Capítulo 34. Gojouno.
La fiesta que fue realizada por la bella pareja para revelar la noticia sobre el embarazo de la hermosa hada dio inicio tan pronto las felicitaciones y palabras de apoyo por parte de los invitados, compuestos por gente en extremo cercana a los individuos que esperaban aquel milagro, la celebración por fin dio inicio.
Las copas se elevaban por parte de los comensales, en señal de que deseaban que se les sirviera más alcohol, los tragos se bebían, vaciando los tarros repletos de esta misma. La comida se servía a montones entre los presentes, quienes disfrutaban del rico sazón de las cocineras de "La señora de la abundancia", lugar que mucho tiempo fue hogar de la bella elfo hasta hace a penas unos cuantos meses.
En el ambiente se respiraba júbilo y felicidad. Las voces resonaban y las risas decoraban el sitio con un aura de alegría que muy pocas veces se consigue disfrutar.
Eran nuevos tiempos, un nuevo mañana luego de tanta incertidumbre. Ryuu representaba un rayo de esperanza para las camareras y las dueñas del bar. La sonrisa de esa linda chica que estuvo rota por dentro durante mucho tiempo formulaba el pensamiento de "Valió la pena todo" en sus mentes. Y, al enterarse de que su amiga será madre, la emoción era mayor, tanta que no podían contenerla dentro de sus cuerpos. Pero quien realmente estaba peor que todos y todas era...
-Permíteme guiarte Ryuu. No camines muy rápido-Era Syr...
La peligris posaba su mano en la cintura de la rubia mientras con la otra sostenía la de la antes mencionada, encaminándola a la mesa donde varias de las féminas que se presentaron al local yacían sentadas conversando.
Ella la trataba con suma delicadeza, como si de una muñeca tan frágil como el cristal se tratase.
Esta actitud no apareció a penas ahora, no... desde minutos atrás ha estado 100% concentrada en su amiga, tanto así que no se le ha despegado.
-Jalaré la silla para que te sientes-Dijo, haciendo exactamente eso.
-Syr, por favor, es un poco abrumante-Se quejó Ryuu, sonrojada y un poco incómoda por el trato tan preferencial y servicial que recibía.
-¡Debo cuidarlos! ¡Es mi responsabilidad!-Haciendo caso omiso, Syr posó su palma en el pecho, el cual fue inflado con orgullo mientras esbozaba una sonrisa completamente ególatra hacia su misma persona.
-Agradezco la preocupación, pero necesito que reduzcas la intensidad-Ryuu, quien tomaba el asiento que su amiga le proporcionó, declaró aquello.
-¡Imposible! ¡Hay muchos peligros allá afuera! ¡No permitiré que les pase algo! ¡Antes tendrán que pasar sobre mi!-Vociferó la camarera, señalándose con el pulgar, completamente decidida. Esa convicción rebosante de su ser era de tomarse en serio. Se asemejaba en demasía a la forma en la que Bell demostraba su deseo de alcanzar sus metas.
-¡Es cierto! ¡Esos niños y tú deben mantenerse a salvo!-Lunoire apareció, posando la mano en el hombro de la rubia.
-¡Exacto-nya! ¡No puedo permitir que esos traseros lindo sean heridos-nya! ¡Es más! ¡Estoy segura que ellos tendrán los mejores traseros de Orario-nya! Solo hace falta verte a ti y a Bell-Nya...-La saliva caía de la gata pelinegra pervertís mientras su mente divagaba y fantaseaba con los futuros retoños del conejo y la hada.
Los presentes la miraron con cierto repudio e incomodidad.
"Sin duda no debe acercarse a los niños..." Fue el pensamiento en común que nadie emitió para no herir los sentimientos de la shotacona.
-En verdad me halaga el interés y el amor que demuestran por mi futuro y el de mis hijos. Pero les prometo que estaré bien aún sin ser el centro de atención-Ryuu quiso razonar con ellas, no obstante, su última amiga perteneciente a lLa señora de la abundancia" la abrazó desde atrás. Las manos de la chica gato de cabellera castaña rodearon su cuello y se posaron por encima del pecho de la elfo. Su mentón se encimó a la cabeza de la chica.
-Es nuestro propio egoísmo-nya. Sabemos perfectamente que puedes cuidarte sola-nya, pero es nuestra decisión hacer esto para ti-nya. No se trata de que desconfiemos de ti-nya. Solo es... nuestra forma de demostrar el amor que le tendremos a tus hijos y el que te tenemos a ti-nya. Así que... ¿Podrías permitirnos ser egoístas-nya?-Anya explicó las razones que motivaban los actos de las presentes.
No había ninguna persona presente en el bar que dudara de la capacidad que la elfo posee para anteponerse ante las situaciones más difíciles. Después de todo el dolor y la pérdida que ha sufrido, acompañada del apoyo y el amor que la han mantenido de pie, ella se ha convertido en una persona fuerte.
Es solo que... ni Syr, Lunoire, Chloe o Anya quieren separarse de ella. Desean ser parte del sueño de la elfo, quieren acompañarla mientras se cumple el anhelo de aquella amiga que tanto estiman.
Las cuatro la miraron expectantes por una respuesta a aquel cuestionamiento que Anya le planteó.
Ryuu suspiró y dibujó una sonrisa en sus finos y rojos labios.
-Chicas, para mí sería un completo honor estar bajo su cuidado y recibir su apoyo. Si bien es incómodo, creo que podré acostumbrarme. Además... me es imposible negarme a lo que me soliciten-La respuesta fue emitida de forma calma y dulce, siendo ese el sentir que se le embutía a las palabras por parte del corazón de la bella hada, quien se sentía conmovida por la actitud de sus amigas.
El cuarteto de camareras se alegró. El brillo en sus ojos resplandeció y sus mejillas se ruborizaron de la emoción.
-¡Genial! ¡Entonces permíteme darte de comer! No he visto que comas nada y debo encargarme de ello. Tus hijos deben de crecer grandes y sabrosos- Dijo Syr al segundo de recibir la respuesta de su mejor amiga.
-¿Sabrosos?-Se cuestionó la elfo.
-¡Quise decir poderosos!-Se corrigió la chica, poniéndose. De pie e inclinándose hacia adelante. Por alguna razón eso no convencía a la rubia, quien sentía que esa "confusión" sería más recurrente de lo que desearía.
