🥂Capítulo 17🥂
Jimin borró la conversación que acababa de tener en el chat grupal que Taehyung creó minutos atrás. Luego se dirigió a Jungkook sentándose frente a él.
—Gracias por hacer que se fuera.
—¿Es cierto lo que dijo?
—¿Qué cosa?
—Que te acostaste con él.
—No soy un niño, Jungkook. He tenido parejas —dijo mirándolo a los ojos.
—Ya veo. —Apretó los labios.
—Pero eso de que yo le iba a vender las acciones era mentira, ni siquiera he hablado con él desde el viaje a Canadá.
—Por lo menos me confirmó una cosa —dijo mirándolo a los ojos.
—¿Qué te ha confirmado?
—Que Namjoon era como tu padre.
—¿Apenas me vas creyendo? Por cierto, ¿por qué te fuiste sin despedirte esta mañana?
—¿Debí hacerlo?
—¿Podemos tener una verdadera conversación? Esto es cansado.
—Estamos conversando, Jimin.
—¿Llamas conversación a hacer pregunta tras pregunta? —Cruzó los brazos.
—Bueno hablemos de las acciones. ¿Vas a venderlas sí o no?
—Ya teníamos un trato, soy hombre de palabra.
—De acuerdo.
—¿Por qué estás molesto?
—Creí que querías que la sesión de preguntas y respuestas terminara.
—¿Por qué estás molesto? —volvió a preguntar.
Jungkook se puso de pie, rodeando el escritorio hasta llegar a donde estaba Jimin. Estando ahí lo tomó por los hombros y susurró a su oído:
—Porque me enfada saber que hubo hombres que tocaron tu cuerpo antes que yo.
—No es como si tú fueras virgen cuando nos acostamos hace dos días... ¿Quieres que te recuerde cómo fue el primer día que conocí a Fransesca?
—Es diferente, Jimin.
—¿Por qué va a ser diferente?
—Porque tú haces latir mi corazón, sin embargo yo no causo tal efecto en ti.
Jimin sonrió, luego se puso de pie para encarar a Jungkook.
—¿Quién dice que no? —Lo miró directo a los ojos cautivándolo todavía más—. Hasta parece que no me pones atención nunca. ¿Crees que invitaría a cualquier tipejo para dormir en mi habitación? Y no hablo de coger, hablo de dormir... De estar vulnerable el uno con el otro.
Jungkook sonrió sonrojándose un poco, él al igual que Jimin se sentía un muchachillo de preparatoria que acababa de conocer a su primer amor. Así que haciendo a un lado el impulso que lo motivaba a pegar los labios contra los suyos tragó saliva diciendo con voz aterciopelada:
—¿Quieres tener una cita conmigo? Me refiero a una verdadera cita, como mencioné anoche; quiero conquistarte.
—Jeon Jungkook... creo que no te has dado cuenta de que ya me tienes en la bolsa, pero acepto. ¿A dónde iremos?
—Será sorpresa, mientras tanto vamos a la playa de la Nova Mar Bella.
—¿Nuestra cita será en la playa?
—No, tenemos asuntos con la creación de nuevos pozos petrolíferos en ese lugar.
—Comprendo.
—No me digas que ya te había emocionado la idea de una cita en la playa...
—¡No que va! —Jimin avanzó a la puerta de la oficina.
—Nos iremos en mi automóvil para tener mayor privacidad. ¿Te parece?
—¿Conducirás tú?
—Por supuesto. ¿No sabias que en mi juventud fui competidor de circuitos?
—Para nada, sigues siendo un estuche de monerías. Vaya que ya te tengo el apodo perfecto.
—¿Apodo? —Jungkook alzó las cejas.
—Eres un auténtico cliché de película, así que te he puesto Señor Cliché.
—Poco original, pero me gusta.
—¿Cómo que poco original? —Jimin fingió ofenderse.
—Yo me podría Papi súper Rico y millonario.
—Jimin soltó una risotada que invadió de calidez el corazón de Jungkook.
—Dejemos de decir tonterías y vamos, que Mar Bella no está a la vuelta de la esquina. —Cuando Jimin abrió la puerta se dio cuenta de que todavía estaba ahí Fransesca, como todo perro guardián. —. ¡Oh! ¿Sigues aquí? ¿Vas a entrar a ver a Jungkook? Porque ya nos íbamos.
—Lo estoy esperando para ir a la Nova Mar Bella —dijo con voz agria.
—Justo vamos para allá. ¿Vienes con nosotros? —le preguntó Jimin a Fransesca.
—¿Con ustedes?
—Nos iremos en mi automóvil, será mejor que te vayas en la van de empleados —le dijo Jungkook viendo su reloj.
—Este negocio se está efectuando gracias a mí, lo menos que merezco es viajar contigo. —Fransesca parecía molesta, tanto que estaba divirtiendo a Jimin.
—Entonces ven con nosotros, por mí no hay problema —dijo Jimin encorvando los hombros restándole importancia—. O si gustan yo puedo viajar en la van para que hablen del negocio a solas.
—Vaya humildad que tienes... —masculló Fransesca entre dientes.
—¡¿Cómo vas a creer eso?! —Jungkook tomó a Jimin del brazo con sutileza—. Tú vienes conmigo, eres mi invitado y único accionista después de mí.
—¿Y yo qué? —cuestionó Fransesca.
—Ve en la van con los empleados, te veo en Mar Bella. Para efectuar el negocio no es necesario que viajemos juntos.
Jimin y Jungkook caminaron juntos por los pasillos de la empresa dejando a Fransesca furiosa detrás suyo. Ella sin una pizca de amor propio avanzó con premura hacia el estacionamiento para dirigirse al automóvil de Jungkook. No iba a irse en la van ni de broma, ella sabía que su derecho como comerciante principal a la hora de obtener esos nuevos pozos petrolíferos era más que irse como empleada general y no aceptaría tal humillación. Así que con las suficientes agallas se acercó al auto de Jungkook, pidiéndole al chofer acceso, él ya la conocía desde años atrás por eso no hubo impedimento alguno. Con mirada furiosa y sonrisa maliciosa se sentó en el asiento del copiloto y cuando Jungkoook y Jimin llegaron se sorprendieron a causa de la invitada no deseada.
—¿No se supone que iría en la van? ¿Qué hace en tu auto? —preguntó Jimin en un susurro.
—¿Por qué la dejaste subir? —le preguntó Jungkook a su chofer con voz severa.
—Ella me dijo que viajaba con usted, señor...
En el mismo estacionamiento, pero a escasos metros de ellos se encontraban las dos camionetas van en la que el resto de empleados viajarían. Jimin al verlas decidió poner en marcha su actuación "mézclate con los plebeyos para que vea el enorme corazón que tienes"
—Está equivocada, ella debería... —Jimin tomó a Jungkook del hombro y este se quedó callado para ponerle atención.
—Creo que tienes muchas cosas de que hablar con Fransesca. Yo iré en la van, nos vemos allá.
Con elegancia se puso un poco de puntillas, depositando un suave beso en la mejilla de Jungkook, después dio la media vuelta y caminó hacia la van. Los empleados de inmediato le hicieron espacio, peleándose por ver quienes irían sentados al rededor suyo.
Por otra parte, Jungkook se acercó a Fransesca abriendo la puerta de copiloto para decirle lo siguiente:
—Creí que había quedado claro que no quería nada contigo.
—Eso lo sé, te he visto seguir a Jimin a la planta alta del Jek"e. Igual que un mosco sigue la cola de una vaca. ¿Te estás divirtiendo? Te dije que no iba a estar disponible para ti, cuando terminarás tu negocio con él.
—Ya no se trata de querer comprarle las acciones, en realidad no me interesan.
—¡No me digas que te enamoraste de ese renacuajo sin gracia!
—No le vuelvas a llamar de esa manera y para que quede bien claro. Tú no estabas invitada a subir a mi automóvil.
—Es mi derecho como comerciante principal de este negocio.
—No sabía que los comerciantes tuvieran más derechos que los accionistas. —Jungkook suspiró—. Dejarás de ser mi asistente, conseguiré a alguien más. En cuanto a tu puesto como comerciante, puedes continuar.
—Bla bla, sube al auto que perderemos el avión.
—¿Subir al auto? Mi chofer va a llevarte al aeropuerto, yo iré en la van con mis empleados y con Jimin.
—Le diré lo que me dijiste el día de su primer reunión, le diré que lo estás usando para comprarle las acciones más baratas.
—Bueno, te agradezco que me advirtieras. Así yo le digo primero.
Al decir eso, Jungkook dio la vuelta y caminó hacia la van en donde estaba Jimin. Haciendo un movimiento con la mano les pidió a sus empleados que le hicieran espacio y se sentó un asiento antes de él. O sea iba en frente.
—¿Y ese cambio repentino? ¿No ibas en tu auto? —cuestionó Jimin desde el asiento de atrás.
—¿Y dejarte solo con estos buitres? —dijo mirando a sus empleados.
—¡Oh vamos que son amables!
—Así que es cierta su relación con el señor Jimin... —murmuró un empleado— ¡Nunca había viajado con nosotros, jefe!
—Pues vamos al aeropuerto. En el avión nos separaremos.
—Yo les prometí ir todos juntos —dijo Jimin sonriendo—. ¿No me digas que te vas a ir en primera clase tú solo?
—Si me lo pides tú entonces viajaré junto con ellos.
—¡Estupendo! Nos la pasaremos bomba estas dos horas de viaje...
Jungkook suspiró y los empleados reían porque estaban viendo a su jefe ser dominado por un doncel. ¿Y es que cómo no caer ante Jimin? Era encantador por naturaleza y hechizaba a los hombres si se esforzaba un poco. Además tenía a todos encantados con su amabilidad y eso que no estaba demostrando todo de lo que era capaz.
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