Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22. ¡Bienvenida a la familia Astrea!. Subiendo el escalón definitivo.

-D-Debe ser una broma...-La humana de cabello castaño quedó estática al hallarse de frente a la gigantesca edificación que se hallaba justo enfrente de su nariz.

-¿Lucía? ¿Hola? ¿Te sientes bien?-Bell agitó la palma en la cara de la chica al notar que esta no mostraba reacción alguna tras la llegada a la mansión de la chimenea.

Ella salió de la burbuja y reaccionó.

-¿Eh? ¡P-Perdón! Estoy perfectamente. Es solo que me sorprende el tamaño de la sede-Contestó la joven, tragando saliva luego de echarle otro vistazo rápido.

"Sé que ellos dos son aventureros de primera clase después de ver la fuerza que poseen pero... ¿En verdad son tan importantes? Existen familias con aventureros de niveles 3 o 4 que no poseen mansiones o nada que se le asemeje" Pensó Lucía, impresionada.

De repente, cierto miedo e inseguridad la golpeó.

"¿En verdad soy digna de tener la posibilidad de formar parte de un grupo de personas así de increíble?" El ánimo decayó y agachó la cabeza.

La elfo peliverde percibió este sentir y se acercó a la humana en un intento de auxiliarla.

-Tranquila. A Astrea-Sama no le interesa de dónde vienes o lo que hiciste antes de arribar a Orario. A parte, la familia a la que te unirás no tiene sede oficial y prácticamente solo habemos un miembro en ella. La cual soy yo-Reveló Ryuu mientras gotas de sudor le bajaban por la frente y desviaba la mirada.

Esto provocó calma en la joven a la par de dudas a raíz de la declaración.

-Entonces... ¿Qué hacemos aquí si no es la sede?-Preguntó, ladeando la cabeza.

Bell se acercó y alzó la mano.

-Eso me corresponde a mi responderlo-Dijo el peliblanco.

-Verás. Esta mansión recibe el nombre de "Mansión de la chimenea" y es sede de la familia Hestia que posee de diosa patrona a la diosa de ese mismo nombre. Yo pertenezco a esta familia y, debido a que la diosa Astrea regresó a Orario luego de pasar mucho tiempo fuera de la ciudad, perdieron su sede, por lo que, tanto a ella como a Ryuu, las estamos acogiendo aquí-Informó, explicación lo mejor posible la situación sin revelar detalles de peso ya que eso le correspondía a la diosa a la que Lucía se uniría.

-En el pasado éramos una de las familias más numerosas y notables de la ciudad. O así fue hasta que "Eso" ocurrió-Adicionó la peliverde, doblando las comisuras de sus labios para formar una pequeña sonrisa llena de melancolía y cierta pena aunque... ya no tanta como meses atrás.

Bell la tomó de la mano y sus dedos se entrelazaron con los de ella.

La elfo volteó a verlo y él le mostró una expresión que le decía que todo estaba bien y lo tenía a su lado.

Esto causó que regresara al tema central de la conversación.

La humana ladeó la cabeza en señal de confusión debido a la falta de información y a la pausa repentina en el relato de la chica enfrente suyo.

-Más adelante te contaremos lo ocurrido años atrás. Cuando lo escuches podrás tomar la decisión de sí en verdad deseas unírtenos o no-Comentó Ryuu, cambiando la expresión de antes y dándose la vuelta.

El peliblanco la siguió.

-Es por aquí, acompáñanos-Apuntó adelante con el dedo índice, indicando la entrada principal de la mansión.

Las rejas se abrieron lentamente, permitiéndoles el paso a los tres.

-¡H-Hai!-Lucía asintió y apresuró el paso, evitando quedarse atrás.

Su ritmo cardiaco aumentaba durante el transcurso de los segundos y la reducción de la distancia entre ellos y la puerta.

El miedo la carcomía. Ya no por decepcionar o ser indigna si no por el desconocido panorama que le esperaba.

Ryuu es la única perteneciente a la familia Astrea, sin embargo... La situación de Bell es diferente.

¿Y si ese agradable chico peliblanco de gran fuerza y habilidad en combate es el miembro más débil de la familia Hestia? No quería ni imaginarse la clase de monstruos que la esperaban dentro de la mansión.

De pronto el andar de la pareja a centímetros de la humana se detuvo y también el de ella.

Se hallaban a escasa distancia de la puerta.

Lucía se preparó para el peor escenario posible, inclusive cerró los ojos y subió su guardia. Jamás se ha especializado en combate cuerpo a cuerpo, no obstante, tampoco tenía ninguna clase de armamento.

Bell tocó la puerta con los nudillos un total de tres veces. Cada impacto traía como consecuencia pequeños saltos en la chica desde su posición.

La perilla giró a 180 grados se alcanzó a escuchar el sonido del seguro retirándose. Se prosiguió con el rechinar de las bisagras al ser dobladas, permitiendo la apertura de la puerta a ritmo lento, casi tortuoso para quien yacía expectante de conocer al primer miembro, fuera del conejo blanco claramente, que formaba parte de la familia Hestia.

Su respiración se agitaba y el terror se acrecentaba hasta que se reveló la identidad de quien esperaba conocer.

-Bienvenido, Bell-Sama y Ryuu-Sama-Saludó cordial y dulcemente la voz de una fémina.

Lucía abrió los ojos de repente al no notar peligro. Tras esto se topó con una hermosa renard de cabello dorado que se alargaba hasta su cadera, orejas de zorro del mismo color y dos ojos de color esmeralda que brillaban cuando los rayos del sol golpeaban sutilmente su superficie. Además, cabe recalcar, que vestía con un traje de maid de colores blanco y negro. Desde el lateral se asomaba la cola dorada y punta blanca, propia de la chica zorro, la cual se ondeaba sutilmente al saludar al humano y la elfo, demostrando alegría de verlos.

Lucía quedó maravillada por la belleza radiante de la beastman aunado a la forma tan adorable y calmada con la que expresaba sus diálogos.

"Okey, es tierna, demasiado de hecho. La primera persona que será compañera mía en la mansión es, a primera vista, alguien a quien puedo tratar de manera normal sin complicaciones o problemas" Pensó la humana, soltando el aire de sus pulmones luego suspirar pesadamente debido al alivio.

-Buenos días Haruhime. ¿Cómo van las cosas aquí?-Preguntó el peliblanco, saludando a la renard.

-Lamentamos regresar antes del tiempo estimado, digamos que tuvimos...-Ryuu se disculpaba a la vez que giraba la cabeza en busca de la chica que acababan de conocer.

-Contratiempos-Adicionó.

-H-Hola...-Lucía saludó, tratando de parecer relajada y enseñándole los dientes en una sonrisa. Sobra decir que falló estrepitosamente.

"¡Arruiné la primera impresión!" Se lamentó por su nula capacidad de comunicación y trato a los desconocidos.

-Buenos días, señorita-Haruhime no le tomó importancia a los gestos forzados en la cara de la chica y le devolvió el saludo. Tal vez ni siquiera se percató de ellos.

La tensión disminuyó en la susodicha.

"Es un ángel..." Se dijo en el subconsciente.

-Adelante-La rubia se apartó de en medio, permitiéndoles el paso.

-Vamos, Lucía-Dijo Ryuu, ofreciéndole entrar.

Dubitativa, ella permaneció de pie, viendo fijamente la línea de separación entre el interior y el exterior de la sede.

-No hay nada qué temer. Aquí hay aventureros, y sobre todo personas, que te tratarán amable y respetuosamente-La elfo eliminó las preocupaciones de Lucía empleando únicamente esa oración y la sinceridad dibujada en su rostro fino, blanco y bello.

No le cabía duda. En definitiva se podía confiar en la peliverde... ¿O rubia? Le causaba conflicto no hallar el color exacto del cabello de la mujer ya que se asemejaba a ambos.

En fin. Cerró los ojos, contuvo la respiración y dio el primer paso.

Internamente celebró. Tal vez luzca como una tontería pero, para alguien que inicia su vida en Orario, es un enorme avance, lo cual la llenaba de felicidad y dicha.

Ya en los adentros de la mansión quedó exhorta por lo enorme que era desde el interior. Parecía otra dimensión completa y desconocida.

Muebles de primer nivel, pasillos brillantes y sin fin que dirigían a otros sitios inexplorados para la joven aventurera, o futura aventurera mejor dicho.

Salió del transe cuando un aroma penetró en su nariz.

-Huele delicioso...-Opinó, babeando.

-Debe ser Mikoto, ya pronto será la hora de comer-Respondió Bell.

De la cocina se asomó una belleza oriental de cabello negro, revolviendo el contenido de un tazón.

-¿Me llamó, Bell-Dono?-Preguntó la antes mencionada.

-Hola señorita Mikoto-Saludó Ryuu a la pelinegra.

-Buenas tardes, Ryuu-Dono y...-Mikoto quiso completar el saludo pero desconocía el nombre de la tercera persona presente.

-¡L-Lucía Ramírez! ¡Mucho gusto!-La humana le hizo una reverencia a la susodicha, inclinándose adelante.

-El gusto es mío. No siempre recibimos visitas o... No es común que Ryuu-Dono permita la entrada a mujeres-La oriental expresó, recordando las veces que la elfo echó a patadas a las chicas que buscaban al conejo.

-M-Mikoto... No la espantes...-Pidió amablemente la peliverde.

Gracias a los dioses Lucía ni se inmutó.

"Jeje... Supongo que el novio es todo un casanova" Dijo mentalmente, rascando el costado de su frente.

-¿Y qué la trae aquí, Lucía-Dono?-Interrogó Mikoto.

-Planeamos unirla a la familia Astrea. La encontramos en el calabozo cuando peligraba su vida debido a minotauros que subieron desde los pisos intermedios-Contestó el peliblanco, explicando los hechos y la razón de traerla hasta la mansión.

-Entiendo. Astrea-Sama debe hallarse en el cuarto de lectura. Si me disculpan, continuaré cocinando la comida. Vamos Haruhime-La oriental les indicó la ubicación de quien buscaban, le pidió ayuda a la renard y siguió con la actividad dicha anteriormente.

La rubia asintió, se despidió del trío y entró junto a la pelinegra.

Lucía se alegró de que la segunda miembro de la familia Hestia fuese tan buena persona y de fácil habla.

"Sí el resto resulta ser como ellas dos, no tengo nada de que preocuparme" La desconfianza se redujo radicalmente después de conocer a ambas féminas.

Camino detrás de Bell y Ryuu, observando los alrededores. Corrección, admirando los alrededores.