Syr estiró la mano hacia uno de los platos con comida en la mesa, prácticamente quitándoselo de enfrente a quien lo iba a comer.
-Y ahí se fue mi filete...-Comentó la sanadora de cabello plateado con cuchillo y tenedor en mano, a punto de cortar un pedazo de su alimento hasta que la peligris se lo arrebató.
-¡S-Syr! ¡Eso es grosero! Perdónala Airmid-Reclamó Ryuu a la susodicha, pidiéndole disculpas a la curandera.
Ella negó con la cabeza.
-No hay problema-Contestó Airmid, sonriente mientras otro plato por parte de May, quien corrió a la velocidad de la luz para entregarle uno más tan pronto se percató que una de sus clientes se quedó sin comida.
"Esa chica es realmente servicial" Fue el pensamiento de la peliplateada.
-¡Vamos Ryuu! ¡Abre la boca! Lo soplé para ti. La comida caliente podría hacerle daño a los bebés-Dijo Syr, estirando su mano, la cual sostenía el tenedor con un pedazo de carne en él, hacia la boca de la chica.
Ryuu la miró con un tanto de desagrado.
-¿Qué? ¿Está mal?-Interrogó.
-No es eso. Es que...-Ryuu quiso excusarse pero Syr no le permitió hablar.
-¡Es cierto! ¡¿Cómo pude ser tan descuidada?! ¡Debí masticarlo por ti!-Fue, en la extrañamente de la joven, lo que consideró que estuvo mal.
Antes de que lo metiera a su boca se hiciese aquello, la elfo la frenó en seco, sosteniéndola del antebrazo.
-Por favor no lo hagas. No me refiero eso. Es solo que hay que marcar ciertos límites respecto a cuánto me cuidarán. Puedo comer sola y no es necesario que me trates como a una bebé, los estoy esperando, no soy una-Aclaró.
Syr, quien escuchó atentamente, parecía haberla entendido.
-¿Entonces no quieres que lo mastique por ti?-Interrogó. El "Parecía" fue solo eso.
Ryuu blanqueó los ojos, rindiéndose ante la falta de raciocinio por parte de su mejor amiga. Le comienza a cansar esa actitud, sin embargo, estaba convencida de que lo mejor era acostumbrarse porque no cesaría.
-Solo dámelo de comer así...-Se resignó, abriendo la boca para que Syr le diera la comida. La humana sonrió, repleta de satisfacción.
"Tal vez no pueda cocinar... o realizar muchas labores que personas normales si, pero... aunque sea poco... quiero apoyarte..." Fue el pensar de la peliplateada, quien observaba atentamente a aquella chica que tantas alegrías le ha dado. La imagen de la susodicha en ese callejón durante una noche lluviosa jamás desaparecieron de su mente. Pero ahora... al verla en este preciso momento le hace sentir que hizo lo correcto al no abandonarla.
Por primera vez... esa Diosa disfrazada de humana siente felicidad por alguien que no era ella. Ese acto de beneficencia del cual no estaba obligada ha hacerse cargo y esa buena obra que se dio por el simple hecho de estar presente en el momento y lugar adecuado ha sido, por diferencia, la mejor decisión de su vida.
Así de extraño es el destino. El efecto dominó.
"Te amo. No un amor romántico, pero si un amor tan puro y fuerte como ese" Concluyó.
-Sírvele más-nya. ¿Acaso quieres que mastique el tenedor-nya?-Anya le sacudió el hombro delicadamente, sacándola de su trance.
-¡Oh! ¡Perdón, no me di cuenta que ya lo comiste!-Se disculpó, retirando el utensilio y clavándolo en el trozo de carne mientras que con su otra mano, sosteniendo el cuchillo, cortó otro pedazo para dárselo.
"Fufufu. Sé que los elfos tienen dietas veganas, pero estoy segura de que Bell me agradecerá por darle carne..." Los ojos de la humana brillaron. Un resplandor mirado los iluminó. Sus intenciones maliciosas salían al aire que era tan fácil de leerlas que daba miedo. Algunas cosas nunca cambian.
"Ella es otro caos perdido..." Pensó Ryuu, sin ser consciente del objetivo de la peligris y, ya para este punto, sin importarle. Sea lo que sea se lo permitiría.
"Sea lo que sea... ¿Se lo permitiría?" Se cuestionó mentalmente.
"¿Y si...? No, no creo. No iría por mis hijos como su futuro esposo ya que me quedé con Bell en vez de ella... ¿Verdad?" Por alguna razón no le convencía su razonamiento.
-Oye, Ryuu...-Rompiendo esa burbuja y posponiendo la respuesta a esa interrogante, recibió un ligero jalón en la manga de su vestido, llamándole la atención.
-¿Uh? ¿Astrea-Sama? ¿Qué sucede?-La elfo reconoció la figura de su diosa, quien fue la responsable de dicha acción.
La bella diosa de cabellera castaña, quien era como una madre para Ryuu, se asiento a su costado. Ella lucía inquieta y deseosa de saciar su curiosidad. O al menos esa fue la impresión que le dio a su hija.
-Quise aprovechar para tomar asiento junto a mi amada hija y...-Astrea le susurraba al oído mientras aproximaba más y más la boca a sus largas orejas con la clara intención de lanzarle una pregunta.
-¿A-Astrea-Sama? ¿P-Por qué...?-Antes de concluir su cuestionamiento, al elfo fue silenciada por un profundo nerviosismo que fue traído como resultado ante el tono de voz serio y repleto de amenaza por parte de quien lucía extremadamente molesta.
-¿Por qué recién me enteré de tu embarazo? Varios lo supieron antes que yo... no olvides que soy como tu madre y me ofende en demasía esa falta de confianza... incluso torturé a Welf para recibir información... ¿Se te hace justo que él pagara los platos rotos?-Astrea dijo aquello a una velocidad alarmante sin ninguna clase de titubeo o traba, lo cual infundía un sentimiento de miedo dentro del corazón de la rubia que no estaba acostumbrada a esa actitud por parte de su diosa, o al menos no dirigida hacia su persona.
Cada músculo de su cuerpo se tensó. Balbuceos que intentaban desesperadamente formar una respuesta le siguieron al silencio de la castaña, pero a pesar de ello, no conseguía articular algo diferente a erráticos sonidos.
