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🥂Capítulo 1🥂

Jimin se puso ropa deportiva ajustada color negro al igual que sus tenis y calcetines. Después salió a correr para encontrarse "accidentalmente" a Jeon Jungkook en el parque del vecindario, estaba estirando su cuerpo cerca de una banca cuando él apareció corriendo. El sudor en su frente lo hacía ver más sexy de lo que ya era, en el brazo llevaba una pulsera electrónica vinculada a sus audífonos de Bluetooth en los que escuchaba música. Vestía una camisa de resaque blanca, shorts deportivos color negro, y tenis Fila blancos. Jungkook medía 1.87 de estatura, no era delgado, pero tampoco gordo. Se mantenía con cuerpo atlético ya que llevaba una estricta alimentación para cuidar su salud. Además adoraba el deporte e ir de excursión a las montañas. Tenía el cabello oscuro, mentón bien marcado, labios y sonrisa de comercial. ¿Qué puedo decir? Jungkook era guapísimo, un bombón que cualquier ser humano en sus cabales desearía devorar. Sus ojos color avellana hicieron contacto con los ojos púrpura de Jimin, él al notarlo se acercó fingiendo timidez. Jungkook lo observó con curiosidad encantado con sus ojos fuera de lo común.

—¿Es usted Jeon Jungkook? —cuestionó fingiendo timidez.

—En efecto, joven.

—Viudo de Montalbán —contestó—. Lo he reconocido porque dentro de un par de días me presentaré en su empresa para vender las acciones de mi ex marido.

—Oh —Jungkook cruzó los brazos—. Que sorpresa, imaginaba al viudo de Montalbán... —La observó de arriba a abajo—, Distinto.

—Cierto, soy joven, pero eso es una larga historia. —Los ojos de Jimin se invadieron de lágrimas—. Namjoon Montalban fue como mi padre.

—¿Cometieron incesto, señor? Porque nunca he visto a un hijo desposar a su padre. —Alzó las cejas.

—Para evitar oportunistas me pidió de favor hacerlo, su muerte me dejó destrozado...

—Y con millones en su cuenta. —Sonrió de lado.

—¡Pero que atrevido! —gritó ofendido.

—¿Atrevido? Si estoy llevando a cabo una conversación casual.

—¿Conversación casual con comentarios mordaces? —Se tocó el pecho con la mano—. Si usted desea, puedo invitarle un café saliendo de nuestra cita el lunes. De esa manera sabrá las causas de mi...

—Debo negarme a la invitación, el lunes compraré las acciones y nuestra relación laboral finalizará ese mismo día. Si me permite, he de marcharme. Mis más sinceras condolencias, sé que no ha de ser fácil quedar viudo a los dos meses después de casarse. —Dicho eso siguió trotando.

Los instintos de caza fortunas de Jimin se intensificaron en ese instante, él amaba el dinero, pero disfrutaba conseguir doblegar a los hombres con mentes difíciles de controlar. Por eso, Jeon Jungkook pasó de ser un estafado más a una diversión y enigma para ella.

—Sigue trotando mi queridísimo Jeon, que pronto trotarás en búsqueda mía, siguiéndome como un perro que busca un hueso. —Sonrió con arrogancia.

Jimin, junto a su padre y el pequeño equipo conformado por Magdalena, una mujer de cincuenta años que además de ser su nana y una especie de robot humano —metafóricamente hablando—, se encargaba de investigar todo acerca de las víctimas y por Taehyung, su medio hermano de veintiún años de edad que se hacía pasar por conquistador para causarle celos a las víctimas de Jimin. Ellos cuatro lograron obtener millones y estaban seguros de lograr exprimir la cuenta bancaria de Jungkook.

Magdalena le entregó a Jimin un listado con las comidas favoritas de Jungkook, la marca de ropa y zapatos que utilizaba, el nombre y dirección de cada una de sus ex novias, averiguó el nombre de su madre y pasatiempos, e incluso el tipo de motor de su auto. Entre las aficiones de Jungkook estaba la excursión, él amaba las largas caminatas en montañas altas y apreciar el atardecer, también adoraba lanzarse de paracaídas, básicamente todo deporte y/o diversión que tuviera algún tipo de riesgo. No encontraron ningún pasado oscuro, al contrario. El señor Jeon fue criado en un convento con la educación más religiosa y prestigiosa del país. Además de eso se descubrió que terminó con sus antiguas parejas porque era un fiel creyente en el matrimonio, el amor y esperaba encontrar a la pareja ideal para permanecer juntos el resto de su vida. Era un caballero responsable, respetuoso, pero sobretodo inteligente, perspicaz y seguramente el reto más grande al que Jimin se enfrentaría.