"¿Aquí viviré? ¿Será mi nuevo hogar?" Los ojos ámbar de la humana brillaban intensamente al crear el escenario de ella habitando la mansión.

Se estremece de solo pensarlo.

La pareja se da cuenta de ello y ríen en silencio.

-¡Hey Bell!-Alzan la voz a lo lejos, provocando reacción en el trío, quienes voltean a la dirección de donde provino el llamado.

Un adulto joven de cabellera roja y ropa manchada, de cenizas y sudor, se acercaba a ellos.

"Tal vez sea el herrero de la familia... También miembro de la misma" A los ojos de la castaña, no lucía aterrador ni peligroso.

-Hola Welf ¿Qué sucede?-El conejo se acercó a su amigo.

-¿Cómo que qué sucede? De nuevo le quitaste mucho filo a la daga de cuerno de unicornio. Si la tendencia sigue esta cosa será del tamaño de un cuchillo de juguete que le dan a los niños. No puedo lijarla cada día-Se quejó el herrero, haciéndole una llave al muchacho, revolviéndole el cabello ferozmente con la mano libre y externando su cólera.

-Le pido que no ahorque a mi novio. Sé que es impulsivo en demasía y no ayuda en la elaboración de armamento pero perdónelo. No deseo quedar viuda-Ryuu jaló a Bell y lo separó de Welf. Claro que no fue de mala fe ni mucho menos. Nada más le siguió el juego al pelirrojo.

-Fufufu. Tu novio-El peliblanco se burló del modo en que lo dijo.

-¿Sabe qué? Pensándolo bien, lo permitiré siempre y cuando no lo mate-Lo empujó de regreso.

-Eto...-Interrumpió Lucía.

-Oh, mil disculpas. Welf Crozzo, es un placer conocerla-Welf extendió la mano no sin antes limpiar las manchas de grasa y brea empleando un trapo. Residuos del trabajo duro.

-¡L-Lucía Ramírez!-Se presentó, cerrando el apretón y subiendo las manos sostenidas de arriba a abajo reiteradas veces.

-Rebosante de energía. Es grato verlo. Espero que no salgas igual a él-El herrero le echó un vistazo al mocoso impulsivo que desea ser un héroe y gracias a ello mete en problemas a su familia por lo menos dos veces a la semana si la cosa va tranquila.

-Pueden cuestionar mis métodos pero no los resultados, jeje...-Bell soltó una risa al finalizar el diálogo ya que es consciente de sus actos. A Ryuu no le hizo ninguna gracia y le dio un zape sin cambiar la cara de póker a pesar de que se le marcaba la vena en al frente.

-Eres excesivamente tonto, mi amor-Lo regañó, apretándole el hombro.

-H-Haré lo posible...-Respondió la castaña, observando la escena pasada.

-En fin. Los dejo, estoy ocupado. Suerte-El pelirrojo se despidió y regresó al taller donde proseguiría en la elaboración de armas y armaduras.

"Tercer miembro, superado" La chica recontaba a quienes conocía.

-¡Bell-Sama!/¡Bell-Kun!-Dos goces chillonas le lastimaron el oído repentinamente.

-¿Lili? ¿Kami-Sama? ¿Pasa algo?-Cuestionó el muchacho de ojos rojos.

"La gran mayoría son mujeres, ahora entiendo los celos de la señorita Ryuu. Debe enfrentarse a esas bellezas que habitan bajo el mismo techo" Lucía sentía pena por su salvadora al tiempo que veía el intercambio y charla de las dos chicas de tamaño menor al resto con Bell, característica que le dificultaba verse intimidada por sus presencias, caso contrario al de Ryuu y Bell al conocerlos en el calabozo.

"Espera... Dijo "Kami-Sama" entonces la de coletas vendría siendo Hestia-Sama..." Unió los puntos aunque tampoco era complicado.

Apretó los puños y suspiró, mostrando decisión.

"Presentarse adecuadamente ante la deidad patrona de la familia. A pesar de que no será mi diosa debo mostrar el debido respeto" Se alistó.

-¡B-Buenas tardes, Hestia-Sama! Es un honor conocerla-Dijo la muchacha, reverenciándola del mismo modo que a Mikoto.

La diosa pelinegra guardó silencio ya que, antes de que ella hablara, no le había prestado atención en lo absoluto. Ni siquiera percibió la presencia o le interesó minimamente.

Lucía levantó la cabeza a ritmo pausado hasta que sintió que la brisa la golpeó y le ondeó el cabello. Seguido de aquello... Un ruido desde su espalda la hizo voltear.

*¡PAM!*

Hestia, Lili y Bell yacían tirados en el suelo, las dos primeras encima del último mientras lo sacudían.

-¡¿POR QUÉ TRAES OTRA CHICA?! ¡TÚ YA TIENES A RYUU!-Gritaba la pequeña diosa, enojada.

-¡DEJE DE METER MÁS MUJERES, BELL-SAMA!-Lili también compartía la emoción.

-¡NO SOY EL CULPABLE! ¡¿POR QUÉ ME TRATAN COMO SI HUBIESE COMETIDO UN PECADO MORTAL?!-El peliblanco, con ojos de espiral, replicaba las interrogantes del par a pesar de que le mareaba el constante zarandeo.

La hobbit y Hestia, apartándose de arriba del conejo, centraron su atención en Lucía, quien retrocedió.

"¡LA SED DE SANGRE ABUNDA EN ELLAS!" Gritó internamente.

Frentes y narices arrugadas sobresalían en las dos féminas, reflejando la desconfianza y cólera en sobremanera.

-¡Habla! ¡¿Sabes que ese tonto mujeriego tiene novia?! ¡Espero que no busques meterte entre esos dos tórtolos!-Hestia vociferaba sin permitir contestación.

-S-Sí lo sé pero...-La castaña no lograba explicarse.

-¡LILI NO COMPRENDE POR QUÉ RYUU-SAMA PERMITE QUE BELL-SAMA FORME SU HAREM!-La pequeña soporte dirigía las quejas a la elfo, quien parecía ligeramente cansada. Es posible que no fuese la primera vez que conversaban de esta cuestión.

-¡ESE NO ES EL CASO AQUÍ!-Negó el peliblanco, parándose de nuevo tras la tacleada.

-Hestia-Sama, Lili. No es lo que imaginan. De hecho fui yo quien sugirió traerla-Reveló Ryuu, suspirando pesadamente.

Hestia quedó boquiabierta y alzó el dedo índice, apuntándola.

-N-No me digas que tú planeas armar un harem...-Impactada, soltó esa tontería.

-¿De dónde saca esa acusación infundada y estúpida, Hestia-Sama?-Recriminó la elfo, mostrando cara de asco.

-F-Fui invitada porque...-La humana explicaría el motivo de la visita al tener ya la oportunidad de hablar libremente y sin interrupciones inesperadas.

O eso era lo que creyó.

De la nada apareció a espalda de todos una hermosa mujer de cabello café con una prenda blanca semejante a un vestido y ojos resplandecientes color zafiro.

-No soy capaz de leer a consecuencia del escándalo. ¿A qué se debe el bullicio?-Cuestionó la diosa de la justicia, saliendo de la sala de estar y acercándose desde el pasillo a donde el resto discutía.

-Discúlpenos, Astrea-Sama-Le peliverde pidió perdón por los inconvenientes.

La sorpresa en Lucía fue mayúscula al enterarse de la identidad de la extraña.

"Astrea-Sama... Es bellísima... Ella en verdad aparenta ser una deidad en todas las de la ley y emite el aura madura, de audacia, autoritaria, poderosa e intelectual, propio de una diosa de la justicia..." La mente de la castaña se llenaba de halagos conforme la veía más a detalle.

-No estoy molesta... O no debido a eso, al menos-Contestó la deidad, acercando ambas palmas a las mejillas de su hija.

-¡Estoy furiosa porque se supone que tú y Bell tendrían una cita! ¿Por qué volvieron?-Astrea tiró fuertemente de los cachetes de Ryuu, regañándola al igual que una madre a su hija.

"Y... La opinión se desvaneció de golpe..." Adicionó al hilo de pensamiento.

-Esho duele Ashtrea-Shama...-Sonrojada y avergonzada, Ryuu se quejaba.

-Linda...-Susurró Bell, tapando parcialmente su rostro con el antebrazo y muriendo gracias al subidón de azúcar a consecuencia de la ternura de su novia.

Transcurrieron algunos segundos, dejando de pellizcarla. La elfo sobó la zona afectada mientras le bajaba una lágrima diminuta.

-Tu nombre es Lucía ¿Me equivoco? Es lo que alcancé a oír cuando te presentaste ante Hestia-La diosa dirigió la conversación hacia la invitada.

Ella asintió.

-Está aquí porque desea unirse a la familia-Informó Ryuu, posándose al costado de la humana.

-Quisiéramos que se reunieran para platicar la incorporación. Si es que acepta, Astrea-Sama-Bell las acompañó, poniéndose al sitio contrario de Lucía.

La deidad, siendo ligeramente más alta que la castaña, bajó la mirada y la vio fijamente a los ojos.

-¡La comida está lista!-Pateando al puerta de la cocina y teniendo las manos ocupadas, aparecieron Mikoto y Haruhime, alertando la hora de comer.

El dúo asentó en la larga mesa varios platos justo enfrente de las sillas y, en el centro, charolas de comida que variaban en demasía. Desde ensaladas hasta porciones gigantes de carne.

Astrea rompió el contacto visual, al igual que el resto, exceptuando Bell y Ryuu, y observaron fascinados el festín.

-Ara~Ara~. Supongo que continuaremos después. No discutiremos la unión a la familia con el estómago vacío-Comentó la diosa, emocionada. La oriental prepara los mejores platillos que ha probado a lo largo de su inmortal existencia, por supuesto que no se perdería la oportunidad de consumirlos.

-P-Pero...-La humana quiso detenerla pero un gruñido provino de su estómago.

*Grrrrr*

Piel y orejas se pigmentaron de rojo, señalizando la vergüenza producía por culpa del ruido estomacal.

-Coma con nosotros, Lucía-Dono-Sugirió Mikoto.

-No quisiera aprovecharme de su amabilidad... Recién los conozco y entenderé que me traten como a una...-Las tripas le rugieron por segunda vez, delatándola.

*Grrrrr*

-Extraña...-Completó el diálogo, sacando humo de la cabeza.

-¡Pues no se diga más! ¡A comer!-Dijo la deidad, aplaudiendo alegremente y caminando a la mesa mientras jalaba del brazo a Lucía para que esta la siguiese en dirección al comedor.

