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🥂Capítulo 23🥂

Jimin sostenía la mano de Magui por primera vez. La madre de Jungkook era rubia, tenía su piel blanca como la nieve, labios delgados y rosas, manos delgadas al igual que el resto de su cuerpo. Era atractiva, pero el color de sus ojos era imposible de ver ya que traía lentes oscuros porque era ciega.

—Tu perfume huele bien, supongo que eres hermoso...

—Lo es —dijo Jungkook tomando a Jimin del hombro en señal de protección.

—No tanto como usted, es que no se parece nada a Jungkook.

—Vaya, pareciera que insinúas que soy feo.

—Eres hermoso, pero no te pareces a tu madre, al menos no en lo rubio.

—Lo único que tenemos igual son nuestros ojos, pero vaya que si es atractivo es gracias a mí. Su padre era tan feo. —Magui sonrió—. Todos los Jeon, excepto mi hijo son feos —añadió conteniendo la risa.

—Bueno, vamos a sentarnos a la mesa porque tengo que decirte algo muy importante.

—¿Qué me vas a decir? ¿Que son novios? ¿Se van a comprometer? ¡Adelante cariño, ya bastante te has tardado en encontrar al amor de tu vida. —Magui dijo riendo al avanzar al comedor de la casa usando su bastón con habilidad.

—Se trata de algo más que eso... —Jungkook la siguió junto con Jimin.

La cena estaba servida cuando llegaron al enorme comedor. La mansión de los Jeon era cinco veces más grande que la Montalbán, pero no era algo que sorprendiera a Jimin ya que estaba acostumbrado a visitar distintas casas así de grandes y elegantes.

—¡Oh que bien huele! —exclamó Magui al sentarse en la cabecera del comedor.

Jungkook invitó a Jimin para que se sentara junto a él del lado derecho de la enorme y lega mesa. Él obedeció.

—¿Damos las gracias? —preguntó Magui.

—Veo que vas al punto, mamá.

—Tengo hambre.

—Entonces demos las gracias.

Magui juntó ambas manos al mismo tiempo que Jungkook rodaba los ojos, Jimin notó que estaba un tanto molesto así que lo tomó del brazo para tratar de calmarlo. ¿Por qué estaba molesto?

—Gracias señor por permitirnos compartir esta cena en familia —dijo Magui comenzando a dar las gracias—. Y gracias porque mi hijo se dignó a cenar conmigo luego de dos años de ausencia, amén.

—¡Madre! —Jimin comprendió el enojo de Jungkook ¿Tantos años llevaban sin compartir la mesa?

—Solo agradecí de corazón.

—Sabes muy bien la razón por la que no he venido a comer contigo...

—Recuérdamelo porque no sé qué hice mal.

—No voy a hablar de Namjoon, no frente a Jimin.

—¿Ah no? Tengo entendido que Jimin Dubois es el ex esposo de Namjoon Montalbán. No comprendo cómo es que está aquí cenando en mi mesa—. ¿Qué se siente cenar con las dos relaciones fallidas de tu padrastro?

Jimin amplió los ojos sorprendido, Jungkook se puso de pie golpeando la mesa con ambas palmas de las manos.

—¡No voy a permitir que me amargues este momento!

—Pues entonces no debiste de haber venido.

—Jimin está embarazado, tendrá un hijo mío y vamos a casarnos. He venido a decirte eso. —Jungkook extendió la mano para que Jimin la tomara, él obedeció—. Vámonos —Al decir eso Jimin se puso de pie sin comprender muy bien porqué estaban tan exaltados.

—¿Tan pronto se van? Quiero saber cada detalle del bastardo que está por nacer...

—¡Señora! —gritó Jimin ofendido.

—Sé que eres mentiroso y tramposo, Jimin Dubois y no voy a permitir que te cases con mi hijo. Capaz y termina igual que el imbécil de Namjoon.

—No se trata de eso, se trata de que siempre me has querido sabotear —dijo Jungkook—. Como sea, recibirás invitación para la boda. Tú decides si asistes o no. Además te exijo que abandones esta mansión y te vayas a tu casa porque aquí viviré con Jimin y no te quiero cerca.

—Jungkook... —Jimin susurró tratando de calmarlo, aunque sabía que ambos quedarían sin techo después de la boda.

—¡Excelente, mañana mismo me largo de aquí!

—Vámonos. —Jungkook arrastró a Jimin a la salida.

—¡Te estoy investigando Dubois y voy a desenmascararte! —gritó Magui furiosa provocando que la piel de Jimin se erizara.

Si Magui descubría la identidad y las verdaderas intenciones de Jimin las cosas se complicarían. Así que tenía que actuar más rápido que ella «Maldita perra», pensaba furiosa a medida que salían de la mansión. Ambos caminaron al exterior de la casa, estando en el jardín Jungkook rompió el silencio.

—Lamento su actitud.

—No es nada, tú también fuiste grosero conmigo cuando me conociste...

—Porque creía que eras amante de Namjoon. —Suspiró—. Como te habrás dado cuenta mi relación con mi madre no va bien.

—¿A qué se debe eso?

—Cuando se casó con Namjoon le pedí que me diera las acciones que te heredó, pero en su lugar se las obsequió porque estaba enamorada de él. Al final de cuentas Namjoon se las quedó, usó a mi madre para quedarse con esas acciones rompiéndole el corazón.

»Traté mil veces de convencerla de dejarlas a mi nombre, pero nunca quiso. Además descubrí que me envió a estudiar a un convento porque quería disfrutar de una vida siendo soltera.

—¿Por eso no se llevan bien?

—Hay más... Bueno la descubrí en la cama con el que era hace dos años mi mejor amigo, ella dijo que lo hizo por despecho porque se acababa de divorciar, pero jamás olvidaré esa asquerosa escena. —Jungkook hizo cara de asco.

»Jamás le he importado, prefiere vivir vida de soltera millonaria. Así ha sido desde la infancia, por eso fui más apegado a mis abuelos.

—A veces nuestros padres pueden ser nuestros peores enemigos... —murmuró Jimin recordando a Apolo.

—Así es. Espero que nada de esto te espante, yo voy a desvivirme por ti y por nuestro hijo. No quiero repetir la historia familiar.

Jimin miró a Jungkook a los ojos, la luz de las estrellas y el faro del jardín iluminaban sus rostros.

—No se va a repetir, Jungkook. ¿Sabes por qué? —cuestionó con voz dulce.

—¿Por qué?

—Porque yo te amo de verdad —susurró—. Voy a hacerte feliz. Lo prometo.

Jungkook lo abrazó con fuerza y él le devolvió el abrazo de la misma manera, después, el más alto se puso a ver las estrellas con atención agradeciendo al cielo lo afortunado que era de tener a un hombre  amoroso y comprensivo como Jimin en su vida.

—¿Ves esas estrellas enormes? Una es azul y la otra es roja. ¿O serán satélites? —preguntó Jungkook.

—¿Por qué admirar el cielo si el universo está a un lado mío? —cuestionó Jimin, tomándolo de la mano mientras veía su rostro con ojos brillantes.

—Estás haciendo que me enamore cada día más de ti, mi hermosa medusa.

—Y yo de ti, mi señor cliché...

Jungkook no pudo resistirse más y lo besó en los labios con ternura, rodeando con sus enormes brazos su diminuta cintura. Ambos sentían cosas por el otro, no había nadie que pudiera negarlo, sin embargo los intereses de Jimin seguían siendo oscuros y no cambiarían porque quería liberarse de los hilos que Apolo tejió en a su alrededor a lo largo de esos años.

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