Capítulo 7. Monsterphilia
En camino a la señora de la abundancia, Bell se había enterado del evento que estaba próximo a realizarse en Orario el día de mañana, la idea de ello lo hacía estremecer, sonaba realmente interesante, no para combatir claro, él tenía otros planes en mente.
-Debería invitar a Eina... por lo que veo habrá muchos puestos de comida y de artículos varios, sería una buena idea salir con ella ese día... pero es un evento realizado por el gremio, es muy posible que esté ocupada ese día y no me gustaría ser una molestia-Dijo Bell para sí mismo mientras seguía su camino.
-No pierdo nada con preguntarle, mañana a primera hora le diré, espero que todo salga bien-Agregó el joven a su anterior hilo de palabras.
Mientras continuaba su camino, algunos aventureros hablaban de él a sus espaldas, era obvio, había llegado a los pisos intermedios en menos de una semana, los rumores de ello fueron extendiéndose de manera vertiginosa entre todos los aventureros.
-Debe tener una habilidad especial-
-Es posible que sea talento natural, a este ritmo no me sorprendería que suba de nivel y rompa el récord de la princesa-
-De seguro sólo ha llegado a ese piso huyendo, dudo que se hubiera enfrentado a todos esos monstruos, no tiene pinta de aventurero-
"Tranquilo Bell, recuerda lo que Mama Mia te dijo... solo haz que tus acciones hablen por sí mismas" pensó Bell, haciendo caso omiso a lo que decían de él, aquellas personas no sabían que podían ser escuchadas perfectamente por el oído desarrollado del chico, que prácticamente podría subir de nivel gracias a sus estadísticas.
En la señora de la abundancia, entrando la noche.
Bell había llegado al lugar, al atmósfera era algo tranquila, con justa razón, aún no era la hora pico, normalmente se llena de gente ya caída la noche, casi en la madrugada.
-Cranel-San , veo que ya llegó, avisaré a Syr para que lo atienda-Dijo una bella elfo de cabellos verdosos.
-Gracias señorita Ryuu-Respondió el joven peliblanco con una sonrisa de agradecimiento hacia la camarera.
Mientras esperaba a aquella chica de cabello gris, él tomó asiento y comenzó a leer el menú, gracias a sus ganancias de ese mismo día, podía darse la libertad de consumir a sus anchas, aunque de todas maneras el no deseaba desperdiciar su dinero, en caso de que Eina acepte salir con él, mientras pensaba en ello, fingiendo que veía el menú, una chica llamó su atención.
-Hola Bell, veo que si viniste hoy como prometiste ¿O acaso estás aquí para verme a mi?-Dijo Syr con una sonrisa dulce aunque sus palabras demostraban a una fuerte insinuación.
El muchacho se puso nervioso al oír eso, él nunca había sido muy bueno con las provocaciones de mujeres, siempre ha sido fácil bromear con él y hacerlo quedar como un tonto, por eso mismo siempre recibía regaños de su madrastra Alfia mientras su abuelo y el tío Zald se burlaban de él.
-Un poco de ambos, principalmente la segunda, bella señorita Syr-Respondió Bell con confianza en sus palabras, le incomodaba siempre ser objeto de burla de aquella chica que apenas conocía, era justo devolverle una cucharada de su propia medicina.
-¿Ah? E-Espera ¿Hablas en serio?-Contestó la chica peligris con sorpresa en su rostro, no se esperaba esa respuesta o reacción, normalmente Bell sé sonrojaría y cambiaría de tema.
-Jajaja ¿Quién sabe? Puede que hable en serio o esté jugando, eso queda a tu criterio, aunque... no es diferente a lo qué haces conmigo-Respondió el joven de manera burlona aunque sin malas intenciones.
-Así que fue venganza...no es Justo, no es divertido si no pasa contigo-Expresó Syr, inflando sus mejillas dando a entender que estaba un poco enojada.
-Lo lamento, lo lamento, de todas maneras, prometí venir así que por ti estoy aquí de cierta manera-Se excusó el peliblanco ante el enojo fingido de su amiga.
-Bien, estás perdonado, pero más te vale pedir mucha comida hoy-Dijo Syr, retomando su actitud habitual.
-Así será, por el momento estoy bien con el especial de hoy-Comentó Bell, haciendo su pedido.
-Un especial será, en un momento te lo traeré-Respondió Syr, alejándose de la mesa en dirección a la cocina.
-Ufffff, es muy insistente pero... realmente agradable, me alegra saber que tengo a una amiga como ella-Dijo el peliblanco para sí mismo después de un largo suspiro.
-Aún es temprano, aunque no me gustaría quedarme toda la noche aquí, sería agradable matar el tiempo de alguna manera mientras espero a que Kami-Sama vuelva del lugar al que fue-Volvió a decir Bell para nadie en específico.
-¡Aquí tienes Bell! ¡El especial de hoy!-Interrumpió Syr con una alegria muy grande mientras le daba la comida al joven.
-Muchas gracias Syr, te noto muy feliz, me alegra saberlo-Respondió Bell vi una sonrisa dirigida a ella.
-Es porque estás aquí-Dijo con una voz muy baja la camarera, casi imperceptible para la persona en cuestión.
-¿Ah? No pude escucharte-Contestó el joven al no poder oír lo dicho por Syr.
-No es nada, por cierto, oí que querías matar el tiempo ¿Haz intentado distraerte leyendo un libro?-Sugirió la jovencita hacia Bell.
-Leer un libro, suena bien pero no hay muchos en donde vivo con mi diosa, tampoco sé dónde puedo conseguir alguno-Respondió el peliblanco mientras tomaba su barbilla, tratando de recordar que libros había en la iglesia abandonada, la cual era su sede.
-Si no es problema, puedo darte este libro, un aventurero lo dejó aquí hace unos días y no ha vuelto por él, no creo que haya problema mientras lo devuelvas después de usarlo, al fin y al cabo, si no ha notado su ausencia, no debe ser importante ¿Cierto?-Respondió Syr, dejando ver un libro con un grosor considerable.
-¿En serio no hay problema? En ese caso, acepto gustosamente, lo leeré hoy mismo-Dijo Bell, tomando en sus manos aquel libro, mientras le sonreía agradecido a la muchacha frente a él.
Después de ello, pasaron un par de horas hasta que por fin Bell llenó su estómago, no podía comer más, se despidió de todas las chicas del lugar al igual que de Mama Mia, agradeciendo por la comida y el libro dado.
Tras varios minutos de caminar, por fin llegó a su sede, como se esperaba, Hestia aún no había llegado.
-Siento que si me muevo un poco más, voy a reventar... La comida de ese lugar es un peligro para mi salud... pero ni loco dejaré de ir, morir comiendo algo preparado ahí debe ser una de las maneras más hermosas de irse de este mundo-Dijo Bell para sí mismo mientras se reía por sus tontas palabras.
-Será mejor no reír, una presión en mi abdomen y todo lo que comí se saldrá, mejor comienzo a leer el libro-Comentó el peliblanco para sí mismo nuevamente, mientras dejaba caer su armadura.
Después de cambiarse y limpiarse un poco la suciedad con un paño húmedo, se acostó en el sofá donde dormía y abrió el libro.
<Autobiografía—Espejo, Espejo, la más Hermosa Chica Mágica del Mundo soy Yo~ Historia Paralela— Permitiendo que te Conviertas en un Maestro de la Magia Episodio~>
"¿Qué debo hacer? Hay una sensación desagradable en el comienzo mismo" pensó Bell al leer los primeros textos.
<Uno—¡Los Goblins también pueden comprender la magia moderna!>
"Entonces, ¿Por qué no le enseñas magia a los Goblins.....?" Dijo Bell en sus pensamientos de manera irónica.
Bell se encontraba resistiendo desesperadamente la tentación de cerrar la cubierta pero no podía defraudar las buenas intenciones de Syr. Así que se vió obligado a terminar y seguir leyendo.
Aunque la apertura era algo así, el contenido era bastante decente.
De los títulos de la tabla de contenidos, parece ser un libro relacionado con la magia.
"Oooh" los ojos del joven peliblanco brillaron y se sintió afortunado de que tuviera la oportunidad de disfrutar en el mar de libros.
<La magia se divide en categorías innatas y adquiridas. Tipo innato significa que está obviamente relacionado con las raíces de las cualidades y la raza del objetivo. La antigua raza mágica llevaba talento potencial, y a través de la práctica y rituales, serían capaces de aprender magia desde el principio. Aunque también existía las posibilidades de que los atributos fueran parciales, la mayoría de ellos eran poderosos y tenían una amplia gama de efectos.>
Debido a que fue compilado utilizando un lenguaje común, Bell apenas era capaz de entenderlo.
Sin embargo, ¿Que son estos pequeños textos que se pasean entre las líneas......?
Texto antiguo..... No, parece que todo esto, ¿Son fórmulas?
Cambio de página.
<El Tipo Adquirido utiliza la <Gracia de Dios> como medio, así que es posible que los brotes crezcan. Hay ramas ilimitadas de camino allí. Se ve muy afectada por los <Puntos de Experiencia>. >
Era diferente del <Texto Sagrado>, pero tampoco parecían ser varios idiomas demi-humanos.
No había forma unificada, era un grupo de señales complejas y extrañas.
Cambio de página.
<La magia es igual al interés. Ese es el hecho primario que se necesita para un Tipo Adquirido. Las cosas que les preocupan, que aceptan, que odian, que sueñan, que sienten, que lamentan, que reverencian, que juran, que desean. Lo que ellos creen siempre existe en su cuerpo. La <Gracia de Dios> sólo mostrará la parte más prístina dentro de sus corazones.>
Una <Imagen> apareció.
Había un rostro. Ojos. Nariz. Boca. Orejas. Era el rostro de un humano.
Fue creado por la compilación de la escritura oscura, era el rostro de un humano que tenía los ojos cerrados. El rostro del artículo.
Cambio de página.
<Si lo deseas, entonces sólo tienes que preguntar. Si lo deseas, entonces sólo tienes que romperlo. Si lo deseas, entonces sólo tienes que sentarte y tomar nota de ello. El espejo que no permite que ningún engaño sea preparado.>
No. Era <Mi Rostro>. Era mi propio rostro donde no había nada por encima de mi cabeza.
No. Era una <Máscara>. Mi otro rostro. El yo que no conozco, la otra conciencia.
Cambie la página.
<Entonces, comencemos>
Los ojos cerrados se abrieron. Escuchó su propia voz.
Los ojos carmesí compilados por el texto, parecían penetrarme. Los pequeños labios que eran de pequeños textos comenzaron a tejer las palabras.
Cambio de página.
<Para mí, ¿Qué es la magia?>
No lo sé.
Pero, era algo incierto pero poderoso.
Un movimiento definitivo para derrotar a los monstruos. El misterio que les permite a los Héroes levantarse de entre los muertos.
Poderoso, Lleno de Impulso, Sin Compasión, Abrumadora.
Un Deseo que Anhelo Intentar Una Vez, una Aspiración Pura.
Cambio de página.
<Para mí, ¿La magia es...?>
Una Poderosa Fuerza.
Una Gran Arma que puede Destruir al Débil yo.
Un Arma Poderosa que puede Inspirar al Débil yo.
No es un Pesado Escudo de un Guardián, ni un Magnifico Objeto como Manos Curativas.
Muchas preguntas fueron dirigidas al joven peliblanco, sobre su interpretación respecto a la magia, sobre lo que pensaba respecto a ella, todas ellas fueron respondidas de una manera que parecía ser guiada por el sueño de un niño, un niño que deseaba convertirse en un héroe, que deseaba crecer y ser cada vez más fuerte para proteger a los que le importan.
De un momento a otro, el rostro... su rostro en ese mundo que estaba en el subconsciente de Bell, sonrió y de pronto, todo fue negro.
-¿Uh? ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy acostado?-Dijo Bell al abrir poco a poco sus ojos.
-¿Qué fue eso? Fue... extraño-Comentó el joven mientras se ponía de pie y tomaba el libro que yacía tirado en el piso.
"Tengo un dolor muy fuerte en la cabeza" pensó el muchacho mientras se tomaba la nuca.
-Hasta que despiertas Bell, no pensaba que fueras de los muchachos que se duermen tan temprano-Comentó Hestia, entrando al sitio con un par de vasos con agua.
-Kami-Sama... ¿Cuándo volvió?-Preguntó Bell con cierta duda, no notó un ella estaba ahí.
-Hace menos de una hora, cuando llegué ya estabas dormido con ese libro en tu cara-Respondió Hestia, extendiendo el brazo para darle el vaso.
-Ya veo, fue extraño, al comenzar a leer me sentí cansado y me dormí, tuve un sueño extraño pero supongo que no es nada fuera de lo común-Respondió Bell, dándole un trago al agua.
-Espera... déjame ver ese libro-Expresó la pequeña diosa al oír aquellas palabras.
-¿Uh? Claro, aquí tiene Kami-Sama-Respondió el peliblanco, dándole aquel libro.
Pasaron unos minutos y la mirada de su diosa comenzaba a inquietar un poco a Bell, ya que iba cambiando con el pasar de las hojas.
-¿S-Sucede algo Kami-Sama?-Preguntó Bell de manera nerviosa.
-Déjame decirte que... sería bueno tirar esta cosa... jeje-Respondió Hestia con una risa nerviosa y un sudor frío recorriendo su frente.
-Esto es un grimorio, son usados para proporcionarle magia a las personas, son... realmente caros y solo pueden ser usados una vez, después de ello, sus hojas quedan en blanco, mira-Explicó Hestia la situación, dándole el libro nuevamente a Bell, para que viera que no mentía.
-No puede ser... ¡Syr y Mama Mia me van a matar!-Gritó Bell por el susto de imaginarse lo que sucedería.
-Tengo que pagarlo, al menos eso debería hacer...-Dijo nuevamente el peliblanco.
-Dudo que te alcance la vida para pagarlo, cuestan millones de valis... mira, por el momento creo que lo más sensato es que vayas al lugar, expliques la situación y vean qué sucede, si te lo dieron prestado, debe ser porque te tienen confianza, además, si alguien lo dejó ahí y no regresó por él, tal vez no era importante para él o ya está muerto, por lo que pienso que no tiene sentido alguno preocuparte, pero... entre más pronto vayas a hablar con aquella chica, mejor-Hestia dió su opinión sobre la situación, la cual fue sorpresivamente acertada.