-Iré a avisarle a Welf-Sama-Lili corrió al taller del herrero.

Hestia se sentó, sosteniendo el cuchillo y el tenedor.

Lucía babeaba sin quitarle la vista a la ensalada de papas.

Bell y Ryuu se alejaron del comedor, dándoles la espalda.

-¿No comerán?-Preguntó Astrea.

-No, adelántense. Tenemos un par de cosas que platicar-Contestó el peliblanco.

-Buen provecho, luego los alcanzamos-Adicionó la peliverde.

-¡No nosh culpen shi no lesh dejamosh nada!-Hestia llenaba su boca de comida. Parecía una ardilla.

El resto concordó.

-H-Hai...-Dijeron el joven y la muchacha.

La pareja, después de las contestaciones despreocupadamente, avanzó por los pasillos hasta meterse a una de las habitaciones.

A la del conejo blanco específicamente.

-Ojalá no posterguen su cita. Con lo ajetreada que ha estado la agenda de la familia Hestia no han conseguido tiempo libre-La Diosa de Ryuu se preocupaba por la vida romántica de su hija.

"Dificultades en la relación... Desconozco completamente el campo" Opinó Lucía.

-Astrea-Sama, aquí tiene lo que pidió ayer-Mikoto le entregó un plato a la castaña.

-¡Langosta! ¡Eres la mejor, Mikoto!-La actitud tomada hace segundos se desvaneció y abrazó a la pelinegra, agradeciéndole efusivamente.

"Jeje... Que familia más extraña..." Dijo mentalmente la futura miembro y habitante de la mansión.

"Pero... Hay amor en ella..." Agregó, feliz.

En el cuarto del conejo.

La parejapar entró rápidamente apenas abandonando al conglomerado de gente a la que llaman familia y cerraron la puerta para que por fin tuviesen la privacidad que deseaban.

Recargaron las espaldas en la madera, bajando los párpados y esbozando felicidad, al igual que calma, mediante una sonrisa minúscula.

Abrieron sus bocas a la par.

-Ha sido un día largo-Dijeron al unísono, con una coordinación casi perfecta.

-¿Eh?-Pronunciaron con sorpresa nacía a raíz de decir lo que el contrario.

Se miraron brevemente y se rieron.

-Últimamente decimos lo que el otro piensa. Es como si estuviésemos...-Comunicaba Bell.

-Conectados...-Complementó Ryuu.

Ella entrelazó los dedos con los del peliblanco, juntándolos suavemente, sintiendo el calor que estos emitían y lo terso de la piel.

No hay duda, la piel de las elfo son tesoro nacional. No existe nada que se le asemeje o compare.

Poco a poco se sonrojaban al transcurrir los segundos, sin embargo, se deleitaban por el contacto.

Bell posó la palma de la mano libre encima de la ruborizada mejilla de la peliverde. Ella levantó la cabeza instintivamente, encontrándose con la cara de él.

Ryuu recargó la mano de su amado. Quería tenerla más cerca.

Mostraba una expresión deseosa, sabiendo lo que venía.

Esa era la señal. A pesar de que el muchacho es inexperto en relaciones ha conseguido entender los sutiles indicios que marcaban el paso en los deseos de su amada.

Sus labios se acercaron a ritmo pausado, disfrutando el momento, y...

Mua

Se besaron fugazmente.

Despegaron los labios.

Y luego...

Mua

Los juntaron por segunda ocasión.

Esta tendencia continuó.

Unían las bocas y se separaban hasta que...

-Te amo-Se confesaron. Al mismo tiempo, como antes.

Ryuu lo abrazó, cerrando los brazos detrás del cuello del joven y reduciendo la distancia entre ambos.

Bell la sostenía de las caderas, acercándolas más a él.

Mua

Nuevamente la besó pero, difiriendo a las veces anteriores, esta vez el lapso entre ellos se prolongó por casi 30 segundos, pasmándolo para retomar aire y proseguir.

-Fufufu. Te tomaste en serio lo de continuar en la mansión. Sí eres un pervertido-Externó la peliverde, con tono pícaro.

-Tampoco vi que te opusieras-Respondió el peliblanco, sin soltarla de sus brazos.

-Aunque elegimos el peor momento posible si tenemos en cuenta que no muy lejos de aquí hay gente de nuestras familias comiendo, jeje...-Gotas de sudor le bajaban en la frente al añadir el comentario. Se le notaba avergonzado.

-E-En eso tienes razón. Nos dejamos lleven fácilmente por el ambiente. Debemos trabajar en eso-Concordó Ryuu, desviando la mirada.

-M-Mala mía...-Bell decidió que la responsabilidad de aquello cayera en él. También reconoce que no le desagrada que así fluyan las cosas.

La chica negó.

-No, la culpa es compartida. Disfruto mucho nuestros acercamientos y coqueteos, tanto que olvido lo que nos rodea y quienes nos rodean cuando estoy contigo-Contestó, abrazando a su pareja.

Ellos acortaron la separación entre sus frentes y cerraron los ojos.

Luego se sentaron en el borde de la cama. La conversación que los trajo ahí comenzaría.

-Perdón. Eres mi prioridad y a pesar de serlo hemos estado ocupados, tanto que no hemos salido a citas-Decía el muchacho, cabizbajo.

-No hay razón para lamentarse. Mañana podremos pasar el tiempo perdido y nada ni nadie lo evitará-Respondió la joven, acariciándole el cabello de la nuca.

-No obstante, en lo que a mi respecta, la culpable soy yo al decidir impulsivamente unir a Lucía-Agregó Ryuu, recordando el motivo del retorno.

-¿Qué viste en ella? ¿Qué causó que decidieras ofrecerle formar parte de tu familia? Mencionaste que difícilmente agregarían a cualquier extraña... ¿Qué fue diferente en Lucía?-Preguntó Bell, dudoso. Él la apoyaría en lo que sea, solo buscaba saber la razón de ser de dicha resolución.

La elfo exhaló el aire de los pulmones por su nariz y habló.

-Me recordó a mi. A la yo de antes, cuando apenas arribé a Orario-Confesó.

-¿Robaste un bastón del piso 3, te metiste al calabozo sin falna y casi te mata una estampida de minotauros?-Signos de pregunta surgían encima de la cabeza del conejo idiota.

-No, tonto-Contestó ella al disparate dicho por su novio.

-Cuando vine a esta ciudad tras abandonar el bosque donde nací notaba que los ojos de quienes pedían que me uniera a su familia tenían segundas intenciones, contradiciendo las palabras y revelando el verdadero objetivo que poseían. Desconfiaba de todos, no lograba hallar familia... O así fue hasta que conocí a Alise... Ella me dijo que veía en mi determinación pero decepción debido a la falta de oportunidades reales de progresar, por culpa de el ambiente hostil que Orario ofrecía para la raza élfica-Informó la peliverde. Cierta nostalgia aparecía a forma de sonrisa en el fino y bello rostro de la muchacha.

-Me vi reflejada en ella y por fin comprendí a lo que Alise se refería...-Completó el diálogo anterior.

Bell la rodeó con el brazo derecho y envolvió en él.

-Comprendo. Lo he vivido. De nada sirve la determinación sin oportunidades o confianza-Externó el peliblanco su punto de vista.

-Es reconfortante hablar contigo-Expresó Ryuu, dejándose envolver en el calor de su amado.

-Aquí estaré siempre, necesites lo que necesites-Le respondió Bell.

-Entonces...-La peliverde se levanta de donde se sentó y estiró los brazos.

-Hay que darle la bienvenida a la nueva integrante. Dudo que Astrea-Sama se niegue. Probablemente vio lo mismo que yo-Dijo la elfo, recuperando los ánimos.

-¡Hai! A parte debemos comer, muero de hambre-Dijo el muchacho, tomándose de la panza.

-Fufufu. Desde el primer día que te conocí en la señora de la abundancia has tenido un enorme apetito-Se burló Ryuu, rememorando el día en que Mama Mia le dio docenas de platos con espaguetis.

-Es que estoy en crecimiento-Apenado, dio su contestación el objeto de burla.

-Salgamos a comer. Mañana retomaremos nuestra cita-Avisó la hermosa hada, yendo a la puerta.

-¡E-Espera!-Bell la detuvo.

-¿Uh? ¿Sucede algo...? -Ella frenó.

-No me contaste por qué la cita debe ser específicamente en Rivira-Bell dijo su duda.

Su novia había insistido en que salieran en una cita romántica en la zona segura del piso 18. Algo extraño considerando que no se caracteriza especialmente por el ambiente romántico. Es más, hasta la plaza del amor era mejor opción.

-Tch...-Ryuu chasqueó la lengua y frunció en ceño.

-¿Are?-Al novio le recorrió un escalofrío.

-Cassandra y Daphne me contaron a detalle lo que tú y Hedin hicieron dentro del calabozo antes de la fiesta de Freya-Sama. Lo de invitar chicas al bar de Rivira para comer el emparedado de p-parejas... hizo que despertara celos dentro de mi porque había escuchado de él y quería ser quien lo compartiera contigo...-La elfo hizo un puchero y apretó los puños.


El aura negra que emanaba la hermosa hada asustó al conejo, y el cambio en la expresión facial de ella no ayudaba en lo absoluto.

Así que él puso en práctica su mejor talento.

Pedir perdón.

-¡PERDÓN!-Gritó, en posición de dogeza. La frente se hallaba al ras de suelo.

-Más te vale lamentarlo. Sé que durante eso no éramos pareja y tampoco lo hiciste por voluntad propia. No obstante, a pesar de eso, no soy capaz de perdonártelo fácilmente-El tono tétrico con el que respondió la peliverde infundiría terror en el mismísimo Ottar.

El par salió de la habitación, yendo a la cocina. Bell parecía perro regañado y Ryuu inflaba sus mejillas mientras lo pellizcaba en el costado. El conejo cedió ante este destino sin quejas ni rechistes.

"Se me quitó el hambre..." Dijo Bell a sí mismo.

Minutos después de la comida, con Lucía, Ryuu y Astrea, dentro del cuarto de esta última.

-Ahhhhh. Esa chica Mikoto sí que sabe derretir los paladares y darle placer a las pupilas gustativas de cualquiera que pruebe su comida-Opinaba al aire la diosa mientras buscaba asiento.

-Come demasiado, Astrea-Sama-Espetó la elfo como cara de póker.

-¡Ryuu! ¡Nunca le digas eso a tu diosa!-Reclamó airadamente la deidad, viéndose ofendida.