—Es fácil mi niño, si él presenta resistencia ante tu invitación a tomar un café después de la charla que tendrán; irás con su madre —dijo Magdalena

—¿Y estás segura que la señora Jeon estará en la empresa?

—¡Por supuesto! Ella hizo instalar un pequeño jardín en el centro del edificio y va todos los días a leer libros en ese lugar —informó Apolo.

—¿Está en ese lugar todos los días a todas horas? —Alzó las cejas.

—Magui Jeon visita el jardín todos los días de cuatro a seis de la tarde. Ella perdió la audición un par de años atrás, y encontró consuelo en las letras. Irás con ella y la convencerás de ser amante del libro que leíste este fin de semana.

—¿Orgullo y Perjuicio? Con todo respeto mi querida Magda, odié ese libro. —Se estiró en la sala de estar con flojera.

—¡¿Qué?! Yo lo he leído y es estupendo —se quejó Taehyung.

—Hermanito, Darcy es arrogante, superficial y...

—¡Y demostró que ama a Elizabeth!

—¿En serio van a pelear por eso? —preguntó Apolo con fastidio.

—Magda me obligó a leerlo también —murmuró Taehyung—. ¿Eso en qué parte del plan me va a ayudar?

—Eso te lo diré más adelante mi niño —contestó Magdalena—. Ahora, son las tres de la tarde ¡es hora de partir!

Jimin partió a la empresa M&M vistiendo un elegante traje negro que estilizaba la figura de manera abismal. Al bajar de su auto convertible le entregó las llaves al valet parking sonriendo deslumbrante, a él casi se le cae la baba al quedar hipnotizado por su belleza.
Jimin era llamado "La medusa" porque provocaba que los hombres quedarán hipnotizados con su hermosa apariencia, pero su padre lo llamaba "Mi medusa de oro" porque cada vez generaba más riquezas. Caminó al interior del edificio meneando las caderas con elegancia y seducción, robando miradas no solo de hombres, sino también de mujeres envidiosas que anhelaban su hermosura y de otras tantas que lo tomaban como inspiración para mantenerse en forma y caminar con el mismo porte y elegancia.
El recepcionista le explicó que Jungkook tenía una visita inesperada, que por eso tenía que esperarlo unos minutos antes de encontrarse con él. Jimin cruzó los brazos cuando escuchó eso y puso en marcha sus encantos.

—¿De verdad? —se recargó en el mostrador parpadeando coqueto mientras hacía un ligero puchero—. Esperaba verlo pronto porque tengo una agenda apretada, ¿puedo saber quién lo está visitando?

—Fra... Francesca —contestó tartamudeando.

—¿Quién es ella? ¿Puedo saber? —Se mordió ligeramente el labio.

—Es... —El recepcionista de veintitrés años de edad miró para todos lados, se inclinó al oído de Jimin y susurró—: La amante de el señor Jeon.

—¡¿La qué?! —preguntó el un grito agudo ampliando los ojos con sorpresa— ¿Su amante? —susurró sin poder creerlo.

Que Jungkook tuviera una amante complicaba las cosas porque primero tendría que deshacerse de ella. Además Jimin estaba maldiciendo en su interior a Magdalena porque nunca le mencionó que tenía competencia.

—Eso lo sabe poco personal del edificio, el señor Jeon cuida mucho su imagen ante los medios, hasta nos hizo firmar un acuerdo que acabo de violar al contarle que está...

—Tranquilo... ¿Cómo te llamas?

—Hobi.

—Bien, tranquilo Hobi, guardaré el secreto. Como compensación te dejaré mi número. —Jimin tomó una pluma del mostrador y escribió en la mano de Hobi su número de teléfono. Tenerlo de su lado le serviría para acercarse a Jungkook.

—Gracias... —dijo sonrojado.

—¿Me haces otro favor? —le preguntó con ojos brillantes y él asintió.

Instantes después Jimin subía por el ascensor directo a la oficina de Jungkook. El recepcionista le había dado el número de piso y la ubicación exacta con la condición de no revelar que fue él quien le ayudó. Llegando a la puerta de la oficina se acomodó sus guantes negros y tocó tres veces esperando que alguien le abriera. Los segundos pasaron y la desesperación por ver a Jungkook y conocer a la tal Francesca aumentaba. Curioso pegó el oído en la puerta logrando escuchar gemidos de la pareja.

—Se nota que fue criado en una escuela religiosa —murmuró sarcástico en voz baja.

Tocó un par de veces más para después comenzar a hablar para si mismo.