-P-Perdón...-Ryuu bajó la cabeza, resignada y pidiendo disculpas. No tenía caso ir en contra de su amada diosa/madre.
Astrea suspiró.
-Perdóname tú a mí. Estoy interpretando tus actos desde el enfoque equivocado. Es solo que me emociona mucho saber que mi niña está creciendo muy rápido. Quiero ser parte de cada momento de tu vida, acompañarte en ellos. Así que prométeme que a partir de hoy no habrá secretos entre nosotras ¿Sí?-La deidad acarició la mejilla de su hija, quien la oía atentamente, y levantó la mano libre, bajando todos los dedos a excepción del meñique, con el cual trataba de hacer oficial la promesa.
La rubia sonrió ligeramente. Si bien su intención no era guardarle secretos a su diosa, ella quería darle la noticia de una forma memorable, razón por la cual se realizó la fiesta. De ser por ella, hubiese querido recibir la noticia en privado con Bell, pero por azares del destino, tanto Syr y Welf como Anya, Chloe y Lunoire se hallaban en el hospital en el momento donde Airmid reveló aquella noticia.
"Ahora que lo pienso, fue su culpa..." Ella sostuvo su barbilla y vio de reojo a la sanadora.
-¿Lo prometes?-Insistió la castaña.
-¿Uh? C-Claro, Astrea-Sama-Respondió Ryuu, abandonando su pensar y apartando la atención de la peliplateada, quien comía plácidamente y disfrutaba bocado a bocado la comida recién hecha que May le proporcionó.
Syr le hablaba a su amiga, tratando de continuar la alimentación, no obstante, la elfo estaba atendiendo a Astrea.
-Lo prometo-Adicionó la chica a su respuesta, uniendo su meñique al de la castaña, sellando así la promesa.
-Mou~ Ryuu~-A la peligris le irritaba ser ignorada. Como típica chica caprichosa, estaba deseosa de la atención de su amiga.
Diosa e hija intercambiaron miradas y sonrisas.
-¡Cambiando de tema~! ¡Cuéntame detalles sobre tu embarazo! ¿Cuánto tiempo llevas así? ¿Has tenido síntomas? ¿Los mareos previos a la expedición fueron producto de ello? ¿Desde cuándo lo sabes? ¡Necesito que me hables de tooodooo!-Astrea le soltó la mano, rompiendo estrepitosamente el lindo momento que formaron para casi interrogarla, buscando saciar su hambre de información mientras acercaba su rostro peligrosamente al suyo.
"¿Por qué tanto Astrea-Sama como Syr son realmente malas en leer el ambiente?" Se cuestionó la elfo. Una gota de sudor le bajaba de la frente, sintiendo que tanto su "madre" como su amiga más cerca arruinan el aura de sentimentalismo que se produce posterior a un lindo gesto.
Suspiró, agotada.
-Es muy probable que sí, que mis mareos hayan sido consecuencia del embarazo, por lo que intuyo que, en efecto, fueron síntomas del mismo. Respecto a mi conocimiento sobre "Ellos", bueno, también es reciente. Airmid nos lo comentó tanto a Bell como a mí luego de que despertamos en la sede de la familia Dian Cecht. Fue justo durante la visita de mis amigas y Welf que nos lo reveló. Esa es la razón por la que también lo sabían y les pedimos guardar silencio para que sea una sorpresa para el resto. Según ella, estoy en mi segunda semana de gestación, por lo que es reciente el embarazo, a-además, coincide con la fecha en que él... y yo...-Las mejillas y orejas de la elfo se ruborizaron.
La sonrisa de la castaña la incomodaba. Era como si se burlara de ella.
"Jeje... lo sabía... donde pones el ojo pones la flecha, Bell" Pensó.
-¡Como sea! Quisiera contarle más detalles pero incluso yo los desconozco-Concluyó Ryuu, formando una equis con las manos y evitando que su diosa continuara dirigiéndole esa expresión.
Astrea sostenía su barbilla.
-Siéndote sincera... yo ya lo sospechaba... digamos que hubo "cierto indicio" que me hizo creer que pronto te embarazarías si no es que ya lo estabas...-Miró de reojo a espaldas de la rubia.
-¿Uh? ¿Cierto indicio?-Ryuu ladeó la cabeza sin comprender a qué se refería.
La castaña agudizó la mirada hacia su objetivo.
Un escalofrío se produjo en... ¿Syr?
La susodicha era juzgada por la diosa de la justicia, por lo que mejor la evitó y se puso a silbar en un pobre intento de desviar la atención.
"Freya... ¿Qué carajo hiciste?" Se preguntó.
-Aunque... sea lo que sea... te lo agradezco-Murmuró a bajo volumen para no ser oída, curveando la comisura de sus labios.
Lejos de molestarse con la diosa disfrazada de humana, estaba completamente feliz por este resultado.
"Sin embargo... ¿Fue un acto de amabilidad o tienes un objetivo detrás? Digo... ¿Por qué apresurarlos?" Las dudas continuaban.
-¿E-Está bien, Astrea-Sama?-Ryuu se interpuso entre ambas, rompiendo la concentración de la susodicha.
-Sí. Perdón, solo divagaba-Contestó la cuestionada.
Airmid finalizó su comida, limpiando delicadamente sus labios con la servilleta y se metió a la conversación.
-Sea como sea, les recomiendo que después de estos instantes de calma y paz, vayan considerando los pasos a seguir. Hay muchas cosas qué hacer y pensar posterior a la noticia. Esos bebés nacerán más rápido de lo que creen, el tiempo los consumirá y cuando eso pase, bueno... ¿Qué tanto les gusta a ti y a Bell dormir sus ocho horas diarias?-Declaró la peliplateada, concluyendo con una interrogante a la vez que sudor bajaba de su frente y le ponía una expresión que demostraba total sinceridad. No bromeaba, cuando esos niños nazcan o incluso antes, el dormir correctamente quedará en el pasado hasta al menos cuatro años.
Ryuu ladeó la cabeza, confundida.
-¿Dormir 8 horas? Supongo que me gusta mucho descansar plácidamente... ¿Por qué?-Respondió y a su vez indagó en aquella pregunta tan extraña.
