Capítulo 4. Dos formas de pasar el mismo día.
Calabozo, pisos intermedios.
La familia Hestia estaba luchando en el piso 13 del calabozo, acababan fácilmente con la gran variedad de monstruos que se hacían presente en el mismo.
La situación parecía bajo control, sin embargo, varios de los monstruos se agrupaban y hacían más difícil el avanzar por tener que acabar con ellos lo más rápido posible, evitando el desgaste de mente y arriesgarse de más.
-¡FIREBOLT!-Gritó Bell, lanzando un rayo color escarlata desde la palma de su mano y derrotando así a un Hellhound que se acercó peligrosamente a su compañera Haruhime.
-¡Ten más cuidado Haruhime! ¡Permanece detrás de Mikoto, no te muevas de ahí!-Ordenó Bell, rebanando a un par de Almiraj que se iban hacia él para atacarlo.
*¡Slash!*
Un tanto de sangre cayó de ambos conejos para después volverse humo y dejar solamente sus piedras mágicas como prueba de que alguna vez existieron.
Pero Bell no se detuvo ahí.
-¡Se acercan un par de Lyderfang!-Alertó Lili, la cual corría a gran velocidad mientras agarraba las piedras mágicas que los monstruos iban droppeando.
-¡Yo me encargo!-Dijo el joven peliblanco, mientras iba a donde se encontraban los dos monstruos que se asemejaban a tigres de gran tamaño.
-¡Yo te cubro Bell!-Comentó Welf, sacando su espada mágica y acabando con los monstruos que interfirieran en el camino de su compañero.
Varas ráfagas de llamas salieron disparadas del arma, quemando a su paso a varios Almiraj y unos cuantos Dungeon worm.
Tras la pantalla de fuego que se había creado, Bell cubrió su rostro con la bufanda de piel de salamandra que Lili había conseguido para situaciones como estas en las que tuvieran que luchar en condiciones extremas, como en este momento que la temperatura era alta.
Atravesando las llamas, saltó hacia ambos Lyderfang con ambas dagas en sus manos.
-¡Firebolt!-Gritó y ambas dagas se encendieron en llamas.
*¡SLASHHHHH!*
De esa forma, casi sin dificultad, las cabezas de las bestias fueron cortadas, cayendo al suelo y rodando hasta que sus cuerpos desaparecieron y nuevamente dejaron únicamente la piedra mágica.
O eso era lo único que debían dejar...
-¡Un colmillo de Lyderfang y su piel!-Celebró Lili, tomando ambos ítems del suelo tan pronto Bell terminó con ellos.
-Bell-Sama, en serio no deja de sorprenderme su suerte, con este ya van 5 ítems que obtenemos el día de hoy, si seguimos de este modo por unos meses más, pagaremos la deuda con Hefesto-Sama-Dijo la pequeña hobbit, con una sonrisa en su rostro y al parecer, brillo en sus ojos.
-Espero que sea así, sinceramente es una carga tener tan alta deuda, aunque he de aceptar que lo ha valido, esta daga me ha salvado muchas veces...-Decía el chico, mirando el arma color azabache, no obstante, al finalizar su oración, esa escena de él luchando con Aiz y rompiendo el arma de esta misma cruzó nuevamente por su mente, tensando su mirada ante ello y sintiendo cierto temblor en su mano.
-¡Bell-Dono! ¡Minotauros!-Alertó Mikoto, tratando de evitar que Haruhime resulte dañada por algunos de los Hellhound restantes cerca de ellas.
-¡Y-Yo me encargo de los minotauros! ¡Welf, ayuda a Mikoto y a Haruhime!-Ordenó el chico, corriendo para acortar la distancia entre el par de monstruos toro que se asomaban al piso 13.
-¡De acuerdo!-Dijo el herrero sin pero alguno, tomando su larga espada y cortando a los Hellhound, al igual que Mikoto.
"¿Qué hacen minotauros en el piso 13? Aunque no están tan lejos de su zona de aparición, por lo que debe ser una coincidencia" pensó el peliblanco, aunque no tenía tiempo para formular una explicación más extensa, primero debía derrotarlos.