—Probablemente están maldiciendo porque alguien los interrumpió, y se están vistiendo rápidamente. Entraré en cinco, cuatro, tres... Dos.

Jimin se acomodó el cabello, humedeció sus labios y tomó el pomo de la puerta dispuesto a abrirla.

—Uno. —La abrió con decisión.

Jungkook se estaba cerrando el cierre de su pantalón cuando se abrió la puerta, Francesca sentada en el sofá de piel sintética sede de los actos pasionales que instantes atrás se llevaron a cabo. Ella tenía el cabello color zanahoria, liso hasta los hombros, con división en el centro. Pendientes y collar de diamantes, zapatos al último grito de la moda al igual que su hermoso vestido color amarillo.

—Tenemos una cita, ¿A caso lo olvidaste? —preguntó a medida que se acercaba a Jungkook.

—Creo haber dicho que la atendería dentro de...

—Shh, —Jimin se tomó el atrevimiento de coger la corbata desaliñada de Jungkook para acomodarla en el centro. Francesca invadida por los celos que causaba aquel hombre se puso de pie de inmediato—. Creí que Jeon Jungkook era más responsable con las cosas de trabajo. Pero veo que prefiere meter la cuchara en una sopa barata y caliente antes de aumentar su fortuna. —siseó entre dientes mirando a Francesca de arriba abajo.

Jungkook endureció la mirada dando un paso hacia atrás para alejarse de Jimin al mismo tiempo que apretaba la quijada.

—¡Que atrevido! —gritó Francesca.

—Retirate Francesca, yo me encargo.

Francesca obedeció saliendo furiosa y con ganas de gritarle a Jimin un par de majaderías.

—Creí que tenía gustos de admirar, pero veo que me he equivocado.

—Lo mismo pensaba del señor Montalbán, señor. —Con un movimiento de mano lo  invitó a sentarse en la silla frente de su escritorio.

—¿La señorita es su ligue o prometida?

—¿Por qué el interés? ¿Quién lo dejó entrar? ¿Y por qué abrió la puerta sin autorización? —preguntó al cerrar la puerta y caminar a su lugar en el escritorio.

—Tantas preguntas, una sola respuesta. —Sonrió de lado.

—Pues conteste.

—Yo pregunté antes, es justo que responda primero.

—Francesca no es nada de lo que mencionaste, ni mi novia, ni mi ligue, ni mi prometida y tampoco una sopa barata caliente. —Jimin casi suelta una carcajada, pero en su lugar se mordió los labios.

—Porque quise, esa es mi respuesta para todas las preguntas. Siempre obtengo lo que quiero, señor Jeon.

—¿Y qué es lo que quiere?

—Eso lo dejo a su imaginación.

—Perfecto, ya que no quiere decirme lo que quiere tendré que decir lo que yo quiero. —De una carpeta sacó los documentos de compra y venta de acciones colocándolos frente a Jimin.

—Quiero preguntar una cosa antes de firmar —dijo al tomar la pluma negra que tenía el apellido de Jungkook grabado en la punta.

—Soy todo oídos.

—¿Cuál es su porcentaje de acciones en la empresa?

—Ochenta y ocho porciento. —Jimin sonrió de lado comprendiendo porqué Montalbán no quería vender esas acciones, eran mucho más importantes de lo que él imaginaba.

—Eso significa que al yo firmar serás el dueño absoluto, pero si no firmo sigo siendo el dueño junto contigo. —Jimin comenzó a jugar con la pluma entre sus dedos mirando directo a los ojos de Jungkook.

—El dinero que ofrezco por las acciones es mucho más de lo que valen —dijo Jungkook cruzando los brazos.

—Como si estuviera interesado en el dinero. —Dejó la pluma en el escritorio cerrando la carpeta de la compra y venta de acciones—. No voy a vender mi parte.

—¿Ah no?

—¡Por supuesto! —Se puso de pie—. Desde el primer día que nos conocimos me ha tratado de manera irrespetuosa juzgando mi relación con Namjoon Montalban sin siquiera saber el tras fondo de las circunstancias. Y hoy en lugar de reunirse conmigo prefirió saciar sus deseos carnales con la tal Francesca.

—Cálmense Jimin, pareciera que está celoso.

Jimin, escucharlo pronunciar su nombre provocó que algo dentro de él se estremeciera, aún así le molestó el hecho de las acusaciones falsas. Claro que no estaba celoso, lo único que le molestaba era que la tal Francesca pudiera robarle la atención de Jungkook, porque sin su atención no podría desfalcarlo.

Era eso... Estaba seguro.

🥂Trataré de subir toda la historia hoy🥂

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