-Lo dice porque ser madre no es sencillo. Incluso antes de que ellos nazcan, los problemas estarán a la orden del día y dormir se convertirá en un lujo más que una necesidad-Shakti entró en escena, aclarando las dudas de la elfo y tomando asiento junto a Airmid.
-¿Un lujo?-Musitó la rubia.
-Sí. Pronto comenzarán los antojos a toda hora y Bell tendrá que complacerte cada que quieras algo-Lunoire se unió a la conversación.
-Luego vienen los cambios de humor-nya-Chloe también aportó su granito de arena.
-De un segundo a otro pasar de feliz a triste o enojada. Cada sonido te causará migraña y las hormonas te pasarán una mala jugada. Prácticamente serás presa de tus emociones que serán tan cambiantes como marea en medio del océano durante la noche-Syr también sabía sobre las dificultades que las mujeres embarazadas atraviesan.
-Y ni hablar del insomnio por la incomodidad en la panza-nya. O al menos eso fue lo que me contó mi Onii-Chan-nya-Anya se integró, mencionando algunos comentarios que Allen le había dado cuando eran jóvenes respecto a la época en que su madre se embarazó de ella.
Todas las presentes miraron a Ryuu, quien lucía ligeramente preocupada.
-C-Creo que puedo sobrellevarlo...-Contestó. Aunque en definitiva no sonaba convencida.
Astrea soltó una risita breve, despertando la atención de su hija.
-Querida, quizás tú puedas, pero debes recordar que muchas de esas cosas afectarán a Bell. Él es quien soportará la mayoría de tus cambios d e humor y antojos-La castaña mencionó al padre de esos niños, señalando detrás suyo donde el antes mencionado se hallaba conversando con el resto de invitados masculinos. Claramente el albino sufrirá mucho cuando ese periodo de inicio a consecuencia de su nula experiencia y corta edad.
Ryuu vio a su pareja y palideció.
-¡Ves! Bell estará muy estresado cumpliendo todos tus deseos y quizás no será capaz de dormir correctamente, es por eso que, como tu mejor amiga, me ofrecí como voluntaria para aliviarlo en esos casos. Es un riesgo que estoy dispuesta a tomar...-Mientras la peligris repetía aquel ofrecimiento que le hizo a Bell en la sede de la familia Dian Cecht, varios nudillos chocaron con su cabeza, dándole un golpe sólido.
*¡PAM!*
Sonó, empujándola hacia abajo ligeramente.
Su lengua, la cual salió al hablar, fue mordida ante el repentino cierre de su boca.
-¡Audch! ¡Mi dengua! ¡Me modí da dengua!-Lloró Syr, mirando su lengua sangrando y siendo incapaz de hablar correctamente.
Rápidamente volteó para enfrentar a la responsable de ese ataque y... ¡Oh sorpresa! Se trataba de Mama Mia, quien elevaba el puño humeante con una expresión aterradora en su rostro que hizo temblar a quienes la rodeaban.
-Deja de andar de arrastrada con el novio de tu amiga-Se quejó la enana de forma severa, reprendiendo a la camarera por su actuar tan impropio de alguien que se denomina a sí misma "mejor amiga".
-D-Dsolo bdomeaba... pedon...-Syr agachó la cabeza cual perro regañado y se sentó nuevamente mientras limpiaba la sangre con una servilleta.
-Y al resto le sugiero que dejen de asustar a esta niña tonta. Sé que un embarazo trae muchos problemas y quizás varios de los que mencionaron sucedan, pero es responsabilidad suya y de ese niño enfrentarlos al igual que anteponerse a ellos. Además, si bien es mala cocinando, controlando su humor, barriendo el bar, limpiando los platos...-La dueña del bar, quien mucho tiempo fue la jefa de Ryuu, se metió a la conversación para defenderla tanto de la resbalosa de Syr como del resto de mujeres que aportaron su granito de arena a la inquietud de la elfo. Comenzó a enumerar las cosas en las que la susodicha se desempeña de mala manera hasta que ella misma la interrumpió.
-M-Mama Mia, por favor, si me va ayudar, por lo menos no me humille-Pidió, ruborizándose completamente gracias a la vergüenza que le causaba ser objeto de tantas críticas que... muy en el fondo ella sabía que no podría negar.
-Fufufu. Admito que varias de esas cosas las sabía, pero el resto no. Ya tengo más material para molestarte, linda hada-Aisha llegó por la espalda de la rubia, riéndose de forma burlona y agachándose para hablarle de cerca.
Ryuu sintió un escalofrío recorrerle por la espalda casi de inmediato, sorprendiéndome y volteando hacia la dirección de donde aquel comentario provino.
-¡P-Podrías al menos hoy comportarte como una buena amiga y no burlarte de mí!-Reclamó, encarándola.
-¡Imposible!-Replicó la amazona.
Las miradas chocaron, sacando chispas. Cada que esas dos interactúan termina con ambas enfrentándose por la nula paciencia de una y la falta de seriedad de la otra. Eran dos fuerzas contrarias que chocan incesantemente cada que se acercan hasta que una de las dos ceda o una fuerza externa intervenga.
-¡Escucha...!-Ryuu iba a aumentar el calor de la discusión, sin embargo...
*¡PAM!*
Mama Mia aporreó la mesa.
-¡DÉJENME TERMINAR MALDITA SEA!-Gritó a todo pulmón, poniendo, no, mejor dicho, imponiendo orden.
Incluso quienes no tenían nada que ver con ese conato de bronca se sentaron en sus sillas correctamente y guardaron silencio, varias ni siquiera respiraban, temiendo que el sonido de su respiración sea interpretado como una interrupción por parte de la enana.
-¡Gracias! Y bien, como iba diciendo, si bien es mala...-Antes de que prosiguiera, alguien tuvo la osadía de interrumpirla nuevamente.
-Mama Mia, por favor, sáltese esa parte...-Pero como era la futura madre, no sufrió ninguna clase de penitencia por parte de ella.
-De acuerdo. No sé por qué lo tomas tan a pecho si al terminar te alagaré, pero como hoy es un día muy feliz, te haré caso-La enana aceptó el pedido de la rubia.
Suspiró y retomó el diálogo.