-Tiene razón Kami-Sama, sería bueno ir-Respondió Bell mientras volvía a vestirse.
-Espera, creo que antes de ello debería actualizar tu estado, para poder ver qué tipo de magia obtuviste, además para ver qué tanto creciste hoy-Interrumpió la diosa a su hijo antes de que éste volviera a irse.
-Creo que es una buena idea, si de todas maneras no puedo devolver la magia, la aprovecharé jeje-Expresó Bell, rascando levemente su cabello.
-Exacto, ya comienzas a verle lo positivo al asunto, de todas maneras ven, retira tu camisa y ponte de espaldas-Comentó Hestia mientras buscaba alguna pequeña aguja para dejar salir un poco de su sangre.
Bell Cranel
Humano
Nivel 1
Fuerza:D502
Resistencia:E409
Destreza:C605
Agilidad:C660
Magia:I0
Magia:
Firebolt:Es una magia sin cántico, lo que le permite usarla sin recitar un conjuro.
Habilidades:
Liaris Freese: Crecimiento rápido mientras duren los sentimientos. La intensidad de los efectos se corresponde con el nivel de los sentimientos del usuario. Como efecto secundario hace al usuario inmune a los encantos
Hestia al observar la magia quedó realmente sorprendida, una amiga sin cántico directamente entregada de un grimorio, sonaba realmente interesante, ella conocía perfectamente el estilo de batalla de su hijo, el cual era rápido y certero, por ende, sabía de igual manera que aquella magia le sería de utilidad en sus aventuras pero había algo que no pudo dejar de lado, el gran subidón de sus estadísticas, pasaron de tener entre 100 y 200 puntos cada una a superar los 600 en dos de ellas, la más baja era resistencia que se encontraba en poco más de 400 puntos.
"Es realmente sorprendente, no creo que se haya sobre esforzado hoy, no parece estar herido, supongo que su habilidad es más fuerte por sus sentimientos, posiblemente irá subiendo más rápido mientras más se enamora de aquella asesora aunque... no dice que solo sea por un sentimiento... es posible que tenga algún otro sueño" pensó la diosa de coletas mientras reflexionaba.
-Aquí tienes Bell, eres realmente impresionante, subiste caso 200 puntos por estadística, en algunas fueron 300 e incluso 400 puntos-Dijo Hestia mientras le entregaba la hoja a su hijo y lo abrazaba para felicitarlo.
-¡Genial! Cada vez me hago más fuerte, estoy muy feliz por ello, de esta manera podré protegerla a usted y a todos los que me importan kami-sama-Dijo con una sonrisa orgullosa el joven peliblanco.
-Siempre tienes esos nobles sueños, eso te hace especial, agradezco tenerte en mi familia-Expresó Hestia mientras lo abrazaba más fuerte.
-Yo también me alegro de ser parte de su familia Kami-Sama, por cierto, es increíble la magia que obtuve, realmente me será de utilidad-Respondió Bell cuando por fin había bajado la mirada para fijarse en su magia.
"Firebolt, que nombre más imponente" pensó Bell.
-Creo que podrías ir a probarla hoy, aún no es muy tarde, te doy permiso de ir al calabozo ¡Pero! No bajes más que al piso 5 ¿Tenemos un trato?-Dijo Hestia, ella sabía que su hijo estaba emocionado, su mirada lo delataba completamente.
-¡¿En serio?! ¡Gracias, prometo no tardar!-Dijo efusivamente el joven, parecía como un niño que acababa de recibir un juguete.
-Pero no olvides ir antes a la señora de la abundancia-Comentó la diosa, haciendo que Bell recordara lo que tenía que hacer.
-Tiene razón Kami-Sama, aún tengo que hablar con Syr y Mama Mia-Comentó Bell mientras se ponía su armadura y tomaba su espada dentro de su funda.
-Me retiró Kami-Sama, nos vemos en un par de horas-Se despidió el peliblanco, ya con todo su equipo, armadura, bufanda de piel de goliath y el libro para explicar lo sucedido.
-Ese muchacho, tiene demasiada energía a pesar de haber estado todo el día afuera, espero que todo salga bien, conozco a la dueña de ese lugar y es aterradora, creo que incluso Loki le tiene miedo, eso es mucho decir si soy sincera-Comentó Hestia ya estando en completo silencio.
En la señora de la abundancia.
-¿Uh? Bell ¿Sucedió algo? Te ves algo agitado-Preguntó Syr al notar que en la entrada del restaurante/Bar estaba parado aquel muchacho parecido a un conejo.
-Syr... puedo hablar contigo y con Mama Mia, es algo importante-Alcanzó a decir Bell, tomando aire, él había corrido a toda velocidad para llegar ahí.
-¿Eh? C-Claro, permíteme un momento, iré con ella para avisarle que quieres verla-Dijo la camarera mientras iba a la barra, donde Mama Mia estaba.
Al parecer la dueña del lugar ya había escuchado lo que Bell dijo, por eso mismo la enana ya comenzaba acercarse a ambos.
-Ven Niño, hablemos en la parte trasera-Ordenó la enana al conejo asustado.
Ya ahí, tanto Mama Mia y Syr comenzaron a oír lo que había ocurrido respecto al grimorio y como Bell no tenía ni idea de que eso era lo que había leído, por lo que se estaba disculpando ya que no había manera de que él pudiera devolver el libro a su estado original, la enana comenzó a hojearlo un poco y vió que, efectivamente, estaba en blanco.
-Ya deja de disculparte Niño, lo hecho, hecho está, si el aventurero no volvió por él, es culpa suya, así que dejemos esto de lado, al fin y al cabo, las oportunidades están para que el más apto las tome, en esta ocasión fuiste tú, aprovecha lo que se te fue entregado y haz buen uso de ello-Comentó la enana mientras tiraba el libro al bote de basura que había donde estaban hablando.
-Bell, perdón por meterte en este problema, si hubiera sabido lo que era, yo...-Estaba diciendo Syr antes de ser interrumpida.
-No, no te disculpes Syr, fue culpa mía, tú lo hiciste de buena fe, no puedo culparte en lo más mínimo, es más, gracias por haberlo hecho-Dijo Bell hacia la camarera, regalándole una sonrisa amable.
-De acuerdo, ya con esto arreglado, si no vas a comprar nada, te puedes ir, hemos dejado el restaurante por mucho tiempo, prometo no hablar de ello si sigues viniendo a comer-Comentó Mama Mia con una sonrisa amable mientras empujaba al joven.
-Suena a amenaza jeje... aunque vendría aún si lo del grimorio no hubiera sucedido, su comida es la más deliciosa que he probado-Expresó Bell alegremente.
Las tres personas se despidieron y Bell emprendió su camino en dirección al calabozo para hacer uso de su nueva magia como había quedado con su diosa.
Él mentiría si dijera que no le emocionaba la idea.
En el calabozo.
Bell comenzaba a adentrarse dentro del calabozo, estaba en el piso 1 y veía como varios monstruos se le acercaban, al ya ser de noche, muy pocos aventureros se atreven a recorrer el calabozo, la mayoría se encontraba ya en sus sedes.
Una gran cantidad de Kobolds y Goblins estaban reuniéndose y corriendo en dirección hacia Bell, él no tenía ni la más remota idea de cómo activar su magia, al parecer no necesita cántico pero no sabía cómo activarla.
-¿Y si solo digo si nombre?-Comentó el peliblanco sin importarle la cantidad de monstruos acercándose a él.
-¡FIREBOOOOOLT!-Gritó el joven mientras un gran rayo de color rojo se desprendía de la palma de su mano hasta donde él había apuntado, haciendo así que se pulverizaran todos los monstruos que antes se habían acercado a él.
-¡Es increíble! ¡De un solo golpe acabé con ellos!-Se dijo Bell con una emoción indescriptible que se veía reflejada en el brillo de sus ojos al ver la pequeña cantidad de humo que aún se desprendía de su mano.
Ya sabiendo cómo usar la magia, comenzó a ser imprudente con ella, solo usaba firebolt, sin molestarse en usar su arma o asegurar donde se encontraba.
-¡FIREBOLT!-Gritó el joven mientras un Dungeon Lizard era carbonizado hasta dejar solamente su piedra mágica.
-¡Firebolt!-
-¡Firebolt!-
-¡Firebolt!
Explosión tras explosión resonaban en los pisos donde Bell pasaba, cada monstruo que tuvo el infortunio de ser alcanzado por la magia, fue pulverizado, el joven ni siquiera estaba interesado en recoger las piedras mágicas dejadas en el suelo, él seguía jugando con su magia y acabando con los monstruos.
-Esto es muy... di... ver... ti...-Dijo Bell mientras su voz se iba apagando y su mirada comenzaba a nublarse.
*pum*
Ese sonido había provenido del cuerpo de Bell, el cual había entrado en contacto con el piso, ya que había caído de espaldas, desmayado.
Con la princesa de la espada y nueve infiernos.
-Riveria... ¿Oíste eso? Sonaba como... explosiones-Comentó la bella chica de cabellos dorados.
-Si, lo escuché, creo que provienen del piso 5, vayamos a ver qué es lo que sucede-Respondió una hermosa elfo de cabello color jade.
Corrieron a la mayor velocidad que les era posible a donde habían provenido aquellos ruidos. Cuando llegaron, no notaron anda extraño, solo algunas manchas de quemaduras en la pared peor no había ningún monstruo en los alrededores, tampoco ningún aventurero, lo cual se les hizo extraño dado el estado en el que se encontraba traba el piso y la gram cantidad de humo que había en él.
Inspeccionando un poco lograron ver a la distancia a un pequeño joven con armadura plateada y una bufanda de color rojo, quien estaba al parecer desmayado.
-Mind Zero... al parecer usó de más su magia, o se vió acorralado o fue imprudente al usarla solamente, pienso que es la segunda, normalmente alguien con magia tiene la suficiente habilidad para no depender tanto de ella en los primeros pisos, tal vez la acaba de obtener-Explicó Riveria hacia Aiz, quien no dejaba de mirar al joven en el suelo.
-Riveria... yo lo conozco... es el aventurero que estaba cuando sucedió lo del minotauro...-Dijo Aiz al darse cuenta de quien era.
-Tienes razón, es quien lo derrotó ¿no es verdad?-Respondió al elfo.
-Si, pero... ¿obtuvo magia siendo nivel 1? Hoy también pude verlo en el piso 11-Comentó la inexpresiva chica, despertando la sorpresa de Riveria.
-¿Piso 11? Pero su diosa nos dijo que no lleva ni una semana como aventurero...-Dijo Riveria sin quitar los ojos de él.
-Quiero disculparme por él, por mi culpa recibió insultos de Bete-Expresó Aiz con una mirada decidida.
-Oh, quieres compensarselo, bueno, podrías hacer lo siguiente...-Respondió Riveria mientras que al mismo tiempo susurraba algunas cosas a la joven.
-¿Con eso será suficiente? Es algo... vergonzoso-Respondió Aiz con un ligero rubor en sus mejillas.
-No hay hombre en la tierra que lo odie, bueno, me voy retirando, te dejo sola-Dijo Riveria mientras se iba del piso 5.
En ese momento, Aiz se sentó en el piso y tomó la cabeza de Bell de manera suave y con cuidado, para después posarla en su regazo.
-Almohada de regazo... espero que sea suficiente-Dijo Aiz para sí misma mientras miraba el rostro tranquilo del peliblanco.
Ella comenzó a jugar con los cabellos del chico, perdiéndose en sus pensamientos.
Algo dentro de ella se sentía en paz, tuvo la impresión de que hacer eso le daba calma, ver el rostro desprotegido del chico.
-Eres increíble... a pesar de todo lo que te dijo Bete, sigues esforzándote... sigues creciendo... sigue así-Dijo Aiz hacia Bell aunque claro, él no las podía oír.
-¿Cómo es que creces tan rápido?...-
Antes de poder seguir hablando, sintió como la cabeza de Bell comenzaba a moverse y notó que fruncía el ceño.
-¿Uh?...-Salió ese sonido de Bell, mientras abría sus ojos.
-¿M-Mamá...?-Dijo Bell al notar una presencia borrosa frente a él.
-Lo siento, no soy tu madre-Contestó la rubia de manera seria.
-¿Una alucinación?-Comentó el peliblanco, tratando de obtener una respuesta.
-Eso tampoco...-Respondió con algo de incomodidad la princesa de la espada.
Cuando el peliblanco por fin cayo en cuenta de lo que estaba sucediendo, comenzó a sonrojarse enormemente.
-...siento-Dijo entre dientes el joven.
-¿Uh? Cierto, tengo que disculparme-Comentó Aiz pero fue interrumpida.
-¡LO SIENTOOOOOOOO!-Gritó a Bell mientras se levantaba de repente y salía corriendo, dejando a Aiz detrás de él.
-¿Por qué siempre huye?-Dijo la princesa de la espada, haciendo un pequeño puchero en señal de inconformidad.
Pero al levantarse, pudo sentir que algo se encontraba Justo al lado de donde lo había visto.
-Su bufanda... la dejó...-Dijo Aiz, viendo la pertenencia que Bell dejó atrás.
-Tengo que devolvérsela...-Concluyó la rubia.
En las calles de orario.
"¡¿Qué demonios fue eso?! ¡¿Por qué la princesa de la espada me estaba dando una almohada de regazo?! ¡¿Por qué parecía enojada por no saber quién era a la primera?! ¡¿Qué hacia ella ahí?!" Pensó Bell en repetidas ocasiones mientras caminaba apurado en dirección a su sede, si darse cuenta que algo le faltaba.
-¡¿QUÉ CARAJO FUE LO QUÉ ACABA DE PASAR?!-Gritó Bell a todo pulmón cuando por fin llegó a su sede.
Al día siguiente.
-¡Kami-Sama! ¡Ya me voy!-Dijo Bell mientras salía de la iglesia, al fin había llegado el día en el que invitaría a Eina a caminar por toda la ciudad por el evento de la Monsterphilia.
-¡De acuerdo Bell! Nos vemos, espero que la asesora acepte salir contigo este día, de todas maneras, tengo algunas cosas que hacer en Babel el día de hoy, me gustaría acompañarte para ver cómo fluyen las cosas-Respondió Hestia al aviso de su hijo desde su cama, faltaban un par de horas para su trabajo, del cual Bell no sabía nada aún.
-Entiendo, si tenemos suerte, podemos ir juntos el próximo año Kami-Sama, así que no se preocupe-Dijo el joven peliblanco mientras volvía la mirada a su diosa.
-Es una promesa, mucha suerte-Finalizó Hestia para despedirse de Bell.
Ya afueras de la iglesia, comenzó a caminar en dirección al gremio como ya era costumbre en su día a día, con la esperanza de que Eina se encontrara ahí.
Así pasaron los minutos hasta que recibió un llamado a sus espaldas.
-Espera-nya, Bell-nya-Dijo una chica de cabello café, haciendo que Bell voltee en su dirección.
-¿Uh? ¿Anya? ¿Qué sucede?-Preguntó Bell, la persona que lo había nombrado era Anya, camarera en la señora de la abundancia, con la cual sostenía algunas platicas en los pocos días que había ido.
-Tengo un-nya favor que pedirte-nya, buenos-nya días-Explicó Anya dando un saludo después de decir la intención de su llamado.
-B-Buenos días-Respondió Bell el saludo de la misma manera.
En ese momento, la camarera antes mencionada sacó de su bolsillo un pequeño monedero de color morado y lo dejó caer en las manos abiertas del joven peliblanco.
-Te pido-nya que le entregues a Syr su-nya monedero-Dijo Anya después de haberle dado el monedero a Bell.
-¿Perdón? Aún no entiendo qué quieres decir-Expresó el muchacho con clara duda en su rostro.
-Quiere decir que le entregues el monedero a Syr, ya que ella fue a la Monsterphilia y lo olvidó, de esa manera no podrá comprar nada-Explicó Ryuu saliendo de una esquina del bar.
-E-Entiendo, pero yo me dirijo al gremio, cuando termine de hacer loq je tengo que hacer ahí, con mucho gusto buscaré a Syr y se lo daré ¿no hay problema?-Preguntó Bell, explicando su situación antes.
-No creo que haya-nya problema-Respondió la chica gato hacia la pregunta de Bell, también obteniendo la aprobación de su amiga elfo.
-Entonces no hay problema, yo me encargo de dárselo a Syr, nos vemos Ryuu, Anya-Contestó Bell mientras volvía a caminar en dirección al gremio.
En el gremio.
Dentro del gremio, Bell se dirigió a donde siempre estaba su asesora, su gabinete para ser específicos pero grande fue su sorpresa cuando no pudo vislumbrar la a la distancia, ni a ella ni a la otra asesora de cabello rosado con la que parecía tener una relación de amistad desde hace un tiempo ya.
-¿Buscas a Eina? Lamento decirte que se encuentra en la arena donde se llevará acabo el evento de la Monsterphilia-Dijo una chica alta con cabello rojo y orejas de ¿Lobo? ¿Una mujer lobo?.
-Oh, entiendo, muchas gracias Rose, entonces creo que sería bueno irla a buscar ahí-Respondió Bell ante la información dada por una de las asesoras de aventureros que se encuentran en el gremio en ese momento, Rose.
-Espera, antes de irte, una aventurera quiere hablar contigo, parece ser algo importante-Dijo Rose antes de que el peliblanco se fuera para seguir su camino.
-¿Una aventurera? P-Perdón, no creo tener tiempo...-Trató de excusarse Bell, ya que era la verdad, tenía que ir a buscar a Syr e invitar a Eina.
-Es la princesa de la espada de la familia Loki, que ella haya venido personalmente para buscarte debe suponer algún asunto importante, te sugeriría no hacer esperar y mucho menos ignorar a alguien tan fuerte, te puedes ganar muchos enemigos-Explicó la pelirroja con un tono serio en sus palabras y un semblante igual.
-La princesa de la espada... de acuerdo, creo que entre más rápido atienda el asunto, mejor, gracias Rose ¿Dónde está ella?-Preguntó el muchacho para poder dirigirse a aquel lugar.
-Dentro de los cuartos de estudio, te está esperando-Respondió Rose, apuntando a la puerta.
-Gracias-Dijo Bell.
Caminó hacia la puerta y la abrió, ahí fue donde se encontró a una chica con cabellos dorados sentada en el sillón, de espaldas a la puerta, la cual volteó en su dirección cuando escuchó el crujir de la misma.
-P-Princesa de la espada, buenos días ¿Me buscaba?-Preguntó Bell ante la imponente presencia frente a él.
-Si... hay algo que quisiera darte-Contestó la rubia mientras tomaba algo que había dejado asentado en el sillón.
-¿Darme algo? ¿Uh?-Preguntó Bell con duda.
-Aquí tienes-Contestó Aiz mientras le entregaba la bufanda de piel de goliath que Eina le había regalado a Bell.
-Es cierto... no me había dado cuenta que la dejé tras de mi... perdón por haberle hecho perder su tiempo por un descuido mío señorita Wallenstein-Dijo el joven aventurero mientras se disculpaba con la chica.
-No hay problema... también quería aprovechar para disculparme contigo por lo sucedido en el bar hace unos días-Dijo Aiz hacia Bell.
-No se preocupe señorita Wallenstein, no hay problema alguno, esas palabras me dolieron por un momento pero la mejor manera de hacer que eso no suceda, es haciéndome fuerte, por eso mismo, repito, no hay motivo para disculparse, haré que ese hombre lobo se trague sus palabras con mi propio esfuerzo-Contestó Bell con una sonrisa pura, seguida de una mirada decidida.
Esto sorprendió de sobremanera a la espadachín, quien solo veía con los ojos abiertos al chico.
-Es bueno escucharlo...-Respondió Aiz con su tono frío de siempre pero tenía una sonrisa ligera en su rostro que apenas era perceptible para el ojo humano.
-Si eso es todo, entonces gracias por devolverme la bufanda, es... importante para mi, espero que nos veamos de nuevo-Expresó Bell mientras comenzaba a salir del lugar.
-Espera...-Dijo la princesa de la espada, tomando la mano del chico en el momento.
-¿Uh? ¿Sucede algo señorita Wallenstein?-Preguntó el peliblanco con clara duda en su rostro por lo que estaba ocurriendo.
-¿Tienes a alguien q use te entrene?... pienso que podría ayudarte a seguir creciendo-Preguntó Aiz con cierto sonrojo en sus mejillas.
-Alguien que me entrene... no, no tengo a nadie que me entrene ¿por qué pregunta?-Contestó el peliblanco.
-¿Quisieras que te entrene?-Lanzó la pregunta la chica.
Esto tomó desprevenido a Bell, no esperaba este desenlace de acontecimientos.
Tomó un respiro, lo pensó por unos momentos para después dar su respuesta.
-¡Claro! Me gustaría que me entrenara señorita Wallenstein-Contestò el peliblanco, emocionado porque iba a entrenar con una de las aventureras más fuertes de Orario.
-Aiz..., llámame Aiz, entonces podemos comenzar hoy...-Alcanzó a decir Qiz antes de ser interrumpida.
-Lo lamento señorita Aiz, pero creo que hoy no podría, tengo que atender algunos asuntos pero mañana a primera hora estaría perfecto-Dijo Bell, dejando a medio camino las palabras de la rubia.
-Entiendo... entonces no hay problema, nos vemos mañana a primera hora en las murallas-Finalizó Aiz.
-Es una promesa, pero, señorita aiz... ¿podría soltarme?-Comentó Bell, bajando la mirada hacia la mano que estaba siendo tomada por la princesa de la espada.
-Lo lamento...-Dijo Aiz, soltando rápidamente el brazo del chico.
-No hay problema, nos vemos señorita Aiz-Dijo a Bell para después irse.
Ya con el aventuro a varios metros de distancia, la princesa de la espada alcanzó a decir algunas palabras.
-Tengo que saber cómo se hace tan fuerte... pero no puedo negar que es agradable-
-Loki me espera, debo ir con ella-Dijo Aiz para finalizar su monólogo propio y salir del gremio para encontrarse con su diosa.
En dirección a la arena.
La gente en todos los lugares cercanos a la arena era demasiada, calles repletas, puestos de comida hasta el tope, niños, adultos, adolescentes y personas de la tercera edad con diferentes ocupaciones y rostros paseaban con una sonrisa en sus rostros, algunos en los puestos estaban atendiendo a dicha gente.
-Es agradable ver a tanta gente tan tranquila y feliz... debo concentrarme, primero iré por Eina y después podremos buscar juntos a Syr si es que acepta salir conmigo-Se dijo Bell mientras dejaba de lado todos sus pensamientos secundarios.
El joven peliblanco caminaba por las calles ante la mirada de todos, era obvio que no podía confundírsele, cabello blanco, ojos rojos, complexión delgada, rostro infantil, todas las características que proporcionaban los rumores sobre el aventurero que derrotó a aquel minotauro recaían en la persona frente a ellos.
Muchas voces seguían hablando de él pero Bell estaba más concentrado en su objetivo.
Después de varios minutos de caminata, por fin logró vislumbrar a la hermosa semi elfo que estaba buscando, Eina, quien vestía su ropa del gremio como ya era costumbre verla.
Mientras tanto, en otra parte.
-Dime Freya, entonces ¿Ya te haz fijado en otro Niño de otra familia?-Preguntó una diosa de cabellos rojos y ojos rasgados hacia una hermosa diosa que se encontraba cubierta para no ser vista.
-Así es Loki, es a quien he estado buscando por mucho tiempo, su alma es realmente hermosa, con un color blanco que deslumbra a mis ojos, realmente lo quiero-Contestó Freya, la diosa con la que Loki se encontraba hablando.
-¿y es otro aventurero fuerte?-Lanzó Loki otra pregunta.
-No te preocupes, no es nadie se tu familia, es un joven realmente adorable, no es alguien muy fuerte pero siempre se esfuerza al máximo y es realmente sincero con sus sentimientos...-Contestó Freya mientras bajaba la mirada en dirección a la multitud que había debajo de ellas.
-Lo lamento Loki, tendremos que continuar esta conversación otro día, surgió un... imprevisto-Comentó a Freya mientras se ponía de pie y se retiraba.
-Esta tonta... me dejó la cuenta-Expresó Loki, frunciendo el rostro.
"Ella... parecía describir a Bell..." pensó cierto espadachín cuando escuchó la descripción dada por Freya.
De vuelta con Bell.
El joven caminó en dirección a Eina hasta que por fin se acercó lo suficiente para que ésta pudiera verlo de frente.
-¿Bell? ¿Qué haces aquí?-Preguntó la semi elfo con sorpresa al notar la presencia del joven aventurero.
-Hola Eina, buenos días, perdón si soy inoportuno, es que... fui a buscarte al gremio y la señorita Rose me informó que te encontrabas aquí, así que vine porque había algo que quería decirte...-Dijo Bell mientras su sonrojo aumentaba exponencialmente con el pasar de sus palabras.
"Vamos Bell, reúne el valor" se dijo en su mente para animarse.
-¿Algo que querías decirme...?-Preguntó con sorpresa Eina, repitiendo las palabras que Bell le había dado.
"Esto se ve interesante juju" pensó Misha de tras de Eina mientras veía la escena entre ambos.
Misha no era tonta para este tipo de cosas, ella notaba el cambio de humor que Eina sufría cuando hablaba con ese joven, se ve más relajada y siempre tiene una mirada fija en él, además de un ligero sonrojo en su rostro cada vez que Bell dice algo atrevido o tierno sin darse cuenta.
-¿Te gustaría... tener una cita conmigo en este momento? V-Ví algunos puestos de comida y-y pensé que podrían gustarte... aunque entiendo que no puedas por el trabajo, si es ese el caso, lamento haber hecho la propuesta...-Dijo Bell, dejando de lado la vergüenza de antes.
-Una c-cita... t-tú y yo... p-pero...-Respondió Eina con una gran mirada, se encontraba impresionada por el valor que el joven había reunido.
Sus mejillas estaban rojas y muy calientes, su mente divagaba, repitiendo la propuesta que aquel joven le había dado.
"Él quiere una cita conmigo... p-pero t-tengo trabajo... además ¿p-por qué mi corazón se está acelerando demasiado por ello? Estoy ¿Feliz? Estoy feliz por ser invitada a una cita..." pensó Eina mientras el color rojo de sus mejillas se extendía por todo su rostro hasta llegar a la punta de sus largar orejas de elfo.
-¡Dale Eina!, ve con el chico, yo te cubrí con tus responsabilidades, disfruta tu cita, se nota que Bell se esforzó para lograr decir esas palabras-Respondió Misha mientras empujaba a Eina en dirección a Bell.
-M-Misha, pero no quiero dejarte todo el trabajo...-Logró decir la asesora hacia su compañera y amiga.
-No hay problema, en serio, ve con el joven, yo me las puedo arreglar sola-Insistió Misha a pesar de las palabras de su amiga.
-S-si es una molestia no tienes que aceptar, Eina, no deseo interferir con tu trabajo, tampoco complicar el suyo señorita Misha-Expresó Bell on un rostro preocupado por el acto que ambas asesoras hacían.
-No es problema alguno Bell, solo cuida a Eina, ve con el chico Eina, mas te vale disfrutar la cita, adiós-Dijo la asesora de cabellos rosados mientras le daba un último empujón a su amiga y se iba del lugar, lo que ella no notó es que por ese empujón, Eina había enterrado su rostro en el pecho del chico.
-¡L-Lo lamento! ¡No fue mi intención!-Se excusó Eina por lo que acababa de suceder.
-N-No hay problema, entonces... tengamos nuestra cita, Eina-Dijo Bell con una sonrisa mientras extendía la mano hacia ella.
Ella dudó en tomarla, no por las tradiciones de su raza, no, si no porque sabía que muchas miradas serían dirigidas a ambos y eso la avergonzaba.
-V-Vamos, pero sin tomarnos de la mano, me da algo de pena...-Contestó Eina, dirigiendo hacia un costado su cabeza.
-A sus órdenes, señorita-Contestó Bell con una mirada nerviosa pero sin perder esa sonrisa tan característica de él.
"Espero que lo que mi abuelo y el Tío Zald me han enseñado sobre cómo actuar en una cita funciona, mi madrastra Alfia nunca me dijo algo relacionado a citas, creo que no le agradaba la idea de que saliera con alguien..." pensó Bell mientras caminaba a un costado de Eina, a la cual veía en periodos cortos de tiempo.
"Es realmente hermosa... solo con verla, mi corazón se acelera... espero lograr que ella se sienta de esa manera, este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para este conejo" pensó Bell con determinación.
Así pasaron los minutos, ambos estaban tensos pero comenzaron a abrirse cada vez más, comenzaban a platicar de cómo estuvieron sus días hasta el momento en que se encontraron.
-Así que la princesa de la espada quiere entrenar contigo, eso debe ser una gran noticia, así podré estar segura de que alguien fuerte te proporcionará sus conocimientos en combate-Dijo Eina de manera tranquila, si algo la preocupaba, era la seguridad se ese tonto aventurero que se lanzó a las bocas del peligro apenas en su primer día en Orario.
-Si, me sorprendió la propuesta pero creo que era imposible rechazarla, espero que pueda hacerme más fuerte con una maestra en combate como ella y con los conocimientos que me proporcionas del calabozo, aunque dudo que la señorita Aiz sea tan buena maestra como tú, Eina-Expresó Bell con una sonrisa alegre dirigida a Eina, él sabía que nunca está de más darle un cumplido a una bella dama.
-No lo sabremos hasta comprobarlo, pero si tienes un rendimiento tan Bueno en mis clases, de seguro mejorarás mucho si la princesa de la espada enseña cómo yo lo hago-Respondió la semi elfo, de manera tranquila, disfrutando el intercambio de palabras.
-Tienes razón-Contestó Bell hasta que un puesto de comida llamó su atención.
-Eina, permíteme unos minutos, hay algo que me gustaría comprar-Dijo Bell hacia la asesora mientras iba al puesto frente a ellos.
-Algo llamó su atención, es obvio, es su primer evento en Orario, realmente parece un niño viendo por primera vez todo-Dijo Eina para sí mismo mientras lo veía trotando.
Después de un par de minutos, llegó Bell.
-Aquí tienes Eina, un Jagamarukun, mi diosa dice que saben deliciosos, yo no los he probado-Dijo Bell, extendiendo su mano para que la semi elfo de cabello castaño tomara la pequeña bolsa con la comida.
-Gracias Bell, te aseguro que te gustarán, son realmente deliciosos-Expresó Eina mientras le daba una mordida al suyo.
Seguían comiendo, sentados debajo de un pequeño árbol, tranquilos, viendo a la gente pasar, sintiendo la brisa cruzar y escuchando a la gente hablar y los ruidos que provenían de la arena donde la Monsterphilia se estaba desarrollando.
*ROAAAAAAAAAAAAAAAAAR*
Un gran grito resonó en las calles, alertando a la gente.
-¿Qué fue eso?-Preguntó a Bell, sin apartar la mirada de donde parecía estarse acercando ese ruido.
-N-No lo sé... sonó demasiado cerca para ser un sonido proveniente de la arena-Expresó Eina, con una mirada de terror.
-Eina, mantente detrás de mi-Dijo Bell mientras tomaba posición de combate.
*ROAAAAAAAAAAAAAAAAR*
De nuevo aquel rugido resonó en las calles, la gente salía corriendo de donde provenía ese grito, esto alertó a los demás, quienes se quitaban de en medio.
-¡ESPALDA PLATEADA! ¡SE ESCAPÓ UN ESPALDA PLATEADA!-Gritó un aventurero antes de ser golpeado para estrellarse con uno de los puestos a la cercanía.
La mirada del monstruo, quien se encontraba aún con algunas cadenas y un bozal, se dirigió furtivamente hacia la pareja.
-Eina, creo que nos está viendo-Dijo Bell hacia la semi elfo.
-Igual lo noté-Respondió Eina.
-No te muevas de mi espalda-Dijo Bell.
De un momento a otro aquel monstruo comenzó a correr a la dirección de ambos
-¡Bell viene hacia aquí!-Gritó Eina con miedo.
-Lo lamento Eina, luego me regañarás por esto-Expresó Bell, dándose la vuelta.
-¿Uh? Espera Bell ¿Qué quieres decir? ¡uahhh!-Gritó Eina mientras Bell la tomaba en sus brazos como a una princesa y empezaba a correr a toda velocidad, alejándose de aquella bestia que amenazaba con atraparlos.
-¡Tenemos que alejarlo de la gente! Si no lo hacemos habrá heridos-Dijo la chica mientras Bell no apartaba la mirada de su camino.
-Así es, entre tanta gente me es imposible poder combatirlo, tengo mi espada conmigo pero cualquier movimiento en falso y alguien podría resultar herido, tengo que llevarte a un lugar seguro, no tengo pensado arriesgarte en esta situación-Dijo Bell con una mirada decidida, acelerando cada vez más.
-La calle dédalo ¡Bell! ¡la calle dédalo! ¡Podemos refugiarnos ahí y esperar a que llegue el apoyo! ¡Sus calles son muy confusas con varios caminos a tomar!-Gritó la semi elfo como opción hacia el aventurero que la cargaba en brazos.
-Guíame Eina, yo me encargo de huir hasta ver una oportunidad-Pidió el peliblanco.
De esa manera la persecución continuaba, Eina le daba las instrucciones a Bell, el cual las seguía sin objeción alguna, si no fuera por la actualización de estado que Bell había recibido con anterioridad por su Diosa gracias a lo sucedido con el grimorio, aquel monstruo los habría alcanzado hace ya unos minutos.
"Tengo que proteger a Eina, tengo que alejar a esa cosa de los civiles, si alguien muere habré perdido, si alguien muere será mi culpa, no... eso no pasará" pensó Bell mientras se ponía nervioso pero ese sentimiento fue desapareciendo progresivamente con el pasar del tiempo.
Seguían huyendo, aquella bestia no alejaba la mirada y su odio de ambos.
-Eina, llegó el momento, ya no hay gente-Dijo Bell mientras aceleraba con aún más fuerza y la soltaba dentro de una casa para después salir.
-¡Bell! ¡Ten cuidado!-Gritó Eina.
-¡Lo tendré!-Respondió Bell pero sin darse cuenta, un gran puño lo estaba alcanzando.
"¡¿En qué momento llegó?!" Pensó Bell mientras trataba de bloquear el golpe con sus brazos pero en consecuencia salió disparado a un par de metros hasta que su cuerpo se encontró con una pared, la cual frenó su avance.
*PUUUUUUUUUM*
Resonó en el sitio donde se había estampado el cuerpo de Bell.
-Demonios, no pude reaccionar con prontitud, si no fuera por la bufanda, mi cuello estaría roto en este momento-Dijo Bell mientras se recuperaba, su espalda dolía demasiado.
El monstruo comenzó a atacar donde la asesora estaba escondida.
-¡HEY! ¡TU ENEMIGO SOY YO MALDITO MONO!-Gritó Bell mientras corría con su espada desenfundada.
Un gran gritó de batalla provino del monstruo el cual pensaba que con aquel golpe dado todo había terminado.
-¡FIREBOOOOOOLT!-Gritó Bell de un momento para otro, extendiendo la palma de su mano para dirigir el disparo hacia el rostro de la bestia.
*ROAAAAAAAAAR*
Gritó como una clase de quejido él espalda plateada por haber recibido de lleno el ataque mágico.
Más pronto que tarde, Bell ya se encontraba de frente a la bestia y de un corte logró rebañar una parte del brazo del mismo.
Otro quejido de dolor provino del monstruo, quien solo comenzó a lanzar golpes sin ningún objetivo aparente, Bell comenzó a lanzar tajos en dirección a él para hacerlo retroceder y alejarlo de Eina.
-¡Eina! ¡No salgas de ahí!-Gritó Bell, dándole la orden a la asesora.
Una ráfaga de golpes volvió a asaltar a Bell quien se limitaba a bloquear con su espada, esta vez no sería tan sencillo que lo mandaran a volar.
Los huesos del joven aventurero de nivel uno comenzaban a vibrar tras cada golpe que recibía su sangre hervía, si bien tenía vidas que proteger, estaba disfrutando el combate.
*AHHHHHHHH*
Gritó Bell con toda su fuerza, como si fuera su manera de activar o despertar la fuerza que tenía, despertar su espíritu de lucha y continuar peleando, todos los civiles que había llegado a presenciar la escena, estaban impresionados, la fuerza y ferocidad con la que el muchacho se encontraba luchando contra aquel monstruo que triplicaba su tamaño era digna de admirar, con una mirada decidida, un espíritu inquebrantable, una fuerza espectacular y un agarre en su espada, Bell continuó luchando sin pensar en ningún momento que perdería.
"Vamos Bell, puedes hacer más que bloquear y dar algunos pequeños cortes, debes hacer algo más contundente, debes demostrar de lo que estás hecho frente a todas las personas, debes dar la cara y decir... todo está bien ¡PORQUE YO ESTOY AQUÍ!" Dijo Bell para sí mismo, elevando su moral y la fuerza en sus ataques.
De pronto como si de una bestia se tratara, Bell comenzó a tomar el control de la batalla, dejando de únicamente bloquear ataques, empezó a darlos y abrumar al espalda plateada que no lograba vislumbrar de donde venían los ataques, un borrón blanco era lo único que podían observar los presentes en la batalla, una mancha blanca que cuando se acercaba al monstruo, dejaba una gran cantidad de sangre chorreando en el piso, proveniente de las heridas abiertas del monstruo, el cual únicamente podía lanzar ataques hacia donde pensaba que estaba pero el problema es que, mientras él atacaba ahí, Bell se encontraba en otra parte.
Desesperado, el espalda plateada comenzó a usar las cadenas como armas y éstas lograron dar con el cuerpo de Bell, quien sintió como la sangre brotaba de su pecho.
-No puedo... alargar más esta batalla...-Dijo Bell, tomando aire y viendo la sangre escurrir.
-Este será el último ataque-
*AHHHHHHHHHHH*
-¡FIREBOOOOOLLT!-Gritó el peliblanco, dejando salir un rayo rojo desde la palma de su mano, nuevamente a los ojos del monstruo.
-¡FIREBOOOOOLT!-
-¡FIREBOOOOOLT!-
-¡FIREBOOOOOLT!-
-¡FIREBOOOOOLT!-
Conjuraba Bell en repetidas ocasiones, golpe tras golpe dió en el blanco, prendiendo fuego en el pelaje del monstruo.
"Si no lo hago yo... nadie lo hará"
Mientras corría en dirección al espalda plateada, éste logró verlo y lanzó ambos puños en su dirección.
En un rápido movimiento, Bell saltó para evitar recibir el contacto directamente.
En el aire, cara a cara, ambos se observaron, los ojos rojos de ambos estaban viendo lo que el otro estaba apunto de hacer, expectantes a la siguiente jugada.
-¡FIREBOOOOOLT!-
El rayo escarlata explotó a una distancia corta de ambos, destruyendo ambos ojos del monstruo quien solo pudo gritar de dolor ante eso.
-¡AHORAAAAAAA!-Gritó el joven peliblanco, alzando la espada con gran determinación, hasta que, con toda la fuerza que le quedaba, golpeó en la cabeza del monstruo y comenzó a abrirse paso por todo el cuerpo del mismo, con un corte transversal, un corte limpio, como si de su último esfuerzo se tratase, antes de que el filo del arma tocara con la piedra mágica del monstruo, lo cual provocaría su muerte, éste lanzó su cuerpo hacia adelante, aplastando a Bell con su cuerpo y una pared.
*AHHHHHHHHH*
Un grito de dolor provino de Bell, el cual sentía como sus huesos eras aplastados pero de un momento a otro, ese dolor se perdió, desapareció.
Él espalda plateada había sido derrotado, desapareció dejando consigo una gran piedra mágica y destrucción en todo ese tramo de la calle dédalo.
-L-Lo logré...-Dijo Bell mientras caía al piso desde unos metros.
*pum*
El sonido de un cuerpo caer fue lo que había provocado aquel ruido, al mirar de donde provino, pudieron ver a aquel chico, entre el polvo y la sangre.
Todos en el lugar comenzaron a murmurar y acercarse a él, temiéndose lo peor, temiendo que el héroe de la calle dédalo hubiera muerto.
Eina, al oír que todo había acabado, corrió hacia donde la gente yacía amontonada.
-Bell..-Logró Decir mientras veía el cuerpo de aquel chico, las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos hasta que...
El chico puso sus brazos frente a él para levantarse y ponerse de pie poco a poco.
-Gané... jaja-Dijo con una pequeña risa aunque después de ella, frunció el ceño, dando a entender que sentía mucho dolor en su cuerpo.
-¡BELL!-Gritó Eina con una sonrisa grande, aventándose a abrazar al aventurero herido, pero no fallecido.
-E-Eina... p-pensé que te daba vergüenza...-Dijo Bell hasta que fue interrumpido.
-¡CÁLLATE TONTO! ¡Me preocupaste mucho! Si tú hubieras muerto por mi, yo...-Dijo la asesora mientras las lágrimas no dejaban de recorrer el camino de su pómulo hacia la mejilla.
Bell entendió eso, así que guardo silencio por un momento.
-Eina... estoy con vida-Respondió el peliblanco, correspondiendo el abrazo.
Una gran cantidad de aplausos provenientes de los habitantes de la calle dédalo empezó a resonar en el lugar, ellos habían presenciado un acto heroico por parte de aquel joven novato de ojos rojos y cabello blanco.
-¡Eres un héroe!-Gritaron unos niños con emoción, Bell únicamente pudo sonreírles por sus palabras.
-Felicidades... Bell-Dijo una espadachín rubia a la distancia, en un callejón, ella había observado únicamente la parte final de la batalla.
-¡Hey Aiz! Corres demasiado rápido ¿Uh? Acabaron con él espalda plateada, no logró ver quien fue, de todas maneras, de esa manera ya nos libramos, vamos-Dijo Loki mientras jalaba a la princesa de la espada y se iban del lugar.
En un techo, una hermosa mujer cubierta de pies a cabeza con una especie de túnica, logró vislumbrar todo lo sucedido.
"Es... maravilloso..." pensó Freya, si, Freya, la diosa de la belleza, la cual observó el combate de inicio a fin.
-Mi plan funcionó perfectamente...-Dijo la Diosa, posando uno de sus dedos en sus labios, tenía sus mejillas realmente sonrojadas y una mirada de deleite.
Mientras tanto, Eina y Bell yacían aún en el suelo, la semi elfo no lo soltaba.
"Abuelo... lo logré... protegí a la chica..." pensó Bell, antes de sonreír con calma.
Bueno amigos hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y le den su apoyo, no sé si pueda subir el segundo capítulo esta semana pero tal vez si, cualquier cosa yo les avisaré, pasen buen día amigos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro