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Capítulo 1. Punto de inflexión.

La noche había caído en toda la ciudad de Orario, un silencio tenebroso abundaba en la misma, pero... a pesar de la quietud, en varias partes de la ciudad sucedía exactamente lo contrario a lo que los ciudadanos se podrían imaginar al percibir dicho ambiente.

Una gran batalla se estaba desatando...

Un combate en el que ideales distintos estaban chocando para lograr sobreponerse al otro y de esa manera evitar un conflicto mayor entre ellos dos.

De pie, frente a frente, una chica de cabellera dorada apuntaba su arma en dirección a cierto joven peliblanco quien estaba en medio de ella y una pequeña niña que era cubierta por un pequeño manto color negro grisáceo.

Se trataba de Aiz Wallenstein y Bell Cranel, la chica detrás de este último tenía como nombre Wiene.

Se preguntarán "¿Qué suceso puede ser tan importante como para haber llegado hasta tales extremos?".

Simple... todo comenzó cuando al joven aventurero de la familia Hestia tuvo un encuentro que cambiaría su manera de percibir las cosas.

Su encuentro con... un monstruo con sentimientos y con raciocinio.

Todo comenzó hace unos días...

Calabozo, pisos intermedios.

"Me encontraba recorriendo el calabozo como cualquier día, estaba en la zona del gran árbol acabando con unos cuantos monstruos hasta que algo llamó mi atención... se trataba de un lloriqueo"

Luego de lo sucedido en la batalla por el rescate de Haruhime, ella se unió a la familia Hestia sin dudar por un segundo ya que deseaba estar en donde su salvador estuviera, además de que quería seguir al lado de su amiga Mikoto.

Las cosas fueron tranquilas por un tiempo prolongado, la familia Hestia comenzó a tomar cada vez más fuerza hasta el punto en que Lili se encontraba cerca de subir a nivel 2 y Welf, al igual que Mikoto, a nivel 3. Respecto a Bell, él también podía subir a nivel 4 pero debía encontrar una "aventura" que le permitiera hacerlo ya que si se enteraban que derrotó a la mujer sapo, el gremio sabría que estuvo en el atentado al distrito del placer y recibirían una fuerte multa como la familia Freya.

No obstante, volviendo a lo anterior... a la pequeña visita de Bell al calabozo, la cual resultaría con un encuentro que provocaría una gran cantidad de sucesos inesperados.

Corriendo hacia dónde los lloriqueos provenían, presenció una escena impresionante.

Una vouivre siendo atacada.

-¡FIREBOLT!-Gritó Bell, alejando a los monstruos tipo ave del sitio.

Cuando se acercó lo suficiente, vio a la pequeña llorando y llena de heridas de garras en todo su cuerpo.

Ella lo miró fijamente con miedo y aún con lágrimas en sus ojos, la cuales recorrían sus mejillas rasgadas y llenas de sangre.

-¿Un monstruo que llora?-Se preguntó con gran sorpresa.

En ese momento, un Firebird se posó frente a ellos y lanzó un aliento de fuego hacia su posición.

Bell se puso en medio de la vouivre y el otro monstruo, con su piel de salamandra evitó las quemaduras y con un rápido corte con su daga terminó con él.

Mientras volvía acercarse a la pequeña, unos gritos lo alertaron.

-¡¿Dónde está la vouivre?!-

-¡Hey tú! ¿Haz visto a una vouivre?-Le preguntó un aventurero con aspecto intimidante.

En un veloz movimiento, cubrió a la pequeña con su capa de piel de salamandra para que no vieran que era a quien buscaban.

-Mi compañera está con quemaduras graves ¿Alguien tiene alguna poción?-Les preguntó, poniéndose en medio de ella y él.

-Tch, no me interesa-Contestó el mismo hombre al mismo tiempo que se alejaba, ignorando así a el objetivo de su búsqueda sin siquiera saberlo.

Al alejarse de ambos, Bell se acercó nuevamente a ella, quien lucía atemorizada al mismo tiempo que confundida por lo que sucedió. Bell le extendió la mano, y la vouivre, aún con duda, la tomó.

-¡Bell-Dono! ¡Al fin lo alcanzamos!-Dijo Mikoto a la distancia junto con Lili, Welf y Haruhime.

-Bell-Sama... ¿Quién es esta señorita?-Preguntó Lili cuando el grupo estuvo unido nuevamente,

-Por el momento creo que lo mejor es regresar al piso 18-Expresó el peliblanco, tomando la mano de la pequeña monstruo.