-A pesar de todo lo que mencioné y no mencioné, sin duda confío desde lo profundo de mi corazón que será capaz de sobrellevar cualquier contrariedad que el embarazo y el nacimiento de esos niños le traerá ¿Por qué? Sencillo, no conozco a nadie mejor capacitada que ella para atender las necesidades de los demás aunque muchas veces abandona las propias. Eres un alma amable que vela por los demás y apuesto mi propia vida a que si esos niños necesitan algo, tú serás la primera en saberlo y atenderlos. Me siento orgullosa de ti y de lo que haz logrado, me gusta saber que en aporté mi grano de arena para construir a la actual tú. Así que, no me decepciones, eres de quien mayores expectativas he tenido y jamás me haz decepcionado, sigue así-Mama Mia levantó su pulgar, dándole su aprobación.
Nadie pudo evitar sonreír ante las palabras tan dulces que se emitieron en el discurso de la dueña del bar.
A Ryuu se le formó un nudo en la garganta y pequeñas lágrimas se le formaron. Estaba realmente feliz por ese apoyo que le demostraba quien mucho tiempo fue como su madre y protectora.
Bajó sus manos, posándolas en su vientre.
-Si me tiene tan alta estima... supongo que he de cumplir...-Susurró.
-Lo harás bien mi niña. Como te diste cuenta meses atrás, no estás sola-Astrea la tranquilizaba, acariciándole el cabello delicadamente.
-Si bien no deseaba ser abuela tan pronto, pero es imposible que no espere ansiosa la llegada de mis mini bells-Hestia, quien había guardado silencio hasta ahora, habló.
-¡Exacto, Ryuu-Dono! ¡Bell-Dono y usted no están solos! ¡Los ayudaremos en todo lo que podamos! Si necesita a alguien que le cocine ¡Yo gustosamente me ofreceré!-Mikoto demostró su compromiso con los futuros padres.
De espalda de la oriental, su compañera se asomó.
-Yo también...-Chigusa levantó la mano.
-¡Yo igual!-Syr saltó, abriendo los brazos para ser observada.
-No, tú no-Camareras, elfa y enana dijeron al unísono, denegando el ofrecimiento de la peligris.
-¡Son crueles!-Replicó la antes mencionada, llorando internamente.
Sin embargo, los ofrecimientos no cesaron.
-Si me permite, puedo enseñarle a cambiar pañales y limpiar la habitación de los niños cuando nazcan-Haruhime habló.
-¡Yo jugaré con ellos-nya!-Anya también.
-Yo puedo echarles un ojo mientras duermen-nya. Vigilarlos totalmente tranquilos... esos lindos-nya...-Un hilo de saliva caía de la boca de la gata de cabello negro. Algo muy retorcido apareció en su cabeza, algo que era mejor no mencionar. Pero sin dudas, no se necesitaba ser un genio para saberlo.
-Y yo vigilaré que este idiota no haga nada raro-Lunoire señaló a Chloe.
-Si bien me es imposible cuidarlos por mucho tiempo debido a mi labor como policía de la ciudad, te aseguro que si ellos salen de la mansión, tendrán a la familia Ganesha vigilándolos-Shakti levantó el pulgar. No permitirá que nada le pase a esos niños.
-Quizá pueda construirles cunas y juguetes-Asfi acomodó sus gafas al decir aquello.
-Yo le daré clases a ese idiota de Bell sobre cómo criar bebés mientras crecen. No permitiré que sea un padre inútil e irresponsable, sobre mi cadáver...-Una risa tétrica provino de Eina. Sus lentes se empañaron y emanaba un aura sumamente tenebrosa.
"¿Cómo fue capaz ese conejo de resistir las clases de esta asesora?" Fue la pregunta en común que se hicieron.
-¡Y-Yo...!-Cassandra estaba a punto de decir su aportación, pero fue detenida por dos manos rápidas que le taparon la boca.
-No te ofrezcas, no hay dinero ni tiempo-Se trataban de Naaza y Daphne.
-Yo prometo cuidarlos cuando Bell-Sama y usted deseen tener tiempo a solas-Lucía también se ofreció.
-N-No creo que eso sea...-Ryuu sentía que no lo requeriría de forma seguida.
-Créeme, desearás aceptar la oferta en un futuro no muy lejano-Aisha la detuvo para que no pusiera en duda la aceptación de la propuesta.
-Hablando de ofertas. Yo sin dudas deseo instruirlos. Aunque claro, eso ha de aguardar hasta que tengan la edad suficiente, así que asegúrate de engendrar un varón...-La amazona, quitada de la pena, hizo tan indecente propuesta, despertando el enojo de la elfo y la humana de cabellera gris.
-¡OYE!-Gritaron ambas al unísono, poniéndose de pie y una al lado de la otra.
Aisha se reía a carcajadas por la reacción, dado que la esperaba.
-Quiero ser la primera de ese Niño...-Dijo, relamiéndose los labios.
-¡NO PERMITIRÉ QUE LES HAGAS COSAS INDECENTES, MALDITA AMAZONA PERVERTIDA!-Reclamó a viva voz Ryuu. Una vena se marcaba en su frente y estaba roja de furia.
-¡CLARO! ¡ESA ES MI TAREA! ¡DILES RYUU!-Syr se unió a los reclamos aunque estaba enojada por la razón equivocada.
-¡EXACTO! ¡ESA ES SU...! ¿Qué?-Ryuu se detuvo cuando analizó y comprendió lo que la peligris dijo.
La sala permaneció en silencio.
-Lili cree que Syr-Sama es potencialmente más peligrosa para esos niños que Aisha-Sama-La hobbit de nombre Lili dio su impresión.
-Sí, eso ni siquiera está en duda-Astrea y Hestia dijeron al unísono, conociendo su verdadera identidad y lo que conllevaba ser "Freya", una diosa de la belleza.
La discusión entre Syr, Aisha y Ryuu se desarrolló. El bullicio entre las acaloradas chicas se elevaba en demasía y el volumen de las voces no disminuía.
Mientras eso transcurría, cuatro chicas observaban con cierta incomodidad.
-Siento que no encajamos muy bien-Comentó Tione, bebiendo de su tarro.
-Ni que lo digas. Si yo creía que en nuestra familia era difícil congeniar, ellos son un problema mayor-Tiona confirmó lo dicho por su hermana.
-Una compañera elfo embarazada de ese humano...-Murmuraba Lefiya sin salir de su impresión.
Al lado del trío de chicas de la familia Loki, a cierta rubia le surgía una duda.