La humana solo observaba.

-¡Ujum! En fin, a lo que nos concierne-Aclaró la garganta, dejando de lado el tema.

Astrea se sentó enfrente de Lucía. Ryuu permaneció de pie justo al costado de su diosa.

Al presentarse el cambio abrupto en las actitudes de madre e hija (No literalmente), la castaña adoptó la seriedad requerida.

-Antes de nada, platícanos de tu vida, de tu origen-Pidió amablemente la entrevistadora (En este caso Astrea).

-Viví la gran parte de mi vida en la ciudad costera de Melen. Crecí en un orfanato ya que nunca conocí a ningún familiar vivo ni nada que se le pareciera-.

-Los demás niños y yo trabajábamos vendiendo comida. A veces nosotros pescábamos los peces, camarones o pulpos-.

La respuesta breve de Lucía dejó pensativa a Astrea.

-El modo en que lo cuentas me hace intuir que disfrutabas esa vida. ¿Por qué cambiarla y volverte aventurera?-Indagó la diosa.

-Sí, la amaba. Pero... No era lo que me apasionaba. Siempre sentí que faltaba algo... Hasta que, una noche de marea alta, salvé a un compañero del orfanato que fue arrastrando por las enormes olas. Dentro mío por fin tuve la sensación de orgullo y emoción que tanto buscaba. Salvar a quien se hallaba en peligro... Trajo consigo esta paz conmigo misma-Contestó la señorita Ramírez.

-Y a partir de ahí decidiste que Orario fuese tu objetivo ¿Me equivoco? La ciudad que forma a los héroes y aventureros más fuertes-Prosiguió la deidad, interrogándola.

-Sí, eso fue lo que me motivó-La humana se sinceró.

-Entiendo. Lucía, dime ¿Cuál es tu justicia? ¿En qué piensas cuando pronuncio esa palabra?-Expresó Astrea, tomando sus propias manos.

-¿Justicia...?-El giro de la conversación no fue captado.

-Antes, hace años, era la única pregunta que realizaba a la hora de elegir miembros. Conforme a lo que decían decidía si aceptarlas o rechazarlas-Explicó. La nostalgia emergía en ella.

-Haz hablado con la verdad. Así que me corresponde relatarte los hechos tal y como sucedieron-Informó la castaña.

Lucía aceptó escuchar.

-Años tras, mis niñas y yo formábamos una de las familias de mayor renombre en la ciudad. Éramos conocidas como "La policía de Orario" antes de que Ganesha y sus niños ocuparan ese sitio-.

-Los tiempos de paz escaseaban desde que la familia Zeus y Hera cayeron en la misión que se les encomendó. Matar al dragón negro-.

-La facción de Evilus, organización de dioses malvados que buscan destruir Orario, se fortaleció y la desconfianza abundó-.

-No sé si te han informado, pero la edad oscura azotó 7 años atrás-.

-Muchas personas murieron en esa época... No se trataba de vivir... Si no de sobrevivir-.

-Gracias a los esfuerzos en conjunto se recuperó el control... O eso creímos-.

-Remanentes de Evilus permanecieron bajo el anonimato, en las sombras-.

-Y... Esa fue nuestra perdición-.

El llanto surgió. Gotas bajaban los pómulos de Astrea.

Ryuu apretaba el puño.

-Emboscaron a mis niñas dentro del calabozo. Una bestia desconocida hasta ese entonces las atacó y poco o nada pudieron hacer...-Adicionó.

-Dieron sus vidas... Por mi. Estoy aquí gracias a ellas-Contextualizó la elfo, sonriendo mientras las lágrimas se apoderaban de ella.

Ya no le causaba dolor o arrepentimiento que las cosas resultaran así. Ahora les agradecía. Le dieron un futuro, un mañana.

-Y... Cegada de furia y venganza... Cometí crímenes, yendo en el camino opuesto al que les prometí-La peliverde respiró profundamente.

-Maté a los responsables... Manché de sangre esta espada y fui incluida en la lista negra del gremio hasta que...-Ryuu sonrió.

-Mi mejor amiga me ayudó-La imagen de Syr se presentó en sus recuerdos.

-Yo huí de la ciudad a pedido de Ryuu. Pero volví y jamás la abandonaré-Astrea apretaba la mano de la elfo. Se le dificultaba el habla porque rememorar la muerte de su familia le dolía en demasía.

-Entenderé si no deseas compartir espacio con una asesina como yo. Al fin y al cabo es lo que soy. No obstante... Estoy cambiando... Gracias a las buenas personas que me rodean, y queme regalaron esta segunda oportunidad de rehacer mi vida-Aclaró Ryuu.

-Señorita Ryuu, jamás juzgaría a mi salvadora-Respondió Lucía.

Esto despertó la impresión de ambas.

-La familia Astrea era genial. No murieron en vano, lucharon por justicia hasta el cansancio, manteniendo la seguridad de las personas... Regalándoles un mañana... Futuro-Lucía se paró, acercándose a ellas.

-A partir de hoy, mi justicia será proteger el legado de quienes me precedieron. Seré una heroína que salvé a la gente, dándoles esperanza porque es lo que ustedes le entregaban a la gente-Declaró a los cuatro vientos la humana, inflando su pecho y rebosando de confianza.

La diosa le agarra las palmas, frías debido al miedo causado después del relato.

-No importa cuál sea tu justicia. Mantente fiel a tus ideales y metas, así lo lograrás. Y estaremos apoyándote hasta ese entonces-Dijo y luego la abrazó.

-Bienvenida a la familia, mi niña-Adicionó, aceptándola.

Lucía correspondió al gesto y lloró de felicidad.

Ryuu se les unió.

-Este es tu nuevo hogar-Le dijo, sonriendo.


"Alise... Kaguya... Lyra... Todas... Estamos creciendo... Regresando" Dijo mentalmente la elfo.

Pasado el momento donde los sentimientos más profundos salieron a flote, Astrea retomó la actitud seria, retomando el asiento.

-La última pregunta con la que finalizaremos la entrevista es...-.

"¿Are? ¿No ya soy parte de ustedes?" Pensó al chica.

"¿Astrea-Sama?" Tampoco Ryuu sabía a lo que se refería.

El dramatismo excesivo pintaba para lo peor.

Qué equivocados estábamos.

-No estás interesada en el novio de mi hija Ryuu ¿Verdad?-El tono de voz y el brillo apagado de la iris zafiro de la deidad provocaron terror y pánico en Lucía, quien velozmente respondió.

-¡No, no, no, no, no! ¡En lo absoluto!-Negó rotundamente.

-¡¿En serio?! ¡No le mientas a tu diosa!-A pesar de que claramente era consciente de que ella no mentía, quería asegurarse.

"E-Esto es tonto..." Pensó al peliverde, saliendo lentamente de la habitación. Ya han habido discusiones de esta índole durante el día.

Vio a la ventana y notó que la noche cayó.

¿Cuánto pasó allá adentro? Ni idea.

-Estoy cansada... Dormiré...-Ella bostezó y caminó hacia su cuarto, ignorando el escándalo.

Nadie yacía despierto en los pasillos. Intuye qué tal vez es media noche.

En verdad se alargó la "Entrevista". Ahora solo discuten puras ridiculeces.

"Pobre lucía" Pensó Ryuu.

Tras caminar varios segundos inevitablemente cruzó por el cuarto de Bell, ya que estaba aledaño al suyo.

Este tenía las luces apagadas, lo que la hizo suponer que el conejo se durmió.

-¡Hmph! Ni siquiera esperaste a darme mi beso de buenas noches-Ryuu hizo un puchero y la voz que empleó al quejarse era baja, gracias a la hora, y tierna, porque en verdad quería ese beso. Ya era costumbre que la pareja despidiera el día besándose antes de dormir. Mucha azúcar en esa relación pero... Se aman al fin y al cabo, así comparten ese sentimiento y nadie tiene el derecho de criticarlos.

Se detuvo varios segundos enfrente de la puerta. El tiempo pasaba y se ruborizaba.

"¿S-Sería atrevido de mi parte entrar y dormir con él? Y-Ya lo hemos hecho antes y soy su novia. Quiero creer que es uno de los derechos que poseen quienes forman una relación" La elfo entró en debate internamente. Cuestionarse si hacerle caso a esa idea que brotaba en su cerebro.

-N-No debe haber problema. Solamente dormiríamos. Sí, nada de actos pervertidos-Se convencía al dialogar y buscar motivos que avalaran la opción que deseaba.

Ella tocó la puerta, asegurándose de que él realmente durmiera.

Tres golpes consecutivos resonaron en la superficie de la madera. El sonido emitido era lo suficientemente fuerte para ser escuchado.

No recibió respuesta.

Giró la perilla tan pronto confirmó su sospecha.

Por dentro celebró.

Sería difícil explicarle a Bell el por qué de su visita nocturna.

-Lamento la intromisión...-Susurró, abriendo la puerta lentamente, impidiendo que las bisagras rechinaran, y cruzando al interior.

Mientras avanzaba se deshacía de la ropa de aventurera.

Tiró en el suelo el velo/capa verde hoja.

Asentó cuidadosamente el par de espadas encima de la silla aledaña al ropero.

También se quitó las botas, poniéndolas debajo de la silla mencionada anteriormente.

La única vestimenta que la cubría era lo que consideraba "Ropa interior" a excepción de unos pantaloncillos cortos. Consistía de una blusa color gris extremadamente delgada.

Ya hallándose a reducida distancia entre ella y el conejo, quien dormía plácidamente en el centro de la cama, estiró la espalda y los hombros, preparándose para acurrucarse al lado de él. No sin antes acariciarle el cabello y besarlo en la frente.

-Debería ser al revés, Bell tonto-Murmuró al despegar los labios de la frente blanca de su amado.

Apartó la cobija antes de meterse en ellas. La espalda de ambos chocaba. La hermosa elfo no era capaz de ponerse de cucharita con su querido novio, le causaba timidez.

Bajó los párpados, tratando de conciliar el sueño. El día le exigió mucho esfuerzo pero... Si así, junto a Bell, lo finalizaría, tal vez haya valido completamente la pena.

Súbitamente, apunto de dejarse dormir, el movimiento del muchacho la alertó.

Él quedó justamente atrás de ella y puso el brazo izquierdo encima suyo, abrazándola.

Ahora sí, la posición de cucharita fue mencionada y la invocaron.

"¡¿Ehhhh?!" Gritó Ryuu internamente. Los ojos se le convirtieron en espirales aunque no se quejó en lo absoluto.