(Copié esta parte del One Shot de Artemisa ya que prácticamente fue lo que sucedió y no había nada que cambiarle jaja).

Tras algunos minutos, la explicación fue dada en la zona segura de Rivira.

Las opiniones eran divididas respecto a ello, nadie de la familia Hestia se esperaba ni creían lo que Bell les estaba contando... o ese sería el caso si no lo hubieran visto con sus propios ojos cuando aquella vouivre se asomó desde atrás del chico y los miró con miedo mientras sus pequeñas piernas y brazos temblaban por culpa de este mismo sentimiento.

-Esto no puede ser posible...-Logró decir Welf, incrédulo ante el actuar de la pequeña niña.

-Bell-Sama... Lili piensa que lo que desea hacer es algo que podría desencadenar muchos problemas, llevarla a la superficie es una muy mala idea-Dijo Lili, tratando de usar su lógica para convencer a Bell, sin embargo, esa decisión ya había sido tomada.

-Lo lamento Lili, no puedo dejarla, no después de ver como esos monstruos la atacaban, no es diferente a una inocente niña, ella no sobrevivirá si se queda en el calabozo-Fue la respuesta de Bell ante la negativa de la hobbit.

-De acuerdo, entonces tenemos que esconderla y evitar que sea vista por otros aventureros, al menos hasta que lleguemos a la mansión, espero que todo salga bien-Comentó Welf, acercándose a la vouivre y ofreciéndole la piel de salamandra que tenía a manera de capa y así lograr cubrir completamente su cuerpo.

-Muchas gracias por comprenderlo, bien, debemos regresar a la superficie-Agradeció el peliblanco, tomando a la chica en sus brazos como si de su hija se tratara.

Y de esa forma, la familia Hestia llevó a la superficie a un monstruo.

Volviendo a la actualidad.

-Aiz... no tienes por qué hacer esto-Decía Bell, cubriendo a aquella pequeña que, después de su rescate, le dió el nombre de Wiene.

Aiz miró fijamente a Wiene y entendió de lo que Bell hablaba desde el principio, sobre como la vouivre era diferente a cualquier monstruo que ella haya visto.

-Ahora entiendo...-Fue el comentario que ella dijo.

-Aiz, ella es...-Bell trató de hablar pero fue interrumpido.

-Mi respuesta no cambia-Dijo Aiz, sacando su espada y apuntándola hacia ambos.

-Si hacen llorar a alguien, mataré a todos los monstruos-Dijo Aiz, quien estaba enfrente de Bell, apuntando su estoque hacia su dirección.

Bell cubría detrás de sí a Wiene, el plan para regresarlos a Knoss había llegado a su punto crítico.

Ante esas palabras, Bell solo frunció el ceño, se sentía impotente, él no deseaba pelear con Aiz, él no deseaba tener que llegar hasta tal extremo con quien ama.

-¿Por qué?-

-¿Por qué?-

-¡¿POR QUÉ?!-Gritaba Bell sin entender la furia desenfrenada de la princesa de la espada, la cual fue hacia él con la intención de dañar a Wiene.

*¡CLANG!*

La espada de Aiz y las dagas de Bell chocaban con fuerza, levantando una gran cantidad de chispas alrededor de ellas.

-¡Escucha! ¡Los Xenos...!-El joven trataba de razonar con ella pero nada parecía funcionar.

-¡NO ES NECESARIO!-Le gritó la pelidorada, mientras ambos forcejeaban hasta que uno de ellos cediera.

-¿Dirías lo mismo si la vouivre volviera a perder el control?-Le preguntó Aiz.

-Yo no puedo-Agregó.

Bell sentía como esas palabras estaban llenas de odio y deseos ocultos.

-Ughhh ¡AHHHHH!-Gritó el chico, levantando con fuerza sus brazos y haciendo así retroceder a la princesa.

Ante tal fuerza, ella se sorprendió, se suponía que él era un nivel 3 y ella una nivel 6, no se suponía que Bell tuviera la fuerza suficiente para siquiera lograr frenarla o percibir un ataque suyo.

-¡Maldita sea!-Gritó Bell mientras sentía como su corazón se presionaba con fuerza, como se mencionó antes, él no deseaba llegar a tales extremos, no obstante, la situación llegó a este punto de no retorno.

Corriendo para acortar la distancia entre ellos, el peliblanco inició una gran serie de ataques hacia ella, los cuales eran bloqueado a pesar de que en ellos estaban toda la fuerza de Bell.

*¡Clang!*

*¡Crash!*

*¡Clang!*

El metal volvía a chocar y el sonido de esta acción resonaba en el callejón y sus proximidades donde la batalla se estaba desarrollando.

Wiene miraba fijamente lo que sucedía sin saber qué hacer o como ayudar a Bell.

Aiz saltó hacia atrás para alejarse de Bell y así poder contraatacar, en combate cuerpo a cuerpo cercano el joven tenía la ventaja.

Tomaron una pausa, el muchacho se veía agotado y su respiración era agitada.

Ella comprendió que su rival en este momento se había fortalecido desde la última vez que se vieron las caras.

"Ya no puedo reprimirme" se dijo a sí misma, volviendo a realizar la ráfaga de ataques.

La espada pasaba cada vez más cerca del cuerpo de Bell, ya era más difícil esquivar los ataques hacia su dirección.

A duras penas conseguía bloquear los tajos y cortes de Aiz, cada vez que lo hacía, por la fuerza ejercida en ellos, un fuerte dolor en los huesos del chico se presentaba al no poder absorber completamente los golpes.

De un momento a otro, fue tirado al piso.

-¡FIREBOLT!-Gritó Bell para activar su magia y lanzar el rayo de fuego.

Grande fue la sorpresa de la pelidorada cuando la llama se curveó antes de llegar hacia ella.
Al parecer, darle  directamente no era el objetivo.

*¡PUUUUUM!*

Una fuerte explosión resonó y cuando Aiz levantó la mirada vio como grandes cantidades de escombros caían hacia su posición.

*¡CRASH!*

Esto le dió el tiempo suficiente para hacer que Wiene escapara.

Cerrando la pequeña reja que había para entrar al pasadizo, le entregó un Oculus, por el cual Hestia le diría a Wiene el camino a seguir y así ella llegara a la zona segura.

-Toma esto y continúa por este camino-Fue lo que dijo el chico.

-¿Y tú, Bell?-Le preguntó la vouivre, preocupada por él.

-Yo me quedaré aquí-Contestó.

-¿Por qué?-Insistió con otra pregunta de manera agitada.

-Quiero hablar con Aiz y sé que vendrá-Fue la única respuesta que Bell le dió.

-Bell...-Dijo Wiene ante ello.

-Ve, Kami-Sama te guiará, sigue sus instrucciones-Finalizó.

En ese momento, Wiene se fue corriendo hasta perderse en la oscuridad del lugar.

Bell solo la veía a aquel sitio sin voltear ni interesarle que Aiz ya se encontraba detrás suyo.

-Apártate-Dijo Aiz con un rostro aún más serio que el normal.

-No, no lo haré-Fue al respuesta que recibió.

Ella suspiró, cerró los ojos para después llenar su mirada con completa decisión.

Bell sabía que la pelea entre ellos dos ya no se podía evitar, por lo que apretó fuertemente el mango de sus dagas, listo para lo que sucediera.

Aiz volvió a extender su espada hasta que la punta señalara su objetivo.

Y así daba inicio un segundo round entre ellos.

Los golpes y cortes eran enviados a una velocidad increíblemente absurda y peligrosa para Bell, el cual ya no podía evitarlos por completo y gracias a eso el daño se hacía presente en su cuerpo y brazos temblorosos al recibir toda la fuerza puesta en los ataques de Aiz.

*¡CLANG!*

*¡CLASH!*

La fuerza del joven peliblanco se agotaba con el pasar de los segundos, el aire le faltaba y la sangre brotaba de sus heridas que eran cada vez más profundas por el constante asedio por parte de la princesa de la espada.

Con un tajo ascendente por parte de la pelidorada y su espada, la daga de cuerno de minotauro con la que Bell contaba junto con la daga Hestia, fue mandada hacia arriba.

Con sus brazos hacia arriba por el impacto, Aiz aprovechó para lanzar un estoque al cuerpo del joven, sin embargo, este logró esquivarlo por fracciones de segundo y contraatacar.

Aunque... en un veloz movimiento, una fuerte patada fue dada en su estómago, mandándolo a volar para después estrellarse con esa misma reja de antes.

-¿Por qué haces esto? No es humana, es un monstruo-Preguntó la princesa.

-Es simple... puede hablar, puede reírse... ¡Tiene sentimientos como nosotros!- Respondió el peliblanco, tomando aire después de decirlo.

-No son como nosotros, los monstruos matan humanos...-Decía Aiz pero fue interrumpida por Bell.

-¡Nosotros matamos a muchos de ellos igual!-Gritó el joven con clara furia.

-Mis cuchillos, tu espada-Agregó Bell a sus palabras.

Esto pareció enojar a Aiz, la cual miró con repudio al chico.

-Se acabó... terminaré contigo-Dijo la rubia, apuntando su estoque hacia Bell.

El corazón de ambos se aplastaba ante ello, aunque, aún si era de ese modo... Aiz tenía un objetivo más importante en su vida como para verse truncado por culpa de alguien a quien conoció hace unos meses.

Bell se encontraba en guardia, a pesar de estar consciente de lo que sucedería a continuación.

Aceptando su destino aunque no sin luchar, dió cara a la dificultad.

Justo antes de que Aiz lanzara su ataque, algo sucedió.

-¡No!-Gritó Wiene, poniéndose en medio de ambos.

-¡NO LASTIMES A BELL POR FAVOR!-Agregó la pequeña a sus palabras.

-¡¿WIENE?!-Preguntó Bell, abandonando su estado anterior.

Aiz permanecía en silencio, sin decir nada.

-¡Yo quiero estar con Bell!-Dijo la vouivre, mientras lloraba.

-No lo permitiré... tus uñas lastiman humanos, tus alas los aterran, tu piedra matara a mucha gente ¡No permitiré que permanezcas en la superficie como el resto! ¡No puedo permitirte escapar!-Gritó la princesa de la espada con un rostro sombrío, levantando nuevamente su estoque.

Sin previo aviso, Wiene comenzó a arrancarse las garras.

-¡Wiene!-

-¡Ahhhhh!-Gritaba la pequeña niña de dolor mientras su sangre se demarraba.

El rostro de Aiz cambió de uno decidió a uno llena de miedo por lo que veía. Lo último que quedaba... era su ala...

Al ver lo que ella iba hacer, Bell fue en su auxilio pero era demasiado tarde, ella la había arrancado por completo, las heridas habían provocado que cayera cansada por soportar el dolor.

-La próxima vez que deje de ser yo... desapareceré de verdad- -Estaba sola en un sitio frío y oscuro-

-Desde antes de ser yo misma... tenía miedo-

-Me sentía sola...-

-Nadie me abrazaba...-

-Pero Bell me salvó...-

-¡BELL ME SALVÓ AÚN CUANDO ERA OSCURA!-

Esas palabras fueron las que salieron desde lo más profundo del corazón de Wiene, al igual que las lágrimas que nacían en sus ojos y desaparecían con el pasar de las mismas por las mejillas.

La mente de Aiz estaba hecha un lío, no sabía como reaccionar ante ellos, tanto así que su brazo empezaba a temblar.

Estaba cuestionándose si lo que hacía era correcto o no.

Ella... ella se parecía a sí misma.

A su yo del pasado...

Eso fue lo que resonaba en su cabeza.

Una pequeña niña con miedo dentro del calabozo, sin nadie que la salvara, con el detalle de que, contrario a su caso, ella sí encontró a alguien que la sacara de ahí.

Aiz estaba apunto de darle la razón a Bell y detener todo esto, hasta que...

Una imagen cruzó por su mente antes de ello... (punto de inflexión mis amigos).

Se trataba de su madre... el recuerdo que llegó a ella fue ese maldito día donde un monstruo le arrebató a su familia.

La venganza volvió a nublar la mente y juicio de Aiz, esa llama negra dentro suyo ardió con gran intensidad.

Con Bell y Wiene tirados en el piso, vio su oportunidad para acabar se una vez por todas con ese monstruo y así salvar a Bell de esa estúpida idea de que los monstruos y los humanos podían convivir juntos.

-¡WIENE!-Seguía gritando Bell, la chica había perdido mucha sangre y sus heridas seguían abiertas.

Poco a poco, Aiz se fue acercando a su dirección.

Con la mirada agachada.

Arrastrando su espada en el suelo.

Sin mediar palabra.

Bell tenía un mal presentimiento cuando notó la presencia de la princesa d ella espada.

-Aiz...-La nombró.

Cuando se acercó lo suficiente a ambos, el peliblanco apretó con fuerza su daga Hestia y ocultó su mano detrás de la capa que Wiene estaba usando.

-Esto...-

-¡ESTO SE ACABÓ!-Gritó ella, levantando de pronto su espada e intentando clavarla en el cuerpo de la debilitada vouivre.

-¡NO LO HARÁS!-Gritó Bell de igual manera, sacando su mano de la capa y fue ahí donde Aiz comprendió lo que sucedía.

Un gran brillo blanco emergente de la mano del chico se extendió hasta la daga color azabache, la cual estaba adoptando el color del aura.

*¡CLAAAAAAAAAAAAAAAAANG!*

Un fuerte chirrido lastimó los oídos de los tres, incluso los que no estaban cerca lograron escucharlo.

*¡PUUUUUUUUM!*

Una gran cantidad de fuerza chocaba al mismo tiempo desde dos direcciones distintas.

-¡¿POR QUE HACES ESTO?!-Le gritaba Bell con lágrimas en sus ojos.

-¡ELLA ES UN MONSTRUO! ¡DEBE SER ELIMINADO!-Le contestaba Aiz con gran furia y una mirada vacía.

La fuerza de Aiz se notaba cuando Bell intentaba empujarla pero no lo lograba, llegó el punto en el que él comenzó a arrastrar la suela de sus zapatos mientras era empujado hacia atrás.

La fricción de sus botas con el suelo levantaban una gran cantidad de polvo y humo, si eso continuaba así... él perdería...

"No lo puedo permitir... no puedo perder... si pierdo Wiene morirá... debo hacer algo..." pensaba al mismo tiempo que cerraba sus ojos.

"Debo... debo... ¡DEBO GANAR!" Se dijo a sí mismo.

En ese preciso instante, el brillo que se disipaba de su brazo, el cual se debía a su habilidad argonauta, regresó a la vida y resplandecía con más vida que antes.

La princesa de la espada tuvo un muy mal presentimiento por lo que estaba apunto de suceder, gracias a ello, infundió aún más fuerza en su golpe, ya no le importaba si dañaba a Bell, ella no quería perder.

Una gran calma abundaba dentro del corazón de Bell, de no ser así, su habilidad se habría disparado.

No podía pensar en otra cosa más que en salvar a esa pequeña niña a su lado.

Ser... su héroe.

Sus piernas se curveaban, estaba cediendo la ventaja, a tal punto que Aiz pensaba que podía ganar.

-Lo lamento Bell... así deben ser las cosas-Susurró ella.

-No... yo lo lamento...-Recibió esa respuesta.

Los ojos de Bell se abrieron de repente en su dirección y la vieron fijamente.

-Mi corazón está donde debe estar...-

-Puede que me odies por esto pero quiero que entiendas que...-

-¡ME ODIARÍA MÁS A MI MISMO SI NO SIGO MIS IDEALES!-Finalizó con gran decisión, pisando fuerte el suelo donde estaba y empujando con fuerza para recuperar la ventaja.

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

*¡CLANG!*

Las campanadas sonaban y sonaban sin cesar.

-¿Qué...? ¿Qué sucede...?-Preguntó la princesa de la espada, viéndose superada.

-Este es el fin... Aiz... no quise llegar a este punto, en serio no quería tener que llegar a tal extremo, sin embargo... aún si eres tú... debo detenerte cuando estés mal-Respondió el peliblanco, tomando aire antes de dar un fuerte grito.

-¡TEMPESTAD...!-Trató de decir la pelidorada antes de ser interrumpida.

-¡FIREBOOOOOOOOOOOOOOOLT!-

Una gran cantidad de llamas recubrieron al daga Hestia, dejándola al rojo vivo.

Crujidos se escuchaban en ambas armas, hasta que de pronto...

*¡CRASHHHHHHHHHH!*

La espada de Aiz... fue partida en dos...

Ella no podía creerlo y su rostro reflejaba su sentir.

Antes de siquiera poder hacer algo... esa palabra salió nuevamente de los labios de Bell.

-¡FIREBOOOOOLT!-

*¡PUUUUUUM!*

Tras el impacto, salió disparada hacia los escombros de antes, estrellándose con fuerza y sin moverse.

"Lo lamento Aiz... en serio lo lamento..." fue el pensamiento que cruzó por la mente de el peliblanco después de lo que había hecho.

Todo había acabado...

Él había ganado aunque... el sabor que le dejaba estaba muy alejado del sabor de la victoria.

-Vamos... Wiene-Dijo el muchacho, sacando una pequeña poción de curación que Naaza le había dado un tiempo antes.

Tan pronto como ella se curó, Bell le dijo nuevamente que se fuera, ya no había peligros.

Wiene hizo caso y se fue, dejando solos a Bell y a Aiz

Él intentó acercarse a ella, quien no se movía a pesar de seguir consciente.

No perdió por falta de fuerza, más bien fue por falta de espíritu, ya que ese último ataque de Bell quebró lo poco que quedaba en ella.

-Aiz...-Quiso hablar Bell pero ella lo frenó.

-Aléjate de mi... por favor... aléjate de mi...-

El chico sintió un dolor muy profundo en su ser por aquellas palabras, sin embargo... no se arrepentía... él había hecho lo correcto.

-De acuerdo... hasta pronto... señorita A..., no... señorita Wallenstein-Respondió, alejándose de ella, respetando su deseo y yendo hacia donde los civiles se hallaban.

"Esto... esto es lo mejor... me importa más hacer lo que considero correcto... así tenga que abandonar mis sentimientos por ti" se dijo a sí mismo el chico mientras volteaba de reojo hacia una inestable Aiz.

El ver tal escena, el peliblanco sintió como su corazón apretaba cada vez más y sus ojos empezaban a humedecerse, dando a entender que estaba a un paso de quebrarse en llanto.

La princesa de la espada se quedó sola entre los escombros, con su mente hecha un revuelo.

"¿Por qué? ¿Por qué la defendió? E-Ella es un monstruo... ella no es como nosotros... esa vouivre tarde o temprano lastimará a alguien... hará llorar a las personas..." mientras ese diálogo interno sucedía, otra imagen cruzó en sus memorias.

"Esa niña era la que estaba sufriendo..." se dijo a sí misma.

Pasaban los minutos y parecía entender cada vez más la situación, pero esa llama negra dentro de su ser volvió a arder al recordar que esa pequeña aterrorizó a los ciudadanos de Orario.

Frunciendo el ceño, apretando sus manos hasta que de su palma saliera sangre y con una mirada terrorífica, dijo lo siguiente al mismo tiempo que se ponía de pie.

-Yo no estoy equivocada... ella es un monstruo... siempre será un monstruo y debo acabar con ellos a como dé lugar-

Esa llama oscura y mente cerrada estaba nublando el juicio de la princesa, hasta que algo la sacó de su oscuro mundo.

-¡VUOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!-

En fuerte mugido llegó fuerte y claro a los oídos de Aiz.

-No puede ser... es ese minotauro nuevamente, debo detenerlo-Se dijo a sí misma mientras corría en esa dirección.

Un detalle que notó después fue que, seguido del mugido, un fuerte grito provino del mismo lugar.

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-

-E-Es Bell... él está peleando contra esa cosa... no puede ser ¡Va morir!-Se dijo a sí misma, olvidando el odio que tenía en su ser hasta hace un momento por la preocupación que sentía hacia el joven peliblanco.

Aún si ambos habían peleado, ella no podía borrar lo que sentía por él ni mucho menos lo que vivió a lado suyo.

Acelerando el paso sin que nada frenara su avance, llegó a la escena y fue ahí donde lo vio.

Un brillo cegador golpeó en sus ojos, tan pronto como pudo mirar de buena manera, logró percibir lo que sucedía.

Una batalla llegando a su ocaso, a su momento decisivo, en donde se sabría al ganador y al perdedor.

Cara a cara.

Frente a frente.

Con gran determinación cada uno.

Ellos sabían que no había marcha atrás después de esto.

Ese sería... el final de su encuentro

-Yo...-

-¡YO QUIERO SER UN HÉROE!-Gritó Bell a todo pulmón.

Ambos corriendo hacia su rival enfrente.

Cuando se acercaban lo suficiente, por parte de los dos, lanzaron un grito de guerra.

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-

*¡PUUUUUUUUUUUUUM!*

El choque entre espada y cuernos del minotauro hacía temblar el suelo y levantar las rocas sueltas en el campo de batalla.

Sin embargo... un lado cedió...

-¡BELL!-Gritó Aiz con gran miedo cuando el minotauro lo levantó por los aires.

Antes de que el joven tocara el suelo, Asterius lo interceptó con su único brazo libre y lo estrelló en todas las paredes que interferían en su camino hasta que, de un salto, se adentró al calabozo, dejándolo caer hasta uno de los pisos del mismo.

*¡PUUUUUUUM!*

Otro gran impacto se escuchó.

-¡AHHHHHH!-Gritó Bell al sentir como sus huesos se rompían por el impacto.

Él comenzó a toser sangre a grandes cantidades.

Aiz había llegado a ese sitio con gran preocupación al ver el resultado de la batalla.

Cuando miró fijamente, unas palabras que no lograron ser captadas por ella salieron del hocico de la bestia y, sorpresivamente, después de ello, se retiró.

La pelidorada llegó en el momento exacto para ver a Bell llorando, gritando que deseaba ganar.

Con sentimientos de culpa, pensando en lo que había ocurrido, su ánimo sanguinario desapareció.

Esto pareció calmar su llama oscura momentáneamente.

Su corazón dolía al presenciar la debilidad de quien ella considera alguien importante en su vida.

"Esto es mi culpa... debo hacer algo..." se dijo a sí misma.

Estuvo apunto de bajar en su auxilio, hasta que...

-¡Cranel-San!-

Alguien más lo hizo y sin haber dudado por ningún momento.

-¿R-Ryuu?-Preguntó el peliblanco al ver la figura de su amiga.

-¡¿Te encuentras bien, Cranel-San?!-Le preguntaba ella con nerviosismo.

Él no contestó... hablar o tan siquiera respirar le provocaba un dolor extremo.

Al no obtener respuesta, ella dió inicio a su cántico.

-La canción de un bosque ahora distante-

-La canción nostálgica de la vida-

-Por favor, trae la misericordia de la sanidad a aquellos que te buscan-

Un brillo color verde nacía de su mano y se extendía por el cuerpo del herido chico.

-Noah Heal...-

Las heridas de Bell se cerraban poco a poco tras la magia de Ryuu, aunque sus huesos seguían rotos, los cortes y moretones sanaron por completo.

El joven de nueva cuenta abrió sus ojos, había recuperado parte de su fuerza, al menos los suficientes como para estar despierto.

-G-Gracias Ryuu...-El chico le agradeció, con una sonrisa cansada.

-No tienes nada que agradecer, vamos, no estás bien del todo, hay que curarte apropiadamente-Le dijo la elfo, de manera más relajada y con una pequeña sonrisa en su rostro mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

Y de esa forma, ambos salían del calabozo, sin fijarse de que una mirada estaba clavada en donde se hallaban.

-¿Q-Qué hace ella con él...?-Se preguntó Aiz al ver a aquella elfo con la que se enfrentó unos momentos antes de su pelea vs Bell.


En ese momento.

Sin que la princesa de la espada se lo imaginara.

El rumbo de los acontecimientos cambió radicalmente..

Todo a raíz de un pequeño cambio.

Por un deseo que pudre tu alma.

Por una...
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Maldita venganza.
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¡Y DE ESTA FORMA ARRANCA EL NUEVO FIC!.

Sé que se preguntarán lo qué pasa o por qué lo subo y la verdad es que ni yo sé, me dió por hacerlo sinceramente y ya pensé cómo organizar todo.

Respecto a la forma en la que la historia se desarrollará, tengo pensado hacerla casi igual que las que ya tengo, comedia, romance, momentos de calma, un tanto de acción y drama, quiero hacerlo igual que el de Syr en ese aspecto, espero contar con su apoyo y que las cosas salgan como las tengo pensadas jajaja.

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Una semana subiré:
* ¿El primer amor es el más importante?.
*¿Está mal enamorarse de un aventurero?.

Y la siguiente serán:
*¿Es malo entrar al calabozo sin falna?.
*¿Está mal enamorarse de una hermosa hada?.
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Así quedará organizado, espero que sea de su agrado.

PD: Sigo en descanso, en la semana que regrese del descanso toca el de la primera semana(BellxTionaxFreya y el de BellxEina, ya tengo los guiones pero ya saben, ando en "descanso" JAJAJAJA).

PD2: Me acabo de dar cuenta que mis fic siempre tienen de titulo una pregunta(Sin contar a los One Shot).

Buzón de comentarios y/opiniones.

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Si desean leer más de mis fic, pueden entrar a mi perfil, ahí encontrarán desde...

Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Un fic con un trío amoroso muy raro, BellxTionaxFreya
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.

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