-¿Cuántos besos se dieron para que tuvieran dos bebés?-Dijo Aiz, ligeramente sonrojada.
Esto despertó las miradas de las demás mujeres, quienes no daban crédito a esa duda infantil.
Antes creyeron que bromeaba, algo que... también sería raro viniendo de ella. Pero conforme pasa el tiempo están confirmando que, efectivamente, la princesa de la espada no tiene ni idea de cómo nacen los bebés.
-Por favor perdónenla. No sabe nada sobre "aquello"-Tione salió en su defensa.
-¡Sí! Riveria-Sama jamás le habló sobre ello. Por lo que sigue con la idea de que los bebés nacen con besos-Tiona también.
-¡Riveria-Sama no tenia por qué hablar de algo tan indecente!-Lefiya, propio de ella, defendió a su maestra.
-¿Indecente? ¿Qué cosa?-Aiz ladeó la cabeza sin comprender de lo que hablaban.
Fue entonces cuando un par de pasos resonaron. Las maderas del piso crujieron y una figura se adelantó.
Se trataba de Syr, quien sonreía maliciosamente.
-¿Así que no sabe cómo se hacen los bebés?-Interrogó al aire.
"Mi momento ha llegado. Tú me lo arrebataste cuando recién llegó a la ciudad. De no ser por ti posiblemente Bell sería mío. Así que... me vengaré de ti..." Pensó.
Los ojos del a peligris brillaron.
Comenzó a aproximarse al otro extremo de la mesa.
Nadie apartaba la vista. Estaban vigilando que no cometiera ninguna tontería.
"Te contaré todos los detalles sobre el mufufu" Se trazó como meta.
Su objetivo era sencillo, hacerle pasar vergüenza.
-¡Oh! ¡Princesa de la espada! ¿En serio no sabe cómo se procrean realmente?-Interrogó, fingiendo sorpresa. No le daba buena espina a nadie.
La rubia ladeó la cabeza nuevamente.
Las hermanas amazonas y la elfo pelinaranja detectaron esas negras intenciones.
-Mi madre me dijo que era mediante besos de la persona que amas... ¿No es así?-Aiz empezaba a dudar sobre algo que mucho tiempo creía real.
La sonrisa de Syr se agrandó.
-N-No creo que...-Lefiya quiso frenarla pero fue detenida por las morenas.
-Tarde o temprano debe enterarse. Mejor ahora que luego-Dijeron las gemelas al unísono.
No habría intervención. Era por el bien de la joven. Aunque quizás eligieron a la peor persona para depositarle tal tarea.
-Verá...-Syr se acercó al oído de Aiz, para ser escuchada sin interrupciones y poder pronunciar detalles.
Los segundos pasaban y el sonrojo de la inocente chica aumentaba exponencialmente.
Las tres chicas de Loki que estaban cercanas al relato también se apenaron por la forma tan gráfica en la que Syr describía el acto reproductor.
El resto, sin oírlo, solo suponían lo peor.
"Luego le pediré que me lo diga. Esa chica parece una digna adversaria" Pensó Aisha.
-Y luego él... dentro de... golpeteos... como animales... amanecer...-Y de ese modo finalizó la peligris, recuperando la postura y sonriendo satisfecha.
Aiz volteó lentamente hacia Ryuu. Luego dirigió su mirada a Bell.
Bajó la cabeza y...
*¡Puff!*
Vapor salió de su cabeza.
Sus orejas estaban muy rojas al igual que su fina piel que normalmente es blanca como la nieve.
-E-Ecchi...-Fue lo único que pudo decir.
El bar estalló en risas.
Ver de ese modo a la siempre seria hija de Loki era una experiencia única.
En silencio, al costado de Hestia y Astrea, Hefesto disfrutaba de su bebida, divirtiéndose con las ocurrencias de las féminas.
Tsubaki, su hija, bebía sin control.
-Hefesto-Sama. Hablamos mucho de ese conejo y esta hada pero... ¿Cuándo se animará a dar el paso con Welf?-La capitana de familia interrogó.
La pelirroja se ruborizó y fue objeto de atención. Las chicas dejaron de reírse y vieron a la diosa de la herrería.
-¿Acaso tenemos charla de amor...?-Interrogó Astrea, curiosa.
De repente, todas las mujeres presentes se acercaron a ella.
-¡O-Oigan!-La incomodidad de la deidad no se hizo esperar. Sin embargo...
-¡HÁBLANOS DE TU ROMANCE!-Syr encendió las llamas.
Hefesto ya no podría escapar...
Del lado de los hombres.
-Se oyen muy animadas ¿Cierto?-Comentó Bell, quien había escuchado la conversación de las féminas porque el volumen en el que la tenían le permitía hacerlo sin esfuerzo.
Un brazo lo rodeó y lo acercó al pecho de cierto dios de cabello color melocotón, quien le dio un profundo trago a su tarro de cerveza mientras lloraba y se limpiaba las lágrimas producto de ese llanto con la manga de su traje.
-¡El niño por fin se hizo hombre! ¡Estoy jodidamente orgulloso de ti, Bell! Y no solo eso... ¡En tu primera noche de amor conseguiste embarazar a Ryuu! ¡Zeus ha de estar tomando los hilos de tu vida para que todo esto sea posible!-Hermes sacudía al albino repetidamente, dedicando unas palabras que brotaban de si por la borrachera. Varias de estas no tenían sentido para Bell, dado que jamás ha tenido relación alguna con la deidad que recién nombró el dios viajero. Pero lo mejor era no replicar, no tenía muchas ganas de discutir con un delirante borracho.
-H-Hermes-Sama, por favor no ande gritando eso así sin más, es incómodo-El chico, dejándose sacudir pero mostrando cierto disgusto, le pidió a Hermes.
Propio de susodicho, ignoró las solicitudes de su compañero, continuando con su relajo. No obstante...
-Guarde silencio de una vez, Dios escandaloso-Hedin reprendió a Hermes, solo lanzándole una mirada que erizó la piel del antes mencionado, quien rápidamente detuvo su payasería y se sentó. Incluso la borrachera se le bajó.
-Gracias, Hedin-Sensei...-Agradeció el conejo.
El elfo levantó su tarro de cerveza, como si dijera "No es nada".
"Qué extraña relación hay entre esos dos..." Pensaron Miach y Takemikazuchi, quienes estaban enfrente.