*¡VUOOOOOOOOOOOOOH!*
Gritaron ambos minotauros, alzando ambos brazos y bajándolos con gran rapidez y fuerza hacia la posición de Bell.
El chico se deslizó por el suelo hasta pasar entre las piernas de uno de ellos y quedar detrás de ambos.
-¡Firebolt!-Gritó el muchacho un par de veces, activando su magia y golpeando las espaldas de los monstruos.
Al recibir el impacto, sus cuerpos se tambalearon hacia adelante, perdiendo un tanto el equilibrio, para haber sido el golpe de una magia sin cántico y ellos siendo minotauros, era algo a remarcar.
Voltearon instintivamente para seguir luchando, aunque grata fue la sorpresa de ambos cuando notaron que su rival ya estaba a un par de pasos de ellos.
-¡AHHHHHHHHH!-Voceó Bell con gran fuerza, sus músculos se tensaron al infundir fuerza en sus brazos para enterrarlas en los ojos de ambos.
*¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!*
Gritaron los minotauros con dolor mientras la sangre se escurría por la herida provocada en sus ojos.
Pero... aún no terminaba.
Con las dagas aún clavadas, Bell ejerció más fuerza, haciendo así que se deslizaran al otro extremo de donde sus ataques habían sido efectuados.
*¡CRACK!*
Un sonido de algo quebrándose se hizo presente.
*¡CRASH!*
El cráneo de ambos, al menos en la parte frontal del mismo, fue roto, haciendo una gran herida en el mismo, no sin antes la daga llegar al otro ojo que les faltaba.
*¡AHHHHHHHH!*
Volvieron a gritar los minotauros, en esta ocasión por el dolor que estaban sintiendo.
Bell los vio y sintió un poco de miedo por ello.
Sus ojos se abrieron de par en par.
Sin embargo, por esa distracción, uno de ellos golpeó en su pecho.
*¡PUUUUM!*
El fuerte impacto fue recibido de lleno sin oportunidad de ser bloqueado, haciendo así que se estrellara en una de las paredes cercanas a su posición.
-*¡COF!* *¡COF!*-Bell comenzó a toser, sintiendo como si el aire se hubiera salido de su cuerpo.
-¡BELL!-Gritó Welf al ver a su amigo en problemas.
Los minotauros, ya cegados, no pudieron hacer más que lanzar golpes y embestidas de manera errática y sin dirección aparente.
El peliblanco seguía estampado el la pared, con un intenso dolor en la espalda y pecho, en resumen, en todo su torso. Tenía los ojos cerrados, pero los abrió de golpe y volvió al campo de batalla.
-¡E-Estoy bien! ¡Yo me encargo!-Alertó Bell, con sus brazos aún temblando.
"M-Me siento un tanto hipócrita al estar haciendo esto, al estar luchando con monstruos después de lo sucedido con los Xenos..." se dijo a sí mismo, tratando de calmar la vibración de sus brazos mediante un agarre firme en sus armas.
Limpió la sangre de su boca con el costado de su armadura, la cual había escupido por culpa del choque entre los huesos de su espada y la fuerte roca de la pared.
-Aún si me siento de esta manera... ellos no son Xenos... no es lo mismo-Dijo al aire, como si tratara de justificar que lo que estaba apunto de hacer fuera correcto.
Cerró nuevamente sus ojos y en ambas manos un resplandor blanco iluminó lo que lo rodeaba.
Unas cuantas campanadas tintineaban con gracia y sincronía, calmando los corazones de los miembros de la familia Hestia al igual que el propio, además, eso fue una alerta para los minotauros, quienes dejaron de lanzar golpes sin dirección y centraron su atención hacia donde el ruido provenía, aún si su audición no es el sentido que mejor desarrollado tienen, era casi imposible no percibir esas ondas sonoras.
Los monstruos se prepararon para acabar con Bell, poniendo sus cornamentas por delante.
Corrieron para golpearlo y enterrar sus cuernos en el inmóvil chico.
Aunque, justo antes de hacerlo, un aviso llegó a la mente del susodicho.
Argonauta, 1 minuto.
Eso fue suficiente para realizar su ataque.
"¡AHORA!" Se alertó a él mismo.
Antes de que los cuernos de los minotauros lo contactaran.
Bell se inclinó ligeramente y enterró una daga en el cuerpo del que lo atacaba por el costado derecho y al otra por el minotauro del costado izquierdo.
Los dos escupieron sangre, por lo que se llegó a la idea de que había sido perforado algún pulmón.
Tomando aire, con sus enemigos inmóviles, pronunció una sola palabra.
-¡FIREBOOOOOLT!-
Los cuerpos se inflaban, incrementando el tamaño de los mismos, hasta que...
*KAAAAAABOOOOOOOOOOOOOOOOOOM*
Explotaron, liberando una gran cantidad de llamas.
Tras esto, la vibración en los brazos de Bell disminuyó, aunque ahora debía preocuparse por las quemaduras que tenían en los mismos.
-¡Bell! ¡¿Estás bien?!-Preguntó a Welf, corriendo hacia donde su compañero estaba, detrás de él, venía el resto de la familia.
-¿Uh? Sí, estoy bien, perdón por preocuparlos, por un momento mi mente se nubló y me distraje gracias a eso-Contestó el chico, enfundando sus dagas nuevamente al observar que ya no había ningún enemigo a la distancia.
-¿Cómo están ustedes? ¿Se encuentran bien?-Les preguntó, ignorando sus quemaduras.
-¡Eso no importa! ¡Mira tus brazos!-Le reclamó el herrero, ignorando la pregunta de Bell.
-¡Lili se encargará, Bell-Sama!-Dijo la Hobbit, sacando de su gran mochila una poción curativa, una de tantas que tenía en la misma, porque conocía perfectamente las tendencias suicidas de la mayoría de los miembros de la familia Hestia.
Ella comenzó a verter un poco del líquido en la piel chamuscada del chico, la cual se extendía hasta la parte media del brazo.
-Debe tener más cuidado, Bell-Dono, admito que al subir a nivel 4 su fuerza incrementó mucho, aún así, si no se cuida, puede acabar muy herido-Comentó Mikoto preocupada.
-Lo lamento, es que aún no me acostumbro a esta técnica, nunca antes se me había ocurrido combinar argonauta con mi magia, la idea cruzó a mi mente desde ese día con la señorita Aiz, quise ver que tal funcionaba si lo aplicaba en combate y grata fue mi sorpresa al ver que dio buenos resultados, aunque ya vimos las consecuencias-Dijo el peliblanco de manera irónica, volteando ligeramente hacia donde la soporte de su familia aplicaba la poción.
-De acuerdo, mientras no se te haga costumbre emplearla repetidamente, no debe de haber problema-Opinó Welf, cruzando sus brazos.
-¡Listo Bell-Sama! Podemos continuar-Expresó Lili, guardando el resto de la poción.
-Espera Lilicuajo, hay algo que quisiera hablar con Bell rápidamente, denme unos minutos-Interrumpió el pelirrojo, envolviendo a su amigo con su brazo derecho y llevándoselo.
-B-Bien...-Dijo Lili, viendo que se separaran del resto.
Ya los dos hombres juntos, podían discutir.
-¿Qué sucede Welf? ¿Hay algo importante de qué hablar?-Preguntó Bell con confusión, no comprendía lo que su amigo quería decirle.
-Sigues pensando en lo sucedido con los Xenos ¿Cierto?-Dijo sin rodeo alguno el herrero.
-¿Eh?-Fue lo único que alcanzó a salir de la boca del chico.
-Eres una de las personas mas amenazantes y peligrosas que conozco dentro del calabozo, lo cual contraría notablemente con tu personalidad fuera de este lugar, aún así, te ves distraído, pero el problema recae en que no parece ser únicamente por el tema de la princesa de la espada, así que te pregunto, ¿Tiene que ver con el tema de los Xenos?-Insistió Welf con la pregunta, reafirmando su posición y actitud seria.
Viéndose acorralado y siendo un terrible mentiroso, Bell contestó.
-S-Sí... después de que mi percepción del mundo cambiara por enterarme de que existen monstruos como nosotros, la duda de si hago lo correcto al matar a uno me carcome, el tema moral de sí es correcto o no seguir luchando con ellos sabiendo que es posible que sean como Wiene no deja de hacer estragos en mi mente-Fue la respuesta de Bell, mirando hacia abajo un tanto cansado.
Welf suspiró.
-En el mundo existen personas buenas, también malas, aún si son de la misma raza, no podemos juzgarlos de igual manera, lo mismo sucede en este caso, toda nuestra vida nos habíamos topado con monstruos con intensiones asesinas, los cuales querían acabar con nosotros, incluso ahora, pero aún si así son las cosas, debemos comprender que eso no ha cambiado, sí, conocimos a algunos que rechazan esa naturaleza, sin embargo, eso no nos asegura que todos tengan esa mentalidad-Dijo el pelirrojo, tratando de hacer entrar en razón a su amigo.
-La maldad es independiente del género o la raza, por lo que debemos aprender a clasificarlos de esa forma, hay humanos que matan, hay monstruos que igual lo hacen, nuestro deber es detenerlos y lograr que la gente buena, los monstruos buenos, tengan una vida en paz ¿No lo crees?-Finalizó Welf con esa pregunta.
Parecía que Bell había tenido una pequeña resolución ante ello, no era para menos, al fin alguien le daba una respuesta respecto a eso, con Aiz fue una conversación unilateral, en la cual se enfrentaban dos ideologías contrarias, Welf, por su parte, dijo en resumidas cuentas que no existían dos respuestas a eso, no tenía porque ser un lado bueno y uno malo.
-Tienes razón, al fin y al cabo, quiero ser un héroe que ayude a los buenos, independiente de quienes sean-Dijo Bell, levantando la cabeza, recuperando el ánimo.
-No volveré a dudar, no volveré a cuestionar mi sentir ni lo que creo correcto-Agregó.
-Me alegra que llegues a tu respuesta, a tu resolución, como dijimos en veces pasadas, te apoyamos-Comentó el pelirrojo, levantándole el pulgar en señal de aprobación.
-¡Bien! ¡Entonces continuemos nuestra aventura!-Finalizó Bell, con una sonrisa llena de confianza y corriendo hacia el resto de su familia.
Y de esa forma, la jornada en el calabozo continuaba.
Aunque el día de Bell se esté desarrollando de esa forma, todavía falta la perspectiva de cierta hermosa chica elfo.
En "La Señora de la Abundancia".
Varias horas habían pasado desde que el bar/restaurante "La señora de la Abundancia" abrió sus puertas ese día, todo estaba como normalmente era, varios clientes esperaban sus comidas, algunos comenzaron a beber desde muy pronto, en fin, un día como cualquier otro en este lugar.
Pero había un detalle importante.
Cierta camarera de ahí, específicamente una elfo, no se comportaba como normalmente lo hace.
-Ryuu...-Nombró la jefa del lugar, la enana Mama Mia.
La chica volteó hacia su dirección al oír que la llamaban.
-¿Sucede algo, Mama Mia?-Preguntó Ryuu, un tanto confundida.
-Lárgate a tu habitación, en este mismo instante...-Fue la única instrucción que la enana le dio mientras un aura amenazante era desprendida de ella, provocando que los presentes sintieran un fuerte peso en sus hombros, pero sin comparación al efecto que tuvo en la chica.
-P-Pero, Mama Mia, usted dijo que trabajaría todo el día de hoy-Dijo Ryuu, tratando entender la causa de eso.
-Ryuu-nya, creo que es mejor que le hagas caso-nya a Mama Mia-nya-Opinó Anya, acercándose a su compañera y alejándola de una muerte segura, ya que percibió como su jefa se molestaba aún más por esa declaración.
-¿Hice algo mal?-Preguntó ella hacia la chica gato de cabello color castaño.
-¿Que si hiciste algo mal-nya? ¡Ya rompiste un par de vasos-nya!-Reclamó Chloe, señalando a los trozos de cristal que habían sido tirados al bote de la basura.
-Y si no fuera suficiente, haz estado equivocando los pedidos, ya varios aventureros se quejaron de que lo que les servías no era lo que pedían-Dijo Lunoire desde la cocina.
-Además, pareces enferma, todo tu rostro está de un color muy rojo, me sorprende que no te hayas desmayado aún-Agregó Syr, tocando la frente de su amiga.
Se preguntarán ¿Por qué Ryuu está tan distraída hoy? Simple, todo se trata de su mente divagando respecto a cierto aventurero que se asemeja a un conejo, perteneciente a la familia Hestia.
Provocando así que no se concentre en su trabajo y que haya hecho lo antes mencionado por las demás camareras.
Ella había estado sonrojada, con una sonrisa en su rostro mientras atendía, algo no muy común en ella, sabiendo que es alguien demasiado seria en casi todos los aspectos de su vida.
Pero volviendo a la actualidad.
Ryuu no tuvo otra más que hacer caso a la advertencia de Mama Mia, quien estaba aguantando las ganas de golpearla por su ineptitud.
-Descansa, Ryuu, o si no todas sufriremos al furia de Mama Mia, lo hacemos por nuestro bien principalmente, jeje-Dijo Syr, riéndose ligeramente, mientras acompañaba a su mejor amiga hacia su habitación.
-¿E-Estás segura? ¿No les hará falta ayuda?-Preguntó la elfo, siendo empujada al interior de su cuarto.
-Sinceramente nos causarías más problemas que beneficios estando de esa forma, así que no te preocupes, descansa, relájate y cuando te sientas mejor, puedes bajar y ayudarnos, aunque procura asegurarte de estarlo, porque no creo que Mama Mia te de una segunda oportunidad-Respondió la peliplateada, con cierto escalofrío recorriendo por su espalda al imaginarse la furia de su jefa.
-D-De acuerdo, muchas gracias, aunque debo de admitir que no me siento mal, pero no gano nada contradiciéndolas-Opinó Ryuu, suspirando y dándoles la razón.
Tras de ella, Syr cerró la puerta y regresó a su trabajo.
La enana solo parecía estar pensando profundamente.
"Esta niña, desde que regresó de la casa de ese chico actúa extraña"
"Aunque he de admitir que es agradable verla más tranquila y sonriente, no creí que mostrara esa cara algún día... ¡PERO NO DEBE ESTAR TAN DISTRAÍDA EN EL TRABAJO!" fue el último pensamiento que pasó por la mente de la mujer.
Habitación de Ryuu.
Ryuu estaba recostada en su cama, se había quitado su uniforme de camarera para evitar que éste se arrugara, porque existía la posibilidad de volver a usarlo en unas horas.
En el silencio de su habitación, mirando al techo, habló consigo misma.
"¿A qué se referían ellas al decir que parezco enferma? No me siento como tal, al contrario, me siento muy tranquila y ligera como una pluma, aunque no sé a qué se debe esto" pensó, tocando sus mejillas para comprobar si estaban calientes y así fue.
Ante eso, ella se puso de pie y se dirigió a un espejo que había encima de su mesa.
Al posarlo enfrente suyo, vio a lo que sus amigas se referían.
-¿Uh? E-Estoy completamente roja ¿Por qué? N-No tengo ningún síntoma de fiebre...-Se preguntaba con preocupación, desesperándose.
-H-He estado así desde... Cranel-San...-Agregó, al ver su mano.
Mente de Ryuu.
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-Usted es un humano al que yo respeto, Cranel-San-
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-N-No hay problema... m-me es grato saber que tengo el respeto de alguien como tú, Ryuu-
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De regreso en el mundo real.
-N-No, no puedo tener estos pensamientos....-Se dijo a sí misma.
-É-Él es del interés de Syr, yo debo apoyarla-Continuaba, tratando de evitar hacerse más ideas peligrosas.
Poco a poco comenzó a retroceder y se sentó en su cama.
Subió sus piernas en la cama, apoyó su espalda en la pared y enterró el rostro en sus rodillas.
-Yo... yo no debo sentir algo como esto por Cranel-San... él es alguien demasiado puro-Decía mientras lágrimas se deslizaban en su rostro y caían a sus rodillas.
-No puede juntarse con alguien como yo, manchada por la venganza...-
-Syr es mejor opción, y-yo solo debo apoyarlos... no merezco ni siquiera sentir algo como esto...-
Pasaban los segundos y el corazón de Ryuu dolía cada vez que encontraba otro motivo por el cual Bell no se enamoraría de alguien como ella.
-Pero... aún sabiendo que está mal... ¿Por qué me niego a aceptarlo?-Preguntó.
Su ánimo decaía en esos momentos, sin saber qué hacer para hace que su mente dejara de divagar, parecía que esa cara alegre de hace unos momentos se había quebrado en un abrir y cerrar de ojos.
-Si Cranel-San se queda al lado de mi... únicamente le espera sufrimiento...-Susurró, mientras caía dormida.
Durante el sueño de Ryuu, ella vio una escena que luchaba desde hace años para poder enterrarla, sin embargo... había algo más.
Sueño.
-¿Por qué nos dejaste morir Ryuu?-Preguntó una mujer de cabello oscuro vestida con atuendo oriental.
La mirada de Ryuu se tensó y su cuerpo comenzó a temblar al mismo tiempo que extendía su mano hacia aquella figura.
-K-Kaguya...-Susurró, mientras un pequeño mar de lágrimas eran nacidos desde sus lagrimales.
-¿Por qué huiste?-Otra persona realizó esa pregunta, esta vez se trataba de una pequeña chica con cabello rosado, al parecer era una hobbit.
-¿L-Lyra...? Y-Yo... u-ustedes...-Ryuu trataba de contestar pero las preguntas simplemente no salían.
-Nos abandonaste, tú debiste morir con nosotras en esa ocasión ¿Por qué no estás muerta?-Dijo una última voz, se trataba de otra mujer, esta vez ella traía un largo cabello rojo amarrado con una liga, se trataba de alguien que Ryuu conocía muy bien.
-A-Alise...-Dijo la elfo con una fuerte presión en su pecho.
-¿Por qué no estás muerta?-Preguntaron las tres al unísono, acercándose a donde Ryuu estaba.
-Ustedes me salvaron para que yo viviera...-Respondió Ryuu, retrocediendo al sentir una gran amenaza proveniente de ellas.
-¿Por qué huyes? Fue tu culpa, debes aceptar tu destino... asesina-Dijeron las tres al mismo tiempo nuevamente.
Esas palabras cortaban el alma de Ryuu, a quien le fallaban las piernas por el temblor y el miedo.
-Y-Yo... soy una asesina...-Concordó con lo dicho por sus ex compañeras.
-Lo eres... mereces morir como nosotras, no debes ser feliz, no tienes derecho a serlo-Dijo Kaguya o la imagen mental de la misma.
-Nos abandonaste y cometiste un horrible crimen-Continuó Lyra.
-Me arrepiento de haberte considerado una hermana, Lyon-Agregó Alise, viéndola con repudio.
Ryuu cayó al suelo, no podía mantenerse de pie por más tiempo.
-Lo lamento...-
-Lo lamento...-
-En serio lo lamento...-
Repetía las disculpas.
-¡UNA DISCULPA NO BASTA!-Gritaron nuevamente las tres mujeres con un tono que infundía miedo.
-Perdón...-
-Por favor perdónenme...-
Decía, abrazando sus rodillas y llorando cada vez más fuerte.
Justo antes de que Alise, Kaguya y Lyra se acercaran, un fuerte brillo blanco creó una barrera que les impedía acercarse a Ryuu.
-¿Q-Qué...?-Preguntó la elfo hasta que el resplandor se redujo, dejando ver una espalda.
Se trataba de Bell.
-¿Cranel-San...?-Cuestionó con sorpresa reconocerlo.
-No dejaré que te hieran, Ryuu...-
-Tú eres... una buena persona...-
Su corazón dio un salto al ver la sonrisa tranquilizadora de quien fue su salvador en esta oscura situación.
Fuera del sueño.
Ryuu abrió de golpe sus ojos.
Todo había sido simplemente una horrible y cruel pesadilla.
Estaba sudando a mares, realmente fue una horrible experiencia vivir eso.
-Alise... Kaguya... Lyra...-Nombró a sus amigas fallecidas.
-Nunca me dirían eso...-
-Porque gracias a ellas sigo viva, arriesgaron todo para que no muriera...-
-Aun así... yo, cegada por mi venganza... simplemente tiré a la basura todos su esfuerzos-
-Convirtiéndome en una criminal...-
-Deseché todo significado de la justicia que me inculcaron... esa justicia en la que creía...-
-Pero sigo sin entender por qué... ¿Por qué si Cranel-San sabe todo lo malo que hecho... Sigue siendo mi amigo?-Se preguntó, sin concebir una respuesta.
Pasaron los minutos y por fin se tranquilizó.
-Es momento de volver a trabajar, al fin y al cabo, esta es mi vida ahora... eso no cambiará-Finalizó, poniéndose su uniforme y saliendo del cuarto.
Zona del bar.
El resto de las camareras veía como su compañera bajaba las escaleras, tenía los ojos llorosos pero un rostro tranquilo, el que era normal según lo que habían visto desde que la conocen.
-Ryuu ¿Te encuentras bien?-Preguntó Syr con preocupación.
-Estoy bien, Syr, no hay ningún problema-Contestó.
-Niña, ya casi cerramos, por lo que no hay mucho que puedas hacer, así que te toca lavar los platos-Dijo Mama Mia, apuntando a la cocina.
-De acuerdo Mama Mia, yo me encargo-Respondió, dirigiéndose hacia allá para realizar su trabajo.
Cuando estuvo ahí, casi abre la boca de la impresión.
Una gran pila de platos, vasos y cubiertos, que cualquier movimiento haría que todos se cayeran al suelo y se rompieran, la esperaban.
-Esta será una noche muy larga...-Susurró.
Buscó una esponja, prendió la llave y puso manos a la obra.
-Parece que necesitas un poco de ayuda-Dijo una voz desde al puerta principal de la cocina.
-¿C-Cranel-San?-Nombró la elfo al ver a aquel chico peliblanco.
-Buenas noches Ryuu, me alegra verte-Saludó Bell, acercándose.
-I-Igual a mi me alegra verlo... buenas noches, por cierto ¿Qué hace aquí?-Saludó de igual manera.
-Mi familia y yo fuimos los últimos clientes, estamos regresando del calabozo, llegamos hasta el piso 23, las cosas se pusieron muy locas cuando un Green Dragon nos emboscó, pero aún así nos las arreglamos, jeje-Contestó el peliblanco, riéndose un tanto nervioso.
Ella se rió también.
-Usted siempre metiéndose en problemas, Cranel-San-Opinó.
-No puedo negar eso, en fin... te ayudaré con esto-Expresó el chico, recogiendo sus mangas.
-¿Uh? ¿Está seguro? No tiene por qué hacerlo, puedo arreglármelas sola-Preguntó Ryuu.
-Tú me haz ayudado demasiadas veces, tantas que no me alcanzarían los dedos de las manos para enumerarlas, si soy capaz de ayudarte en algo como esto, lo haré con gusto-Fue la respuesta dada por Bell, tomando una esponja y un plato.
Las mejillas de la chica volvieron a sonrojarse, como se había vuelto costumbre al estar al lado del joven.
Cerró sus ojos, sonrió y dio su respuesta.
-En verdad eres alguien muy amable, Bell-
Y continuó lavando los platos.
Hasta que se percató de como lo había nombrado.
"Espera... ¡LE DIJE BELL!" Gritó en su mente con gran sorpresa.
-¿Dijiste algo Ryuu?-Le preguntó quien estaba a su lado.
"No lo escuchó... ¿Uh? ¿Por qué me siento aliviada y enojada por eso?" Se preguntó.
-N-No es nada C-Cranel-San, continuemos con los platos-Finalizó, centrando su atención en su tarea, mismo caso que el de Bell.
Pegada en la puerta, sin ser vista, Syr escuchaba todo.
Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen sus votos, al igual que de su apoyo como ya es costumbre.
¿Qué les pareció el capítulo de hoy?
Buzón de sugerencias, opiniones y/o comentarios.
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Si desean leer más de mis fic, pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...
Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con discordia en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un trío amoroso muy raro, BellxTionaxFreya
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.
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