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🥂Capítulo 26🥂

Un día antes de la traición...

Jimin citó a Jungkook en un hotel de cinco estrellas. Quería estar una última vez con él, lejos de la mansión, lejos de Apolo, lejos de cualquier ser humano que los interrumpiera. Además quería probar una última vez sus labios, sentir su cuerpo y de una u otra manera disculparse por el acto que iba a cometer sin que se diera cuenta. Él lo esperaba con ropa sexy, era lencería de tela negra de la más alta costura, también tenía puesto un antifaz del mismo color y preparó en la mesa que estaba en la entrada de la habitación un antifaz igual para él.

Cuando el hombre cruzó la puerta se quedó embobado ante el cuerpo escultural de su casi esposo, él lo invitó a colocarse el antifaz con la mano, Jungkook obedeció de inmediato.

—¿Qué planeas, Jimin? —preguntó mientras se colocaba el antifaz.

—Recordarte por el resto de mi vida —dijo en un murmuro.

—Pero a partir de mañana no voy a permitir que te despegues de mi lado. —Se acercó, tomándolo por la cintura a medida que le depositaba dulces y apasionados besos por el cuello.

—Me expresé mal... Quiero recordar mañana que nos estemos casando una de las razones por las que decidí casarme contigo.

—¿El sexo es una de las razones?

—El sexo, tu amor, devoción, atenciones, protección, eres hermoso por dentro y por fuera. No olvides nunca que puedes lograr cualquier cosa que te propongas.

—Vamos cariño que esto parece una despedida.

—Pero si es tu despedida de soltero. —Sonrió de oreja a oreja y después comenzó a desvestirlo.

Jungkook y Jimin probaron de sus pasiones durante toda la noche y parte de la madrugada. Cuando ambos quedaron agotados el hombre se quedó completamente dormido, Jimin a su lado trató de moverlo con sus dedos huesudos para verificar que no se despertara cuando se fuera de la habitación.

—Ay Jungkook, fue grato conocerte —murmuró, seguido de eso depositó un tierno y casto beso en su frente.

Suspirante se puso de pie, vistiéndose de inmediato en el baño de la habitación para después abandonar el hotel. Muy de prisa se dirigió a la que era la mansión Montalbán, el sol apenas se asomaba cuando terminaban de subir todas sus maletas a los camiones que las llevarían al aeropuerto. En la entrada de la mansión estaba Apolo sosteniendo el documento que horas más tarde firmaría Jungkook cediéndole todos sus bienes a la medusa de ojos púrpura, Jimin asintió con la cabeza y sin leerlo entró a la casa dándole un último vistazo por última vez.

—¿Estás listo? En un par de horas terminarás este negocio —dijo Apolo.

—Más que listo. ¿Hay noticias de Taehyung?

—Lo tenemos ubicado, pero actuaremos en cuanto firmes el contrato. Por eso es imperativo que te marches de la fiesta antes de partir el pastel.

—Eso dejará destrozado al señor cliché —dijo por lo bajo—. Bien, tengo todo claro.

—Es hora de irnos, la habitación en el Royal Green te está esperando para que ahí te prepares. Magdalena y yo estaremos cerca tuyo en todo momento, no olvidas nada. ¿Verdad?

—Solo quiero darle un último vistazo a esta casa, realmente me gustaba y ahora tendré que venderla al mejor postor —dijo admirando el suelo de caoba y las paredes elegantes con incrustaciones de plata, oro y bronce.

—Dijiste que querías que quedara intacta, aunque yo hubiera preferido llevarme el Oro.

—No, porque así su valor aumenta, ya tengo bastante oro a mi nombre.

—Bueno, te daré cinco minutos. Te espero en el auto.

Jimin no dijo nada, simplemente asintió con la cabeza. Apolo estiró la mano pidiéndole las llaves de su auto, ya que él y Magdalena lo llevarían al hotel donde sería la boda. Era momento de estar todos unidos porque si necesitaban escapar tendría que ser rápido.

A lo largo de esos diez años nunca estaban más unidos que cuando estaban a punto de terminar alguna estafa y eso era porque a todos les convenía cubrirse las espaldas ya que si caía uno; caían todos.

Al quedar solo en la mansión sacó de su bolso una carta que decía: Para el señor cliché, De la Medusa de ojos púrpura.

—Espero que logres perdonarme... —murmuró.

—¡Habla de una buena vez! —gritó la madre azotando a Taehyung con un látigo.

Ellos cambiaron de lugar cuando hicieron la llamada a Apolo, se fueron a una casa abandonada muy cerca de ahí para no ser capturados por los aliados de Taehyung, sabían que la tecnología ayudaría a encontrarlos. Así que decidieron actuar más pronto que tarde. El estafador escupió sangre un par de veces y a la tercera rodó un diente postizo por el suelo.

—¿¡Sabes cuánto dinero me costó la dentadura?! —preguntó furioso.

—No me interesa, dame tu nombre verdadero y el del par que trabaja con ustedes.

—Prefiero morir antes que hacerlo.

—¿Entonces te gustaría que Park Jimin termine en una bolsa en el fondo del mar?

—No sería capaz de hacerlo, es una fiel seguidora de Dios.

—¿Eso crees? Dejé de servir en la iglesia cuando cerró la parroquia y le juré al Padre Javier que vengaría lo que le hicieron.

—Como bien sabe, cayó uno de sus aliados y por lo que logré escuchar era él que movía todos los hilos. ¿Cómo se llamaba?

»¡Ah sí! Min Yoongi.

La madre apretó los puños sintiendo que su sangre hervía del coraje.

—¿No se suponía que ese hombre traería a mi hermano ante ustedes? ¿Entonces porqué terminó muerto? Creo que necesitan clases, puedo ayudarles, pero mi precio es alto —Se mofó.

—¿Cuánto quieres?

Taehyung soltó una carcajada.

—¿De verdad me creíste? Sigues sin comprender que soy un experto mintiendo... —Chasqueó la lengua a medida que negaba con la cabeza—. Olvídalo y mátame porque no voy a revelarte información que pueda hundirlos.

—Pues cuando te drogamos nos dijiste que Park Jimin hará firmar un contrato a Jeon. ¿Crees que lo dejaríamos pasar? Esa boda se llevará a cabo hoy mismo así que hoy se cae su teatro. La policía va a capturarlos...

—Pues que los capturen —siseó tratando con todas sus fuerzas para que no se notara lo nervioso que estaba—. Después de todo yo ya estoy jodido. No tengo nada que perder.

La puerta de la casa abandonada se abrió, una ola de aire entró ayudando a Taehyung a respirar profundamente ya que puertas y ventanas estaban completamente cerradas y el polvo provocaba dificultad para respirar. Pero el aire se le entre cortó cuando reconoció a la mujer que entró acompañando a Arturo.

—Fransesca... —murmuró apretando la quijada.

—¿No es este Alexander, un pretendiente del tal Jimin Dubois? —preguntó señalándolo.

—Te equivocas, su nombre es Taehyung y es su hermano: Un experto estafador.

—Madre de Dios —susurró Fransesca sorprendida.

La pelirroja sonrió de oreja a oreja porque tenía a Jimin entre sus manos y no dudaría en desenmascararlo.

ALABESTIAAAAAAAAAAA

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