-S-Si querías dormir conmigo, solo debías decírmelo-Dijeron a su espalda.

La chica abrió los ojos, casi saliéndose de las cuencas.

Miró atrás y Bell, sonrojado, la veía fijamente.

Rápidamente regresa la mirada y aplasta la cara en la sábana, evitando contacto visual.

"¡Tonta, tonta, tonta!" Se decía mientras su cabeza desprendía vapor.

-B-Buenas noches, Ryuu-Le deseó el chico a la peliverde.

Ella tembló.

-Buenas n-noches, Bell...-Contestó la elfo aunque al tener la cobija sobre la cara fue complicado oírla.

Bell posó el brazo derecho debajo de la cabeza de Ryuu y el izquierdo arriba de ella, sosteniendo la mano de su amada.

La joven entrelazó los dedos y se deleitó con el calor corporal que producía la unión de los cuerpos.

"No quiero separarme de él ni en las noches..." Comentó en el subconsciente, sonriendo dulcemente.

Y de ese modo la hermosa hada cumplió su meta.

A la mañana siguiente.

La elfo despertó, un tanto somnolienta, a consecuencia del ruido.

-¿Mmm?-Salió de su boca.

Se rascó la cabeza y abrió los ojos.

-Despertaste. Iba a levantarte pero... te veías muy linda durmiendo-Dijeron desde el pie de la cama.

Ella sintió que su corazón saltó.

Ahí, de pie, se encontraba Bell. Él se estaba vistiendo y preparando para la cita en Rivira.

-Lo hubieses hecho. No me perdonaría si la cita se retrasa por mi culpa cuando insistí tanto en que la tuviésemos-Ryuu bajó del colchón y tomó su propia ropa, la cual acomodó en la madrugada.

A las prisas se puso las botas, el velo/capa y las dos espadas.

Bell acomodaba su armadura pero estaba teniendo problemas a la hora de cerrar la pechera.

Ryuu lo ayudó.

-Listo. Aconsejaría que cambies de armadura, esa te queda pequeña-Dijo la peliverde.

-Ya sé, debo dejar de comer mucho-Apenado, comentó el conejo.

La elfo negó.

-No. Que estés creciendo significa que los músculos también y lo amo-Opinó, rodeando la espalda ancha del chico con sus brazos.

-Además... Te ves mejor así. Cuando te conocí eras tan delgado que temía por tu salud cada vez que entrabas al calabozo-Adicionó, riéndose.

-Concuerdo, estos meses han pasado rápido. Ya se ve lejano el día en que llegué a Orario con una muda ropa, mochila y repleto de sueños-Contestó.

-Que he ido cumpliendo...-Agregó, jugando con el cabello de Ryuu.

-S-Sí nos ponemos a coquetear ahora nunca saldremos de aquí... Controlémonos...-Dijo la peliverde, desviando la mirada.

-Tienes razón. Entonces salgamos. Nada ni nadie interrumpirá nuestra cita hoy-Habló el peliblanco, enfundando sus dagas y preparándose para salir.

La novia caminó detrás de él.

"Espero que todo salga bien..." Pensó, jugando con los mechones de su cabello, los cuales aumentaron de tamaño tras las últimas semanas al no cortárselo.

Ya no había motivo para ocultarse. Motivo que explicaba la falta de tinte verde en su cabellera que poco a poco retomaba el color dorado natural.

Recorrieron los pasillos, cruzando a través de comedor donde Lucía, Astrea, Hestia, Lili, Mikoto, Haruhime y Welf desayunaban.

-¿Saldrán desde temprano? Al menos coman algo antes de irse-Dijo Hestia, masticando una pieza de pan.

-Queremos ir a Rivira sin retrasos. Así volvemos a la mansión este mismo día. Perdón por no acompañarlos-Informó Ryuu, disculpándose.

-¿Rivira?-Lucía ladeó la cabeza.

-Es la zona segura del piso 18. Te recomiendo que no buscases llegar a ella sin antes ser nivel 2. Hay monstruos que pueden envenenarte y pisos antes están los minotauros-Explicó Welf a la nueva integrante.

-Al regresar le diré a Eina que te dé clases sobre el contenido del calabozo y los monstruos que habitan en él. Ella es mi asesora-Dijo Bell, rogando por el alma de la chica aunque era necesario para que no corriese ningún riesgo en su vida de aventurera.

-¿Van al calabozo? ¡¿Puedo acompañarlos?! ¡Con ustedes podré luchar sin miedo a...!-Emocionada, la humana pidió unírseles, sin embargo...

Bell y Ryuu trataban de darle la negativa sin que pareciese descortés.

Porque la pareja no iba exactamente a matar monstruos.

Lucía lo captó y rápidamente inventó una excusa.

-¡C-Cierto! No he conseguido arma y entrar al calabozo sin una sería tentar a la suerte. S-Supongo que será otro día jeje... ¡Q-Qué pena! ¡Ojalá les vaya excelente!-Habló a ritmo acelerado, justificándose.

El herrero pelirrojo pensó lo siguiente, sin contradecirla.

"Te entregué el bastón/espada en la mañana, no obstante, agradezco que leyeras el ambiente".

-Y-Ya veo. Nos retiramos siendo ese el caso. Hasta después-Se despidió Bell, llevándose a Ryuu.

Haruhime les abrió la puerta, permitiendo que se fueran.

-No supieron cómo rechazarte. En serio les urgía salir-Comunicó Lili, comiendo la carne y verduras del plato.

-Jeje... En serio se aman mucho. ¿Cuánto ha pasado desde que iniciaron la relación?-Preguntó Lucía.

-Aproximadamente mes y medio. Tal vez menos-Astrea resolvió la duda de su hija.

-En fin. Si desea entrar al calabozo Lucía-Dono, la acompañaremos apenas ayudemos en la limpieza de la mansión-Dijo Mikoto, recogiendo los platos.

-¡¿En serio?!-Los ojos de la humana brillaron de emoción.

-Hai, Lilicuajo quiere obtener fondos, Haruhime debe practicar magia y yo buscaré recursos-Comunicó Welf.

-Pero cámbiate esa ropa. Lucharás en el frente de batalla y tal vez te incomode-Sugirió la soporte.

Lucía asintió. Dichas prendas le fueron prestadas porque las suyas se ensuciaron ayer.

"Tendré mi primera aventura en familia" Fue a la habitación que se le asignó, alborotada.

En las calles de Orario, con Bell y Ryuu.

La pareja caminaba plácidamente en las calles de Orario. La elfo entrelazaba el brazo con el de su amado, sosteniéndolo y devolviendo los saludos a los civiles que se percataban de la presencia de ambos.

Pequeño novato, vendaval! ¡Qué gusto verlos por aquí!-Decía cierto conocido para los dos. Se trataba de un hombre de cabello oscuro y cicatriz en la cara.

-¡Buenos días señor Mord!-Bell devolvió el gesto.

-Buen día-Le siguió Ryuu.

-¿No creen que es demasiado temprano para esta así de acaramelados? Día a día ,desde el incidente de Knoss, los hemos visto muy unidos. Ya incluso son catalogados como la pareja número uno de Orario-Comentó el hombre, quedándose a charlar a media calle con el par.

-Jeje...-Bell se rascó la nuca, riendo nerviosamente.

-N-No es algo de lo que sentirse orgulloso. Concéntrense en su propio romance-Dijo Ryuu, sonrojada.

-En fin, no les quito mas su tiempo. Hasta la próxima-Mord se despidió. Tal vez tenía cosas por hacer.

-Pareja número uno... ¿Quiénes ocuparán los demás puestos?-Se cuestionó el conejo.

-N-No lo sé...-Respondió la hada.

Retomaron el andar al calabozo.

Varios habitantes continuaron dándoles los buenos días porque en el último mes los han visto cruzar sin excepción alguna. Eran la pareja favorita de las calles y las masas.

Un comerciante que vendía frutas y verduras les regaló manzanas. Ryuu le agradeció, esa era su fruta favorita.

Inevitablemente pasaron enfrente de aquel bar lleno de recuerdos para los dos. "La señora de la abundancia".

En la entrada, Lunoire, Anya, Chloe y Syr barrían y hacían los preparativos antes de abrir.

-¡Son Ryuu-Nya y Bell-Nya!-Avisaron las chicas gato al notar la presencia.

-¿Cómo han estado?-Preguntó la elfo, abrazando a sus amigas.

-Bien. Pero no mejor que tú viviendo bajo el mismo techo que tu amado-Dijo Syr, echándole una mirada pícara.

El peliblanco sudó de la pena.

-Vamos, vamos. No seas penosa, cuéntanos, cuéntanos-Las chicas acorralaban a la peliverde, queriendo indagar en los avances que han tenido en la relación.

-¡E-Estamos apunto de ir a nuestra cita! En otro día será...-Les contestó Ryuu, tocando la punta de sus dedos índice y evitando contacto visual. Esos ojos grises que Syr posee penetran su alma cada vez que se encuentran.

-Hum. No los detendremos entonces-Nya-Anya se rindió.

-Suerte-Nya-Chloe le alzó el pulgar.

Lunoire guiñó el ojo.

-Oye Bell. ¿Te importa si te quito a Ryuu unos segundos? ¿No? ¡Gracias!-Dijo la camarera de cabello plateado, jalando a su amiga lejos del resto y sin darle oportunidad al conejo de dar su punto de vista.

Bell se quedó estirando la mano, confundido.

-Es difícil tratar con ella cuando se pone en ese plan-Expresó, suspirando.

-Sí-.

-Efectivamente-Nya-.

-Syr da miedo-Nya-.

Las tres camareras concordaron.

-Confiesa ¿Haz pensado en lo que te dije? Si no es así estaré enojada-Syr se aventó sin rodeos a lo que le interesaba.

-¿Eh?-En ese instante Ryuu tuvo un flashback.

Flashback, dos semanas antes.

-Ah... Otra carta pidiendo ser concubina...-Habló la peliverde, quemando el sobre que le entregaron minutos atrás.

-Sí que es demandado tu novio. Es el peso de emparejarte al aventurero del momento-Opinó Syr, sentada en la misma mesa que ella.

-Ni que lo digas. Eso en parte me enorgullece ya que confirma el grandioso hombre que es. Sin embargo... Comienza a ser cansado...-La elfo tiró las cenizas al suelo y golpeó su frente en la mesa.

-Es culpa tuya ¡Debes ser más feroz, proactiva y decidida en tus acercamientos! Si no, puede que considere lo de las concubinas o, en el peor de los casos, que te lo roben-Reclamó la peliplateada, levantando el puño.

-E-Exageras... Jamás ocurría ese escenario...-Ryuu no lucía convencida.

-No digo que hagas cosas subidas de tono. Sé discreta. Duerme con él un par de noches a la semana o pídele muestras de afecto, nada más-Aclaró la camarera.

-Eso es... Un buen consejo de hecho-La muchacha sostuvo su barbilla. Lo consideraba una opción viable.

"Y a paso de tortuga alcanzarán mi verdadero objetivo... Que consumen el acto" El brillo violeta en las iris grises de Syr reflejaban la verdadera personalidad que se filtraba del cuerpo de la joven.

-¿Por qué siento que es Freya-Sama la que tengo enfrente ahora?-La hada agudizó la mirada.

-N-No lo sé...-Syr silbó, desviando la atención y sospechas.

-¡Como sea! Él ya es tuyo ¿Qué mejor forma de amarrarlo y decírselo al mundo que haciendo... "Eso"?-El tono erótico, casi macabro, con el que la diosa lo dijo espantó a la elfo.

El bar se mantuvo en silencio varios segundos.

-¡E-Está fuera de discusión!-Gritó efusivamente la peliverde.

"Demonios... ¿Cómo le digo que en mi mente tuvo lógica? Me siento sucia por siquiera considerarlo" Pensó, apunto de llorar de la vergüenza.

-Tienes buen cuerpo Ryuu. Él sin duda accederá si el flujo de los eventos se encaminan a ese resultado. Si quieres que Bell tome la iniciativa esperas mucho de él-Razonó Syr. No mentía, el conejo es demasiado asustadizo como para marcar el camino en dirección al acto sexual. Su amado es muy tonto a la hora de captar las "Señales" a pesar de que ha mejorado enormemente en los últimos días a la hora de identificar los deseos de Ryuu.

-¡Es inmoral!-Vociferó la chica en cuestión, parándose de su asiento.

-¡Ya dejen el escándalo! ¡Syr! ¡Regresa al trabajo y deja a esa niña!-Las regañó Mama Mia.

-De acuerdo, de acuerdo-Dijo Syr, yendo a la cocina. El descanso finalizó. No sin antes echarle leña al fuego.

-Hee... Si no pones el plan en marcha te lo robaré. Solo te lo cedí porque es interesante verlos juntos. Si deja de entretenerme te lo quitare-El habla baja dejaba a interpretación de los presentes si lo decía en serio o no.

Se alejó riéndose y deleitándose con los celos de la elfo.

-¡No lo permitiré! No lo dices en serio ¿Verdad? ¡¿Verdad?!-Corrió tras de ella, queriendo asegurarse de sí fue broma o lo contrario.

Mia las observaba desde la barra.

"Caíste en la trampa, niña idiota. Ahora es cuestión de tiempo para que suceda lo que esa diosa tonta planea" Pensó.

La semilla del caos fue sembrada, esperando florecer.

Fin del flashback.

-Aún es pronto. No lo haremos hasta que estemos listos...-Respondió a la pregunta.

-Oh...-Syr dio un paso atrás. No obstante... ¿Por qué en vez de decepcionarse se enorgullecía?

-Si tu lo dices... Hada romántica-Se burló la peliplateada.

*¡Puf!*

Más vapor se desprendió de la cabeza de Ryuu. El rubor era mayúsculo.

Ella agachó la cabeza y llamó a Bell con la mano. Necesitaba ayuda para deshacerse de la camarera.

-S-Syr. Sé que luce tierna pero por favor deja de molestarla-Reclamó el conejo mientras Ryuu le tironeaba la camisa.

-Fufufu. No he dicho nada malo o incorrecto. Solo fue una simple pregunta-Syr se mofaba de la reacción de su amiga. Nunca imaginó verla de ese modo, tan... Enamorada.

-Ya es hora de abrir. Continúen su cita-Adicionó, indicándoles al resto que debían entrar al bar porque abrirían en minutos.

-V-Vayámonos. Han habido muchas pausas y ni siquiera estamos a medio camino-Ryuu dejó el asunto por la paz si no tardarían en llegar.

-H-Hai-Aceptó el conejo.

Retomaron la caminata sin interrupciones gracias a todos los dioses aunque cierta espadachín rubia los vio pero decidió seguís su camino. Le causaba sentimientos encontrados verlos así de unidos aunque la relación con el peliblanco en concreto se arregló luego del asalto a Knoss.

Horas después, piso 18.

-Calculo que ya es medio día en la superficie. Ojalá no nos retrasemos-Comentó el conejo, limpiando la sangre de sus dagas.

-No pensemos en ello. Disfrutemos el tiempo juntos-Decía Ryuu, curando las pequeñas heridas de Bell al usar "Noah Heal".

Ellos bajaron los pisos superiores e intermedios a gran velocidad y, a pesar de eso, les ocupó muchas horas.

No por falta de experiencia en combate o de habilidad. Si no porque aparecieron muchas Purple Moth y querían evitar a toda costa ser envenenados aunque gracias a la habilidad de desarrollo "Resistencia anormal" no hubiese sido problema pero aún así fueron con cuidado.

-Olvidémonos de eso. Rivira está por aquí. Ese emparedado de parejas nos espera-La decisión de la elfo se transmitía. Incluso sus ojos se incendiaron en llamas.

"No haré ninguna clase de comentario. Ella contraatacará con un "Pero lo hiciste con ellas sin rechistar" a pesar de que fui obligado" Asintió el conejo, evitando tentar a la suerte e invocar a la muerte.

Ya en el bar donde aquel alimento se cocina, se sentaron y esperaron a los meseros.

El estómago les rugía y las tripas gruñían. Llegaron a la conclusión de que fue una tontería saltarse el desayuno en la mansión.

-¿Te atendieron rápido cuando viniste con otras chicas?-Preguntó Ryuu. Esas si son ganas de pelear.

-Ugh... Todo lo que diga puede y será usado en mi contra. No hablaré sin mi abogado. Welf en este caso-Respondió Bell, evadiendo el aura asesina emanada por la elfo que también afectaba a los clientes cercanos.

-Perdón... Es solo que... Temo que haya experiencias únicas que no pueda compartir contigo. Soy realmente nueva en el amor y... Quiero que cada suceso romántico sea a tu lado y el primero para ambos...-Reveló la peliverde, bajando las orejas, entristecida.

Bell la agarró de la mano.

-Sé que no cambiaré el pasado pero... Desde que me enamoré de ti he decidido que lo bueno y malo de las relaciones lo haremos unidos el uno al otro-La tranquilizó, sonriéndole.

-Confío en tu palabra y en ti, Bell-Contestó la chica, devolviendo el gesto.

Esos dos brillaban intensamente debido a la resplandeciente relación que formaban.

-Emm... ¿Ordenarán algo o se quedarán aquí causando envidia a los clientes?-Interrogó el responsable de bar, sosteniendo la carta.

-¡Discúlpenos!-Dijeron al unísono.

-Q-Queremos el emparedado de parejas, por favor-Pidió Ryuu.

-¿Y de beber?-.

-Jugo de frutas-Contestó Bell. Era la bebida favorita de su amada.

-Okey. Pequeño novato. Vendaval. Por favor regulen las muestras de afecto. En este bar la mayoría viene a ahogar las penas por mujeres o compañeros caídos. Es obvio que mueren de envidia al presenciar el amor naciente de dos jóvenes-Prácticamente fue una orden aunque no se le podía contradecir. Es el dueño.

-E-Está bien...-Aceptaron.

-Puedo darles el emparedado en una canasta de picnic y las bebidas en este termo si desean coquetear. Aquí cerca hay un lago hermoso de agua cristalina, el sitio perfecto para ustedes-Sugirió el dueño, guiñándoles el ojo. Él también fue joven y comprende el romance.

-Bueno idea... ¡Aceptamos gustosamente!-Concordaron con la opción dada.

Mientras tanto esperaron a que la comida se preparara. 15 minutos más o menos fueron suficiente y el hombre les entregó la canasta.

-Amor ¿Por qué los guiaste allá? Este bar no tiene políticas de ese estilo-Cuestionó la esposa del señor.

-Digamos que el dinero mueve a la gente-Confesó, metiendo el saco de monedas que se le dio en la mañana a la caja fuerte.

Cierto boaz, a pedido de su diosa, le pagó.

En el lago.

-D-Debe ser broma...-Dijeron, sorprendidos.

-A-Aquí es...-.

-S-Sí.

-D-Donde te vi...-.

-¡Que sí, Bell!-.

El corto diálogo en el que Bell quería confirmar la ubicación revelaba la vergüenza que sentían.

-El hueco del árbol sigue ahí...-Bell tragó saliva, recordando la piedra voladora hacia su rostro.

"Ese día estuve apunto de morir... Como cada día de mi vida desde que llegué a Orario" Se dijo, mentalmente.

-Estoy consciente... ¿Por qué, siendo amplio Rivira, dimos aquí?-Cuestionó Ryuu. Era demasiada coincidencia.

Efectivamente, se hallaban en el lago donde el peliblanco vio desnuda a su amada.

Muchos meses pasaron desde eso, incluso los sentimientos cambiaron radicalmente desde ese entonces.

"Así que no estaba equivocado... Aquí la vi desnuda..." Pensó el conejo, colorándose de rojo. La imaginación divagaba y recordó aquella imagen.

*¡PUM!*

-¡Puah!-Se golpeó en la cara. Evitando que la mente le juegue una mala pasada.

-¡Bell! ¡¿Estás bien?!-La elfo se asustó.

-C-Créeme. Mejor que hace 5 segundos-Respondió, limpiando la sangre de su labio.

-Si es incómodo, vayamos a otro lugar-Dijo.

-N-No mentiré, estoy muriendo de vergüenza pero... Ya estamos aquí e indirectamente fue nuestro primer contacto además de que después de aquello te conté mi pasado y lo que me atormentaba...-Externó Ryuu, rememorando el día.

Bell le explicó que no andaba de fisgón y que fue un accidente. Ella no percibió mentira en la contestación y charlaron. Él la acompañó a la tumba de la familia Astrea, donde no juzgó ni hizo preguntas de más, solo empatizó con el dolor.

Ella... Sin darse cuenta... Se interesó en él ese día.

-Este sitio me trae recuerdos hermosos...-Confesó.

Bell se deshizo de los pensamientos pervertidos.

-Quedémonos. Si eres feliz yo también lo soy-Se sentó en el césped, a la orilla del lago.

