🥂Capítulo 25🥂
Cuando Apolo abrió el video que el jefe de seguridad le envió a su teléfono se impactó tanto que casi se cae al suelo. Gracias a Magdalena logró mantenerse en pie,
Jimin se levantó al ver el gran escándalo que estaba haciendo su padre al maldecir a todos los Santos creados y a los que habían de crear. Se acercó a su padre arrebatándole el teléfono para ver con sus propios ojos lo que recibió en su teléfono. Preparado para lo peor se mentalizó, pero suspiró invadido de alivio al darse cuenta de que el video contenía imágenes de la parroquia abandonada. Las bancas estaban cubiertas completamente de polvo, no había ni una alma en el interior, pero lo que llamó su atención fue que en el sótano del lugar había una silla con el teléfono móvil de Taehyung junto a un pequeño charco de sangre y una nota que decía:
"Prepárense para que termine la función de la medusa de ojos púrpura."
Jimin le entregó el teléfono a su padre, después le exigió que arreglara el documento para casarse finalmente con Jungkook. El momento debía de llegar lo más pronto posible porque si lo descubrían podría terminar en la cárcel y eso era último que quería.
—¿Cuándo será la boda?
—Hoy es miércoles, así que pienso casarme el sábado en la tarde. Por favor prepara el documento. Iré arriba para hacer un par de llamadas a Jungkook y apresurar esto.
—¿Y yo qué hago? —cuestionó Magdalena.
—Empaca todo, también desinfecta y limpia cualquier rastro de ADN, que no quede ni una sola pertenencia nuestra en esta casa.
—Estupendo.
Cada quién se fue a organizar sus deberes, mientras que Jimin se dirigió a marcarle con premura a Jungkook por teléfono.
—¿Te acabo de dejar en casa y ya me extrañas? —dijo él al contestar la llamada.
—Acabo de vomitar toda la cena, creo que lo mejor será adelantar la boda —le contestó al subir las escaleras con rapidez para que Jungkook escuchara que tenía la voz agitada.
—¡¿Estás bien?! ¿Quieres que vaya para tu casa?
—No, no. Solo quiero que adelantemos la boda, será mejor si nos cásanos de una buena vez así no me despegaré de ti un solo segundo.
—¿Y cuándo quieres casarte?
—Este sábado, algo sencillo que sea únicamente por protocolo. Ya después podemos hacer una gran celebración, cuando yo esté en condiciones de beber vino y bailar hasta desmayar...
Jungkook soltó una leve risita.
—De acuerdo, mañana mismo contrato a alguien para que organice el evento.
—Cariño, me gustaría buscar al organizador yo mismo. Así mi cabeza no está preocupada con los negocios y me distraigo. ¿Puedo tomarme estos días libres? Además me gustaría medirme distintos trajes vestidos. ¿Qué te gustaría que use? ¿Un vestido o un traje?
—Lo que a ti más te guste, mi amor.
—Entonces probaré y utilizaré lo que mejor se me acomode...
—¿Y yo qué hago para ayudar?
—Confiar en mí. ¿Confías en mí, cierto? —preguntó mientras veía por el ventanal de las escaleras de su mansión.
—Ciegamente —le contestó Jungkook.
—Entonces tú encárgate de la empresa estos días, después de todo mis acciones serán tuyas porque pienso dedicarme a... Nuestro hijo durante sus primeros años de vida.
—Perfecto...
—Que descanses...
—Tú igual, te amo.
—Te amo. —Al decir eso Jimin finalizó con la llamada.
«Y lo siento», pensó lamentando verdaderamente la traición que se le venía encima a Jungkook.
Ya eran varios los días en los que Fransesca sentía que alguien la vigilaba. Se encontraba en el estacionamiento subterráneo de una tienda departamental, llevaba entre sus manos distintas bolsas con compras y caprichos que consiguió para lucir más hermosa, pero los dejó caer todos al suelo cuando un hombre vestido de negro la apuntó con su arma.
—Si gritas disparo...
—¿Q-quién te ha enviado?
—No importa quién, importa porqué vengo ante ti. Sube al auto, no te haré daño, he venido para ayudarte, pero eres difícil de acorralar.
—Si vienes a ayudarme. ¿Por qué tendrías que acorralarme?
—Porque necesitó no ser visto por la Medusa para poder decapitarla.
—Entonces sí quieres hacerme daño.
—¡Ya te dije que no! Esto se trata del hijo de Ágata
—¿El hijo de Ágata?
—Quizás lo conoces como Jimin Dubois, prometido de Jeon Jungkook. Quiero hundirlo y solo tú puedes ayudarme.
—Ah, entonces sí estamos del mismo lado. Pero aparta esa arma y recoge mis pertenencias.
Fransesca caminó hacia su automóvil volvo rojo, abriendo la cajuela. Arturo colocó sus compras en el interior y después se vieron directo a los ojos.
—¿Qué hizo Jimin?
—Mañana se va a casar con Jeon Jungkook y necesito que impidas esa boda, que adviertas al sujeto... —Arturo miraba paranoico hacia todos lados porque sentía que alguien lo vigilaba.
—¿Advertir de qué?
—¡Es un estafador! Se dedica desde hace años a robarle a gente millonaria haciéndoles firmar contratos fraudulentos.
»Yo estuve casado con él y casi muero cuando descubrí su verdadera identidad —dijo señalando la herida en su cuello—. Resulta que su verdadero nombre es Park Jimin, y en el bajo mundo de los estafadores es conocido como "la medusa de ojos púrpura" o "el ángel de ojos púrpura"
—¿Ángel? ¿Y qué tiene que ver el nombre de su madre en todo esto?
—Agatá era una amorosa madre de familia, y se dice que Jimin la asesinó. —Suspiró—. Jimin es apuesto y diabólico. ¡Yo fui uno de esos imbéciles que cayó bajo sus encantos!
—¿Encantos? —Fransesca soltó una carcajada.
—No puedes negar que es bellísimo, pero lo que tiene de hermoso lo tiene de venenosa y letal.
—¿Eso significa que Jungkook está en peligro?
—¡Ya te dije que quiere estafarlo!
—¿Y por qué me dices todo esto? Díselo a Jungkook.
—Te lo digo porque sé de buena fuente que eras antes que él; su amante. Tú deberías de estar casándote con el tipo.
—Jungkook tomó su decisión. —Fransesca cruzó los brazos—. Pues que se joda.
Al decir eso abrió la puerta del automóvil subiendo ante el volante. Justo antes de cerrar la puerta Arturo la detuvo agachándose para quedar más cerca de ella.
—¿Perdiste tu empleo, no? Estoy seguro que te humillaron, en la empresa corre el rumor de que Jeon te desprecia.
—¿Tú cómo sabes eso?
—Tengo contactos en todas partes que también quieren hundir a la medusa.
Fransesca se lo pensó un par de segundos, observó la cicatriz en el cuello de Arturo, después resopló antes de decir:
—Te escucho. ¿Qué quieres que haga?
—Ya te dije, impedir esa boda.
—¿Cómo voy a hacer eso? Ni siquiera estoy invitada.
—No necesitas estarlo, ya te dije tengo un plan para destruir a Park Jimin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro