El destino de Jimin fue Londres. Al llegar les pidió a Magdalena y Apolo que fueran de inmediato al hotel ya que tenían que ajustar los documentos de todos sus bienes con ayuda de un amigo de los tres que también se dedicaba a estafar personas. Ese sujeto organizó junto con él una estrategia para lograr quitarle a Apolo todo lo que tenía a su nombre para cederlo a Jimin. El hombre no vio venir la estafa de su propio hijo.

—¿Firmó aquí?

—Sí, de esa manera Diamond&Style estará a tu nombre —dijo el estafador que era cómplice de Jimin.

—Bien.

Ya habían sido muchas las veces en las que Apolo firmaba para tener más bienes a su nombre, por eso incluso lo llegaba a hacer sin leer. Con rapidez firmó, seguido de él firmó Magdalena otro documento sin saber que también le estaba dando todas sus posesiones a su hijastro.

—¿Y luego de esto qué? —preguntó Magdalena después de firmar.

—Pues a disfrutar de Londres que tenemos mucho por celebrar —dijo Jimin

—Estupendo, vamos Apolo... —Magdalena lo jaló del brazo a la puerta de la habitación.

—Pero falta que llegue Taehyung, seguramente ya viene en camino.

—Cuando llegue al hotel yo los mando a llamar —dijo Jimin con una sonrisa inocente en el rostro.

—¡Está bien, me voy que esta mujer me jalonea tan fuerte como un orangután —se quejó Apolo y Magdalena refunfuñó entre dientes.

Cuando ambos salieron, Jimin le puso seguro a la puerta para encarar a su cómplice.

—¿Está hecho? —preguntó esperanzado.

—Todos sus bienes te pertenecen —le contestó entregándole los documentos.

—¿Y qué hay de los prestanombres? ¿Los encontraste a todos? ¿Qué hay de mis víctimas?

—En esta carpeta están cada uno de sus nombres y todo lo que les robaste. ¿Estás seguro de que les vas a regresar su dinero?

—No soy tonto, voy a regresarle lo que merecen. Nada más porque no pienso quedarme sin un centavo luego de darme una vida de lujos. Claro que habrá sus excepciones...

—Por cierto he contactado con Taehyung, está a salvo y fue enviado a Canadá. Fue sencillo capturar a sus raptores. Ya sabes que tenemos experiencia en este negocio y eso es pan comido para nosotros.

—Te agradezco Richard.

—No agradezcas que con esto he saldado la deuda que tenía contigo.

—¿Qué hay de Magdalena y Apolo?

—Seguramente están siendo capturados en el lobby del hotel en estos momentos —dijo mirando su reloj.

Y fue así. La Interpol capturó al par de estafadores en ese momento. Ninguno de los dos sabía que el causante de su captura era Jimin, por esa razón no dijeron que también se encontraba en el hotel. Además ellos esperaban que la medusa los liberara de prisión, sin saber qué era el primero que quería verlos pudrirse tras las rejas por el resto de sus vidas.

—¿Entonces hoy será el último día que te veré?

—Siempre te estaré vigilando, has el bien y consigue un buen hombre.

—Creo que el karma se encargará de que eso no suceda, Richard.

—Incluso el diablo tiene amante. ¿No has escuchado ese dicho?

—No...

—Pues ahora lo sabes.

Un mes después...

Park Jimin seguía regresando los bienes robados a sus víctimas, también se había quedado de ver con Seokjin, su diseñador en el hotel de Londres. El hombre le tenía preparado un cambio de look radical, ambos desayunaban en el cuarto de hotel antes de comenzar con la transformación cuando de pronto la medusa comenzó a sentir un mal estar general.

—¿Qué pasa? Estás más pálido de lo normal...

—Siento mi estómago revuelto, creo que voy a...

Sin previo aviso vomitó lo poco que había comido, mojándose las sandalias y salpicando los zapatos de charol de su invitado. Jin se paró abruptamente con cara de asco, pero hizo a un lado las inmensas ganas que le dieron de vomitar para servirle un vaso de agua al hombre frente a él.

—¡Cariño, que asco!

—Ay Jin, estos días no me he sentido bien. Tal vez sea depresión o el cansancio propio que me causa la culpa. Aunque empiezo a creer que es desamor...

—O embarazo —soltó el diseñador seguido de una risa burlona.

—¡¿No, cómo crees?! La última vez que lo hice fue con Jungkook, hace un mes y al día siguiente me llevaste al hotel la píldora del día después.

—Lo sé medusa. ¿Pero te la tomaste? —Jin entrecerró los ojos—. No te vi tomarla...

Jimin amplió los ojos, en seguida se limpió los labios con una servilleta y corrió a tomar el teléfono del cuarto de hotel llamando a servicio a cuarto.

—Hola señorita, tengo una situación, Bueno una emergencia —dijo agitado.

—¿En qué puedo ayudarle?

—Me urge una prueba de embarazo. ¿Podrías traerme una? ¡Mejor que sean dos!

—¡Santa virgen madre de Jesucristo! —gritó Jin escandalizado—. ¡¿Estás preñado?!

—También si pueden enviar a alguien de limpieza... He devuelto el desayuno en el piso... —le dijo a la señorita del otro lado de la línea ignorando los gritos de Jin.

—En seguida atendemos su llamado.

Con eso finalizó la llamada.

—¡No me jodas, no me jodas, no me jodas! —gritaba Jin, dando saltitos—. ¡¿Voy a ser tío?! ¡Pero que pedazo de monería va a ser ese niño, niña, lo que sea! Con un padre como tú y un padre como aquel bombón...

—¡Basta Kim Seokjin, esto es grave!

—¿Grave? Un hijo es una bendición.

—Cuando nace en una familia funcional. El mío crecerá sin padre.

—Puedes conseguir el hombre que sea, cariño. ¡Eres experto haciéndolo! Cualquier hombre se moriría por tener a un hombre así como tú...

—Basta Jin, me estás haciendo enfadar.

Al paso de los minutos llegó un hombre a limpiar el desastre que causó Jimin. Después un empleado más le llevó un par de pruebas de embarazo, rápidamente se encerró en el baño siguiendo las instrucciones al pie de la letra. Aunque muy en el fondo sabía la respuesta y es que no se tomó la pastilla del día después porque aquel día estaba nervioso, además se le olvidó por completo hacerlo.

Luego de un par de minutos estaba en la sala de su habitación de hotel sentado junto a Jin esperando a que pasaran cinco minutos para voltear las pruebas y verificar si eran positivas o negativas.

—Ya pasaron cinco minutos... —Anunció Jin viendo su reloj.

—¡Espera, dame más tiempo! —gritó nervioso.

—¿Más tiempo? ¡Me muero de los nervios! ¡Ya déjame saber si seré tío o no!

—¡Carajo, que esperes, quiero prepararme mentalmente!

—No hay nada que preparar... ¡Vamos toma las pruebas!

Jimi tragó saliva, luego tomó ambas pruebas para ver el resultado. En ese momento pareció quedarse sin aliento, sus labios tembalon y la sangre en su cuerpo se heló. Era un hecho...

—¡¿Y?! ¿¡Voy a ser tío?!

Ambas pruebas tenían dos rayitas, lo que significaba que estaba total y completamente embarazado. Jimin asintió con la cabeza con lentitud.

—Vas a ser tío...

—¡Felicidades! Aunque no para mí porque así no podré hacerte el tan esperado cambio de look hasta que ese bebé nazca. ¿Sí lo vas a dar a luz verdad? ¿O piensas abortar?

Jimin escuchaba la voz de Jin, muy pero muy muy lejos. Estaba en shock a causa de la noticia.