Ryuu hizo lo mismo.

Sacaron el emparedado del cesto y sorpresivamente había una manta para picnic. No le dieron importancia y la extendieron, sentándose encima de ella.

Partieron en dos el alimento y lo mordieron.

Comían lentamente, disfrutando el sabor.

-Ño Ñoto lo que lo hashe tan eshpeshial-Dijo Ryuu mientras masticaba.

-Esh deliciosho-Opinó el conejo.

Ryuu estuvo de acuerdo.

"Enseñanza de Hedin-Sensei..." El peliblanco puso en práctica lo aprendido.

Limpió las migajas de su boca.

-Ryuu... Di "Ahh~"-Pidió, acercándolo la mitad del emparedado.

Ella no se negó. A este punto de la relación no era la primera vez que se alimentaban mutuamente. Durante la estancia del chico en la sede de la familia Dian Cecht lo hizo a diario.

La peliverde acercó la boca y...

*Ñam*

Le dio un mordisco.

-Sabe más rico así...-Aseguró, tapando su boca con la mano.

-Es tu turno-Puso una mirada retadora mientras aproximaba el emparedado la cara de su amado.

Él lo aceptó y mordió.

*Ñam*

Se deleitaba con el delicioso sabor combinado con el de las frutas del jugo que quedaba impregnado en los labios de la chica y que se unía cuando ella lo mordía.

El intercambio prosiguió su curso natural, hasta que se terminaron la comida.

Ryuu se estiró, recostándose en el regazo del conejo.

Sería más decidida y feroz en los acercamientos, como Syr le aconsejó.

Bell no se negó, mucho menos se alteró.

-Descansa. Lo mereces. Te cuidaré y mimaré-Le susurró, sonriéndole.

Ella se acurrucó y él le desenredaba el cabello al pasar los dedos entre los mechones. Lo hacía cuidadosamente, evitando tirar fuerte y lastimarla.

A pesar de que los párpados le pesaban, y estuvieron en esa posición casi una hora, no se durmió.

De pronto una frase sonó en su subconsciente.

"Consuma el acto..." La voz de Syr le mencionó aquellas palabras.

Una mini Syr vestida de diablita apareció enfrente.

"¡Están en una situación inmejorable! ¡Hazlo tuyo!" Le insistió.

Ryuu frotó sus ojos y esta figura no desapareció.

Luego se presentó una mini Astrea vestida de ángel.

"Ella tiene razón! ¡Hazlo mi niña!" La mini diosa no llevo la contraria.

"¡¿NO SE SUPONE QUE TÚ DIFIERAS?!" Reclamó la elfo.

"A este punto, si no consuman el acto, jamás lo harán. El ambiente es idóneo. Están en un sitio especial para los dos y prácticamente es un bosque en el que la noche caerá y la luz de la "Luna" los iluminará. Es el tipo de propuesta que tú siempre deseaste ¿No? ¡NO TE QUEJES Y PON DE TU PARTE! ¡ES ORDEN DIVINA!" La Astrea imaginaria le gritaba, alentándola y dándole mil y un razones de por qué sería tonto no aprovechar.

La Syr imaginaria asentía repetidamente.

"No puedes discutir ante esa lógica" Habló, palmeándole la espalda a la Astrea chiquita.

-Ammm Ryuu ¿Todo correcto? Veo que mueves los labios pero no hablas-Bell interrumpió y las dos presencias se esfumaron.

-P-Perdón. Soñaba despierta-Fue la excusa.

-Entiendo. Los cristales comienzan a perder la luz del sol. Está próximo a anochecer. Retirémonos-Dijo el peliblanco, informando de la situación.

El plan de regresar antes de que se ponga el sol ya no sería posible.

-B-Bell...-La peliverde jaló la camisa de su novio.

-¿Dime?-Atento, quiso saber a qué se debía el llamado.

-H-Han pasado muchas horas y no he sudado. ¡Q-Qué bien me caería una ducha...!-El temblor en la dicción de las palabras denotaba cierta pena.

-¿Are...?-Bell volteó al lago y ladeó la cabeza.

-Q-Quisiera bañarme pero... ¿Dónde podría hacerlo?-Las intenciones de Ryuu eran claras. Pondría en práctica los consejos indecorosos que le proporcionó su mejor amiga.

El novio captó el mensaje.

-A-Ahora que lo mencionas... Hay mucho calor y manché la ropa de sangre al luchar contra los monstruos. También vendría bien un baño...-Comentó, rascando su mejilla.

Habiéndolo decidido mutuamente. Se separaron y escondieron detrás de los árboles, y arbustos, aledaños.

Retiraban armadura y ropa, igual la interior.

-A-Avísame cuando te metas al agua...-Pidió el conejo. Si ella se sumergía no podría verla como los dioses la trajeron al mundo. Quiere respetar la desnudez de su chica.

-Voltea...-Le dijo. Esto ofuscó al conejo porque el sonido del agua moviéndose no fue escuchado.

Él atendió la solicitud y...

-¡R-Ryuu! ¡Desnuda! ¡Veo tu cuerpo desnudo!-Gritó, alterado y regresando la mirada al árbol.

-¡¿P-Por qué me hablaste si aún no estabas lista?!-Interrogó.

Ella se acercó y lo abrazó de espaldas. Sus modestos pechos chocaron, causándole un escalofrío.

-¡¿Q-Qué...?!-Iba a reclamar pero lo frenaron abruptamente.

-A diferencia de hace meses... Ahora ya no me molesta mostrarte mi desnudez. Nuestra relación es distinta a ese entonces...-Comunicó, interrumpiéndolo.

Bell tragó saliva.

-¿Estás segura...?-Cuestionó. Solo correspondería si ella se hallaba 100% segura de dicha resolución.

-Sí-Le respondió afirmativamente.

Reuniendo valor, volteó.

Ahí se topó con la indescriptible belleza de mujer de pie enfrente suyo, quedando maravillado.

-En verdad posees una perfección fuera de este mundo...-El halago salió impulsivamente.

La elfo se ruborizó.

-G-Gracias... Querido...-Contestó.

-Hay que b-bañarnos...-Agregó, metiéndose al agua y dándole la espalda.

-Hai...-El conejo subió y bajo la cabeza, hipnotizado.

Bell vio el lindo y curveado trasero de su novia. No pudo contener las gotas de sangre que salían de su nariz.

La acompañó y el agua empapó sus cuerpos.

La temperatura era ideal. Ni fría ni caliente. Templada.

Él formaba un cántaro con sus manos y recogía el agua, tirándosela en  el cabello.

Ryuu, por su parte, trataba de poner en marcha el paso dos del plan, por lo que caminó a él.

-B-Bell... ¿Me lavarías la espalda?-Preguntó, muerta de vergüenza.

"¿Qué? ¿Lavarle la espalda? ¿Are? ¡¿AHHHHHHHHHHH?!" Gritó el chico mentalmente. El dilema y las dudas del por qué los acercamientos de su novia aumentaron de escalón surgían.

-¿Q-Qué dices...?-Ryuu perseveró.

"Está muy decidida..." Percibió.

-V-Vamos a esas rocas. Nos sentaremos y la lavaré...-Correspondería a los deseos de su amada como el hombre que es.

Nadaron hasta dicha zona.

Bell se posó detrás.

Recolectó agua en las manos y la echó encima de la delgada espalda.

Esta se deslizaba, cubriendo totalmente la superficie.

El peliblanco tocó la piel desnuda, masajeando de arriba a abajo.

La peliverde contenía los gemidos y cerraba sus ojos.

Quien masajeaba sonrió instintivamente.

Alargó los brazos y sostuvo la palma de la hada.

-Ryuu...-La nombró.

-¿S-Sí...?-Contestó.

-Deja de forzarte...-Pidió Bell, parándose.

-¿Eh?-Eso causó confesión en Ryuu.

-Tiemblas... Mucho, de hecho-Reveló.

Ella se estremeció y agachó la cabeza.

-¿Por qué te obligas? No lo entiendo. No es propio de ti-Cuestionó el muchacho.

En ese momento la elfo se rompió y lloró, revelando sus inseguridades.

-Temo que te alejen de mi... Desde que este noviazgo se formalizó me he preguntado si en verdad soy digna de ti... Si merezco celarte...-Delató sus pensamientos.

El sonido del agua fluyendo fue lo único que se oía hasta que...

-Pfff-Una risa ahogada provino del chico.

-¿Ah? ¡N-No es gracioso! ¡¿De que te ríes?!-Eso irritó a Ryuu, quien se separó de él.

-Perdón, perdón. Es que... Estoy aliviado-Respondió.

-¿Aliviado...?-La muchacha no le hallaba sentido.

-En realidad he tenido ese pensamiento abordando mi cabeza desde que estamos juntos. Tampoco he sentido ser merecedor de tan maravillosa mujer. Pero que reveles que te preocupa lo mismo me causa cierta confianza-Confesó Bell, acortando la distancia impuesta anteriormente.

Él la abrazó.

-Te amo. Y nada ni nadie lo cambiará. El día en que confesé mi amor firmé una promesa en mi corazón, la cual es no amar a otra persona que no seas tú. Quiero vivir a tu lado los años que tenga por delante porque eres la luz que ilumina mis días, quien me inspira a ser mejor que ayer con tal de ver tu hermosa sonrisa para que te sientas la mujer más afortunada y amada del mundo-Los sentires relucían.

El ritmo cardiaco de Ryuu aumentó palabra a palabra y se le creó un nudo en la garganta. No cabía duda, se enamoraba más.

El peliblanco posó sus palmas en las laterales del rostro de su novia.

-Te amo, mi hermosa hada de cuentos-Concluyó, besándola.

Mua

El cuerpo de la chica se relajó y compartió el beso.

Los labios se aplastaban y las lenguas entraban a la boca del otro.

Después de 10 segundos lo cortaron.

-Por eso... No te fuerces... Haremos aquello cuando estemos preparados-Adicionó.

Ella se aferra a él y habla.

-Mi raza detesta el tacto piel con piel... Solo se lo permitimos a aquellos que reconocemos...-.

-Es por eso que, en 21 años, ni un solo hombre sostuvo siquiera mi mano-.

-Hasta que te conocí...-.

-Hace años... No... Antes de conocerte... Nunca hubiese cruzado por mi cabeza la idea de abrazar a un hombre completamente desnuda...-.

-Pero ahora que lo hago con quien mi corazón eligió me siento tan protegida... Cálida... Feliz...-.

La brisa sopló, revoloteando su cabello.

-Sí... Hace un momento temblaba porque temía ser rechazada o tomada como pervertida por quien amo. Temblaba porque dudaba que lo nuestro trascendiera la lógica y el tiempo... Dudaba que fuese para siempre...-.

-No obstante... Demostraste que me equivocaba-.

-Estoy segura...-.

Ryuu entrelazó los dedos con los de su amado.

-Quiero darte todo de mi... Mi amor...-.

Al decirlo lo abrazó, envolviendo los brazos en la espalda del muchacho y apretando sus senos en el pecho desnudó de su novio.

-A cambio... Dame todo de ti...-Agregó.

Bell abrió los ojos en demasía. Tragó saliva y quedó estático.

"No te acobardes..." Se dijo a sí mismo.

-Todo lo que soy y tengo te pertenece desde el día en que me enamoré de ti-Comunicó.

Sellaron la promesa, besándose bajo la luz de las "Estrellas".

Mua

Salieron del agua y, desnudos, se acostaron en la manta.

Agitados, con la respiración irregular, Ryuu se le encimó.

-¿En serio estás de acuerdo?-Se quiso asegurar el conejo.

-Completamente...-Respondió la hada.

Unieron los labios y la reacción natural del hombre hizo acto de presencia.

Bell Jr se despertó.

El ahogo de pasión provocaba que se dejaran llevar.

Bell metía la lengua en el interior de la boca su pareja, moviéndose libremente y contactando con la de ella.

Sus manos se dirigieron a los redondos pero bien formados pechos y comenzó a masajearlos.

Pequeños espasmos provenientes de la elfo indicaban que el placer era recibido.

Apretó suavemente los pezones y...

-¡Mmm~!-Ryuu rompió el beso y soltó ese quejido.

Bell, admirándola arriba suyo bajo la luz de las estrellas, se abalanzó.

Ahora ella estaba abajo.

-B-Bell... ¿Qué harás...? ¡Ahhh~!-Antes de lanzar la interrogante, la lengua del chico lamió su seno derecho. Causando que gimiera.

Después cambió y lamió el izquierdo.

Ryuu blanqueaba los ojos, alucinando.

Quería tomar la iniciativa pero parece que el interruptor del conejo se encendió y se le imposibilitaba.

Los delgados dedos del muchacho se pasearon por el abdomen de la chica, casi haciéndole consquillas. Hasta que se acercó a la parte privada de la elfo.

Ella disfrutaba el acto, conteniendo los gemidos. Sus ojos se asemejaban a corazones.

Su cuerpo se sentía entumido. Las piernas le temblaban y lentamente se abrían.

Bell se arrodilló, mostrando su miembro.

Ella lo vio pero no decía nada debido al éxtasis.

El glande del pene golpeaba en la entrada de la vagina, como si pidiese permiso de entrar.

-Ryuu... Lo meteré...-Avisó el muchacho.

-A-Abrázame mientras lo haces...-Ordenó la peliverde, extendiendo los brazos.

Él se encorvó y Ryuu puso ambos detrás del cuello del muchacho, acercándolo e impidiendo ser vista en ese estado tan indecoroso.

-M-Mételo...-Dio la señal.

El miembro del chico se abría paso con dificultad entre las paredes vaginales de su novia.

-¡Ahhhh~! ¡Ugh~!-Gemidos y contadas muecas de dolor salieron de ella.

Era su primera vez.

Gotas de sangre salían y el himen se desgarraba.

El pene de Bell recorría la cavidad poco a poco. No quería apresurarse ya que podría lastimarla.

La infinidad de gemidos de Ryuu, los cuales escuchaba realmente cerca debido a la cercanía de la boca de la elfo y el oído del humano, lo excitaban.

-¡Mmm~!-Ryuu apretó los labios y alzó la cadera.

-¿Estás... Ahhh~ Bien?-Bell también gemía por el placer y la calidez que enrollaba a su pene dentro de la vagina de Ryuu.

-Palpita... ¡Ahhh~! Palpita en mi interior...-Dijo, sin contestar la duda.

Los espasmos elevaban la cadera de la chica, provocando que el miembro de Bell entrara sin que este lo deseara.

Ambos hicieron contacto visual, podían ver el aliento del otro.

Mua

Se besaron.

El pene erecto se hinchó, aumentando de tamaño, lo cual fue percibido por Ryuu.

Bell movió las caderas de atrás a adelante.

El útero de la muchacha sabía que el glande se acercaba peligrosamente a la cervix y que se unirían en un beso pervertido arriba y abajo.

-B-Bell... ¡Mmmm! ¡N-No podrás avanzar más...!-Alertaba la elfo al tomar aire después del beso, mordiendo su labio.

A Bell no le importó y volvió a besarla, silenciándola.

-¡Mmm! ¡Mmm!-Se quejaba Ryuu sin resultados. Él no le entendía y metía más el pene.

Ella se ahogaba en deleite, tanto que saboreaba la dulce saliva de su amado.

Le estaba entregando su cuerpo a quien más amaba y el hombre que su corazón eligió.

El himen se rompió hace minutos. La muestra de que aún era virgen desapareció.

La sangre dejó de salir.

La punta del miembro besó la cervix, como se alertó anteriormente y...

*¡PAM!*

Golpeó.

-¡Mmmmmmmmmmmmm~~~~~~!-El gritó se ahogo en la boca de de Bell.

Y de nuevo...

*¡PAM!*

-¡Ahhhhh~! ¡Ahhhhh~!-Otra vez el beso se rompió y Ryuu gemía intensamente.

*¡PAM!*

Sentía el impacte y un choque eléctrico originado desde su vagina azotaba al resto de su cuerpo.

*¡PAM!*

-¡Ahhhhhhhh~~~~! ¡Está totalmente adentro! ¡Y-Ya no... Ahhh~ puede atravesar más!-Gritaba y gritaba pero...

*¡PAM!*

Las embestidas no cesaban.

-Me corro...-Susurró Bell, recuperando el raciocinio.

-Hazlo... ¡Ah~! En mi interior... Corrámonos juntos...-Le murmuró Ryuu al oído.

Él la sujetó de la cintura y...

*¡PAM!*

Golpeó.

-¡Ahhh~!-.

*¡PAM!*

-¡D-Despacio! ¡P-Por favor...!-.

*¡PAM!*

-¡Ahh~! ¡Mmmmm~!-Los gemidos ya no se ocultaban. Salian de Ryuu sin miramientos.

*¡PAM!*

-¡Me vengo...!-Gritó el peliblanco.

-¡Y-Yo también me estoy viniendo!-Gritó la peliverde y...

*¡PAM!*

-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh~!-Una carga de semen fue disparada a lo más profundo de su útero, llenándolo completamente. La propia Ryuu también expulsó sus fluidos a chorros.

Los dos cedieron al cansancio, empapados de sudor y otros fluidos. Inhalando y exhalando a un ritmo acelerado.

Ryuu abrazó el cuerpo de su amado, quien se acostó a su costado para no caerle encima.

Y, después de haber consumado el acto y unir sus cuerpos en uno solo... Se durmieron.

Horas después.

Bell era el único más o menos consciente. Ryuu en cambio cubría su rostro con las manos, gimiendo y temblando.

Vio los cristales en el techo del piso 18 que simulaban ser estrellas.

"¿C-Cómo ocurrió? Siguió sin creérmelo..." Pensó el conejo.

"Abuelo... Me he convertido en hombre..." Adicionó, recordando al susodicho mientras este le levantaba el pulgar.

Ryuu se giró y acurrucó junto a él.

-Se sintió... Maravilloso... Te amo, querido-Dijo, sin darle consideración a su desnudez.

Él la rodeó con su brazo izquierdo y se inclinó, besándola en la frente.

-Te haré feliz. Así como tú lo haces conmigo...-Contestó.

La pareja sonrió sin saber que el fruto de su amor y las consecuencias de este traerían consigo algo para lo que tal vez no estaban preparados. Pero... Lo afrontarían juntos, como la pareja llena de amor que son.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

En la Torre de Babel.

Cierta diosa de cabellera plateada yacía sentada en su trono. Bebía una copa de vino y enfrente suyo había una bola de cristal.

Ella estaba con los ojos cerrados, pensativa.

-Fufufu-Se rió y...

-¡Hmph!-Mostró una sonrisa repleta de orgullo.

Nota del autor: Imaginen que es Freya (El nombre del manhwa es Secret your mom, lo recomiendo, esta bien ricolino).

Su maquiavélico plan resultó tal como imaginó.

"Ahora solo es cuestión de tiempo para que nazca mi Odr" Rió, emocionada.

Claro que no fue el motivo principal por el que hizo lo que hizo. Ella no los obligó.

Solo creo el escenario adecuado para que los sentimientos saliesen a flote, no es culpa suya que lo que les beneficiaba también le trajera recompensas.

-Sobrepasó sus propios límites, Freya-Sama-Ottar y Helun golpearon sus frentes con las palmas de sus manos. Esa mujer es caso perdido.

-¿A-Are?-La diosa puso cara de incredulidad ante el comentario.


.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.

Antes de finalizar, quiero agradecerle a mi buen amigo Pepeabra06 por haberme ayudado a escribir una parte del capítulo. Muchas gracias guapo, te quiero mucho.

En fin, déjenme sus opiniones.

¿Cómo estuvo el capítulo? ¿Sí les gustó?

Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.

_________________________________________________

¡Si gustan leer una novela original escrita por mi, pueden leer la que recién acabo de publicar!

"Objetivo frustrado por un amor inesperado"

Acompáñanos en al historia de Akiro Itō para cumplir su tan anhelado deseo... ¡Vengarse de quien rompió su corazón!.

Aquí les dejo el link para que vayan a leerla o pueden encontrarla en mi perfil. Hasta ahora llevo el prólogo y el primer capítulo del primer volumen.

https://www.wattpad.com/story/295436264?utm_source=ios&utm_medium=link&utm_content=share_writing&wp_page=create_story_details&wp_uname=Aetd556&wp_originator=Updq6%2FIi6BWjWjl9fWmdgFplAGHQxmBh9KtLNUzCXq8Z1hhr2ZdP3Q0Mc6DsZaDAgH2X2xNZeBY6nbXJbf8D2cMC4S4qhJJgbh4mVRLtfVTiVXNZCVonFivgF0HRk7Om

_________________________________________________

Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...

_________________________________________________

Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
_________________________________________________

Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
_________________________________________________

La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
_________________________________________________

La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
_________________________________________________

Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
_________________________________________________

Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
_________________________________________________

¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
_________________________________________________

Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
_________________________________________________
Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro