Capítulo 5. Una ¿Cita?
-Kami-Sama...Quiero ser más fuerte-Expresó Bell su deseo hacia su diosa, antes de caer desmayado.
Aquellas palabras comenzaron a hacer notar la seriedad con la que ese chico deseaba alcanzar su sueño, no eran palabras vacías, no era una ilusión, la decisión, la voluntad y la determinación que emanaban de él eran lo suficientemente fuerte para creer en Bell.
-Bien, Bell, haré todo lo que esté en mis manos para que cumplas tu sueño, al fin y al cabo, eres el primer miembro de mi familia ¿Qué clase de diosa sería si no te apoyara?-Respondió Hestia con una sonrisa amable mientras llevaba a su hijo a donde la farmacia azul se encontraba, al observar de mejor manera el estado físico de Bell, pudo concluir que no era tan grave como se veía a simple vista.
Farmacia azul, sede de la familia Miach.
-Oigan, entiendo que sea un aventurero pero no creo que sea normal llegar herido de esa manera dos días al hilo, creo que debe controlarse-Decía Naaza mientras traía algunas pociones para el chico peliblanco que se encontraba recostado.
-Ya Naaza, sabes como son los jóvenes aventureros, siempre se meten en muchos problemas por su entusiasmo, me alegra saber que no pasó a mayores-Contestó el dios de la familia cuando tomaba la poción y la vertía en las heridas de Bell.
-¿Se encuentra bien? ¿No requerirá algún tratamiento extra?-Preguntó Hestia con preocupación hacia su amigo Miach.
-Lo dudo, para haber pasado casi 12 horas seguidas en el calabozo se encuentra muy bien, me pregunto hasta qué piso llegó-Respondió Miach sin perder de vista como las heridas de Bell comenzaban a cerrar poco a poco por el efecto de la poción.
-Es un alivio... no es como si tuviéramos los fondos necesarios para pagar un tratamiento mayor-Dijo Hestia de una manera calmada.
-Listo, con esto debería ser suficiente, solo debe reposar, pienso que sería recomendable para Bell no ir al calabozo hoy, creo que tuvo suficientes aventuras en estos dos días-Dijo Naaza como recomendación.
En ese tiempo de descanso para el agotado aventurero, su mente no dejaba de repetir y resonar aquellas palabras oídas en el bar la noche anterior, el enojo que provenían de ellas, era simple y llanamente porque en el fondo sentía que tenían razón, desde joven ha sido un cobarde, como en aquella ocasión que tuvo miedo de un goblin y su abuelo tuvo que salvarlo de una muerte segura.
"Un Goblin... tuve miedo de un goblin... soy patético" dijo Bell en su subconsciente.
"Pero, no más, no me permitiré seguir así, no voy a dejar que los demás decidan en qué puedo o no puedo convertirme, seré el mayor héroe que el mundo haya visto, seré más fuerte que nadie, protegeré a todos los que me rodeen, a todos lo que me importen, no perderé a nadie, no como con mi abuelo, no como con mis padres, no como... mi madrastra Alfia y el tío Zard..., se esforzaron en entrenarme desde que era joven, aún recuerdo toda la dedicación que pusieron en cuidarme, lo felices que éramos todos juntos pero, de un día para otro, ambos se fueron y un tiempo después los siguió mi abuelo, no soy tan incrédulo para pensar que siguen vivos, mi corazón quisiera creer que existe la posibilidad pero ya han pasado varios años desde eso y es imposible que eso sea verdad" agregó Bell internamente mientras que, en el mundo real, unas pequeñas lágrimas se deslizaban delicadamente por sus mejillas, provenientes de los ojos cerrados del chico.
-Bell...-Dijo Hestia al ver tal escena, no era posible saber qué era lo que soñaba pero no se necesitaba ser un genio para comprender que no era una imagen agradable lo que pasaba por su mente.
Pero volviendo con Bell.
"Madrastra Alfia, Tio Zard, Abuelo... el día de hoy comenzaré a caminar hacia adelante, no habrá ninguna duda en mi ser, seré la persona que tanto se esforzaron en convertirme, el entrenamiento que me dieron, sus enseñanzas, las palizas que sufrí, todo habrá valido la pena" pensó el joven con una sonrisa mientras que una imagen de él y su familia pasaba frente a él, Bell solo podía ser un espectador más, mirando desde lejos.
De pronto, aquel mundo en su cabeza, fue desapareciendo con el pasar de los segundos, hasta que, sus ojos se abrieron lentamente.
-¿D-Dónde estoy?-Preguntó Bell con cierta desorientación, propia de una persona que despierta de un largo sueño.
-Bell, estás en la farmacia azul, no hagas ningún movimiento brusco, tus heridas si bien fueron curadas, el cansancio aún sigue presente-Respondió Hestia mientras calmaba al chico al darle una palmada en la espalda a éste cuando ya se había sentado en la cama.
-Bien Bell, dime ¿En qué estabas pensando al entrar al calabozo en la noche y quedarte dentro de él hasta el amanecer?-Preguntó la diosa hacia su hijo de forma cálida y con tacto.
