🥂Capítulo 19🥂
"Mi medusa."
Las palabras de Jungkook resonaron en la cabeza de Jimin por el resto del día. A pesar de que él ya lo había llamado así antes, el hecho de que lo siguiera haciendo provocaba que su estómago se revolviera porque sabía el verdadero significado de dicho apodo. Jimin se encontraba en la habitación del hotel con vista al mar.
Se acababa de dar una ducha relajante y vestía un conjunto discreto que era un short y una camisa color vino porque iba a bajar a cenar con Jungkook a su primera cita amorosa. Al abrir la puerta de su habitación Fransesca estaba parada a punto de tocar, sorprendido ante la inesperada visita hizo lo que acostumbraba hacer para desarmar al enemigo;
sonreír.
—¿Qué te trae por aquí? Creí que me odiabas y ahora vienes en mi búsqueda...
—Solo vengo a advertirte —dijo Fransesca fingiendo voz amable.
—¿Advertirme acerca de qué?
—¿Me vas a dejar pasar?
—Soy un poco supersticioso y no quisiera que las malas vibras entraran a mi alcoba. —Se cruzó de brazos y cerró la puerta de la habitación quedando en el pasillo junto con Fransesca.
—Comprendo.
—Pero habla mujer, debe ser importante lo que vienes a decir.
—Jungkook te está utilizando. —La piel de la espalda de Jimin se erizó al escuchar eso. ¿Lo estaba utilizando? ¿Cómo era eso? ¿No se suponía que era al revés?
—Ilumíname porque no te entiendo.
—Quiere que malbarates las acciones. Por eso está siendo amable contigo, te lo digo porque eres un doncel y seguramente te han maltratado a lo largo de tu vida y a pesar de que no eres de mi agrado no me gustaría que se burle de ti.
»Lo único que quiere es ganarse tu confianza para que le firmes algún documento en el que vendes las acciones a un bajo precio, o quizás hasta es capaz de robártelas. ¿Sabes por qué?
—¿Por qué?
—Porque te casaste con su padrastro y le quitaste el doce porciento de sus acciones. Eso jamás lo va a perdonar.
Jimin se quedó en silencio un par de segundos para procesar dicha información. ¿De verdad Jungkook estaba jugando el mismo juego de mentiras? Se maldijo internamente porque estaba tratando de tener un poco de compasión por él. Al menos se lo llegó a plantear, pero al saber eso decidió ir con furia en contra suyo.
—¡Oh que considerada! ¿Es todo lo que ibas a decirme?
—Él no te quiere, solo recuerda eso.
—¿Qué sabes tú de nosotros? ¿Y quién te dijo que necesito ser advertido? Soy más astuto que una serpiente. Cuando tú vas a preparar la mezcla del pastel yo ya tengo la fiesta armada y organizada. Así que cariño, no me trates de poner en contra de Jungkook porque vas a fracasar.
»Ahora si me permites, tengo que irme porque. ¿Qué crees? Tengo una cita con él. —Sonrió con amplitud y caminó hacia el restaurante en donde había quedado de verse con el millonario.
Fransesca no sabía dos cosas. Número uno: Jimin estaba engañando a Jungkook porque quería quitarle todo su dinero. Así que tan interesada en su amor no estaba.
Y Número dos: Sus palabras provocaron a la medusa estafadora para no tener clemencia con Jungkook.
«¿Así que me quieres comprar las acciones a un precio bajo?», pensó Jimin al ver a Jungkook sentado en la mesa esperándola. «Pues veamos quién sale perdiendo», Luego avanzó hacia él sentándose en la silla. La noche era hermosa y estrellada, parecía una cita bien planificada, incluso habían pocos comensales lo que hacía del momento más íntimo.
—Buenas noches —saludó Jungkook.
—Buenas para muchos, no tan buenas para mí —dijo Jimin mirándolo a los ojos.
—¿Eso por qué?
En ese instante llegó el mesero ofreciéndoles el menú. Jimin hizo un gesto con la mano indicando que no iba a pedir nada en absoluto.
—Deje el menú al señor, yo solo vengo de paso —dijo con amabilidad.
—Señor. —El mesero dejó un menú para Jungkook y este lo tomó entre sus manos desconcertado ante la actitud de Jimin.
—¿Ocurre algo? ¿Tienes algún pendiente?
—Creí que eras sincero, eso es todo... —Encorvó los hombros.
La voz de Jimin sonaba triste ya que su actuación de dolido debía de ser espectacular para matar dos pájaros de un tiro. Primero quería evidenciar a Fransesca para que cayera totalmente de la gracia de Jungkook. Necesitaba quitársela del camino para asegurarse de que el hombre tenía ojos únicamente para él. Y segundo, aprovecharía para manipular emocionalmente a Jungkook y ver qué estaría dispuesto a hacer por él porque si ya estaba enamorándose u obsesionándose sería más rápido llegar a su cometido que era; dejarlo en la ruina.
Sin embargo tenía ciertas dudas. ¿Y si lo que Fransesca le dijo era cierto? ¿Y si Jungkook lo único que quería era quitarle las acciones? Entonces estaba en problemas porque a pesar de que él parecía estar interesado de verdad, podía ser un buen actor al igual que él. Por eso necesitaba averiguar en cuanto antes las verdaderas intenciones de Jungkook.
—Soy sincero. ¿De qué hablas?
—Fransesca ha ido a visitarme a mi habitación. —Jimin suspiró—. Me siento súper tonto al creer que en un par de días te... Bueno yo sé que desde el inicio dijimos que sin ataduras.
»Sin embargo anoche llegué a sentir que por primera vez luego de mucho tiempo necesitaba a alguien y ese alguien eras tú.
»Luego me dijiste que me querías conquistar y mi corazón llegó a latir sintiendo que... ¡Vaya hasta te he dicho que te quiero y en tiempo récord!
—¿Qué te dijo Fransesca? —Los ojos de Jungkook estaban amplios y quizás se estaban dilatando por el susto.
La mujer le advirtió en el estacionamiento de la empresa, antes de partir al aeropuerto que le diría a Jimin que quería engañarlo para comprarle las acciones más baratas, pero él no pensó que lo fuera a hacer tan rápido.
—Que quieres engañarme para comprar las acciones a un mal precio, incluso dijo que eres capaz de robarlas porque me casé con tu padrastro y te quité las acciones que te pertenecen. —Los ojos de Jimin se invadieron de lágrimas—. ¿Por qué juegas conmigo? Era más sencillo decirme que no al trato de comprármelas dentro de seis meses... Era más sencillo seguir tratándome mal como el primer día...
—Jimin...
—Preferiría tus groserías y desplantes en lugar de sentir que me rompes el corazón...
Y listo, Jimin comenzó a llorar. Los comensales murmuraban entre si el alboroto que estaba sucediendo en la mesa. Jungkook se retorció incómodo en la silla y trató de tomar la mano de él, pero fracasó en el intento.
—Jungkook mírame, necesito que me veas a los ojos...
Él lo dudó un poco, pero después aceptó, levantó la mirada para conectar sus ojos púrpura con los ojos color avellana de Jungkook.
—Es verdad. Yo le he dicho eso a Fransesca, pero fue el primer día que nos conocimos. Yo creía que realmente fuiste amante de mi padrastro, al conocerte me enteré que era como un padre para ti y mi concepto acerca tuyo cambió por completo.
—¿Entonces...?
—Admito que la primera noche que fui a visitarte a tu casa iba con todas las intenciones de hacerte sentir incómodo, pero algo sucedió y terminamos en la cama —Sonrió de lado y Jimin se ruborizó, recordando el Viagra y la noche pasional.
»Si no me hubieses dicho que Namjoon y tú eran como padre e hijo ni siquiera te hubiera tocado... Después en la fiesta del Jek"e me sentí celoso de que estuvieras bailando con Adib.
»Por eso los seguí a la segunda planta y gracias a Dios que lo hice, sino hubiera sucedido una calamidad.
»Esa noche cuando dormí a tu lado, al sentir tu respiración sincronizada con la mía, al sentir tu calor yo... Me llegué a sentir como un chiquillo enamorado y bueno, te prometí que iba a conquistarte porque realmente te quiero solo para mí. ¿Comprendes eso?
Las palabras de Jungkook eran sinceras, tan sinceras que Jimin se quedó sin habla. Aún así se sentía traicionado y su corazón no era tan blandengue como para derretirse por el millonario tan fácilmente. Él había decidido dejar de lado los sentimientos de culpabilidad que la atormentaron la noche anterior, sin embargo quería disfrutar de esa relación el tiempo que restaba.
—Dices que es cierto lo que dijo Fransesca, pero que al conocerme decidiste no engañarme... ¿Verdad?
—En resumidas cuentas sí.
—Es que es demasiado para mí, no sé si debo creerte.
—Entonces no me creas y escucha únicamente a tu corazón.
Jimin no emitió palabra alguna, él se puso de pie conteniendo la mirada con Jungkook un par de segundos, después dio media vuelta y se fue caminando rumbo a su habitación con una sonrisa descarada en su rostro porque había comprobado que las palabras de Fransesca eran ciertas, pero que las de Jungkook también y que él había caído enamorado de un estafador experto.
Lo había logrado, Jimin logró tener a Jeon Jungkook comiendo de su mano.
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