-Y dime ¿No estás interesado en la conversación de las chicas? Suena muy interesante. Sobretodo Hefesto-Sama-Ouka le dio a Welf un golpe ligero al costado con su codo de forma burlona.
El pelirrojo no se inmutó. Solo sonrió.
Él, quien le ha declarado su amor a los cuatro vientos a Hefesto en múltiples ocasiones no se avergonzaría por algo como eso.
-Aún no soy digno de ella. Cuando lo sea... la atesoraré por toda mi vida-Respondió el herrero, viéndola de reojo hasta que sus miradas se cruzaron y se dirigieron a una sonrisa para luego correr el contacto visual.
-Oh, parece que pronto cambiarán de presa. ¿Quién será la siguiente?-Interrogó Miach al observar que una a una las chicas se separaban de Hefesto. Quizás les respondió lo que preguntaban y las dudas se saciaron.
-La respuesta quizás no nos agrade-Take le dio un jalón a la manga de la túnica del dios de la farmacia azul, llamándole la atención.
Él señalaba hacia la mesa de las féminas, en específico a la parte donde Mikoto y Naaza intentaban ocultarse para no despertar la atención indeseada y de ese modo evitarse la vergüenza de abrir al públicos sus sentimientos. No obstante... no es como fuesen secretos en primer lugar.
Ambos intercambiaron miradas. Sudor les bajó de la frente.
-Takemikazuchi-Sama, sinceramente me sorprende lo denso que es. Usted también, Miach-Sama. Esas dos mueren por ambos-Ouka comentó, recargando la espalda en la silla mientras los juzgaba.
El par chasqueó a lengua.
-¿Estás seguro de que sólo nosotros nos hallamos en esa posición? Porque lo que a mi concierne, Chigusa no es exactamente correspondida por ti-Welf le devolvió el golpe al costado y el tono burlón en su interrogante denotaba una clara intención de incomodar al hijo del dios oriental.
Eso surtió efecto en Ouka, quien guardó silencio.
-Y dime, Bell Cranel. ¿Qué planeas hacer a partir de ahora?-En la misma mesa, otra charla se desarrollaba y fue Hedin el encargado de iniciarla al hablarle de manera calma y seria, propio de él.
-¿Are?-Bell ladeó la cabeza. No comprendía a qué se refería el elfo, quien frunció el ceño.
-Hay muchos pasos que debiste seguir antes de llegar a este resultado. Te instruí sobre ellos pero creo que debí enseñártelos en orden-Declaró, acomodándose los lentes.
-Primero debías casarte con ella antes de siquiera consumar el acto y tú... ¡Te lo saltaste!-Adicionó con enojo, criticándolo y sosteniendo firmemente su báculo.
Casi al instante de levantada la voz, Bell se inclinó ante él.
-¡Me disculpo por mi falla, Hedin-Sensei!-Se disculpo vehementemente.
Hedin suspiró, dándole un golpe en la nuca con la punta de su arma, aunque no lo suficientemente fuerte como para provocarle un daño real.
-Lo hecho, hecho está, no podemos cambiarlo. Sin embargo, has de saber que tienes dos cosas que hacer antes de que esos dos niños nazcan. La principal y más importante es ir al bosque del que Lion proviene para cumplir las tradiciones élficas de dicho sitio y, de ese modo, poder estar unidos de manera oficial. Desconozco cuáles sean los requerimientos, pero, si al padre de esa chica se le cruzan los cables y decide buscarla, estará en todo su derecho de llevársela-Informó, mirándolo fijamente.
Un escalofrío recorrió la espalda del albino.
-¿Llevársela? ¿Por qué...?-Cuestionó.
-Matrimonio forzado para unir dos familiar. Jamás sabes cuando se requerirá. Si bien ella no pertenece a la realeza, ese tipo de arreglos es común incluso en ramas medias de los elfos. Pero si oficializan su vínculo previo a ello, no podrán hacer nada para arrebatártela-Comentó el rubio, tranquilizando a su alumno.
Bell sostuvo su barbilla, pensativo.
-Supongo que tendré un mes muy apurado. Si bien ya planeaba desde antes ir a presentarme a sus padres, no creí que fuese tan importante...-Musitó.
-¿Y cómo sabe todo eso, a Hedin-Sensei?-Preguntó.
El elfo puso cara de póker.
-Porque soy un elfo, idiota. Y si no fuese suficiente, también fui rey de los elfos. No en el bosque de Lion, claro está-Explicó. Una vena se le marcó en la frente ante la pregunta estúpida que le dirigieron.
-P-Perdón de nuevo-Otra vez pidió disculpas el chico.
-La segunda cosa es sencilla. Cásate con ella lo más pronto posible. De ese modo, aún si el padre quiere separarlos, no será capaz de hacerlo. El orden de las cosas en sí no importa mucho. Lo primero puede ser anulado con lo segundo-Adicionó Hedin, dándole un trago a su cerveza.
-E-Entiendo...-La mano de Bell bajó hacia su bolsillo, frotándolo y sintiendo la caja donde guardaba el anillo que deseaba darle a Ryuu para proponerle matrimonio.
El elfo notó eso.
-Así que al menos planeabas hacerlo. Te creí un idiota-Expresó, dibujando una pequeña sonrisa.
-S-Sí... es solo que, por lo que ha paso...-Se excusó.
-¿Puedo verlo?-Preguntó el rubio, estirando la mano y pidiéndole el anillo al conejo.
Dubitativo, Bell deslizó la mano al interior del bolsillo, sujetando la caja y sacándola lentamente.
-Dámela-Insistió Hedin.
Bell se la entregó.
-No permitiré que le entregues una joya barata a la mejor amiga de Syr-Refunfuñó el elfo.
La caja se abrió y el anillo salió a relucir.
Lo miró detenidamente. Cada detalle del mismo era analizado con suma atención para no perderse nada.
Era como si un joyero evaluara el valor y la autenticidad de un diamante.
También hizo énfasis en la zona donde el dedo será metido, el cual estaba hecho de una aleación de oro y amatista, dándole un suave color azul con cierto degradado amarillo.
-Interesante... ¿Y dónde planeas hacerle la propuesta?-Preguntó, regresando la joya a su caja.
-Planeaba hacerlo en su bosque, luego de volver del lejano oriente...-Respondió el joven pero fue detenido.
-No, denegado. Jamás permitirán que un humano se case con alguien de su raza. El racismo continúa muy presente en ellos-Hedin interrumpió.
-Y-Ya veo...-Eso desanimó al chico.
-Quizás en... el lejano oriente...-Mencionó su segunda opción.
El tarro de cerveza de Takemikazuchi se cayó, derramando el contenido en la mesa.
Sus ojos se abrieron en demasía.
-Supongo que contamos con la misma información ¿Verdad?-Comentó Hedin al Dios oriental.
-Es que, bueno, me halaga saber que planeas casarte con Ryuu allá. Incluso podría oficiar la boda, pero digamos que la situación ahí, bueno...-Take trataba de explicarse, sin éxito.
Welf, Ouka y Hermes se pusieron serios.
-¿Esa Diosa loca continúa haciendo de las suyas?-Este último cuestionó, sonriendo con cierto desdén.
Ante la atmósfera, Bell preguntó...
-¿De qué hablan? O mejor dicho... ¿De quién?-.
-Esa Diosa de la belleza es un dolor en el trasero, o al menos así he oído que la describen los que vienen del lejano oriente-Miach mencionó el titulo de la deidad que gobierna aquel lugar.
-¿Lo sabes?-Take se dirigió a él.
-He oído rumores. Después de la migración masiva de tu gente a Orario es difícil no saberlo-Respondió el peliazul.
-Así que la tirana Amaterasu sigue haciendo de las suyas. Creí que tu pueblo la derrocaría-Hedin nombró a la diosa en cuestión, señalando a Takemikazuchi.
-Es imposible. La gente en su distrito es demasiado fuerte para familias como la mía-El pelinegro contestó.
Luego se dirigió al confundido albino.
-¿Mikoto y Haruhime te han explicado cómo son las cosas allá?-Quiso averiguar cuánto conocía el conejo.
-Más o menos. Solo la división de distritos que se gobiernan por diferentes Dioses pero que en general el país es regido por una sola Diosa-Dijo el susodicho.
-En parte es cierto. El detalle recae en que la zona que gobierna Amaterasu, siendo la capital, no es muy diferente a Telskyura con Kali-Informó Take.
-En mi distrito, Tsukuyomi y yo gobernábamos de manera justa. Es por eso que mis hijos y Haruhime recuerdan su hogar con tanto cariño. Tsukuyomi era como un padre para todos, benevolente y dulce. Sin embargo... al final del día le debíamos rendir cuentas a Amaterasu-Adicionó.
Palideció y suspiró.
-Temo que de volver, las cosas sean diferentes a cómo las dejamos. Tuvimos que huir porque... quería a Mikoto-Confesó.
-El problema es que Haruhime ya convenció a todos de ir-Welf le reveló el plan de la rubia.
-Sí... Mikoto me contó. Es por eso que insistí en acompañarlos-Comunicó.
Bell pensaba profundamente. Tal parece que ese viaje no será las vacaciones que creía.
-Niño, no quería decírtelo porque es un asunto ajeno a mi. Pero si estás tan decidido de ir al lejano oriente, entonces me corresponde darles esta información, más teniendo en cuenta que involucra a tu amada-Hedin interrumpió la concentración del albino.
-¿Que involucra a Ryuu...?-Repitió.
-Sí... ¿Qué tal te suena el nombre de "Kaori Gojouno"?-Aquel nombre salió del elfo.
-¿Gojouno...?-Bell lo asoció a los relatos de su amada.
-Es el apellido de...-Antes de terminar su oración, Hedin ya se encontraba asintiendo.
-Tal y como piensas. Se trata de un familiar de la antigua compañera de Lion. En específico, la hermana menor. Mi diosa, después de encontrarla en ese callejón, nos pidió investigar a sus compañeras en busca de familiares para darles la noticia. Era como un acto de agradecimiento hacia Astrea-Sama y las caídas por el tiempo que trabajamos juntos. Para nuestra sorpresa, la información respecto a Kaguya Gojouno era mucha. Al ir al lejano oriente para informarle a su hermana sobre su deceso, Amaterasu no nos permitió acercarnos a ella. Al parecer esa Diosa odiaba mucho a Kaguya. Desconozco el motivo-Explicó el rubio.
La expresión de Bell cambió al enterarse de eso.
-Bueno. Tal parece que derrocaremos un gobierno-Welf se estiró y resignó.
-¿Qué?-Takemikazuchi no entendía el comentario del herrero.
-La cara de ese tonto. Grita "Hay que salvar a esa chica" en todos lados. Ya se decidió-Justificó el pelirrojo.
Hedin le habló al joven.
-Te recomiendo guardarlo en secreto al menos hasta enterarnos si sigue viva. No le crees falsas esperanzas a ambas-Sugirió, refiriéndose a Ryuu y Astrea.
Bell asintió.
-De acuerdo... supongo que habrá que rescatar a otra chica, como en los viejos tiempos...-Musitó, totalmente decidido a rescatar a la hermana de Kaguya en nombre de su amada "esposa".
No obstante...
-¡¿De qué chica hablas?! ¡Hip!-La voz de Ryuu, quien se acercaba detrás suyo, lo alertó.
Bell volteó rápidamente y ahí se topó a la elfo totalmente roja, enojada y... ¡¿BORRACHA?!
-¡¿Quién le dio alcohol?!-Reclamó el albino.
Aisha silbó, fingiendo demencia.
-Estás solo, viejo-Los amigos del conejo se levantaron y se fueron de la mesa, no deseaban verse inmiscuidos en lo que vendría.
Bell tragó saliva y...
*¡PUM!*
-¡SOY TU MUJER Y LA FUTURA MADRE DE TUS HIJOS, MALDITO MUJERIEGO!-Gritó Ryuu, dándole una bofetada, mandándolo a volar.
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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.
En fin, déjenme sus opiniones.
¿Cómo estuvo el capítulo? ¿Sí les gustó?
Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.
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Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...
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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina. ¿Su amor podrá superar el consejo que le dan a las asesoras sobre no enamorarse de los aventureros a su cargo? ¡Averigüémoslo!
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¡Una aventura de un héroe sin Falna le espera a nuestro protagonista! ¿Qué pruebas y dificultades habrán en su camino sin la bendición de un dios? ¡Descubrámoslo!
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.
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