-Lamento mi incompetencia Kami-Sama, debí seguir su consejo y el de Eina y no meterme en muchos problemas pero... en la noche, cuando fui a cenar... unas personas de la familia Loki comenzaron a hablar sobre lo del minotauro y digamos que... me sentí mal por algunos comentarios, sé que no debería ser de esa manera, que las críticas siempre estarán presentes y debo ser fuerte ante ellas pero, me dolía que gran parte de ellas eran verdad, fue irresponsable, impulsivo y hasta tonto el haber hecho lo que hice pero... creo que es algo que necesitaba hacer-Contestó el joven peliblanco con la mirada agachada y disculpándose.
-Entiendo... sabes Bell, comprendo ese sentimiento, ser atacado con las palabras duele más que cualquier daño físico que te puedan infundir, he pasado por ello de igual manera que tú, así que no hay necesidad de disculparme, pero debes ser más fuerte, eres todavía un niño, tienes un futuro resplandeciente, deja que hablen, tú solo dedícate a dar tu mayor esfuerzo y verás como las bocas que antes te atacaban, te glorificarán-Dijo Hestia al mismo tiempo que acariciaba el cabello de Bell, como una madre lo haría con su hijo cuando éste se encuentra triste.
No era un regaño, no era condescendencia, las palabras que su diosa le proporcionaba eran sinceras y estaban llenas de preocupación.
-Eso haré Kami-Sama, no volveré a dejar que me afecte la opinión de otros-Respondió Bell con esa sonrisa característica de él, aquella que se había perdido por varias horas.
-De acuerdo, espero que así sea, hoy fui blanda pero si me entero otra vez de que fuiste irresponsable, se lo diré a tu asesora y veré como te come vivo, esa chica al menos sabe como mantenerte a raya-Comentó Hestia con una mirada seria que fue cambiando a una burlona al igual que la risa que provenía de ella, era claro que la diosa disfrutaba ver las reacciones de su hijo cuando se le mencionaba a aquella semi-elfo.
-P-Preferiría que no llegáramos a tales extremos, Eina puede ser muy hermosa pero tiene un carácter muy fuerte... aunque es otra cosa que me gusta de ella-Dijo Bell en respuesta a la reprimenda de Hestia, despertando la mirada sorprendida de la diosa.
-Jujuju, ya veo, ya veo, no son sentimientos vacíos, pero qué valor tienes para decir eso en voz alta, no cualquiera lo haría, te lo reconozco-Respondió la diosa aun con una risa burlona que fue tapada por la palma de su mano derecha para que no fuera tan obvia.
Al oír aquellas palabras, Bell se sonrojó enormemente, al parecer pensó que lo había dicho en su mente pero nada más alejado de la realidad.
-¿Lo dije en voz alta?-Preguntó Bell con mucha pena.
-¡Así es!-Gritaron Hestia, Miach y Naaza a la distancia.
-A veces pienso que yo solo me gano ser el centro de las burlas pero ¿qué se le va hacer?-Dijo el joven peliblanco con una mirada derrotada.
-Dejando de lado las burlas, creo que sería una buena idea actualizar tu estado, pienso que podríamos llevarnos unas sorpresa muy gratas, si subiste muchos puntos en un día de calabozo, no quiero imaginarme cuando habrás subido ahora que estuviste combatiendo sin descanso por muchas horas-Comentó Hestia con gran confianza, ella estaba segura de que aquel entrenamiento tendría sus frutos, no por nada Bell era un aventurero irregular o con potencial, se le viera como se le viera, era claro que ese joven peliblanco no era para nada normal.
-¡Tiene razón Kami-Sama! ¡Quiero ver qué tanto subí!-Dijo el joven con estrellas en sus ojos por la emoción y expectativa que tenía.
-Bien, recuéstate boca abajo, yo me encargo, Miach ¿No hay problema si actualizo si estado aquí?-Preguntó Hestia al Dios dueño del lugar en el que se encontraban.
-No hay ningún problema Hestia, iremos a la parte de enfrente para no interrumpirlos, vamos Naaza-Dijo Miach mientras salía de la habitación con la hermosa chica tras de él.
-Listo Kami-Sama-Dijo Bell quien ya se había retirado la camisa.
-Voy, voy, no comas ansías-Comentó Hestia mientras se ponía encima de la espalda del chico.
Dejó caer una pequeña gota de sangre que provenía del dedo índice de su mano derecha que, con anterioridad fue pinchado con un pequeño alfiler.
Al tocar la espalda, se dejó ver el estado de Bell, permitiendo vislumbrar el aumento que aquel joven aventurero había conseguido gracias a la noche tan difícil que vivió.
Bell Cranel
Humano
Nivel 1
Fuerza:H152
Resistencia:H155
Destreza:H190
Agilidad:H199
Magia:I0
Habilidades:
Liaris Freese: Crecimiento rápido mientras duren los sentimientos. La intensidad de los efectos se corresponde con el nivel de los sentimientos del usuario. Como efecto secundario hace al usuario inmune a los encantos
Para sorpresa de Hestia, todas las estadísticas de Bell, que tenían un por eso de entre 90 y 100 puntos en su primera actualización, habían aumentado a un ritmo y cantidad extremadamente alto, llegando a promediar entre 150 y 200 puntos en cada rubro de estadísticas con tan solo un día de entrenamiento, esto le dió una pequeña idea a Hestia sobre la clase de entrenamiento que su hijo había tenido.
-Bell...-Nombró la Diosa al joven con una voz fúnebre.
-¿Si Kami-Sama?-Dijo Bell ladeando la cabeza pero sin moverse de su posición.
-Dime, con sinceridad ¿Hasta qué piso llegaste? No me enojaré, lo prometo, pero quiero la verdad-Preguntó Hestia con el mismo tono en sus palabras que había ejercido a la hora de nombrar al chico.
Al parecer esa pregunta hizo que el joven se pusiera nervioso.
"¡Demonios! No puedo decirle que no ni siquiera seguro de hasta qué piso llegué, solo tengo algo claro, después del piso 7, perdí la cuenta" pensó Bell mientras enormes cantidades de sudor salían de su piel por el miedo que tenía.
-Bell, dímelo, si me lo dices ahora, no tendré que informarle a la asesora para que te regañe-Amenazó Hestia.
"Ughhhhhh ¡USÓ ESA CARTA!" Dijo en su mente el joven peliblanco, viendo que sus opciones de respuesta se redujeron dramáticamente con tan solo mencionar a Eina.
"No tengo opción" concluyó la chico, rindiéndose al no encontrar qué decir.
-C-Creo que hasta el piso 10...-Respondió Bell con un bajo volumen en sus palabras, teniendo la esperanza de que Hestia no escuchara bien.
-Hasta el piso 10...-Repitió Hestia.
"¡DEMONIOS! ¡SI ME ESCUCHÓ!" Dijo Bell en su subconsciente.
Hestia tomó aire.
-¡¿CÓMO SE TE OCURRE BAJAR HASTA ESE SITIO?! ¡ESTÁ BIEN QUE SEAS MUY FUERTE PERO AÚN ERES UN NIVEL 1!-Gritó Hestia mientras golpeaba a Bell desde atrás, justamente en la espalda.
-¡P-Perdón!, c-como dije, estaba perdido en mis p-pensamientos y no contemplé el peligro-Decía Bell quien recibía golpe tras golpe, no eran muy fuertes pero el dolor estaba ahí.
Hestia solo resopló para calmarse.
-Está bien, dije que te comprendía así que no haré nada más, tranquilo, como prometí, no le diré nada a la asesora pero debes saber que ella puede descubrirlo, no eres muy bueno mintiendo que digamos, así que evita meterme en ese problema, cualquier cosa, yo no sé nada-Dijo la Diosa mientras le entregaba una hoja a Bell, en al cual podría observar su avance, aunque claro, como en la ocasión anterior, estaba borrada su habilidad.
-Lo prometo, creo que con que uno pague debe ser suficiente-Respondió el peliblanco, tomando en sus manos la hoja de su estado.
-Increíble... no sé cuál sea el promedio en los aventureros que llevan el mismo tiempo que yo pero... no puedo evitar emocionarme al ver que mis esfuerzos son visibles, siento que todo lo que hago está siendo recompensado-Agregó Bell a sus palabras, con una alegría clara en su rostro.
-Así es mi pequeño Bell, sigamos esforzándonos para que cumplas tu sueño-Dijo Hestia, regalándole un pulgar extendido a su hijo.
-¡Sí¡-Concluyó Bell.
En las calles de orario.
"Es cierto, no cambié las piedras mágicas que obtuve en la noche, también debo pasar a la señora de la abundancia para recoger los regalos que compré, también para disculparme con Syr y las trabajadoras del lugar, fue muy grosero de mi parte el salir de esa manera sin despedirme como se debe, espero que el dinero que dejé fuera suficiente, no me gustaría ser cazado por Mama Mia" pensó Bell mientras caminaba de forma calmada a la señora de la abundancia, ese día no tenía que ir al calabozo, por lo que prácticamente era un día libre para él, al pensar en lo que Mama Mia podría hacerle en caso de no haber pagado completamente, sintió un escalofrío correr por todo el largo de su espalda.
Muchas miradas se dirigían a él, era simple el motivo, lo del minotauro unido a que prácticamente recorrió las calles herido y cubierto de sangre hace unas horas, daban mucho de que hablar, al parecer era propio de él llamar la atención aún sin desearlo, Bell se limitó simplemente a ignorar las voces que hablaban de él y las miradas que lo atravesaban como si de lanzas se trataran.
"Lo dije ayer y lo digo hoy, es incómodo ser el centro de atención, al menos disimulen" pensó Bell con la mirada caída, yendo a su primer destino, el bar donde debía dar muchas disculpas.
Tras unos cuantos minutos de recorrer las calles de Orario a un ritmo lento porque no traía prisa, llegó a la señora de la abundancia, la cual estaba apenas abriendo sus puertas para los clientes.
-B-Buenos días...-Dijo a las chicas del sitio al cruzar la puerta, con un tono nervioso.
-¡Hey miren, llegó el chico del trasero lindo-nya!-Gritó una de las camareras con aspecto de gato para alertar a sus amigas, Chloe era su nombre.
-P-Preferiría que no me llamara de esa manera, señorita Chloe-Expresó Bell con sus mejillas rojas y tapando con sus manos su trasero.
-¡Hey Niño! Me alegra que vinieras, si no lo hubieras hecho te hubiera traído a la fuerza, esa no es forma de salir de mi bar, además de que entristeciste a la pobre Syr-Reclamó Mama Mia con un tono serio pero parecía que sus palabras estaban llenas de burla.
-¡Mama Mia! No diga eso...-Contestó la persona en cuestión de la cual se hablaba, Syr.
"Se ve algo linda cuando está nerviosa... ¡¿Qué demonios estoy pensando?! ¡Yo soy fiel a Eina! Aunque aún no estamos en una relación y no sé cuales son sus sentimientos... ¡No no no no no! ¡Sin excusas, Soy fiel a Eina!" Pensó el chico dándose una bofetada para recapacitar, asustando a las chicas quienes habían sido tomadas por sorpresa ante eso.
Bell se percató de eso y se disculpó.
-L-Lo lamento, me sumergí en mis pensamientos y eso me ayudó a salir de ellos-Se excusó el joven peliblanco.
-D-De acuerdo-nya-Contestó Anya mientras se alejaba un poco de él.
-Dejando de lado eso, quiero disculparme de igual manera con todas ustedes por huir de esa manera, le dejé dinero a Syr como pago de mi comida y quisiera saber si eso había sido suficiente...-Dijo Bell hacia todas las camareras aunque esa última parte iba dirigida hacia la dueña del lugar, hacer enojar a aquella enana no parecía una buena idea.
-Si, Bell, el dinero fue suf...-Estaba apunto de contestar Syr ante las palabras del chico pero fue interrumpido por Mama Mia.
-No chico, faltaron como 3 mil valis para poder pagar completamente tu cuenta, cómo esta chica me dijo que volverías para pagar en caso de que faltara, no fui por ti-Dijo Mama Mia mientras que tapaba con su mano la boca de la camarera de cabellos plateados.
-¿Ah? ¿Es así? Pensé que sería suficiente, aquí tiene entonces, tenia mi dinero guardado como ahorros pero no me gustaría deberle dinero, aquí tiene-Contestó Bell mientras que de su pequeña bolsa sacaba unas cuantas monedas.
Esto hizo sentir mal a varias de las camareras, excepto a Ryuu que tenía su rostro serio de siempre, como ya era costumbre de ella.
-Déjalo de esa manera chico, solo promete que vendrás a cenar de vez en cuando, veo que a muchas de mis chicas le agradas-Comentó la enana mientras se acercaba a él.
-¿En serio? ¡Entonces lo prometo!-Respondió el muchacho con una sonrisa amable.
Él no había notado que la joven peliplateada se alegró al oír su respuesta.
-Un consejo chico, no tiene sentido que un aventurero pretenda ser lo que no es, cuando empiezas debes dar tu mayor esfuerzo para sobrevivir-Dijo Mama Mia de manera calmada.
Bell oía atentamente las palabras de la enana, parecían llenas de sabiduría y experiencia, así que no deseaba perderse ningún detalle.
-No importa lo patético que sea, ni que se burlen de ti, si vuelves con vida ganas-Agregó la dueña del lugar mientras lo tomaba por los hombros y lo giraba en dirección a la puerta.
-Te lo cuento por lo que hiciste ayer, nunca te perdonaré si te matan, ahora ¡Vete! Tenemos mucho trabajo y estás en medio-Finalizó Mama Mia, empujando al joven por su espalda.
-¡Si!-Respondió el joven mientras comenzaba a salir.
"Esperen... ¡¿NO VENÍA POR LO QUE LE ENCARGUÉ A SYR?!" Pensó el chico mientras se daba la vuelta.
-¿Uh? ¿Olvidaste algo?-Preguntó Mia.
-S-Si, le quería pedir a Syr el par de bolsas que dejé tras de mi anoche-Comentó Bell.
-Es cierto, voy por ellas Bell-Contestó Syr al oír las palabras del joven, mientras subía las escaleras.
Después de unos segundos bajó.
-Aquí tienes Bell-Dijo la chica mientras le daba ambas bolsas.
-G-Gracias-Respondió Bell mientras salía nuevamente.
-Sabes Bell...-Agregó la camarera.
-¿Si?-Preguntó el peliblanco.
-A mi también me gustaría un arreglo para mi cabello comprado por ti...-Syr susurró aquellas palabras en el oído de Bell y rápidamente regresó a la cocina, sin mirar atrás.
Esto hizo que Bell se sonrojara y tomara con su mano el oído donde Syr había dicho esas palabras.
"E-Es muy peligrosa... esperen ¡¿por qué revisó las bolsas?!" Dijo Bell en su mente pero sabía que ya no tenía sentido alguno reclamar, por eso mismo decidió que era mejor irse.
En dirección al gremio.
"Ahhhh, que problemático ha sido este día y todavía me falta decirle a Eina mis estadísticas, me pregunto cómo reaccionará" pensó el joven felizmente, mientras se imaginaba la reacción de la semi-elfo, creyendo que lo felicitaría.
-¡¿TODAS TUS ESTADÍSTICAS ESTÁN EN H A TAN SOLO 2 DÍAS DE SER AVENTURERO?!-Gritó Eina con sorpresa, incrédula ante lo que oía.
Esto alertó a los presentes, quienes dirigieron sus miradas a Bell, algunos con envidia, otros con enojo y unos cuantos más asustados por el monstruo que tenían de frente, aunque era difícil saber si el monstruo era Eina o Bell.
-E-Eina, creo que deberías bajar la voz...-Dijo Bell, tratando de calmar a su asesora.
-¡NI HABLAR! ¡ESO NO ES NORMAL! ¡¿HASTA QUÉ PISO LLEGASTE AYER?! ¡NO QUIERO MENTIRAS!-Preguntó Eina con enojo, al pensar que ese tonto había desobedecido sus instrucciones de nueva cuenta.
Una mueca confundida se dibujó en el rostro de Bell.
"Demonios... esperaba una reacción diferente... si le digo la verdad me matará y si le miento se dará cuenta que lo hice y me matará" pensó Bell mientras lloraba internamente.
-H-Hasta el piso 8...-Respondió nerviosamente el chico.
Una mirada fulminante apuntó a Bell.
-A-Ah e-esto...-Tartamudeó el joven.
-Ahhhhh, no puedo mentirte, ayer en la noche hasta hoy al amanecer estuve en el calabozo... perdí la cuenta después del piso 8 pero creo que llegué hasta el 10... tal vez más abajo-Respondió Bell, esperando el regaño, cerrando sus ojos y poniendo sus manos enfrente.
-Bell... ¡¿POR QUÉ HICISTE ALGO TAN IRRESPONSABLE?!...-Regañó Eina al pobre conejo.
-¡Lo lamento! ¡Lo lamento! ¡Lo lamento!-Decía Bell sin parar.
El regaño continuaba, los gritos no cesaban, Bell únicamente se limitó a disculparse cada 2 segundos, Eina parecía realmente enojada y tenía motivos para ello, el aventurero del que ella estaba a cargo pudo morir apenas hace 2 días y que venga y te diga que prácticamente pasó la noche en el calabozo e hizo caso omiso de todas las advertencias que le diste, de todos los consejos que proporcionaste y de la promesa que hicieron.
-Eina... lamento haber hecho algo tan irresponsable pero en serio, estoy bien, tuve algunas heridas superficiales que pude curar con una poción de la familia Miach, en serio, confía en mi, nunca haría algo para ponerte triste-Explicó el joven para calmar a la asesora, con un tono dulce.
"Espera ¿no acabo de decir algo realmente vergonzoso?" Preguntó a sí mismo Bell cuando cayó en cuenta sobre lo que había dicho.
Bell volteó a ver a Eina y pudo notar que estaba completamente roja, todo su rostro era realmente rojo, casi tan rojo como los ojos del conejo.
"¡¿Qué dice este tonto de la nada?! Se supone que lo estoy regañando para hacerlo entrar en razón pero por algún motivo eso último que dijo hizo que olvidara él por qué estaba enojada" pensó Eina sin mediar palabra alguna y desviando la mirada para que no vieran su estado tan lamentable de doncella ruborizada.
-L-Lo dejaré pasar solo porque tus estadísticas ya están en H, solo por eso... pero tienes que conseguir un party, al menos un compañero-Dijo la hermosa semi-elfo, tratando de recobrar la poca compostura que le quedaba.
-T-Trataré de hacerlo-Contestó Bell, ambos tenían humo saliendo de sus cabezas, ninguno de ellos tenía experiencia hablando con personas del sexo opuesto, era obvio que esa sería su reacción, más si tomamos en cuenta que Bell desde que la vió sintió su corazón latir a un ritmo anormal.
-Por cierto Bell, creo que sería bueno conseguirte un mejor equipo ¿Estás libre hoy en la tarde? Podemos ir a comprarte una armadura-Sugirió Eina hacia Bell, prácticamente era una cita pero ella no se había percatado de ello.
-Acepto... no tengo mucho que hacer hoy, hasta mañana iré al calabozo, así que acepto, Eina-Respondió el peliblanco sin vacilación alguna, se podría decir que estaba emocionado pero trató de ocultarlo.
-Bien, entonces te veo en la fuente de la plaza del amor ¿De acuerdo?-Agregó la bella asesora el punto de reunión.
-¡Si!-Contestó Bell.
Ambos se despidieron después de ello.
-Ya veo Eina, no nos hiciste caso-Dijo Misha detrás de su amiga.
-¿A qué te refieres?-Preguntó la semi-elfo.
-Invitando al chico a una cita, no sabía que te gustaban jóvenes-Comentó de manera burlona Rose, otra de las trabajadoras del gremio.
-¿Eh?-Salió ese sonido de la boca de Eina.
"¡QUE TONTA SOY! ¡PRÁCTICAMENTE ES UNA CITA!" Pensó Eina mientras sostenía su cabeza.
-Si decidiste ese camino, síguelo hasta las últimas consecuencias, ve a arreglarte, nos encargaremos de tu trabajo por ti, tú sal y diviértete con ese chico-Sugirieron Misha y Rose, guiñándole un ojo a su amiga y dándole un pulgar en alto para demostrar que la apoyaban.
-Chicas... e-está bien, p-pero ¡No es una cita o algo parecido! ¡Solo voy a ayudarlo! Si, solo eso-Respondió Eina aún con nerviosismo en sus palabras.
"No es muy sincera con sus sentimientos, sería genial inventar una palabra para las chicas como ella que se niegan a aceptar lo que siente " pensaron ambas chicas.
Mientras tanto, de lado de Bell.
"¡TENGO UNA CITA CON EINA!" Pensó con emoción mientras saltaba, demostrando su energética alegría.
-Un momento... no pude darle el arreglo para el cabello... se lo daré cuando nos veamos en unas horas-Dijo el peliblanco para sí mismo a manera de plan.
-¡Si! ¡Eso haré!-Agregó levantando el puño al aire.
Después de unas horas, en Babel.
"Bien, tomé un baño, traigo mi dinero ahorrado que, aunque no es mucho, es suficiente para comprarme una armadura e invitar a cenar a Eina a la señora de la abundancia, mi ropa es... ¿la de siempre? Creo que debería comprar más ropa, huelo ¿bien? Quiero creer que huelo bien, también tengo guardado el regalo, todo listo, ahora... a esperar" pensó Bell haciendo un análisis completo de su apariencia, tratando de no olvidar nada importante, mientras esperaba de pie junto a la fuente.
Mientras tanto, la radiante chica estaba caminando hacia la fuente, su corazón latía mucho, era la primera vez que "salía" con alguien en sus 19 años de vida.
"Estoy nerviosa, sé que solo compraremos una armadura pero estoy nerviosa ¿Es esto siquiera normal?, no quiero hacerme ilusiones, tal vez Bell solo ve esto como una salida de amigos ¿no?, sería lo mejor pero la idea de que vea así las cosas me hace sentir mal por algún motivo... mejor lo ignoro, si, eso haré" Dijo Eina mientras tomaba sus mejillas.
Pasaron unos segundos hasta que ambos se encontraron y se vieron frente a frente.
Ninguno decía nada, parecían sorprendidos para decir algo.
"Ten valor, Bell" dijo una voz en la cabeza del chico, al parecer su abuelo.
Tomando aire, se preparó para romper el hielo.
-Luces hermosa... Eina-Dijo Bell, de manera calmada, regalándole una sonrisa junto a ese halago a la destacable apariencia de la elfo que traía una camisa blanca con mangas largas y una falda de color rojo, curiosamente del mismo color que sus mejillas estaban pintadas.
Solo esas palabras fueron suficientes para alegrar a la chica.
-Tú también te ves muy bien, Bell-Contestó la semi-elfo, de igual manera que Bell.
-Bien, estoy a tu cuidado, Eina-Agregó el chico.
Ambos comenzaron a caminar juntos en dirección a Babel, sobra decir que, al ser el novato de moda, muchas miradas se fijaron en ambos, aunque iban dirigidas en su mayoría hacia Bell.
Bell quería tomar su mano pero... sabía de antemano que no tenían ese tipo de relación, por lo que se abstuvo de hacerlo.
"Algún día... algún día podré hacerlo... pero ese día no es hoy" se dijo Bell esas palabras y se resignó.
En Babel, específicamente en las tiendas de armas.
-E-Eso es demasiado caro...-Dijo Bell al ver un arma que tenía un precio casi un millón de veces más alto que el dinero que cargaba con él.
-Si, lo es, pero no vinimos a comprar a esta tienda, ya verás a qué me refiero-Contestó Eina al desilusionado peliblanco.
-Voy junto a ti Eina, espero no perderme, es la primera vez que vengo aquí, aún no me acostumbro siquiera a las calles de la ciudad-Comentó Bell con cierta pena.
-No pasa nada, te irás acostumbrando, vamos-Respondió la hermosa asesora mientras jalaba del brazo al chico.
Una pequeña diosa los veía a la distancia mientras sonreía.
-Mi pequeño Bell es todo un hombre, su primer día libre y salió con la asesora a una cita, me alegro por él, también me alegra que no me haya visto, no quiero que sepa que trabajo para solventar los pagos de la casa igual, conociéndolo va pensar que no hace lo suficiente y se va meter en más problemas para conseguir dinero, no puedo permitir que haga eso por mi, ya tiene mucho en qué pensar-Dijo Hestia para sí misma mientras veía a ambos alejarse de donde se encontraba trabajando para Hefesto.
Siguieron caminando, viendo tiendas y poco a poco Bell fue notando como, al pasar de las tiendas, los precios iban reduciendo gradualmente, esto le daba una esperanza alta de poder encontrar una armadura para él a un precio bueno, aunque sabía que no debía precipitarse en su decisión y forma de pensar, tal vez sean baratas por un tema de calidad.
-Es increíble como los precios se reducen por más que avanzamos-Expresó el chico con sorpresa.
-Eso es lo bueno, bien, ya hemos llegado-Dijo Eina entrando a una de las tiendas más escondidas del sitio.
-Creías que una tienda como la de la familia Hefesto estaba fuera de tu alcance ¿no?-Expresó la semi-elfo con orgullo.
-Sí-Contestó Bell rascándose la parte trasera de su cabeza.
-Pero no es así, mira esto-Respondió Eina mientras caminaba y Bell la iba siguiendo detrás de ella.
-¿Eh?, no es tan caro-Dijo el peliblanco al notar el bajo precio de una daga en un anaquel.
-Efectivamente, todo lo de aquí es de herreros nuevos, incluso si es barato, su ventaja es que las compres y así puedan ser evaluadas, y algunas son muy buenas, bien, sígueme-Continuó su discurso informativo la bella asesora.
Bell quedó maravillado al observar la gran cantidad de armaduras en el lugar.
-¡Iré a ver qué encuentro atrás!-Expresó emocionado el joven chico.
Eina solo observó la emoción de Bell y suspiró pero sin borrar su sonrisa.
"No hay duda de que sigue actuando como un niño" pensó mientras veía a Bell alejarse, ella lo esperaría ahí pero primero tenía algo que quería buscar, un regalo para aquel aventurero.
El muchacho caminó por varios minutos, observando cada armadura con la que se topaba, ninguna había sido de su interés hasta ese momento, pero de pronto se topó con una caja escondida y ahí pudo ver una armadura de color blanco con acabados rojos que llamó su atención, procedió a tomarla para inspeccionarla.
-Tiene la firma del herrero... Welf Crozzo-Dijo Bell al ver la armadura.
-¿Cuánto cuesta?... ¿9900 valis? Creo que puedo costearlo pero me sería imposible poder salir con Eina...-Comentó el chico mientras pensaba en qué hacer.
-Creo que... ella querría que eligiera mi seguridad... en otra ocasión la invitaré a una cita-Concluyó el peliblanco mientras cargaba la caja.
-Oh Bell, aquí estás, veo que encontraste algo de tu agrado-Dijo Eina al ver a Bell agachado.
-E-Eina, si, encontré algo-Contestó el pequeño conejo.
"Espero que lo último que dije no lo haya escuchado, moriría de vergüenza de ser ese el caso"
La mirada de Eina seguía observando expectante a Bell.
"Parece que no me escuchó, es un alivió" pensó Bell mientras suspiraba.
-Ven, vayamos a pagar por ella-Dijo Eina a lo que Bell se levantó y cargó la caja.
Bell pagó por la armadura con los ahorros que tenía y fue de esa manera en que su dinero vió por última vez a su pequeña bolsa.
"Sabía que no podría vivir de haber derrotado a ese minotauro" pensó Bell mientras salía una pequeña lágrima de su ojo.
Y de esa manera la compra de la armadura fue realizada.
Fuera de Babel.
-Creo que aquí nos separamos, Bell-Expresó Eina mientras veía frente a frente al joven.
-Así parece, muchas gracias por acompañarme y enseñarme ese lugar, Eina-Respondió Bell alegremente.
-Hay una cosa más que quisiera darte-Agregó la semi-elfo mientras extendía una especie de ¿bufanda?.
-¿Ah?-Alcanzó a decir Bell.
-Ten, es una bufanda hecha con piel de Goliath, viendo que avanzas y creces muy rápido, tarde o temprano la necesitarás, espero que no tan pronto, es muy resistente y también te protege de golpes e impactos-Dijo Eina mientras le entregaba el regalo.
-Eina... ¡Muchas gracias! ¡Lo atesoraré por siempre!-Contestó de manera emocionada el joven conejo.
-Por cierto Eina, también tengo algo para ti-Agregó Bell mientras buscaba aquel regalo que tenía preparado para ella.
-¿un regalo? ¿Para mi?-Preguntó dudosa la chica.
-Si, aquí tienes, Eina, espero que te guste-Contestó Bell mientras le daba una pequeña bolsa de papel arrugado.
Ella solamente lo abrió y ahí pudo observar el obsequio.
Una pequeña varilla de metal con arreglos en uno de los extremos de la misma.
-Tardé un tiempo en elegir el regalo adecuado, no entiendo muy bien lo que les gusta a las mujeres, tampoco tenemos mucho tiempo de conocernos, pero me gustaría seguir haciéndolo, quiero seguir conociendo todo de ti, no solo como asesora y aventurero, si no como chico y chica-Dijo Bell, reuniendo el valor necesario para hacerlo, por suerte lo había logrado.
Esto tomó por sorpresa a Eina quien estaba realmente feliz por aquellas palabras.
-Si no te gusta puedo comprar algo más...-Agregó el peliblanco hasta que fue interrumpido.
-No, es... perfecto-Expresó Eina con una cálida sonrisa y sujetando con ambas manos aquel arreglo y pegándolo a su pecho.
Una pequeña brisa pasó, moviendo el cabello de la semilla-elfo, permitiendo que Bell pudiera contemplar lo hermosa que era, más hermosa que ese bello atardecer que se mostraba detrás de ella, atardecer el cual fue ignorado por el joven conejo enamorado.
La mirada fija de Bell hacia su persona hizo que Eina se sintiera algo incómoda, no era desagradable pero si se sentía extraño.
-C-Creo que ya es tiempo de irnos, pienso que tú diosa debe estar preocupada por ti, además ya es algo tarde, ambos tenemos cosas que hacer mañana-Dijo Eina, tratando de salir de aquella situación incómoda en la que se encontraban.
-T-Tienes razón, muchas gracias por este día, Eina, nos vemos mañana-Contestó Bell mientras comenzaba a alejarse.
Y así ambos tomaron sus caminos, pero sabían que se volverían a ver, lo cual les alegraba.
En un pequeño callejón.
Bell estaba aún recordando todos los sucesos que vivió con Eina ese mismo día hasta que algo lo interrumpió.
*CRASHHHHHH*
Un sonido que fue provocado por el choque de dos personas resonó en el lugar.
-Disculpa, fue culpa mía ¿Te encuentras bien?-Preguntó Bell, extendiendo la mano a la persona caída.
-¡NO TE DEJARÉ ESCAPAR MALDITA HOBBIT!-Gritó un hombre a espaldas de Bell mientras un sonido parecido al de una espada siendo desenfundada.
Rápidamente Bell desenfundó la suya para cubrir el ataque.
*CLANKKKKKK*
Sonó en el sitio el impacto de dos espadas.
-¿Quién eres? ¿Eres su amigo?-Preguntó aquel sujeto.
-N-No, no la conozco-Respondió Bell.
-¿Y por qué la defiendes?-Arrojó nuevamente una pregunta aquella persona.
-Ammm ¿Porque es una chica?-Dijo Bell con duda, ni el sabía por qué la defendía pero sentía que estaba haciendo lo correcto.
-¿Uh? Que tontería-Dijo la persona mientras lanzaba un ataque.
Bell solamente se movió, bloqueó el ataque con su arma y de un golpe noqueó a su rival.
-Eso fue demasiado fácil... oye ¿Estás bien? ¿Uh?-Preguntó Bell a la pequeña chica, que era una Hobbit por lo que alcanzó a oír, pero cuando volteó no vió a nadie.
"Que extraño, posiblemente huyó por miedo" pensó el joven conejo mientras regresaba su espada a la funda.
Decidió tomar el cuerpo desmayado y recostarlo en la pared para evitar que le hagan daño o alguien lo pise.
-Eso debe ser suficiente, lo lamento-Dijo Bell mientras se iba del lugar.
-No es muy impresionante pero me sorprende que acabara tan fácilmente con esa persona, al parecer no tuve que interrumpir la batalla, pudo manejarlo, parece que Syr encontró a alguien interesante-Comentó una chica al ver tal escena, se trataba de Ryuu, camarera de la señora de la abundancia al igual que Syr.
Bueno amigos hasta aquí el capítulo de hoy, como podrán notar, cambié el orden de algunos sucesos, tales como la Monsterphilia, la cual iba antes de la compra de la armadura, pero tranquilos, no me saltaré el evento, solo que sucederá poco después, espero que sea de su agrado, así cerramos la primera semana de capítulos.
Contemplen a esta belleza
Y bueno jajaja, me nominaron a contestar esto así que trataré de ser lo más breve que pueda.
1. Creo que pelearme con alguien sin razón aparente, normalmente soy una persona calmada.
2. Matemáticas y química, no por nada estudio una carrera relacionada a ambas.
3. Uno en que era un pero y me seguía un monstruo, bien random la cosa.
4. Físicamente el cabello y la sonrisa de alguien, en lo que respecta a la personalidad, creo que mientras sea amable pero sería me es suficiente.
5. No, he estado lejos de sucesos así o simplemente los he ignorado.
6. Ufffff se viene top:
*Mirai Kuriyama(Kyoukai no Kanata)
*Rio Futaba(Seishun Buta)
*Mafuyu Kirisu(BokuBen)
*Tohka(Date a Live)
*Yukino Yukinoshita(Oregairu)
*Rider(Fate Series)
*Raphtalia(Tate no yuusha)
*Mai Sakurajima(Seishun buta)
*Kurisu Makise(Steins gate)
*Rikka Takanashi(Chuunibyou demo koi ga shitai)
7. A
8. Ninguno, prefiero el nestea.
9. Puedo mover mis orejas ¿cuenta?
10. Virgo, nací el 12 de septiembre.
11. Pues no conozco a muchos aquí jajaja, mejor lo dejamos así.
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