Capítulo 27. ¿Confías en mí?
-Hmmm. Tal vez debamos descansar un momento-Comentó Bell mientras humo se disipaba enfrente suyo y manchas de sangre se deslizaban de su daga color azabache.
-¿En serio crees eso? ¡OBVIAMENTE NECESITAMOS DESCANSAR!-Reclamaron todos los miembros del grupo mientras jalaban bocanadas de aire a consecuencia del cansancio.
-Lili no siente las piernas desde hace 4 pisos...-Susurraba la pequeña soporte acostada en el suelo y con los ojos convertidos en remolinos.
-Bell-Ryuu llamó a su novio. Si bien ella no lucía cansada, comprendía el sentir de los demás.
Él se acercó, atendiendo al llamado.
-¿C-Crees que vamos demasiado rápido?-Preguntó.
-A este punto es ridículo que todavía lo preguntes-La elfo se frotó los párpados, no dando crédito a que el peliblanco tenga el descaro de cuestionarse aquello.
-Sí...-Bell asintió y giró para ver de frente a sus compañeros.
-¡L-Lamento ir tan rápido! Descansemos antes de ir a la gran cascada, podemos poner el campamento debajo del gran árbol, creo que muy difícilmente aparecerán más monstruos-Se disculpó y después dio la orden de preparar las carpas para el bien merecido, y exigido, descanso por parte de el grupo de expedición.
-Maldito conejo...-Murmuró Daphne, claramente irritada por la imprudencia del peliblanco, mientras Cassandra se apoyaba en su hombro, cansada, dado que hace dos pisos se desmayó del cansancio.
-Hemos recorrido casi 25 pisos en menos de dos horas viejo. Sé que eres nivel 5 y quieres terminar la misión lo antes posible, pero nos matarás antes de siquiera llegar al piso 27. Recuerda que todavía debemos cruzar la gran cascada y los pisos profundos-Se quejó Welf, enfundando su espada mágica, la cual le había consumido una considerable cantidad de mente tras el uso prolongado. Tampoco es como si él se caracterizara por tener un enorme repertorio de poder mágico.
-Haruhime-Dono, ya puede despertar. Por fin descansaremos-Avisó Mikoto a la renard que cargaba en su espalda.
-¿Uh?-La hermosa rubia se despertó, apartando la capa de piel de salamandra que envolvía su cuerpo y cara, frotándose los párpados y bostezando como un pequeño animalito después de un largo sueño.
Ante la mirada del conejo, todos se sentaron en el suelo del piso 25.
-Amor. Creo que sería idóneo que nosotros nos encarguemos de preparar todo. Fue culpa de tus prisas, pero te ayudaré-Ryuu sugirió, posándose al lado de él y susurrándole aquello al oído.
-Sí...-Bell aceptó y se dirigió a donde Lili yacía casi desmayada, agarrando la enorme mochila que siempre cargaba y sacando las tiendas de campaña.
-Yo los ayudo-Aisha también se ofreció, yendo hacia el capitán del grupo.
-¡Claro! Entre más seamos mejor...-De repente el muchacho fue jalado y apartado.
Fue Ryuu quien hizo aquel movimiento, reemplazándolo.
-Bell, tú encárgate de la fogata y el alimento. Aisha y yo pondremos las tiendas de campaña-Dijo la peliverde, casi rubia, agudizando la mirada que le lanzaba a la amazona.
-Fufufufu-La morena se burló de aquella reacción. Sin dudas la pequeña elfo que conoció meses atrás trataba de sacar los colmillos, pero solo le resultaba muy adorable.
-O-Okey...-El chico no discutió y se alejó de ellas dos.
-Ya comienzan a ser cansados tus intentos de seducir a mi novio-Declaró Ryuu sin pizca de vergüenza ante la "Gata rompehogares".
Aisha suspiró pesadamente.
-Pequeña, si de verdad quisiera seducirlo...-Los labios rojos de la mujer se acercaron a la oreja puntiaguda de la elfo.
-¡O-Oye!-La queja de quien sufría tal atropello no se hizo esperar.
-Ya lo tendría en mi cama, sin que pudieses evitarlo...-La morena terminó su oración, relamiéndose los labios.
Una vena se marcó en la frente de Ryuu, quien volteó rápidamente a su dirección con una expresión que gritaba "Muerte".
-Como si tuvieses tanta suerte...-Respondió entre dientes.
-Les juro que si vuelvo a escucharlas discutir me volveré loca... ¡CÁLLENSE Y APÚRENSE!-Daphne las interrumpió, completamente irritada y sin considerar de que había varios niveles de diferencia entre ella y las dos mujeres a las que les gritó.
Ambas quedaron sorprendidas por el valor de la pelirroja.
-¡D-Daphne!-Cassandra quiso tranquilizarla, colgándose de ella como un mono de una rama.
-¡NO VEO SUS MANOS MOVERSE!-Recriminaba la hija de Miach mientras era jalonaba hacia atrás por su compañera en un intento de bajarle los humos.
Aisha y Ryuu se miraron momentáneamente y regresaron su atención a la gruñona enfrente suyo.
-Creo que dejaremos esto para después. Continuemos-Ryuu fue quien puso fin a esa discusión tras la interrupción.
-Hai, Hai-La morena estuvo de acuerdo por primera vez en mucho tiempo con su contraparte.
-Sin embargo...-Agregó.
-Espero que me cuentes todo lo que hiciste con él en el calabozo. No creas que no me he percatado de tu actitud y... tu olor...-Aisha, posándose al costado de su compañera y, podría decirse, "amiga" entre infinitas comillas, reveló que era consciente de lo sucedido.
-¡Ugh! ¡N-No sé de qué hablas!-Vociferó la hada, dándose la vuelta totalmente sonrojada.
-¡No engañas a nadie! ¡Apuesto que fue en Rivira! ¡¿Me equivoco?!-La amazona llevó varias tiendas de acampar y gritó aquello mientras se alejaba de ahí y buscaba donde instalar el campamento.
-¡Ugh!-El ritmo cardiaco de la elfo aumentó en demasía al sentirse descubierta. No podía negar esa suposición tan acertada.
A la distancia, Bell y Welf observaban todo lo que sucedía.
-Entonces... ¿Sí fue en Rivira?-Preguntó el herrero.
-¡No hay forma de que te cuente eso!-Contestó el peliblanco, cubriéndose la cara con las manos, apenado de recordar cómo subió el escalón hacia el mundo de los adultos.
-Tu sola reacción me da a entender que tengo razón. Eres muy fácil de leer-Expresó el pelirrojo, sacándose de dudas.
-B-Bell-Sama y Ryuu-Sama...-Haruhime se imaginó la escena en Rivira y...
*¡PAM!*
Se desmayó.
-¡Haruhime-Dono!-Mikoto gritó su nombre, corriendo en su auxilio.
-¿Qué es lo que le pasa? Estuvo en un entorno repleto de "Eso" ¿Por qué actúa de ese modo?-Ouka, quien también se unió al pequeño grupo con su ex compañera de familia y la renard, quienes eran sus amigas de la infancia, ayudó a esta última a levantarse mientras se cuestionaba eso.
-No es algo que nos incumba, Ouka-Chigusa dijo aquello hacia el hombre de cabellera negra, inflando su mejilla derecha al mismo tiempo que también tenía cierto rubor en su rostro. A ella también le avergonzaba escuchar sobre eso, tal vez se deba a su inocencia o... a que también le interesan ese tipo de cosas. Probablemente con el hombre que acompañaba a todas partes.
Su mirada se posó en Ouka y rápidamente giró su cabeza de un lado a otro, queriéndose deshacer de las ideas que surgían.
Pasaron unos pocos minutos para que todo estuviera listo. Mikoto, junto a Bell, se encargó de cocinar el almuerzo para todos. El resto estaba alrededor de una pequeña fogata dentro de la corteza del gran árbol en el centro del piso.
Se respiraba un aire de tranquilidad mientras cada uno se dedicaba a entablar conversaciones con otros miembros del equipo.
Ouka y Chigusa se perdían en su propio mundo.
Daphne, Cassandra y Lili conversaban sobre las estimaciones monetarias tras finalizar la expedición. A la primera y última de ellas les emocionaba la idea en sobremanera.
Welf en cambio, continuaba usando su fragua portátil para darle mantenimiento a las armas de sus compañeros para evitar que estas fallaran. También se concentró en planear un modelo para su siguiente gran arma, pero todavía no alcanzaban los pisos donde podría conseguir los mejores materiales.
Sin embargo, un pequeño grupo cuanto menos curioso, desenvolvía su propia plática.
-Ryuu-Sama ¿Qué planea hacer cuando terminemos la expedición?-Preguntó la renard, parecía tener algo en mente y una propuesta preparada.
-¿Uh? La verdad no lo sé. Creo que me concentraré en el entrenamiento de Lucía, se los he encargado a ustedes desde que entró a la familia Astrea, pero debería ser yo, como su capitana, quien la ayude a alcanzar su potencial. Lamento causarles problemas-Respondió la elfo, inclinándose ligeramente a adelante como un gesto de disculpa.
-No hay problema. Lucía-Sama es una chica muy agradable y aprende rápido. En parte nos ha recordado a Bell-Sama dado que siempre busca imponer la fuerza sobre la estrategia, sin embargo, su voluntad es fuerte-Explicó la rubia, moviendo delicadamente la cabeza de un lado a otro, al igual que su cola, para negar que haya causado molestia alguna la humana que recién se unió a la familia Astrea.
En ese instante la peliverde sonrió cálidamente.
-Es agradable saber que se llevan bien con ella. Me esforzaré para ser una buena capitana, como Alise hubiese querido...-Expresó, mirando a lo alto mientras los recuerdos de su amiga aparecían.
Cerró sus ojos y suspiró.
-¿A qué se debe tu pregunta, Haruhime?-Interrogó tras un breve tiempo en silencio.
La cola amarilla de la chica se erizó y comenzó a menearse de un lado a otro.
-Lo que sucede es que... quisiera saber si a usted y a Bell-Sama les gustaría ir al Medio Oriente, a la ciudad donde nací-Reveló la renard.
Los ojos de la hada se abrieron de más por un breve instante, pero regresaron a su forma habitual.
-Aunque ya dijo que se concentrará en el entrenamiento de Lucía-Sama y no quisiera interrumpir con sus planes, además...-Se justificaba hasta que fue interrumpida.
-Me gustaría mucho conocer su hogar. Pienso que a Lucía también le agradaría, así que ¿Por qué no?-Contestó Ryuu.
-¡¿En serio?!-Haruhime se emocionó por la respuesta positiva, sacando brillos de sus ojos.
-Por supuesto. Al regresar de la expedición gustosamente te ayudaré a planear el viaje. Dudo que Bell se niegue, tiene "Aventura" escrito en la cara-Declaró la elfo, soltando una pequeña risita ante este último comentario.
Haruhime también se rio.
-Sé que no es necesario tener un motivo en especial para regresar a casa, no obstante, si no te molesta que pregunte... ¿A qué se debe? Supe que... tu familia no fue muy amable contigo-Ryuu, contrario a lo que haría normalmente, indagó en las intenciones de su amiga. Sí, amiga. Es imposible no amistarte como esa hermosa chica luego de pasar tanto tiempo a su lado.
Las orejas y cola de la rubia se bajaron.
-Yo... deseo demostrarle a mis familiares que, a pesar de todo lo malo que recibí y del trato injusto que me dieron, pude obtener una vida maravillosa. No les guardo odio ni rencor-Confesó. Ella no alberga ninguna clase de molestia aun cuando sus padres la vendieron a tan corta edad y la culparon de comerse unos dulces que jamás tocó.
"Definitivamente eres una buena persona, Haruhime. Idéntica a Bell" Pensó Ryuu, admirando la forma en la que busca afrontar las cosas.
-¡A-Además! Pronto empezarán los festivales de invierno y quisiera revivir esos momentos que tanto disfruté de niña-La renard lucía repleta de ilusión, misma que se desprendía de sus ojos color esmeralda.
La energía positiva que emanaba era imposible de ignorar.
-Cuéntame más sobre los festivales en tu país. Suenan interesantes-Pidió Ryuu.
-Sí, sí. Yo también siento curiosidad-Aisha se aproximó a la distancia con tres platos de comida
-¿Quiere que le cuente, Aisha-Sama?-Preguntó la rubia mientras la amazona le entregaba uno de los platos con comida y le daba una pequeña caricia en la cabeza, como si de una niña pequeña se tratara.
-Ten, es para ti. Considéralo una oferta de paz-Dijo, dándole una ración de comida a Ryuu.
Ella, quien estaba tranquila por su interacción con su compañera, aceptó sin rechistar.
-Gracias. Puedes acompañarnos si así lo deseas-Respondió, ofreciéndole asiento a un costado del tronco en el que yacía sentada.
-Gracias, gracias-Agradeció la morena.
-Cuéntenme ¿De qué tanto hablan? ¿Ya te invitó al Medio Oriente?-Agregó, dirigiendo aquella pregunta a la elfo.
Ella, naturalmente, asintió, cediéndole la razón.
-Quiere que Bell y yo vayamos. Sería un honor, así que acepté-Confirmó.
Ambas centraron su atención en la joven renard que parecía emocionada y desesperada por hablar.
-Adelante, cuéntanos-Le dieron la palabra.
Los rosados labios de la chica se despegaron y...
-¡Los festivales de inverno son una experiencia que te llenará de emoción y alegría, ¡no podrás resistirte a su encanto!-.
Dio inicio...
-Imagínate, caminando bajo el cielo estrellado mientras los fuegos artificiales iluminan el horizonte con su esplendor. ¡Es como si el universo entero estuviera celebrando contigo! Los colores y formas de los fuegos artificiales te dejarán sin aliento, creando un espectáculo visual simplemente deslumbrante-La hermosa joven daba pequeños saltos desde su asiento mientras describía una de sus atracciones favoritas en el festival.
-¿Fuegos artificiales? Suena interesan...-Opinaba Ryuu, pero...
-Y eso no es todo, ¡las danzas tradicionales te llevarán a un viaje en el tiempo! Los bailarines ataviados con kimonos deslumbrantes se mueven con tanta gracia y elegancia que te sentirás transportado a una era antigua llena de tradiciones y encanto-Agregó, interrumpiendo cualquier clase de oración proveniente de las oyentes.
-No es por presumir, pero soy buena bailarina, me gustaría...-Aisha también quiso dar su punto de vista, sin embargo...
-Pero espera, la verdadera estrella del festival es la comida. ¡Oh, la gastronomía te sorprenderá y deleitará! Desde el delicioso takoyaki, esas bolitas de pulpo cubiertas con salsa, hasta las jugosas brochetas de yakitori que te harán salivar, no podrás resistirte a probar cada bocado. Y los dulces, ¡oh, los dulces! Los taiyaki rellenos de anko te harán perder la cabeza, y cada mordisco será una explosión de sabores dulces y deliciosos-Otra vez, la renard estaba perdida en su propio mundo e ignoraba cualquier cosa fuera de él.
-Bell y yo comimos Takoyaki en nuestra cita en Rivira. Eran deliciosos, no sabía que provenían de tu país-Comentó Ryuu. Se le hacia agua la boca tan solo al imaginarse la gran variedad de sabores que podría experimentar.
-Aunque no se trata solo de comer, ¡es una oportunidad para sumergirte en las tradiciones! Imagina escribir tus deseos en hermosas decoraciones de papel y colgarlas en un árbol de los deseos. ¡Dicen que cuando la nieve caiga, tus sueños se harán realidad! Es una creencia antigua y mágica que te hará sentir conectado con la esencia del invierno. ¡Yo de niña siempre colgaba millones de papeles en los árboles, deseándole buena suerte a todos los de mi ciudad en el año venidero!-Adicionó.
-Aunque, jeje... casi siempre revelaba lo que deseaba y según la tradición no se cumpliría...-Soltó una risita, apenada, mientras rascaba su nuca.
A Aisha y a Ryuu les encantaba ver a Haruhime así de conversadora.
-Y lo más maravilloso de todo es el ambiente acogedor que te envuelve. Mientras paseas por las calles adornadas con linternas y faroles, sentirás la calidez de la comunidad que se une para celebrar la temporada. Los habitantes te recibirán con sonrisas y risas, haciéndote sentir como en casa. No hay nada como compartir la alegría del Festival de Invierno con personas que aman y aprecian su cultura-Comentó, agachando ligeramente la cabeza y uniendo sus manos tiernamente mientras jugaba con sus dedos.
Pasaron unos cuantos segundos, en los cuales la rubia rememoraba todos esos momentos que vivió desde pequeña en su ciudad natal.
-Yo... en verdad extraño todo eso...-Declaró, sonriendo dulcemente.
Las otras dos mujeres posaron sus manos encima de uno de los hombros de su melancólica amiga.
Ella alzó la cabeza y las vio fijamente. Pequeñas lágrimas se deslizaban de sus mejillas.
-Supongo que estamos con las manos atadas. Todos iremos al Medio Oriente y haremos todo lo que nos dijiste a tu lado-Dijo Aisha, sonriéndole y levantando el pulgar.
-Sí. Ahora mismo estoy ansiosa de que llegue el día de partir. Espero nos alcance el tiempo para probar todo tipo de comida y bailar hasta que nos duelan los pies-Ryuu concordó.
-Chicas...-Susurró Haru.
-¡Fueeeeeeh! ¡Las quiero mucho!-Las abrazó, llorando de alegría.
-¡¿?!-Ambas se sorprendieron por aquello, sin negarse claramente.
Le dieron algunas palmadas en la espalda para tranquilizarla.
A la distancia Bell observaba la escena.
-Así que iremos al Medio Oriente... supongo que la visita al árbol de Ryuu tendrá que esperar...-Murmuró el conejo, sacando de su bolsillo un anillo con una gema.
"Me pregunto cómo tomarán nuestra relación los padres de Ryuu ¿Aceptarán que la despose?" Fueron los pensamientos que surgían en el chico, quien buscaba unir su vida a la de su amada ante todos los dioses, no sin antes hacérselos saber a la familia de la elfo.
"Según mi abuelo la madre de tu novia casi siempre tiene peor carácter. Si la hago enojar no saldré vivo de ahí..." Dijo mentalmente, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
Si su novia lo controla con mano de hierro... ¿Cómo será la madre? Ese tipo de cosas infunden miedo en nuestro conejo protagonista.
Pero... todo sea por casarse con la mujer que ama.
-¿Uh? ¿Qué demonios? ¡¿Por qué trajiste eso...?! ¡¿Mmmmm?!-Welf, quien cruzaba por ahí, se percató del objeto que el conejo elevaba y recogía constantemente mientras tenía la mirada perdida. Antes de siquiera alzar la voz para reclamarle, fue rápidamente amordazado por la palma de dicho chico.
-¡Shhhh! ¡Es secreto!-Le murmuró, posando su dedo encima de sus propios labios para darle a entender que se callara.
El pelirrojo asintió y fue soltado.
Tras esto tosió un par de veces y posó sus dedos en la mandíbula.
-Idiota, escuché que crujió. Deja de olvidar tu nivel actual-Le reclamó a su amigo, quien no medía su fuerza.
-P-Perdón...-Se disculpó.
-Como sea. ¿Por qué carajo trajiste el anillo? Fue muy difícil hacerlo, Orario no se caracteriza por la minería de piedras preciosas sin función en armamento. Fue muy difícil conseguir ese diamante y sobretodo tratarlo cuando yo solamente he hecho armas-Explicó el herrero, apuntando al anillo de compromiso que el conejo poseía.
-No lo sé, es solo que no he encontrado el momento perfecto para proponérselo. Tenía la intención de hacerlo en Rivira pero las cosas subieron de tono y... bueno... sucedió eso-Respondió Bell, sonrojándose y mirando a otro lado para evitar el semblante enojado de quien yacía enfrente suyo.
-¿Y tú crees que en el calabozo, en medio de una expedición donde debemos ir a los pisos profundos, es el momento perfecto? No mentía Ryuu cuando decía que su novio es un idiota-Opinó Welf, poniendo cara de póker y sudor le bajaba de la frente.
-No se trata de eso. Es que tenerlo en mi bolsillo y verlo me da la confianza de abandonar mi estado inquieto cada que estoy con ella. N-No soy muy bueno con las relaciones y Ryuu tampoco, por lo que en ocasiones soy yo quien debe tomar la iniciativa y... necesito algún incentivo. Imaginarme con ella en el futuro, casándonos, es el incentivo que necesito. Espera... ¿Qué fue lo que decía Ryuu?-Informó el peliblanco. Aun es un chico joven que no tuvo ninguna clase de relación ni acercamientos al sexo opuesto hasta que llegó a Orario. A pesar de que ya tuvo su primera vez, eso no significa que sabe cómo sobrellevar una relación. Y digamos que los consejos de su abuelo se limitaban a tener efecto cuando "El acto" sucedía.
-Nada, olvídalo. Mas te vale no perderlo, nuestra familia tiene muchas deudas y que gastaras mucho en esa piedra preciosa solo hará que a Lili le dé un infarto. En fin, suerte viejo-Comentó Welf, posando su mano en el hombro del muchacho un par de veces y retirándose del lugar.
-L-La tendré... espero...-Respondió Bell, viéndolo alejarse. Él no se había percatado de que ese pequeño anillo significaba mucho, tanto monetariamente como sentimentalmente.
-Debo cuidarlo...-Dijo, decidido aunque temeroso, al mismo tiempo que lo regresaba a su bolsillo para no perderlo.
Media hora después.
Tras ese breve descanso en la zona del gran árbol fue hora de regresar a la aventura.
Todos estaban atentos al mapa dado por Urano-Sama, el cual les guiaba por pasadizos secretos que pocos o casi nadie conocían.
-Es muy difícil leer esta cosa. Hay intersecciones que, sí las tomas mal, podrían llevarte a pisos más abajo que el que buscas. En esta, si vas a la derecha, podrías ir a un túnel que desemboca hasta el piso 40-Explicó Liliruca, tratando de interpretar correctamente el mapa.
-Debemos tener cuidado. La misión es de rescate así que entre más peleas evitemos, mejor-Opinó Mikoto, prestando atención a los alrededores en caso de algún ataque sorpresa. Ella, Ryuu, Bell y Aisha eran los peleadores en el frente de batalla, por lo que era su responsabilidad cuidar a la vanguardia.
-En serio... ¿Por qué hay tanto silencio? A pesar de que el ruido del agua fluyendo y chocando con las rocas podría disfrazar muchos de los sonidos producidos por los monstruos, no es normal...-Comentó Aisha, frunciendo el ceño. Esto le daba un mal sabor de boca.
Ryuu estaba de acuerdo con la amazona. En todos sus años como aventurera activa nunca vio esa quietud en este nido de muerte.
-Oigan...-Haruhime quiso hablar, pero...
-¡¿Mmmm?!-En un rápido movimiento, su boca fue tapada por la de la morena.
Bell, Mikoto y Ryuu retrocedieron e hicieron lo mismo con los demás.
-¡Shhh!-Los silenció el primero de estos.
-¿Q-Qué pasa, Bell-Sama? ¿Qué fue lo que vieron al final de...?-Susurró Lili ante la reacción tan abrupta de todos los aventureros en la parte de adelante, siendo silenciada por el muchacho en cuestión.
-Lili... según ese mapa ¿En qué piso estamos?-Preguntó el peliblanco, totalmente serio.
-¿Eh? D-Déjeme ver...-La pequeña soporte sacó el mapa cuidadosamente, tratando de que el ruido por el papel no sea tan alto.
Agudizó la mirada y comenzó a leerlo detenidamente.
-Se supone que estamos en el piso 29... ¿Por qué?-Respondió la hobbit.
-Entonces... ¿Por qué están esas cosas aquí?-Se cuestionó el conejo, sujetando su barbilla mientras un sudor frío bajaba lentamente su espalda.
-¿A qué se refieren con "Esas cosas"?-Daphne se metió a la conversación.
Ryuu fue quien le contestó.
-Los Spartoi...-.
Los ojos de todos los presentes se abrieron de sobremanera.
-No se supone que esos monstruos solo aparecen en el piso 37 y cercanos a él? ¿Qué demonios hacen aquí?-Fue la duda que azotó a Aisha, quien mantenía callada a la renard.
-No solo eso. La cantidad... son decenas... centenas...-Mikoto tragó saliva. Sus brazos temblaban.
Sí... es exactamente como decían. Todo el piso 29 estaba infestado de esas bestias que, según lo que se conoce del calabozo, tienen su lugar de aparición en los pisos profundos.
Los Spartoi son un monstruo esqueleto que está alrededor de Nivel 4 en términos de fuerza. Es capaz de nacer con armas aleatorias que sabe cómo usar, como espadas o lanzas hechas de hueso y protectores similares a escudos. Es más fuerte que un Lizardman Elite o un Loup Garou y más ágil que un Barbarian. Su habilidad y capacidad de lucha es más como la de un aventurero que la de un monstruo. Es considerado el monstruo de tipo guerrero más peligroso en los pisos profundos, excluyendo monstruos raros.
Ahora imagina un ejército de estos saturando la salida de un túnel estrecho.
Pelear ahí... ser vistos por ellos...
Sería un suicidio.
-Retornemos. No importa qué tan fuertes seamos. Son demasiados como para derrotarlos a todos, y sin sonar arrogante, pero gran parte de los presentes no podrían ni con uno solo-Informó la amazona, dando a entender en la situación tan crítica en la que se veían inmiscuidos.
Todos asintieron ante la sugerencia. No se meterían a la boca del lobo, no valía la pena. Había que informarle a Urano sobre lo que observaron.
Sin embargo... el destino tenía otros planes...
Un Devil mosquito, sin que nadie se diera cuenta, volaba a gran velocidad en busca de una víctima a la cual chuparle la sangre. Este se acercaba lentamente desde las espaldas de los aventureros.
Cuando por fin encontró quien sería su alimento, se posó encima del mismo, en la parte descubierta de su cuello y...
-¡AHHH!-.
Picó.
Un grito salió desde la boca de Chigusa, quien sintió una fuerte punzada debajo de la nuca.
*¡CRASH!*
Ouka lo mató.
La sangre del resto se heló en demasía.
-¿Creen que...?-.
-Bandera roja...-Dijo Lili, tragando saliva.
*¡Crack!*
*¡Crack!*
*¡Crack!*
*¡Crack!*
Cientos de huesos resonaron desde el final del túnel.
-¡CORRAN!-Ordenó Bell.
*¡Crack!*
*¡Crack!*
*¡Crack!*
*¡Crack!*
-¡FIREBOLT!-Bell invocó su magia tan pronto los huesos de los Spartoi se asomaron.
*¡BOM!*
*¡BOM!*
*¡BOM!*
Varios huesos salieron volando al recibir el impacto mágico, no obstante, más y más de esos monstruos emergían desde el otro lado.
El grupo de expedición corría desesperadamente, escapando de ellos.
El diámetro del túnel era demasiado estrecho. Sus hombros y Armas chocaban con la superficie rocosa que los rodeaba.
Entre más pasos daban, mayor era la generación de polvo.
-¡GRRRRRRAAAAAAAA!-Los monstruos esqueleto vociferaban esos gritos, apuntando sus espadas hechas de ese mismo material a sus presas.
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOM!*
*¡BOM!*
*¡BOM!*
El peliblanco se encargó de ellos momentáneamente.
-¡DEJA DE HACER ESO! ¡LA ESTRUCTURA ES DEMASIADO DELICADA!-Reclamó Welf. Los impactos mágicos sacudían la zona y desprendían rocas desde el techo, cayendo en forma de guijarros y polvo.
-¡Se están acercando demasiado! ¡No puedo pelear cuero a cuerpo contra ellos sin que se acumulen!-Avisó el muchacho.
-¡¿Cuánto falta?!-Interrogó Ryuu a la Hobbit de la familia Hestia.
-¡Lili no puede sacar el mapa en un momento así!-Respondió la soporte, tratando de mantenerse al ritmo en el que el resto corría.
-¡MATAAAAAAAAARRRRGGGGGGG!-Esa palabra clara como el agua provino del ejército de Spartoi.
-¡Al carajo!-El herrero desenfundó su espada mágica y...
*¡BOOOOOOOOM!*
Una pantalla de fuego se posó entre los cúmulos de huesos y ellos.
-¡GRAAAAAAAHHHG!-Varios quejidos de dolor provinieron de los monstruos, sobretodo de los que se hallaban en la parte delantera.
*¡Crack!*
Una grieta se posó arriba de ellos.
-¡Llegamos a un camino dividido! ¡¿Cuál tomamos?!-.
Ese fue el primero de sus problemas.
-Lili, saca esa cosa e indícanos el camino. Nosotros los detendremos lo más que podamos-Bell desenfundó sus dagas.
-¡Bell-Dono! ¡Las Armas largas no sirven aquí! ¡Chocan con las rocas!-Informó Mikoto, queriendo sacar su katana sin éxito alguno.
-Bell, no podemos ayudarte en una pelea física-Dijo Ryuu, preocupada por la situación.
El joven sonrió.
-Me encargaré de esto-Declaró, girando y posándose de frente a la batalla.
-De acuerdo. Cuídate, por favor. Si sientes que es demasiado, regresa o usa tu magia-Comentó la elfo.
-¡CRANNNCKKKKK!-Otro intentó de palabra fue dicho por los Spartoi, quienes señalaban al conejo.
*¡SLASH!*
En un rápido movimiento, el primero de ellos cayó.
-¡AHHHHHHH!-Bell gritó, soltando toda su fuerza en cada golpe.
*¡Crack!*
Los huesos de los Spartoi eran despedazados con un único golpe.
*¡Crack!*
*¡PAM!*
Una sólida patada fue dada en el centro del esternón de uno de ellos.
*¡SLASH!*
-¡Ugh!-Bell esquivó la espada de uno de ellos, la cual pasó a escasos centímetros de su rostro y...
*¡SLASH!*
Devolvió el ataque...
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOM!*
Varios de ellos cayeron en fila por el único disparo mágico.
*¡CRASH!*
-¡ÉL....!-Una voz vacía y fría usaba aquel pronombre.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
Uno a uno caían, no obstante, si uno era derrotado, tres más aparecían en su lugar para reemplazarlo.
*¡SLASH!*
Empleando la daga Hestia, hizo un corte horizontal de derecha a izquierda a gran velocidad, cortando los huesos que se le cruzarán en el camino y dejando desprotegido su lado derecho. No obstante, antes de que alguno de sus rivales fuera capaz de aprovechar esa zona desprotegida....
*¡ZOM!*
Bell saltó hacia atrás, tomando distancia y, antes de que sus pies tocaran el suelo, él ya sabía cuál sería su siguiente movimiento.
*¡CRACK!*
La punta de sus dedos se enterraron en la superficie rocosa del suelo, impulsándose y...
-¡AHHHHHHH!-Gritó, posando sus manos, que sostenían sus dagas, enfrente.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
Cortaba cada tejido óseo que pudiese ver, a gran velocidad.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
-¡Cuidado!-Quisieron advertirle de que se aproximaba peligro, pero...
*¡SLASH!*
Antes de que lo tocaran, esquivó con gracia y devolvió el ataque.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡PUM!*
Entre los pequeños espacios avanzaba a gran velocidad, esquivando cortes, haciendo los propios y defendiéndose con sus piernas al dar patadas cuando lo rodearan y sus brazos estuviesen ocupados.
-Impresionante... es como si dejara una imagen residual detrás de él...-Murmuró Cassandra.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
-Es demasiado rápido... y ataca con mucha precisión-Observó Aisha.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
-¡No lo harás!-Gritó el conejo ante la cercanía de su rival, inclinándose a su lado izquierdo y...
*¡PUUUUUM!*
Dándole una patada que atravesó su pecho.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOM!*
*¡BOM!*
*¡BOM!*
-¡CRAAAAAGNLLLL!-.
*¡BOM!*
Docenas de piedras mágicas caían a ritmo acelerado, casi tan rápido como Bell acabando con los Spartoi.
-¡No dejan de venir más! ¡Lili, por favor!-Expresó el muchacho, viendo a cientos de esos monstruos entrando nuevamente.
-¡A LA DERECHA!-Indicó la hobbit.
Rápidamente hicieron caso a dicha indicación, no sin antes...
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOM!*
Bell apuntó al techo del túnel antes de abandonar esa parte del mismo y...
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
Este se derrumbó, cayendo encima de los esqueletos y sepultándolos entre las rocas.
-¡GRAAAAAAAAAGCKKKK!-.
A pesar de interrumpir el camino, ellos seguían empujando para alcanzarlos.
-¡BAEEAELLL CRRRANNMEL! ¡MORIR!-.
-¡BAEEAELLL CRRRANNMEL! ¡MORIR!-.
-¡BAEEAELLL CRRRANNMEL! ¡MORIR!-.
-¡BAEEAELLL CRRRANNMEL! ¡MORIR!-.
Repetían sin cesar. Era como si se tratara de un grito de guerra, una amenaza o...
Un llamado...
-¡Creo que los perdimos!-Opinó Ouka.
-¡DEJEN DE LEVANTAR BANDERAS ROJAS!-Ese comentario enojó a la supersticiosa hobbit.
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-Un bramido hizo eco en la estructura. Era tal la fuerza del mismo que agrietó las paredes.
-No puede ser...-Murmuró la elfo y...
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-.
Los golpes de pezuñas incrustándose en la roca resonaron en todo el camino, como si se aproximaran..
-¡Esperen! ¡Bell! ¡No está!-Informó la elfo.
De repente cientos de Barbarian emergieron de las profundidades del oscuro pasadizo que no siguieron.
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-
Los bramidos se repetían y el vapor salía de sus hocicos.
-¡RYU! ¡CHICOS!-Bell los llamó, acercándose a la intersección de los caminos rápidamente.
-¡CORRE, BELL! ¡BARBARIAN ¡HAY CIENTOS DE ELLOS!-Advirtió Ryuu al peliblanco quien estaba a punto de cruzarse con ellos.
-¡Hay que ir por Bell!-Frenó en seco, corriendo a donde el muchacho se dirigía.
-¡Ryuu-Dono, espere!-Mikoto quiso sujetarla de la mano para detenerla, pero no fue capaz de hacerlo, cuando extendió su brazo... ella ya se había alejado.
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-
Los agudos sentidos del conejo se afinaron aún más cuando por fin, después del ruido de huesos chocando atrás suyo, pudieron darle una pequeña ventana para oír claramente los bramidos de los monstruos semejantes a los minotauros.
-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-
-¡TCH!-Chasqueó la lengua y...
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOM!*
*¡BOM!*
*¡BOM!*
-¡GRRRRRRRRR!-Tres de los monstruos retrocedieron.
*¡PAM!*
No obstante, el resto de ellos los empujaron para abrirse paso.
-¡GREAAAAAANEL!-.
*¡CRASH!*
-¡UGH!-Un sólido golpe fue recibido por Bell con ambas dagas.
*¡CRASH!*
Se apartó del camino y los puños de la bestia impactaron con la pared a su espalda.
Al moverse a un costado y aprovechando la debilidad de su oponente...
*¡SLASH!*
Enterró ambas dagas y...
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOM!*
En menos de un segundo, el cuerpo del Barbarian se infló y estalló.
"Ellos son más resistentes que los Spartoi... no puedo matarlos de un solo ataque" Pensó, y con justa razón. Ellos son prácticamente los hermanitos de asterius, aunque no dejan de ser fuertes.
*¡CLANG!*
Cargó brevemente argonauta y...
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOOOOOOM!*
Un rayo blanco con bordes azules salió disparado desde su palma y...
*¡ZOOOOOOOM!*
-¡!-Aproximadamente 8 Barbarian en fila bajaron al cabeza y vieron un enorme hueco en sus pechos...
*¡BOM!*
Se volvieron polvo antes de siquiera quejarse del dolor.
-¡VUOOOOOOOOOOH!-Sin embargo, todavía habían más.
-Esto comienza a ser... ¡CANSADO!-.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
Cortaba la carne de las bestias lo más rápido que podía, evitando los enormes puños que apuntaban a su cabeza.
"No tengo mucho margen de maniobra. Mis dagas no están hechas para hacer un daño tan mortal de uno o dos cortes... debo atacar más rápido..." Pensó.
Frunció en ceño y, sosteniendo firmemente sus armas, se preparó para atacar con mayor fiereza.
-¡AHHHHHHH!-.
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
Cientos, no, miles de cortes se producían en los cuerpos de los minotauros lanudos sin que ellos tuvieran la suficiente capacidad de reacción.
La sangre se derramaba en un espectáculo repleto de aquel líquido esparciéndose a todos lados, manchando suelo, paredes, ropa, metal, cualquier cosa que los rodeara.
La ventaja era retomada por el conejo, quien se movía a una velocidad en la cual el ojo de un humano normal y corriente pensaría que no se mueve en lo absoluto.
*¡CRACK!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
La respiración del conejo se volvía irregular conforme los segundo transcurrían.
El cansancio comenzaba a pasarle factura.
¿Cuántos Barbarian ha matado? ¿Cuántos Spartoi derrotó antes de?
-¡Tch!-Sangre, su propia sangre, se derramaba de sus palmas. La fricción entre el mango de las dagas y sus manos abría heridas y producía ampollas.
-No termina... ¿De donde salen tantos?-Se cuestionaba sin perder la concentración.
-Debo... debo huir...-Era la única opción. Esas cosas no dejaban de salir, y...
*¡SLASH!*
El aire siendo cortado a gran velocidad produjo ese ruido, Bell rompió su concentración para ver lo que lo produjo y eran... los Spartoi. Lo habían alcanzado.
-¡Demonios!-.
Saltó a un costado y...
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
*¡SLASH!*
-¡Bell! ¡Vámonos!-Ryuu había llegado justo a tiempo, desenfundando las espadas cortas que tiempo atrás Kaguya le regaló.
-¡Sí!-Él asintió y jaló a su amada para que fuese con él.
-¡NOOOODEBNNNN HUIRRRRRRSM!-Esas indicaciones que cada vez cobraban más sentido se originaron en ambas razas de monstruos.
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
Barbarian y Spartoi peleaban por pasar en los caminos para seguirlos.
-¡Te dije que si las cosas se complicaban huyeras!-Ryuu reprendió a Bell.
-¡No encontré el momento!-Contestó el chico.
-¡Apúrense! ¡Es por aquí!-El resto, quienes esperaban a que se reintegraran a la huida, les señalaron el camino tras volver a correr al darse cuenta que ambos la libraron.
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
Todo se despedazaba a su paso.
Los techos no soportaban la presión que se infundía en las paredes adyacentes por los cuerpos de los monstruos queriendo forzar su paso.
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
Las rocas caían una a una.
Bell y Ryuu, quienes estaban más cerca del centro del derrumbe venidero esquivaban los obstáculos emergentes desde arriba.
-¿Qué demonios haremos una vez que salgamos? Así sea en terreno abierto, muy difícilmente ganaremos...-Comentó la elfo, quien trataba de ver más allá de la salida de los túneles.
-Debe haber una forma...-Agregó.
*¡CRACK!*
-¡Cuidado!-Bell jaló a la elfo, quien se distrajo un segundo.
*¡BOM!*
Una roca de gran tamaño se despedazó justo en el lugar donde antes estaba Ryuu.
-¡Por poco!-Declaró el conejo, quien la sostenía en sus brazos como si de una princesa se tratara.
*¡CRACK!*
*¡CRACK!*
No obstante, inevitablemente, ese lugar se derrumbaría.
-¡B-Bell! ¡Bájame! ¡Así iremos más rápido!-Pidió la peliverde, avergonzada.
-¡No hay manera! ¡Soy el más rápido de los dos! ¡Además, perderíamos tiempo!-Respondió el conejo negativamente.
-¡Veo la salida!-El grito esperanzador de Lili hizo que el muchacho corriera aún más rápido.
-¡Estamos cerca!-Gritó el peliblanco.
Sin embargo...
*¡CRACK!*
-¡Cuidado!-Ryuu quiso alertarle, pero fue demasiado tarde...
*¡PUM!*
-¡UGH!-El quejido de dolor provino del muchacho. La roca había caído en su cabeza.
-¡S-Sangre! ¡Bell! ¡Tu cabeza se abrió!-Avisó la elfo al ver los chorros de líquido rojo deslizándose desde una apertura en el centro del cráneo del chico.
-¡No pasa nada! ¡Lo importante es salir de aquí!-Expresó, sin dejar que el dolor se apoderara de él.
Entre más cerca estaban de salir, menos era la distancia que los separaba de los monstruos que los perseguían.
Si bien varios de ellos eran sepultados por las rocas, muchos más continuaban ilesos.
"Así salgamos... ellos también lo harán..." Pensó Bell, pensando cómo podrían arreglar esta problemática.
La sangre de su cabeza le manchaba el cabello y se impregnaba en sus ojos.
A pesar de esto, no dejaba de pensar en cuál sería el próximo movimiento.
Los escombros se desprendían del techo y las paredes, creando una lluvia mortífera que amenazaba con sepultarlos bajo su peso.
Bell corría con todas sus fuerzas, buscando desesperadamente una salida, pero cada paso parecía acercarlos más a su destino trágico. En un momento de claridad, miró a la mujer en sus brazos, su rostro lleno de miedo pero confiando en él para salvarla.
"Solo hay... una opción" Se dijo a sí mismo.
Con una determinación feroz y el corazón latiendo en su pecho, el aventurero tomó una decisión que cambiaría sus vidas para siempre. En un acto de valentía y sacrificio, decidió que solo había una forma de asegurar la supervivencia de la elfo que llevaba consigo y el resto de sus compañeros.
Aceleró el paso a lo máximo que sus piernas le permitían.
-Bell...-La chica lo nombró.
-Ryuu... hay una manera de salvarlos a todos...-Informó, regalándole una sonrisa.
-¿A qué te refieres?-Cuestionó la capitana de la familia Astrea.
-Tú lo dijiste... si logramos salir de aquí todavía debemos preocuparnos por pelear contra todos ellos... así que... debemos acabarlos antes-Respondió.
-¿Qué planeas...?-Interrogó la pareja del susodicho.
-¿Confías en mi?-Fue Bell quien tomó la palabra.
-Con todo mi corazón y mi alma. Aunque... ¿A qué viene eso?-El corazón de Ryuu latía intensamente y un miedo se apoderaba de ella.
-Entonces... confía en que sobreviviré... no planeo alejarme de tu lado ni morir...-Contestó el peliblanco.
-¡SALIMOS! ¡NO DEJEN DE CORRER!-Liliruca dio esa orden.
Todos ya estaban afuera de los atajos que el mapa les indicaba, ya recorrían los suelos del piso 25. Todos menos... Bell y Ryuu...
-¡Esperen! ¡Todavía siguen adentro!-Avisó Mikoto.
Todos frenaron y voltearon hacia las profundidades del pasadizo.
-¿A qué viene eso...?-La elfo cuestionaba aquellas palabras tan raras que su amado le dirigía.
-Ryuu... te veré después-A eso se limitó la respuesta de Bell.
Sin vacilar, se detuvo en seco y giró su cuerpo hacia adelante. Con un último impulso de fuerza, lanzó a la mujer hacia un área segura, alejándola del peligro inminente. La vio volar por el aire, con un gesto de sorpresa y miedo en su rostro, mientras él se quedaba atrás, esperando su destino.
-¡BEEEEEEEEEEEEEEEEELL!-Ryuu lo nombró con un grito desgarrador.
Él le sonrió y encaró a los monstruos que se le acercaban.
Tomó con ambas manos la daga Hestia y respiró profundamente.
De su boca salió una única palabra.
Un fuerte zumbido impedía que Ryuu pudiese escucharlo.
Ella caía lentamente, estirando la mano en un pobre intento de alcanzarlo.
Un mar de llamas apareció en la daga azabache de Bell y un brillo blanco lo acompañó.
El arma aumentó de longitud.
De repente...
*¡CRACK!*
Fue incrustada en el suelo.
Rápidamente dirigió su atención a la joven elfo de la cual se había enamorado, como si requiriera de un empujón anímico para hacer aquel sacrificio.
Ella incrédula, no daba crédito a lo que sucedía ante sus narices.
Su llanto dio inicio y antes de poder pedirle que se detenga, aquella magia sin cántico que caracterizaba al joven aventurero fue invocada, iniciando un camino sin retorno...
-¡FIREBOLT!-.
*¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!*
En el momento en que la mujer aterrizó a salvo, una avalancha de escombros se precipitó sobre el peliblanco. La tierra temblaba y la oscuridad lo envolvía mientras los escombros caían sobre él, enterrándolo bajo una montaña de destrucción al igual que a los monstruos que los perseguían. Cada fragmento que caía era un recordatorio del sacrificio que había hecho por salvar a la mujer.
Mientras los minutos pasaban y el polvo se asentaba, la elfo se levantó mientras las piernas, al igual que el resto de su cuerpo, le temblaban y las lágrimas inundaban sus ojos. Miró el lugar donde él, su amado, había estado parado, ahora sepultado. Un profundo silencio llenó el aire, siendo roto solo por un único grito desgarrador y repleto de miedo, al igual que de angustia, que aterró todos los corazones.
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-¡BEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEELL!-.
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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.
En fin, déjenme sus opiniones.
¿Cómo estuvo el capítulo? ¿Sí les gustó?
Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.
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Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...
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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina. ¿Su amor podrá superar el consejo que le dan a las asesoras sobre no enamorarse de los aventureros a su cargo? ¡Averigüémoslo!
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¡Una aventura de un héroe sin Falna le espera a nuestro protagonista! ¿Qué pruebas y dificultades habrán en su camino sin la bendición de un dios? ¡Descubrámoslo!
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.
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