🥂Capítulo 29🥂
Apolo y Magdalena discutían desesperados porque Jimin estaba demorando en llegar al automóvil. Ellos ya tenían el motor encendido, esperaban únicamente que él llegara para arrancar e irse al aeropuerto.
Cuando el protagonista de la gran estafa subió al automóvil se encaminaron a gran velocidad a su destino.
—¡Llama a los chicos de seguridad! —le gritó Apolo a Magdalena.
—¡Eso hago!
La mujer comenzó a avisarle a los miembros de seguridad que trabajaban no solamente con ellos, sino con distintos estafadores de alto nivel que ya era hora de rescatar a Taehyung.
—¿Creen que lo logremos? —preguntó Jimin—. Fransesca está con ellos y le acaba de avisar a Jungkook que soy estafador, también le dijo mi verdadera identidad.
—Hemos estado en peores situaciones, ¿Recuerdas la estafa de Singapur? —preguntó Apolo mientras se saltaba los semáforos en rojo.
—Ese día fue caótico —murmuró el chico, tomándose con fuerza de la palanca de emergencia del automóvil ya que Apolo dio un giro brusco—. ¿Qué harán con los captores de Tae?
—Lo de siempre, les ofrecerán unirse al mundo de estafadores o morir... —contestó Magdalena.
—Me hubiera gustado verlos cara a cara.
—No podemos arriesgarte —dijo Apolo tajante.
—Eso ya lo sé.
—¿Ya se habrá dado cuenta Jungkook ? —preguntó Magdalena.
—Espero que lo haga hasta que despegue el avión —murmuró Jimin mientras veía por la ventana.
Hobi estaba desconcertado, no comprendía las palabras del diseñador de Jimin . El mensaje que le dio fue rápido, directo y conciso. Luego de entregarle el collar y par de pendientes desapareció de su vista entre la multitud. «¿Por qué le mandaría esas joyas a Jungkook? ¿No eran las que tenía puestas hace un rato? ¿Por qué me obsequiaría la tarjeta negra? ¿Y por qué se despidió? ¡Es su boda!», pensaba con preocupación hasta que algo en su cerebro le hizo comprender que Jimin se había marchado de la fiesta. Con premura corrió entre los invitados en búsqueda de Jungkook, su jefe que estaba riendo con Eunwoo cerca de la mesa en donde firmó su matrimonio momentos atrás. El muchacho le dio un par de toques en el hombro para captar su atención.
—¡Algo extraño está pasando, señor! —gritó ya que a causa de la música y diversión era casi imposible que Jungkook lo escuchara si hablaba en voz baja.
—¡¿A qué te refieres?! —preguntó de la misma manera.
Hobi extendió las manos mostrándole el collar y aretes de Ágata. Jungkook miró a Eunwoo con suma preocupación, luego tomó las joyas entre sus manos.
—¡¿Por qué tienes esto?!
—El diseñador de Jimin me los ha entregado, él me dijo que se ha marchado. Me pidió que le entregara esto a usted...
Jungkook tomó a Hobi del saco sacudiéndolo con fuerza.
—¡¿Dónde está Jimin?!
—¡Le digo lo único que sé, al parecer se ha marchado!
—¡Llama a seguridad, de inmediato y que no dejen salir a nadie del hotel! —gritó Jungkook y Hobi lo obedeció de inmediato.
El hombre comprendió que las palabras de Fransesca eran ciertas. Sintió su estómago revolverse, su presión arterial comenzó a alterarse, pero sobre todo su corazón se estaba rompiendo al mismo tiempo que sentía tristeza, furia y decepción. El fruto de sus sentimientos causó que con brusquedad tirara los platos de una mesa y un florero que estaba en el centro. Eunwoo, preocupado lo tomó por los hombros para comprender lo que estaba sucediendo.
—¡Tranquilízate! ¡¿Por qué estás así?!
—¡Es Jimin, él me ha engañado! —gritó con el rostro enrojecido.
Con paso firme se encaminó a la mesa en donde estaba el acta de matrimonio que previamente había firmado, tomándola con brusquedad, al leer la hoja con detención sonrió, pero no era una sonrisa de alegría, era una sonrisa de indignación.
—¡Es una puta acta falsa! —gritó soltando un par de lágrimas.
—¡¿Qué?! —Eunwoo se la arrebató para leerla, era obvio que el acta era falsa, incluso tenía grabado en letras pequeñas que ese documento era inválido—. Pero qué mierda...
—Fransesca tenía razón, Jimin es un estafador y... ¡Me cago en todos mis muertos! ¡Su verdadero nombre es Park Jimin, me ha engañado, he quedado como un total y absurdo payaso de circo!
»¡Hijo de las mil leches! Despide a los invitados, quita la música que yo iré de inmediato a buscar a Fransesca y a las autoridades necesarias para capturarlo.
Al decir eso, Jungkook salió con paso firme, pero apresurado del salón, dejando a uno que otro invitado murmurando acerca de la situación. Eunwoo por su parte le pidió al DJ que quitara la música e informó a los invitados acerca de la situación.
Mientras tanto Jungkook llamó a Fransesca por teléfono al mismo tiempo que conducía su automóvil a gran velocidad, dirigiéndose a la fiscalía para poner una orden de aprensión en contra de Jimin Dubois, mejor dicho Park Jimin.
—¿Ya te diste cuenta? —preguntó Fransesca del otro lado del teléfono en tono de burla.
—Después puedes burlarte todo lo que quieras de mí, también me arrodillaré ante ti pidiéndote disculpas, mientras tanto quiero saber. ¿Quién te dijo acerca de ese estafador?
Los ojos de Fransesca se iluminaron, luego sonrió perdonando a Jungkook de todo corazón.
—No es necesario que te arrodilles, lo único que quiero es que estés bien. —Ella suspiró al otro lado del teléfono—. Quien me dio toda la información fue Arturo de la Vega. Ex esposo de Jimin.
—¿Dónde lo contacto?
—Te enviaré la ubicación, eso sí. El tipo tiene secuestrado al hermano de la medusa.
El estómago de Jungkook se revolvió al escuchar a Fransesca mencionar de esa manera a Jimin, es que no podía comprenderlo. Era evidente que lo estaba engañando. La boda con su padrastro, la muerte repentina de este, después se coló entre sus sábanas, lo enamoró y en menos de dos meses se estaba casando otra vez con un multimillonario. Se sentía estupido, el hombre más tonto del mundo.
—Iba hacia la fiscalía, pero mejor me dirijo al lugar en donde está el tal Arturo. Seguramente el sabe más acerca de Jimin y podrá ayudarme a encontrarlo.
—Actuemos más rápido, iré yo a poner la denuncia a la fiscalía mientras que llegas a la casa abandonada en donde está Arturo, ya te he enviado la ubicación.
»Mientras tanto dame permiso de contactar a tus abogados para no ir sola a hacer la denuncia.
—Tienes todo mi permiso.
—De acuerdo, y una cosa más...
—¿Qué?
—Recuerda que su nombre no es Jimin Dubois, es Park Jimin.
—Gra-gracias, Fran...Y suerte.
—Tú la vas a necesitar más que yo.
Y era cierto, porque si Jimin era un experto estafador, entonces para esos momentos Jeon Jungkook había quedado en la ruina total. Sin un solo centavo en sus cuentas, sin una sola acción o propiedad a su nombre. Estaba jodido, quizás él lo sabía muy en el fondo, pero quería hacer caso omiso a esa voz que lo llamaba a la dura realidad.
Cuando recibió por whatsaap la dirección donde se suponía que estaba Arturo, condujo más rápido para llegar y poder obtener más información acerca del doncel que lo usó a su antojo.
—¡Park Jimin! —gritó furioso mientras conducía.
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