiempo.
—Se harán pasar por un secretario judicial y su asistente. La firma del contrato con Jeon será en una boda falsa. Más vale que tengan listo el documento.
—¿Para cuando? —preguntó Apolo sonriente.
—No tengo fecha, pero si mi plan va según lo planeado; en menos de un mes.
—Mi niño todo me parece perfecto, ¿pero qué pasa con la droga que pondrán en tu bebida?
¿No es peligroso? —preguntó Magdalena.
—Haré lo necesario. Además será la cantidad exacta para demostrar que estoy drogado, para desmayarme, más no para morirme.
Y así fue como Jimin tomó el control del plan que por supuesto iba marchando a la perfección porque esa misma noche Jeon Jungkook quedó flechado por la medusa de ojos color violeta.
Luego del abrazo Jimin habló:
—Nos vemos después, no olvidaré este día y lo agradecido que estoy contigo.
Dicho eso entró a su casa cerrando la puerta con el corazón agitado y manos todavía temblorosas a causa de las drogas que tomó previamente. Jimin no sentía pena por mentirle a Jungkook, ni siquiera un atisbo de remordimiento. Al contrario, deseaba profundizar más para lograr desfalcarlo ya que después de eso se tomaría unas bien merecidas vacaciones porque ya bastantes años estuvo trabajando duro.
Ahora que había dado el primer paso quedaba hacer la única cosa que volvía loco a un hombre; ignorarlo.
Jimin se acostó en su lujosa cama esperando que el tiempo actuara a su favor.
Tres días después...
Jungkook organizaba junto a distintos ejecutivos, diseñadores y gemólogos que eran personas especializadas en determinar si una piedra era natural o sintética. Ellos analizaban un sinfín de cuarzos, jade, oro, diamantes, y por supuesto ágatas. Ya que estaban diseñando un hermoso collar, anillo, brazalete, zarcillos, y un broche para el cabello. Juntos elaborarían un juego de joyeria qué sería cotizado por muchos.
—Me gustaría que el ágata vaya en el centro del collar, y que diminutos diamantes estén a su alrededor. Después quiero que cuarzo a juego decoren a lo largo de la cadena —dijo Jungkook.
—Eso es fácil de hacer, señor. Lo único complicado será acomodarlos de manera que no se vean tan... ¿Cómo decirlo? Vulgares —musitó uno de los diseñadores a su oído.
—¿Insinúas que tengo mal gusto, Ramírez?
—¡Para nada, señor! —Levantó las manos—, simplemente siento que si recargamos mucho las piezas se verán...
—Pues por eso tú eres el diseñador, yo te di mi idea. Tú harás que el resultado sea hermoso y con finura. —interrumpió a Ramírez—. En cuánto al estado de las piedras, ¿son completamente naturales, cierto?
—En efecto —dijo uno de los gemólogos—. Los diseñadores pueden comenzar con el bosquejo, ya no hay más piedras que buscar porque tenemos todo lo necesario.
—Entonces los dejo para que continúen. ¿Nos vemos la próxima semana? Supongo que es tiempo suficiente para que tengan listos varios y así elegir el mejor.
—Ah... sí, señor —contestó Ramírez luciendo no tan convencido.
—No te preocupes Ramírez, en esta ocasión se venderán bien.
—Es solo que ya hemos intentado vender distintas joyas con la piedra ágata y todas han sido un total fracaso —musitó Ramírez y todos los presentes se miraron incómodos los unos a los otros.
—¿Y eso qué? No es que estemos en quiebra. Tenemos fondos para fallar e intentarlo una vez más. Además tengo fe en que esta ocasión será un éxito.
—Si usted lo dice señor, si usted lo dice.
La profecía que la chamana le había dicho a la familia Jeon parecía no estarle funcionando a Jungkook porque como menciono Ramírez antes; Diamond&Style ya había fracasado en distintas ocasiones al lanzar colecciones con piedra ágata. Era por eso que decidieron mezclarla con diamantes, cuarzo y jade.
Ver tanto el color púrpura tras las vitrinas de la joyería le hizo recordar los ojos de Jimin. ¿Cómo estaba? ¿Seguiría en pie la venta de las acciones de M&M? ¿Por qué no lo había llamado? Mirando su reloj cayó en cuenta de que debía ir a una junta más de negocios petrolíferos. Así que ansiaba terminar para por fin dar su brazo a torcer y llamar a la medusa.
Al paso de las horas y luego de finalizar sus reuniones, Jungkook tomó su teléfono celular para llamar a Jimin...
Una...
Dos...
Tres...
Cuatro...
Estuvo a punto de sonar la contestadora cuando Jimin respondió la llamada.
—¿Hola?
—Jimin, que placer escuchar su voz —dijo Jungkook desde su oficina.
—¿Placer? No sabía que causaba ese efecto en ti, ¿y por qué me hablas de usted? ¿No habíamos ya roto esa barrera? —Jungkook sonrió imaginando el ceño fruncido de Jimin.
—Tienes razón, disculpa el atrevimiento, pero. ¿Cuándo nos vemos? Espero que el infortunio de aquel día no arruine nuestra relación laboral.
—¿Laboral? Si yo esperaba convertirme en íntimo amigo tuya, después de todo me salvaste la vida —dijo con atrevimiento.
—Entonces estamos los dos en la misma sintonía, repito... ¿Cuando nos vemos?
Jimin sonrió de oreja a oreja. Pues vaya que el pez gordo había mordido el anzuelo.
En el capítulo 2 el traductor me cambió el nombre de ágata a amatista, peeeero ya lo corregí, si llegaste a leer que la primer piedra que encontró Jungkook fue amatista borra eso de tu memoria porque la primera que encontró fue Ágata 🤫
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